Comentario de 1 Samuel 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y la palabra de Samuel llegaba a todo Israel. Por aquel tiempo Israel salió en pie de guerra al encuentro de los filisteos, y acampó junto a Eben-ezer, mientras que los filisteos acamparon en Afec.
Año 1141 a.C.
Hablo a todo Israel. 1Sa 3:11.
Eben-ezer. 1Sa 5:1; 1Sa 7:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los israelitas son derrotados por los filisteos en Ebenezer, 1Sa 4:1-2.
Traen el arca para terror de lo filisteos, 1Sa 4:3-9.
Son derrotados otra vez, el arca tomada, y Ofni y Finees son asesinados, 1Sa 4:10-11.
Elí ante la noticia, cae hacia atrás, y se desnuca, 1Sa 4:12-18.
La mujer de Finees también muere al dar a luz, 1Sa 4:19-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
los filisteos, conocidos en los textos egipcios como «gente del mar», eran indoeuropeos que migraron desde Asia Menor a la región de la costa este del Mediterráneo en el siglo doce a.C. Las migraciones ocurrieron tempranamente, Abraham e Isaac también tuvieron contacto con los filisteos en el siglo 12 a.C. Con sus agresivas invasiones y ciudades fortificadas en Asquelón, Asdod, Ecrón, Gad y Gaza, los filisteos establecieron un férreo control militar y político de las planicies en la costa del sur de Palestina. Ellos llegaron a ser una amenaza para la seguridad de Israel. La batalla mencionada aquí tomó lugar entre Eben-ezer y Afec. El nombre Eben-ezer significa «piedra de ayuda», y conmemora la victoria de Israel en el mismo sitio veinte años más tarde (1Sa 7:12). Afec, está localizada treinta millas al noreste de Jope (aproximadamente 48 km), era una ciudad estratégica en el límite norte del territorio filisteo (1Sa 29:1).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Guerra con los filisteos (4:1-2).
1 Sucedió por entonces que los filisteos se reunieron para hacer la guerra a Israel. Israel salió al encuentro de los filisteos para combatir. Acamparon cerca de Eben-Ezer, y los filisteos estaban acampados en Afee. 2 Habiendo presentado batalla los filisteos contra Israel, se empeñó el combate, e Israel fue derrotado por los filisteos, que mataron en el combate, en el campo, unos cuatro mil hombres.
Como es sabido (Jue c.13-16), formaban los filisteos una pentar-quía en el límite sudoeste de Canaán, junto al mar Mediterráneo. Sus principales ciudades eran cinco: Azoto, Gaza, Ascalón, Gad, Acarón. Por verse ellos acosados en su frontera meridional y por crecer el número de sus habitantes, se apoderaban insensiblemente de las tierras colindantes con la frontera de Israel, penetrando hacia Sarón y la región montañosa, amenazando cortar a, Israel su comunicación con el mar.
Son los filisteos los que declaran la guerra a los israelitas. Aquéllos acampan en Afee, que se identifica con la torre de Afee (Bell, lúa. 2:19; 1), o Ras el-Ain, a quince kilómetros al norte de Jafa (29:1). El ejército israelita acampó en las inmediaciones de Eben-Ezer, en la región de Jirbet Diferin, a unos cuatro kilómetros del ejército filisteo. Debe notarse el hecho de que Samuel desaparece en los c.4-6, para reaparecer en el 7. Dice De Vaux que, por su contenido, marco geográfico y humor, el presente episodio presenta analogías con los de Sansón (Jue c.13-16).
El arca en el campo de batalla (4:3-9).
