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Comentario de 2 Samuel 19:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Samuel 19:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Se informó a Joab: “He aquí que el rey llora y hace duelo por Absalón.”

2Sa 18:5, 2Sa 18:12, 2Sa 18:14, 2Sa 18:20, 2Sa 18:33; Pro 17:25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Joab convence al rey que deje de lamentarse, 2Sa 19:1-8.

Los israelitas son sinceros al traer al rey de regreso, 2Sa 19:9-10.

David envía a los sacerdotes para incitar a los de Judá, 2Sa 19:11-17.

Simei es perdonado, 2Sa 19:18-23;

Mefi-boset es excusado, 2Sa 19:24-31;

Barzilai le es permitido retirarse, Quimam su hijo es llevado al rey, 2Sa 19:32-40.

Los israelitas discuten con los de Judá por llevar al rey a casa sin ellos, 2Sa 19:41-43.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

y se volvió aquel día la victoria en luto: La desenfrenada expresión de dolor que mostró David por la muerte de su hijo cambió la celebración por la bien merecida victoria en un día de lamentos, no sólo por el mismo Absalón, sino por la aflicción que sintió David por su muerte (2Sa 18:33).

entró el pueblo en la ciudad escondidamente: ¡Qué descripción del regreso de guerreros victoriosos! Como cobardes que huyen de la batalla, los soldados de David volvieron cautelosamente a la ciudad de Mahanaim (2Sa 17:27), con lo que esperaban pasar inadvertidos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Luto de David por Absalón (19:1-9a).
1 Turbóse entonces el rey, y, subiendo a la estancia que había sobre la puerta, lloraba y decía: “¡ Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío! ¡Hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que fuera yo el muerto en vez de ti! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!” 2 Dijeron a Joab: “El rey llora a su hijo y se lamenta”“ 3 La victoria se trocó aquel día en luto para todo el pueblo, porque todos supieron que el rey estaba afligido por la muerte de su hijo; 4y la gente entró en la ciudad calladamente, como entra avergonzado el ejército que huye de la batalla. 5El rey, cubriendo el rostro, gemía: “¡Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío Absalón! ¡Hijo mío!” 6Entró Joab en casa del rey y le dijo: “Hoy has llenado de confusión a todos tus siervos, que han salvado tu vida y la vida de tus hijos y tus hijas, la de tus mujeres y tus concubinas. 7 Amas a los que te aborrecen y aborreces a los que te aman, pues has demostrado hoy que nada te importan tus príncipes y tus siervos, y que, si viviera Absalón, aunque todos nosotros hubiéramos muerto, estarías contento. 8 Levántate, pues, y sal fuera y habla con el corazón a los que te siguen; pues, de lo contrario, por Yahvé juro que, si no sales, ni uno quedará esta noche contigo; y te habrá de pesar de esto más que de cuantos males han venido sobre ti desde tu mocedad hasta ahora.” 9a Levantóse el rey, se sentó a la puerta, y todo el pueblo se enteró de que el rey estaba sentado a la puerta, y todos vinieron ante el rey a la puerta.

A las palabras del cusita turbóse David, que fue a ocultar su debilidad en la estancia superior de la fortaleza Que 3:20-25; 1Re 17:18-23). Un día y otro lloró David al hijo que le buscaba para matarle. Todo el mundo se enteró del estado de ánimo del rey, asociándose al dolor de un padre por la pérdida del hijo. Cancelóse el programa de festejos, marchándose cada uno a su casa, apesarados y contrariados a la vez. ¿Es que habían cometido un crimen venciendo a los insurrectos y matando a su cabecilla? ¿Quiénes son los amigos del rey, su hijo o los guerreros que le han salvado la vida y el trono? Como le hizo saber Joab, ¿no daba David la impresión de que amaba a los que le aborrecían y aborrecía a los que le amaban? La actitud extraña del rey podía acarrearle la defección de los que le habían permanecido fieles. Joab, amparándose en los lazos de la sangre que le unían a David y abusando también de su alto cargo, invitó al rey a que cambiara de proceder; que hablara al pueblo “con el corazón” (Gen 34:3; Gen 50:21; Rut 2:13).

