Comentario de Josué 9:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció que cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este lado del Jordán, tanto en la región montañosa como en la Sefela y en toda la costa del mar Grande hasta el Líbano (heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos),
todos los reyes. Jos 10:2-5, Jos 10:23, Jos 10:28-39; Jos 11:1-5, Jos 11:10, Jos 11:11; Jos 12:7-24.
a este lado del Jordán. Jos 1:15; Jos 3:17; Jos 5:1; Jos 22:4, Jos 22:7; Deu 4:49.
del mar Grande. Jos 1:4; Jos 15:12; Jos 23:4; Núm 34:6.
hacia el Líbano. Jos 11:17; Jos 12:7; Jos 13:5; Deu 3:25.
los heteos. Lev 24:11; Gén 15:18-21; Éxo 3:17; Éxo 23:23, Éxo 23:31; Éxo 34:11; Deu 7:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los reyes hacen alianza contra Israel, Jos 9:1-2.
Los gabaonitas consiguen con engaños un trato, Jos 9:3-21.
Son condenados a servidumbre perpetua, Jos 9:22-27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Aunque una coalición de reyes cananeos se juntó en oposición a Israel, el texto no dice si ellos realmente pelearon. Esta coalición desaparece de la escena después del v. Jos 9:2. Aquí se alistan seis grupos étnicos cananeos que suelen mencionarse juntos (Jos 3:10). Dios dijo a su pueblo que destruyera a estas naciones y que no hiciera alianzas con ellas bajo ninguna circunstancia (Éxo 23:28-33; Deu 7:1-5; Deu 20:16-18).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Sujeción de los Cananeos (9-12).
Estrategia de los gabaonitas (9:1-15).
1Cuando supieron estos sucesos todos los reyes del lado de acá del Jordán, los de la montaña y los del llano y los de las costas del mar Grande, frente al Líbano; los jéteos, los amorreos, los cananeos, los fereceos, los jeveos y los jebuseos, 2se unieron todos para combatir a Josué y a Israel de común acuerdo. 3Los habitantes de Gabaón, al saber cómo había tratado Josué a Jericó y a Hai, 4 recurrieron a la astucia y se pusieron en camino, llevando provisiones para el viaje. Tomaron sacos viejos sobre sus asnos, cueros viejos de vino, rotos y remendados; 5 zapatos viejos y recosidos para sus pies, y se pusieron vestidos viejos; todo el pan que traían para el camino estaba duro y hecho migas. 6 Llegaron a Josué, al campamento de Caígala, y le dijeron a él y a los de Israel: “Venimos de muy lejanas tierras para hacer alianza con vosotros; hagámosla, pues.” 7Y los de Israel respondieron a aquellos jeveos: “Quizá vosotros habitáis en medio nuestro; ¿cómo vamos a poder hacer alianza con vosotros?” 8Ellos respondieron a Josué: “Somos siervos tuyos.” Y Josué les dijo: “¿Quiénes sois y de dónde venís?” 9Respondieron ellos: “Tus siervos vienen de muy lejanas tierras, por fama de Yahvé, tu Dios, pues hemos oído hablar de cuanto hizo en Egipto 10y de lo que ha hecho a los reyes de los amorreos de la otra parte del Jordán, Seón, rey de Hesebón, y Og, rey de Basan, que habitaba en Astarot. 11Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra nos han dicho: “Tomad con vosotros provisiones para el camino e id a su encuentro y decidles: Somos siervos vuestros, haced alianza con nosotros. 12Aquí tienes nuestro pan; estaba caliente cuando lo cogimos en nuestras casas para el camino, el día en que partimos para venir a vosotros; y ahora, como veis, está seco y en migajas; 13estos odres de vino eran nuevos cuando los llenamos; y ya los veis, rotos; nuestros vestidos y nuestros zapatos se han hecho viejos por lo largo del camino.” 14Los de Israel tomaron de sus provisiones, y sin consultar a Yahvé, 15Josué les otorgó la paz y concertó con ellos que les dejaría la vida, y también los príncipes de la asamblea les juraron.