3 El pueblo se recogió en el campamento,, y los ancianos se preguntaron: “¿Por qué nos ha derrotado Yahvé hoy ante los filisteos ? Vamos a traer de Silo el arca de la alianza de Yahvé, para que esté entre nosotros y nos salve de la mano de nuestros enemigos.” 4 Mandaron a Silo, y se trajo de allí el arca de la alianza de Yahvé Sebaot, que se sienta sobare los querubines, y con ella fueron los dos hijos de Helí, Ofni y Finés. 5 Cuando el arca de la alianza de Yahvé entró en el campamento, todo Israel lanzó tan grandes gritos de júbilo, que hacían retemblar la tierra. 6 Oyeron los filisteos el vocerío y dijeron: “¿Qué vocerío es éste tan grande que se oye hoy en el campamento de los hebreos?” Y supieron que había sido traída al campamento el arca de Yahvé. 7 Atemorizáronse los filisteos, y decían: “Ha venido Dios al campamento. ¡Desgraciados de nosotros! Cosa tal no había sucedido hasta ahora. 8 ¡Desgraciados de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de esos dioses poderosos? ¿Acaso no son éstos los que castigaron a Egipto con toda suerte de plagas y con peste en el desierto? 9 Esforzaos y sed hombres, filisteos; no tengamos que servirles nosotros a ellos, como os sirven ellos a vosotros. Sed hombres, luchad.”
La derrota humilló a Israel. Un consejo de guerra formado por los ancianos, al que no asistió quizá Helí por su avanzada edad, determinó que se trajera de Silo el arca de la alianza, creyendo que la presencia de Dios en el campamento aseguraría la victoria (Num 10:35-36; 2Sa 11:11). Con el arca fueron los dos hijos de Helí, Ofni y Finés. La presencia del arca fue saludada con entusiasmo tal, que los filisteos se enteraron de la noticia, cundiendo el pánico entre sus filas. Creen ellos que Israel tiene sus dioses tutelares, como los filisteos tienen los suyos; pero los dioses de los israelitas, según consta de la historia, se muestran muy activos contra sus enemigos. Este temor no paraliza sus actividades,
Muerte de Helí (2Sa 4:10-18).
10 Combatieron, pues, los filisteos y fue derrotado Israel, huyendo cada uno a sus tiendas. Fue una gran derrota, en la que cayeron de Israel treinta mil peones, 11 y fue tomada el arca de Dios, y murieron los dos hijos de Helí, Ofni y Finés. 12 Un hombre de Benjamín, de los huidos del campo de batalla, vino corriendo a Silo aquel mismo día, con los vestidos desgarrados y la cabeza cubierta de polvo. 13 Cuando llegó, estaba Helí sentado en una silla, a la vera del camino, cerca de la puerta, esperando, pues su corazón temblaba por el arca de Dios. Entró el hombre en la ciudad para informarla, y toda ella fue un grito. 14 Al oírlo Helí, preguntó: “¿Qué ruido, qué tumulto es ése?” Entonces vino el hombre para darle la noticia. 15 Helí tenía noventa y ocho años; sus ojos se habían quedado rígidos y no veía. 16 El hombre dijo a Helí: “Vengo del campo de batalla, de donde he huido hoy.” Helí le preguntó: “¿Y qué ha pasado, hijo mío?” 17 El le contestó: “Israel ha huido ante los filisteos; ha habido muchos muertos del pueblo; también tus dos hijos, Ofni y Finés, han sido muertos, y el arca de Dios ha sido tomada.” 18 Apenas hubo mentado el arca de Dios, cayó Helí de su silla hacia atrás, junto a la puerta, y se desnucó y murió, pues era ya muy anciano y estaba muy pesado. Había juzgado a Israel durante cuarenta años.
Se reanudó el combate y fue derrotado Israel, que huyó a la desbandada, después de abandonar en el campo treinta mil peones. Es posible que este número sea hiperbólico, queriendo significar que Israel fue derrotado de modo estrepitoso a causa de los pecados de la casa de Helí. Pero las dos noticias sensacionales fueron la muerte de los dos hijos de Helí y la captura del arca de Dios. Un mensajero de la tribu de Benjamín fue corriendo para comunicárselo a Helí, al que encontró sentado en una silla (2Sa 1:9), al lado (yad) de la puerta del santuario (2Sa 1:9), desde donde se dominaba el camino. Nada veía Helí, pero era tal su tensión de ánimo, que dirigía ansiosamente sus apagados ojos en dirección al camino por donde tenían que llegar noticias de la batalla. Su ceguera le impidió ver los vestidos desgarrados del mensajero, su cabeza desgreñada, cubierta de ceniza en señal de duelo nacional (Gen 37:29; Gen 37:34; Gen 44:13; Jos 7:6; 2Sa 1:2; 2Sa 15:32). Debía el cuerpo asociarse al dolor que desgarraba el alma de todo israelita. Toda la verdad le fue comunicada a Helí de forma escalonada y con palabras que fluían a borbotones de labios del mensajero. El corazón de Helí soportó la noticia de la muerte de sus dos hijos, cuya suerte le había sido profetizada (2Sa 2:34), pero sucumbió ante el anuncio de la captura del arca de Dios.