Tentativas para regresar a Jerusalén (Rut 19:9b-16).
9a Los de Israel habían huido cada uno a su casa. 10 Todo el pueblo, en todas las tribus de Israel, se acusaba diciendo: “El rey nos ha librado de la mano de nuestros enemigos; nos ha salvado del poder de los filisteos y ahora ha tenido que huir de la tierra por miedo a Absalón; u y Absalón, a quien habíamos ungido nosotros, ha muerto en la batalla. ¿Por qué, pues, no tratáis de hacer volver al rey?” 12 El rey David mandó quien dijera a Sadoc y a Abiatar, sacerdotes: “Hablad a los ancianos de Judá y decidles: ¿Vais a ser vosotros los últimos en volver al rey a su casa?” Pues lo que por todo Israel se decía había llegado a la casa del rey. 13“Vosotros sois mis hermanos, sois hueso mío y carne mía. ¿Por qué, pues, habréis de ser los últimos en volver al rey a su casa? 14 Decid asimismo a Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Esto me haga Dios y esto me añada si no te hago jefe de mi ejército para siempre en lugar de Joab.” 15Inclinóse el corazón de todos los de Judá, para que como un solo hombre mandasen a decir al rey: “Vuelve con todos tus servidores.” 16Volvióse, pues, el rey, y, llegado al Jordán, vino Judá a Caígala a recibir al rey y acompañarle en el paso del Jordán.

La victoria de David había desconcertado y humillado a los que antes apoyaban la causa de su rival. Los días transcurrían sin que se levantaran voces exigiendo la vuelta de David a su trono. Los que le habían ahuyentado de él no se sentían con valor suficiente para borrar de golpe su pasado con la reposición del rey en su palacio, Los primeros en reaccionar fueron las tribus del Norte, las cuales, poco partidarias de David y débilmente comprometidas en la causa de Absalón, veían con más serenidad la situación política de la nación. Además, aunque el reinado de David tuvo sus puntos debiles, ¿no le debía también la nación grandes favores? Los de Judá, más fanáticos por la causa de Absalón, fueron más recalcitrantes. Se mantenían al margen, como queriendo desentenderse del rey y de la monarquía. Ante tamaña actitud, tomó el rey la delantera poniendo en juego la autoridad de los dos sumos pontífices, Sadoc y Abiatar. A través de ellos dio a conocer sus disposiciones para con Judá: nada tendrían que temer de un rey que está ligado con ellos con los vínculos del parentesco. Además, para convencerles de su buena disposición, promete nombrar a Amasa, que fue jefe del ejército rebelde (Rut 17:24-25), generalísimo del ejército de la nación a perpetuidad. De esta manera, al mismo tiempo que se atraía a los adversarios, se deshacía de Joab, general altivo y brutal, que de hecho se arrogaba un poder superior al del rey. Las proposiciones del monarca fueron acogidas con simpatía por Judá. De ahí que, al ponerse la comitiva en marcha hacia Jerusalén, salieron los de Judá a recibir al rey al límite septentrional de su territorio, en Caígala (1Sa 10:8; 1Sa 11:1455), junto a Jericó, para asistirle en el paso del Jordán y escoltarle hasta Jerusalén.