Los éxitos militares de los israelitas produjeron efectos dispares entre los habitantes de la montaña (bahar), de la Sefela, del litoral mediterráneo (hof hayiam hagadol), pues mientras la mayoría acordó una coalición para enfrentarse contra el enemigo común, otros, los gabaonitas, idearon una estratagema para concertar una alianza con los israelitas a fin de salvar sus vidas y haciendas. ¿Conocían los gabaonitas la ley deuteronómica (Deu 20:11-18) que mandaba tratar con dureza a las naciones y ciudades vecinas y con más suavidad a las que estaban lejos? Referente a las primeras, di cese en el Deuteronomio que “las darás al anatema, no harás pactos con ellas ni les harás gracia” (Deu 7:2); en cambio, a las ciudades lejanas “les brindarás la paz. Si la aceptan y te abren, la gente de ella será hecha tributaria y te servirá” (Deu 20:10). Gabaón, que se identifica con el actual Ed-Djib, hallábase a ocho kilómetros al noroeste de Jerusalén y a diez de Hai. Sus habitantes temían para sí idéntico trato que los de esta última. Partieron de su ciudad y se dirigieron a Caígala para entablar negociaciones con Josué, sorprendiendo a éste y a sus oficiales, los cuales, sin consultar a Yahvé, les dieron crédito, celebrando juntos un banquete de alianza, hospitalidad y protección, intercambiándose las provisiones. Con juramento se les otorgó la paz, concertándose un pacto para asegurarles la vida. Los gabaonitas mencionan al rey Seón, que lo era de Hesebón, ciudad emplazada a unos diez kilómetros al norte de Mádaba, en Transjordania. Recibía el nombre de Basan el territorio transjordánico septentrional, desde Galaad, al sur, hasta el monte Hermón, al norte. Astarot se identifica con Astarot Carnaim (Gen 14:5), al norte del Yarmuc, a unos treinta y seis kilómetros al oriente del lago de Genesaret.
El género literario del relato ha llamado la atención. Refiriéndose al mismo, anota Schildenberger que la forma figurada es en ciertas circunstancias más eficaz para hacer comprender a uno el carácter y la importancia de un hecho, como nos lo demuestran las parábolas, por cuyo medio el profeta Natán, por ejemplo, hace ver a David en un momento toda la maldad de su adulterio y de su asesinato (2Sa 12:1ss). Por la misma razón, tampoco fue menester, para satisfacer las exigencias de la historiografía sagrada, que la anecdótica narración del engaño de los gabaonitas (Jos 9) relatara literalmente los sucesos que han sido la causa de que ellos pudieran quedarse en su tierra y subir hasta el servicio del altar de Yahvé. Bastaba contarlos en la forma figurada que gustaba al pueblo – piénsese en las tradiciones coleccionadas por Herodoto -, que representaba los hechos esenciales que le servían de fundamento según la importancia que ellos tenían para la historia soteriológica. El pacto que los israelitas habían celebrado con estas cuatro ciudades en el curso de su ocupación (2Sa 9:17) había sido un hecho político y puramente humano, estipulado sin haberlo preguntado a Yahvé, y puesto que el territorio de las ciudades objeto de la alianza, junto con Jerusalén, que no había sido conquistada, separaba a la tribu de Judá de las restantes tribus, han sido los israelitas los que fueron engañados, porque este territorio perjudicaba la unidad de las doce tribus del pueblo2.
Josué cae en la trampa (2Sa 9:16-27).
16Tres días después de concertada la alianza supieron que eran vecinos suyos y que habitaban en medio de ellos. 17Los hijos de Israel partieron y llegaron a sus ciudades al tercer día. Eran sus ciudades Gabaón, Cafirá, Beriot y Quiriat-Jearim. 18No los destruyeron, por el juramento que los príncipes de la asamblea les habían hecho por el nombre de Yahvé, Dios de Israel; pero toda la asamblea murmuraba contra los príncipes. 19 Los príncipes dijeron a la asamblea: “Nosotros les hemos jurado por Yahvé, Dios de Israel; no podemos, pues, tocarlos; pero he aquí cómo los trataremos: les dejaremos la vida, por no atraer sobre nosotros la cólera de Yahvé, por el juramento que les hemos hecho”; 21y añadieron los príncipes: “Que vivan, pues, pero que sirvan de leñadores y aguadores para toda la congregación”; y se hizo como los príncipes dijeron. 22Josué hizo llamar a los gabaonitas, y les habló así: “¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Estamos muy alejados de vosotros, cuando habitáis en medio de nosotros? 23 Ahora, pues, malditos sois, y no dejaréis de ser esclavos, para cortar la leña y sacar el agua para la casa de mi Dios.” 24Ellos respondieron a Josué, diciendo: “Es que supimos la orden que Yahvé, tu Dios, había dado a Moisés, su siervo, de que toda la tierra se os entregara y de que todos sus habitantes fueran exterminados delante de vosotros. Por eso tuvimos gran miedo por nuestras vidas, y por eso hemos hecho esto. 25 Estamos en tus manos; trátanos como te parezca bueno y justo tratarnos.” 26 Josué hizo de ellos lo que había dicho, y los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los matasen; 27pero los destinó desde entonces a cortar la leña y a sacar el agua para la asamblea y para el altar de Yahvé, en el lugar que Yahvé eligiese, lo que hacen todavía hoy.