Pocas son las noticias que ofrece la Biblia sobre este juez y sacerdote, que entra ya anciano en los anales de la historia. Por lo poco que se sabe, cabe inferir que era un hombre probo, acogedor, devoto, bondadoso, como suelen ser aquellos con los cuales la naturaleza se ha mostrado pródiga, como en Helí (v.18). Su piedad e interés por el arca de la alianza queda patente ante la ansiedad con que esperaba noticias sobre su suerte y el caer muerto al enterarse de que había sido capturada por los filisteos. Pero en medio de tantas virtudes le afeaba un lunar: la excesiva blandura para con sus dos hijos. Era Helí un hombre de reacciones lentas, algo fatalista (2Sa 3:18). Pero aun en este aspecto no cabe recargar las tintas y presentarlo como un reprobo. En primer lugar, su labor como juez – de hecho, no de derecho – y pontífice le absorbían el tiempo que debía dedicar al control de sus hijos. El hecho de que Helí aparezca a menudo (2Sa 1:9; 2Sa 4:13) sentado en una silla o acostado (2Sa 3:2), puede sugerir la sospecha de que era hidrópico, entrado en años – tenía al morir noventa y ocho-, lo que disminuye su responsabilidad moral ante la conducta de sus hijos, ya mayores de edad. Acaso no fue así en sus años en los que era joven.
Helí desaparece del escenario de la historia de Israel dejando en el corazón del lector un sentimiento de conmiseración y de simpatía a la vez. Cuarenta años, cifra simbólica en la historia de los jueces (Que 3:11; 13:1), había estado al frente de la nación israelita, no como juez propiamente dicho, sino en calidad de sumo pontífice, a quien acudía el pueblo para dirimir sus cuestiones.
Muere la nuera de Helí (4:19-22).
19 Su nuera, la mujer de Finés, estaba encinta, ya para dar a luz. Al saber la noticia de la toma del arca de Dios, de la muerte de su suegro y de su marido, se doblegó y parió, pues le sobrevinieron los dolores del parto. 20Como se veía morir, las mujeres que estaban junto a ella le decían: “Animo, que has parido un hijo”; pero ella ni respondía ni entendía. 21Llamó al hijo Icabod, 22 diciendo: “Ha pasado de Israel la gloria,” por haber sido tomada el arca de Dios y por la muerte de su suegro y de su marido. Ella dijo: “Ha pasado la gloria de Israel, porque ha sido tomada el arca de Dios.”
El desastre tomó proporciones más grandes de las que deja traslucir el texto, pues es probable que los filisteos llegaran también a Silo, destruyendo y saqueando su santuario. Los profetas presentan este hecho como castigo de Dios (Jer 7:12; Jer 26:9; Sal 78; 60-65). Desde estos acontecimientos de Silo queda únicamente el recuerdo de una gloria pasada.