Los enemigos, al encuentro de David (1Sa 19:17-24).
17 Semeí, hijo de Cuera, hijo de Benjamín, que era de Ba-jurim, apresuróse a venir con los hombres de Judá a recibir al rey David, 18 trayendo consigo mil hombres. Asimismo Siba, siervo de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, que pasaron el Jordán antes que el rey. 19 Se dispusieron a hacer pasar la familia del rey y a hacer lo que bien le pareciera. Semeí, hijo de Güera, se echó a los pies del rey en el momentó en que el rey iba a pasar el Jordán 20 y le dijo: “Qué mi señor no me impute la iniquidad y olvide las ofensas de su siervo el día en que mi señor salió de Jerusalén. ¡Oh rey! no atiendas a ellas, 21 pues tu siervo reconoce que ha pecado, y hoy vengo el primero de toda la casa de José delante del rey mi señor.” 22Abisaí, hijo de Sarvia, tomó la palabra y dijo: “Pero ¿no va a morir Semeí por haber maldecido al ungido de Yahvé?” 23Mas David respondió: “¿Qué tenéis que ver conmigo, hijos de Sarvia? ¿Por qué habéis de oponeros hoy a mí? ¿Hoy va a morir nadie en Israel? ¿No soy yo hoy rey de Israel?” 24Y dijo a Semeí: “No morirás”; y se lo juró el rey.

Al llegar David junto al Jordán, encontróse con los enemigos que antes le ultrajaran. Semeí (1Sa 16:5-13) vino acompañado de unos hombres, benjaminitas todos ellos, para dar a entender a David que eran muchos los que compartían idénticos sentimientos hacia David, o para dar la sensación de fuerza, ganándose de esta manera la voluntad del rey o atemorizándole. También Siba, con sus hijos y siervos, se adelantó a dar la bienvenida al rey, a fin de que, en premio de sus servicios, olvidara la calumnia levantada contra su amo Mefibaal (v.25-31). Con la expresión “casa de José” (v.21) se incluye la tribu de Benjamín; José y Benjamín eran hermanos, hijos de Jacob y de Raquel. De ahí que a veces se mencionan las tres tribus bajo la misma denominación (Num 2:18-24; Num 10:22). La pena merecida por haber injuriado al rey la expiará Semeí en tiempos de Salomón (1Re 2:8-9; 1Re 2:36-44).

Mefisal (1Re 19:25-31).
25También bajó a recibir al rey Mefibaal, hijo de Saúl; no se había hecho el aseo de sus pies, de sus manos y de su bigote, ni había lavado sus vestidos desde el día en que el rey salió de Jerusalén hasta el día en que volvió en paz. 26Vino de Jerusalén a recibir al rey, y éste le dijo: “Mefibaal, ¿por qué no viniste conmigo?” 27Y él respondió: “Mi señor y rey, mi siervo me engañó, porque tu servidor le había dicho: Aparéjame la pollina y montaré en ella para ir con el rey – pues que tu siervo está rengo -, 28y él ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey; pero mi señor el rey, que es como un ángel de Dios, hará lo que bien le parezca; 29pues todos los de la casa de mi padre no podían esperar de mi señor el rey otra cosa que la muerte, y” sin embargo, tú has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho tengo yo a pedir nada al rey? 30El rey dijo: “¿Para qué tantas palabras? Ya lo he dicho: Tú y Siba os repartiréis las tierras.” 31Y Mefibaal dijo al rey: “Que las toma todas, ya que mi señor el rey ha vuelto a entrar en paz en su casa.”

Mefibaal quiso también salir al encuentro de David, presentándose delante de él sin haberse lavado los pies ni cortado las uñas (Deu 21:12), con el bigote descuidado y los vestidos sucios en seña1 de duelo. Al preguntarle el rey por qué no le había acompañado, Aplicó lo sucedido, quedando al descubierto la vil conducta de Siba, ue Por su calumnia, había obtenido del rey la propiedad de todos los bienes de su amo (Deu 16:3). Mefibaal asegura a David que dice toda la verdad, porque sería imposible mentir a “un ángel de Dios” (Deu 14:17-20). Se pone incondicionalmente en manos de su dueño y señor, que reacciona de manera inesperada, dictando una sentencia injusta contra Mefibaal, repartiendo sus tierras con Siba. Parece que David no sabe a qué atenerse en estos momentos, e ignora de parte de quién está la verdad. Sin embargo, no vaciló ante las palabras de Siba (Deu 16:3) y se niega ahora a dar crédito a las de un pobre tullido.