A los tres días se descubrió el engaño; pero habiéndose Israel obligado con juramento a respetar sus vidas, no pudieron exterminarlos. Con gran contrariedad supieron los israelitas no sólo que Gabaón estaba cerca, sino que era la ciudad principal de una confederación jetea de cuatro ciudades, regida por un colegio de ancianos. La solución propuesta fue la de convertir a los gabaonitas y a los habitantes de las otras tres ciudades confederadas en esclavos de la comunidad de Israel, destinándolos especialmente al servicio del santuario (2Sa 21:2-14; 1Re 9:20). Las ciudades de Cafirá, Beriot y Quiriat-Jearim se identifican, respectivamente, con Jirbet Kefire, a siete kilómetros al sudoeste de Gabaón; el-Bireh, al norte de la misma, y Quiriat-el-Enab, llamado también Abugosch, a doce kilómetros al noroeste de Jerusalén. Las tres ciudades se mencionan en 15:9.60; 18:14-15; 24-28. El significado de toda la narración es mostrar que los jéteos quedaron en Israel en virtud de un tratado con los israelitas, que les destinaron al servicio del templo 3.
Fuente: Biblia Comentada
Jos 3:10 y nota.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— mar Grande: Ver segunda nota a Jos 1:4.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Confederación cananea. La diplomacia excepcional de Gabaón se presenta en contraste con el trasfondo de la decisión de otras confederaciones cananeas de hacer la guerra contra Israel (10:1-11:23). Los gabaonitas arriesgaron la paz, no la guerra. Desafortunadamente, aunque temían a Dios, no optaron por una tercera solución, vasa llaje total dentro del pacto con Dios, como lo había hecho Rajab (ver 2:8-14). Confrontada con Cristo y su evangelio, la gente de igual manera puede optar por una de estas tres posturas: Luchar contra él, coexistencia pacífica sin sumisión a él, o ser miembro pleno en el nuevo pacto por medio de su sangre y del renacimiento espiritual.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
9.1-6 Cuando las noticias de su victoria llegaron a todas partes, los israelitas sufrieron oposición en dos formas: directa (los reyes de la región comenzaron a unirse en contra de ellos), e indirecta (los gabaonitas recurrieron al engaño).Cuando obedecemos los mandatos de Dios podemos esperar la misma clase de oposición. Para guardarnos de estas presiones, debemos depender de Dios y comunicarnos diariamente con El. El nos dará fortaleza para soportar las presiones directas y sabiduría para reconocer el engaño indirecto.9.14-17 Cuando los líderes probaron las provisiones de estos hombres, vieron que el pan estaba seco y mohoso, que los odres de vino estaban rotos y sus ropas y sandalias gastadas. Pero no pudieron advertir el engaño. Después de efectuar la alianza y ratificarla por juramento, se supo la verdad: los líderes de Israel habían sido engañados. Dios les había dicho específicamente que no celebraran ningún tratado con los habitantes de Canaán (Exo 23:32; Exo 23:34; Exo 23:12; Num 33:55; Deu 7:2; Deu 20:17-18). Como estratega, Josué sabía lo suficiente para consultar con Dios antes de llevar a sus tropas a la batalla. Pero el tratado de paz parecía muy inocente, y Josué y los líderes tomaron la decisión por sí solos. Al dejar de buscar la dirección de Dios y avanzar rápidamente con sus propios planes, tuvieron que enfrentarse con gente enojada y una alianza incómoda.9.19, 20 Josué y sus consejeros habían cometido un error. Pero debido a que habían prometido proteger a los gabaonitas, iban a cumplir su palabra. El juramento no se anuló a causa del engaño de los gabaonitas. Dios les había mandado cumplir con los juramentos (Lev 5:4; Lev 27:9-10) y faltar a uno de ellos era algo grave. Esto nos anima a no tomar nuestras promesas a la ligera.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O: “la tierra baja”.
(2) “Y”, LXX; Vg: “también”; M omite la conjunción.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 297 Jos 12:7
b 298 Núm 34:6
c 299 Deu 1:7
d 300 Gén 15:20
e 301 Éxo 3:17; Éxo 23:23
f 302 Deu 7:1
g 303 Éxo 13:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Después de haber conquistado Jericó, Hai y tal vez otras ciudades, Israel dividió la tierra en dos al capturar la fortaleza de la región montañosa central. En los caps. 9 y 10 los israelitas extienden su campaña hacia el sur para consolidar la posesión de la tierra.
Fuente: La Biblia de las Américas
Se sigue LXX, allende… Es decir, en este caso se refiere al lado occidental del Jordán.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Secuencia → §163.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Es decir, el lado occidental.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[=] *Jue 1:9
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[9] La fama de un Dios que tantos prodigios ha hecho a favor de su pueblo.[15] 2 Sam 21, 2.