Fuente: Biblia Comentada
Y Samuel habló a todo Israel. El texto de 1Sa 1:1 –1Sa 3:21 culmina con el establecimiento de Samuel como portavoz y representante de Dios. Observe que «la palabra de Jehová» (1Sa 3:21) ha llegado a ser equivalente a «la palabra de Samuel». filisteos. Desde el período de los jueces y hasta el final del reinado de David, los filisteos («pueblos del mar») fueron un enemigo constante de Israel. Eran inmigrantes no semitas (vea Gén 10:14; 1Cr 1:12; Jer 47:4-5; Amó 9:7) que se habían establecido a lo largo de la zona costera del sur de Canaán, y habían organizado su poder en cinco ciudades principales: Asdod, Ascalón, Ecrón, Gat y Gaza (1Sa 6:17; Jue 3:13). La introducción de los filisteos en la narración proporciona un enlace entre el período de Samuel como juez y el período que Sansón no pudo finalizar (Jue 13:1-25; Jue 14:1-20; Jue 15:1-20; Jue 16:1-31). Eben-ezer. La ubicación de este lugar no ha podido ser identificada de manera específica. Enfrente a Afec en territorio israelita, es posiblemente la moderna Izbet Sarteh en la carretera a Silo. Significa «piedra de ayuda» y su mención aquí (y en 1Sa 5:1) y otra vez en 1Sa 7:12 de otra localidad marcan esta sección como una unidad literaria. Afec. Se encuentra cerca de la fuente del río Yarkón, en el extremo meridional de la llanura costera de Sarón, a unos 8 km al este del Mediterráneo. Esta ciudad señalaba el borde nororiental del territorio filisteo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1Sa 4:1 b – 1Sa 4:2-22; 1Sa 5:1-12; 1Sa 6:1-21; 1Sa 7:1 : Se interrumpe la historia de Samuel para dar paso a un relato independiente y autónomo protagonizado por el Arca del Señor, cuya historia continuará más adelante con su traslado a Jerusalén (2Sa 6:1-23) y con su definitiva colocación en el Templo (1Re 8:1-13).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— los filisteos: Son conocidos también como “los pueblos del mar”; forman parte de un pueblo indoeuropeo que entró en Canaán en la época del asentamiento de las tribus israelitas, ocupando su franja costera y dando su nombre al territorio (Palestina es la “tierra de los Pelistín” o filisteos). La batalla de Afec abre un período de predominio filisteo que sólo será definitivamente contrarrestado en el reinado de David.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Dos victorias filisteas. El lugar de los acontecimientos narrados en los caps. 1-3 era un pequeño sector de la Efraín septentrional. La escena ahora cambia al oeste, desde las sierras a la planicie costera que los filisteos habían conquistado un siglo atrás. Esta pequeña pero poderosa nación había empezado a dominar partes de Israel en la época de Samsón (Jue. 13-16), y su ejército bien entrenado representaba ahora una nueva amenaza. Los israelitas no contaban con un ejército permanente y, en casos de emergencia, tenían que llamar a los hombres de las granjas y los campos para pelear cualquier batalla que les fuera impuesta. No sorprende, entonces, que los filisteos ganaron una rápida victoria en Afec (2); pero sí fue una gran sorpresa para los ancianos israelitas, quienes evidentemente habían esperado que Dios le diera la victoria a Israel. El pasaje muestra qué poco entendían a Dios los israelitas y los filisteos. Tanto los unos como los otros creían que el arca del pacto mismo era una especie de ídolo, un objeto mágico que daría gran poder a Israel en el campo de batalla. Así que el arca fue llevada al campo de batalla, escoltada por Ofni y Fineas. Los filisteos temían su poder, pero no se desesperaron, presumiblemente porque adoraban a sus propios dioses, incluyendo a Dagón (5:2). Lucharon con valor y ganaron una victoria aun mayor. Israel perdió a mu chos hombres en la batalla, incluyendo a los dos hijos de Elí: y de esta manera se cumplió la profecía de 2:34: El arca de Dios fue tomada.