Nobleza de Barzilai (Deu 19:32-40).
32 Barzilai el galadita bajó de Roguelim para acompañar al rey en el paso del río. 33Barzilai era muy viejo, tenía ya ochenta años y había proporcionado alimentos al rey durante su estancia en Majanaím, pues era hombre muy rico. 34El rey le dijo: “Vente conmigo y yo te mantendré durante tu vejez en Jerusalén.” 35Pero Barzilai respondió al rey: “¿Cuántos años voy a vivir yo, para ir con el rey a Jerusalén? 36Tengo ya ochenta años. ¿Puedo ya distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo saborear lo que come y lo que bebe? ¿Puedo ya oír la voz de cantores y cantoras? ¿Y por qué tu siervo tiene que ser una carga para mi señor el rey? 37 Tu siervo acompañará hasta un poco más allá del Jordán al rey. ¿Y por qué el rey me ha de conceder esta recompensa? 38 Permite, te lo ruego, que tu siervo se vuelva, y muera yo en mi ciudad, cerca del sepulcro de mi padre y de mi madre. 39Pero ahí tienes a tu siervo Quimam; que vaya él con el rey mi señor, y haz por él lo que quieras.” El rey le dijo: “Que venga conmigo Quimam, y yo haré por él cuanto tú quieras, y todo cuanto tú me pidas, yo te lo concederé.” 40Cuando todo el pueblo hubo pasado el Jordán, lo pasó también el rey, y el rey abrazó a Barzilai y le bendijo, y Barzilai se volvió a su casa.

Quería el rey pagar a Barzilai sus inestimables servicios (Deu 17:27-29) llevándoselo a palacio y cuidando de él hasta su muerte. Barzilai lo agradece, pero prefiere regresar a su tierra y morir en su ciudad, para descansar junto al sepulcro de sus padres. Confiesa Barzilai que a su edad es como un niño, que no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, no tiene ya gusto para saborear las comidas de palacio ni humor para escuchar a los cantores y cantoras de palacio 2Cr 35:25; Eccl. 2:8; Isa 5:11-12; Amo 6:4-6). En su lugar irá su hijo Quimam (1Re 2:7).

Altercado entre Israel y Judá (1Re 19:41-44).
41 Dirigióse luego el rey a Caígala, acompañado de Quimam y de todo el pueblo de Judá y la mitad de Israel, que escoltaban al rey. 42 pero he aquí que todos los hombres de Israel se llegaron al rey y le dijeron: “¿Por qué nuestros hermanos los hombres de Judá te han secuestrado y han pasado por el Jordán al rey y su casa? ¿No son pueblo de David todas sus gentes?” 43 Los hombres de Judá respondieron a los de Israel: “Es que el rey nos toca a nosotros más de cerca; ¿por qué os ha de enojar eso? ¿Hemos vivido nosotros a costa del rey? ¿Hemos recibido algo de él?” 44 Los hombres de Israel respondieron a los de Judá: “Nosotros tenemos en el rey diez partes, y aún nos pertenece David más que a vosotros. ¿Por qué nos habéis hecho esta ofensa? ¿No hemos sido nosotros los primeros en proponer el restablecimiento del rey?” Y la contestación de los de Judá fue todavía más fuerte que la de los de Israel.

Aunque David ciñera la corona de Judá y de Israel, no había, sin embargo, desaparecido el antagonismo entre ambos reinos, que se manifestaba en la más insignificante circunstancia. En nuestro texto vemos cómo los de Israel reclaman los derechos que les atañen por haber sido ellos los primeros en apoyar la vuelta del rey a Jerusalén. Si es así, ¿por qué ahora los de Judá han acaparado al rey, secuestrándolo? ¿Es que hay preferencias por un reino en la monarquía de David? Los de Judá aducían el argumento de ser el rey originario de su tribu, a lo que replicaban los de Israel que el rey les pertenecía más a ellos por ser más numerosos, es decir, por ser diez tribus (literalmente: diez manos: Gen 47:24; 2Re 11:7) contra dos (1Re 12:21), y por ser Rubén el primogénito de Jacob. El antagonismo entre los del sur y los del norte concluirá con la escisión completa poco después de la muerte de Salomón.