Notas. 4 Esta descripción del Señor se refiere a la forma como fue construida el arca: ver Exo. 25:17-22. 6 El término hebreos significaba lo mismo que “israelitas”.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
4.1 Los filisteos, descendientes de Cam, hijo de Noé, se establecieron a lo largo del sureste de la costa del Mediterráneo entre Egipto y Gaza. Ellos eran originalmente, uno de los «pueblos del mar», que habían emigrado al Oriente Medio en barcos desde Grecia y Creta. En la época de Samuel, este pueblo belicoso estaba muy bien establecido en cinco de las ciudades de Gaza en la parte sudoeste de Canaán y constantemente presionaban tierra adentro en contra de los israelitas. En todo este tiempo, los filisteos fueron los mayores enemigos de Israel.4.3 El arca del pacto contenía los Diez Mandamientos dados por Dios a Moisés. Se suponía que el arca debía ser guardada en el Lugar Santísimo, un lugar sagrado del tabernáculo donde exclusivamente el sumo sacerdote podía entrar una vez al año. Ofni y Finees profanaron el lugar al entrar ilegalmente y sacar el arca.Los israelitas reconocieron debidamente la gran santidad del arca, pero pensaron que el arca por sí misma, la caja de madera y metal, era su fuente de poder. Comenzaron a usarla como un amuleto de buena suerte, con la esperanza de que los protegiera de sus enemigos. Un símbolo de Dios no garantiza su presencia y poder. Su actitud hacia el arca llegó a asemejarse peligrosamente a la idolatría. Cuando el arca fue capturada por sus enemigos, pensaron que la gloria de Israel estaba perdida (4.19-22) y que Dios los había abandonado (7.1, 2). Dios usa su poder de acuerdo con su propia sabiduría y voluntad. El responde a la fe de aquellos que lo buscan.4.4 «Jehová de los ejércitos, quien moraba entre los querubines» sugiere que la presencia de Dios descansaba en el arca del pacto entre los dos querubines de oro (o ángeles) adheridos a su tapa. El pueblo creía que el arca les daría la victoria cuando Ofni y Finees la llevaron a la batalla.4.5-8 Los filisteos tenían miedo debido a la colección de historias del pasado acerca de la manera en la que Dios intervino por Israel cuando salieron de Egipto. Pero Israel se había apartado de Dios y ahora sólo se mantenían fieles a una forma de devoción, un símbolo de victorias anteriores.A menudo, la gente (e iglesias) trata de vivir de los recuerdos de las bendiciones de Dios. Israel pensó equivocadamente, que si Dios les había dado la victoria en el pasado, lo haría otra vez, aun cuando se hubiera desviado lejos de El. Hoy en día, como en épocas bíblicas, las victorias espirituales llegan a través de una renovación continua de nuestra relación con Dios. No viva en el pasado. Mantenga su relación con Dios nueva y fresca.4.11 Este suceso es un cumplimiento de la profecía en 2.34 que establecía que los hijos de Elí, Ofni y Finees, morirían el mismo día.4.12 En este tiempo, la ciudad de Silo era el centro religioso de Israel (Jos 18:1; 1Sa 4:3). El tabernáculo estaba establecido permanentemente allí. Ya que Israel no tenía una capital civil, un centro para el gobierno nacional, Silo era el lugar natural para que un mensajero fuera a entregar las noticias tristes de la batalla. Muchos eruditos creen que fue durante esta batalla que Silo fue destruida (Jer 7:12; Jer 26:2-6; véase también la nota a 7.1).4.18 Elí era el juez y el sumo sacerdote de Israel. Su muerte marca el fin del período oscuro de los jueces cuando la mayoría de la nación ignoró a Dios. Aunque Samuel fue también un juez, su carrera vio la transición de la nación de Israel gobernada por jueces hacia la monarquía. El comenzó el gran avivamiento que Israel experimentaría en el siguiente siglo. La Biblia no dice quién fue el siguiente sumo sacerdote (no podía ser Samuel porque no era un descendiente directo de Aarón), pero Samuel actuó como sumo sacerdote en esa época al ofrecer los importantes sacrificios por todo Israel. ELIElí era una persona del Antiguo Testamento con un problema muy moderno. El reconocimiento y el respeto que se ganó en público no se extendía a la manera en que manejaba sus asuntos privados. Pudo haber sido un excelente sacerdote, pero fue un padre deficiente. Sus hijos le trajeron aflicción y ruina. Carecía de dos importantes cualidades necesarias para disciplinar a los hijos de una manera efectiva: firme determinación y acción correctiva.Elí respondía a las situaciones en vez de resolverlas. Pero aun sus respuestas tendían a ser débiles. Dios señaló los errores de sus hijos, pero Elí hizo muy poco para corregirlos. Es claro el contraste que existe en la manera en la que Dios trató con Elí y en la que Elí trató con sus hijos. Dios dio una advertencia, señaló en detalle las consecuencias de la desobediencia y luego actuó. Elí solo advirtió. Los hijos necesitan saber que las palabras y las acciones de sus padres van juntas. Tanto el amor como la disciplina deben ser dichas tanto como llevadas a la práctica.Pero Elí tenía otro problema: estaba más preocupado con los símbolos de su religión que con el Dios que representaban. Para Elí, el arca del Pacto se había convertido en una reliquia que debía ser protegida y no en un recordatorio de su Protector. Su fe pasó de apuntar al Creador para apuntar a lo creado.Puede ser más fácil adorar las cosas que podemos ver, ya sean edificios, personas o las mismas Escrituras, pero estas cosas tangibles no tienen poder por sí mismas. El libro que está leyendo es o una mera reliquia religiosa respetable o es la aguda y efectiva Palabra de Dios. Su actitud hacia ella se forma en gran manera por medio de la relación que tiene con el Dios de quien ella proviene. Una reliquia o una antigüedad tiene que estar muy bien guardada. La Palabra de Dios tiene que ser usada y obedecida. ¿Cuál actitud describe con exactitud su enfoque de la Palabra de Dios?Puntos fuertes y logros :– Juzgó a Israel durante cuarenta años– Habló con Ana, la madre de Samuel, y le aseguró la bendición de Dios– Educó y entrenó a Samuel, el más grande juez de IsraelDebilidades y errores :– No supo disciplinar a sus hijos o corregirlos cuando pecaron– Tenía la tendencia de reaccionar ante las situaciones pero no tomaba una acción decisiva– Vio el arca del pacto como una reliquia para ser atesorada, en vez de verla como un símbolo de la presencia de Dios en IsraelLecciones de su vida :– Los padres necesitan ser responsables de la disciplina de sus hijos– La vida es algo más que un simple reaccionar, demanda acción– Las victorias pasadas no pueden sustituir la verdad presenteDatos generales :– Dónde: Silo– Ocupaciones: Sumo sacerdote y juez de Israel– Familiares: Hijos: Ofni y Finees– Contemporáneos: SamuelVersículos clave :»Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas» (1Sa 3:11-14).Su historia se relata en 1 Samuel 1-4. También se menciona en 1Ki 2:26-27. 4.19-22 Este incidente ilustra la oscuridad y decadencia espiritual de Israel. Se suponía que este joven Icabod sucedería a su padre Finees en el sacerdocio, pero su padre había muerto por ser un hombre malo que había profanado el tabernáculo. El terror de que Dios abandonara a su pueblo ensombreció el gozo del nacimiento. Cuando el pecado domina nuestra vida, aun las alegrías y placeres dados por Dios parecen vacíos.ISRAELITAS VERSUS FILISTEOSLos israelitas y los filisteos eran archienemigos y estaban en constante guerra. Aquí hay algunos de sus enfrentamientos encontrados en los libros de 1 y 2 Samuel. Siempre que Israel confió en Dios para obtener la victoria, venció.Esquema : Lugar de la batalla – Ganadores – Comentarios – ReferenciaAfec a Ebenezer – FilisteosEl arca fue capturada y los hijos de Elí muertos – 1Sa 4:1-11Mizpa – IsraelitasDespués de que el arca regresó, los filisteos planearon atacar de nuevo, pero Dios los confundió. Israel persiguió a los filisteos de regreso a Bet-car – 1Sa 7:7-14Gabaa – Israelitas bajo las órdenes de JonatánFue destruida una guarnición – 1Sa 13:3-4Gilgal – EmpatadosLos israelitas perdieron el ánimo y se escondieron – 1Sa 13:6-17Micmas – IsraelitasJonatán y su escudero dijeron que no importaba cuántos fueran sus enemigos. Si Dios estaba con ellos, ganarían. Comenzaron la batalla, y el ejército la completó – 1 Samuel 13.23-14.23Valle de Ela – IsraelitasDavid y Goliat – 1Sa 17:1-58? – IsraelitasDavid mató doscientos filisteos para ganar una esposa – 1Sa 18:17-30Keila – Israelitas bajo las órdenes de DavidDavid protegió los campos de trilla de manos de los saqueadores filisteos – 1Sa 23:1-5Afec, Jezreel, al monte Gilboa – FilisteosSaúl y Jonatán mueren – 1Sa 29:1; 1Sa 31:1-13Baal-perazim – IsraelitasLos filisteos trataron de capturar al rey David – 2Sa 5:17-25Meteg-ama (posiblemente cerca de Gat) – IsraelitasDespués de esta victoria, casi no tuvieron problemas con los filisteos – 2 Samuel 8.1? – IsraelitasAbisai salvó a David de un gigante filisteo – 2Sa 21:15-17Gob – IsraelitasMurieron otros gigantes, incluyendo al hermano de Goliat – 2Sa 21:18-22
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O léase: “ocurriendo”.
(2) Muchos mss heb. dejan aquí un espacio en blanco, posiblemente para indicar una omisión, que en LXX se cubriría con esta añadidura: “Y en aquellos días ocurrió que los forasteros (filisteos) empezaron a reunirse contra Israel para la batalla”.
(3) O: “salió contra los filisteos”, M; LXX: “salió a encontrarlos”.
(4) O: “sobre”.
(5) “Ebenézer.” Lit.: “la Ayuda Pétrea”. Heb.: ha·’É·ven (“la Piedra”) ha·‛É·zer (“la Ayuda”); gr.: A·be·né·zer; Vg: “la Piedra de Ayuda”. Compárese con 1Sa 7:12, n: “Ebenézer”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 183 1Sa 5:1
b 184 Jos 12:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
filisteos. Los filisteos habitaban en la llanura de la costa de Canaán. En la época de esta historia, cinco ciudades-estados: Gaza, Ascalón, Asdod, Ecrón y Gat, formaban los centros principales de la coalición filistea (cp. Jos 13:3; Jue 3:3; 1 S 6:16). Los filisteos probablemente eran descendientes de varios pueblos marítimos del mediterráneo, tal vez de las islas del mar Egeo, que habían invadido las regiones costeras de Canaán y Egipto. En la Biblia se menciona por primera vez a los filisteos en la lista de las naciones de Gn 10:14; Isaac tenía negocios con un rey filisteo de Gerar, (v. Gn 26). Durante el éxodo, la posición de los filisteos en la costa de Canaán era tan fuerte que el Señor escogió otro camino para evitar que los israelitas pasaran por territorio filisteo (Ex 13:17). En la época de la muerte de Josué, la tierra de los filisteos todavía no había sido conquistada por Israel (Jos 13:2; Jue 3:3). Durante la época de los jueces Sansón luchó contra los filisteos; también Samgar, un juez anterior, había luchado contra ellos (Jue 3:31). Samuel, y después Saúl continuaron la lucha contra los filisteos, pero fue David el que al fin los subyugó definitivamente (2 S 8:1).
Eben-ezer…Afec. Eben-ezer estaba situada directamente al oeste de Silo, hacia Afec. (v. coment. en 7:12). Afec estaba en la región norte de la llanura filistea al sur de Meguido, a unos 18 km al nordeste de Jope.
Fuente: La Biblia de las Américas
Los tres cap. siguientes relatan el cumplimiento inmediato de la maldición sobre la casa de Elí (4:1– 22), seguido de la narración de la devolución del arca de Dios (5:1– 7:2). A Samuel no se le vuelve a mencionar sino hasta el 7:3.
Fuente: La Biblia de las Américas
filisteos. Los filisteos o «pueblo del mar» emigraron de Creta (Caftor, Amó 9:7) y otras islas Egeas hacia el mediterráneo oriental y se establecieron en los llanos costeros del sur de Palestina, una región que llegó a conocerse como Filistia. Los filisteos eran un poderío militar y constituyeron la peor amenaza para los israelitas en tiempos de Samuel, Saúl y David.
Eben-ezer significa «piedra de ayuda» (cp. 1Sa 7:12).
Afec. Una estratégica ciudad fronteriza en el borde norte del territorio filisteo, a 17,6 km. al NE de Jope.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[.] En su guerra contra los filisteos, los israelitas desean la protección de Yavé. Van a buscar el Arca, pensando que con esto Yavé está obligado a darles la victoria. Así es como, muchas veces, creemos ganarnos los favores de Dios con amuletos y prácticas, bien sean sagrados o supersticiosos. Pero a Dios poco le importa el Arca, y tampoco está al servicio de un pueblo irresponsable. Sólo le importa educar a su pueblo, dejándole que pague el precio de su infidelidad.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[3] Se acordaban de cuánto les había valido la presencia del arca en el paso del Jordán, en la toma de Jericó.[11] Se narra la pérdida del arca de la alianza en combate con los filisteos. De manera reiterada se identifica esa pérdida con el abandono de Dios. 1 Sam 4, 11-21.