Fuente: Biblia Comentada

Estos capítulos comienzan con «la casa de Saúl» (2Sa 9:1) y acaban con «Seba … hombre de Benjamín» (2Sa 20:1). Como en el caso de Saúl, David aparece como un rey fracasado, aunque un fracasado arrepentido. Fue solo la gracia y la misericordia del Señor y su pacto irrevocable con David lo que preservó a David de ser excluido del trono como lo había sido Saúl (cp. 2Sa 7:15). El énfasis en esta sección recae sobre las angustias de David, angustias que le sobrevinieron debido a su propio pecado.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Preparación para el regreso de David. Esta sección se ocupa de tres distintos grupos de personas: El ejército de David, los partidarios de Absalón en el norte y los representantes de la tribu de Judá. David podía fácilmente haber ofendido a cualquiera de éstos. Tenía que demostrar magnanimidad y perdón a los antiguos rebeldes sin encolerizar a los que le habían sido fieles.

Al principio corría el peligro de ofender a su victorioso ejército hasta que una vez más Joab se hizo cargo. La decisión de David de designar a Amasa jefe del ejército (13) era por dos razones. Primera, mostraría a todos los rebeldes la amplitud del perdón de David, ya que Amasa había sido comandante de ellos. Segunda, David sintió satisfacción en deponer a Joab, quien había sido responsable de la muerte de Absalón.

Las tribus del norte estaban dispuestas a aceptar una vez más a David como rey, pero evidentemente Judá mostró algo de vacilación. Podemos inferir que la rebelión de Absalón había dividido a Judá y, como tribu, no sabían cuál sería la actitud de David hacia ellos. No obstante, era esencial para la posición de David que su propia tribu le diera todo su apoyo, y se propuso ganar su lealtad. Como resultado, hubo algo de antagonismo entre el norte y el sur (ver vv. 40-43).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

19.4-7 En ocasiones debemos reprobar a aquellos que tienen autoridad sobre nosotros. Joab sabía que se estaba arriesgando al enojo del rey al confrontarlo, pero vio lo que debía hacerse. Joab dijo a David que habría consecuencias terribles si no ensalzaba a las tropas para su victoria. Las acciones de Joab son para nosotros un ejemplo útil cuando es necesaria una confrontación personal.19.8 David se sentó a la puerta (la puerta de la ciudad) porque allí se realizaban los negocios, y se administraba justicia. Su presencia en ese lugar demostraba que había terminado su luto, y estaba otra vez en control de su reino.19.8-10 Al igual que unos días antes, muchos de los israelitas habían apoyado la rebelión de Absalón. Ahora el pueblo quería que David volviera a ser rey. Debido a que se sabe que las multitudes son volubles, debe haber un código de alta moral al que podamos seguir en vez de realizar lo que le place a la mayoría. El seguir los principios morales dados en la Palabra de Dios lo ayudará a evitar la influencia de las opiniones populares de la multitud. JOABJoab, el gran líder militar, tuvo dos hermanos que fueron también soldados famosos: Abisai y Asael. Joab demostró ser el más grande líder de los tres, y fue el comandante del ejército de David a lo largo de la mayor parte de su reinado. No existe ningún registro de que sus tropas hubieran perdido alguna vez una batalla.Joab era un guerrero valiente como sus hermanos. Pero, a diferencia de ellos, era además un estratega brillante y cruel. Sus planes por lo común funcionaban, pero se preocupaba muy poco por aquellos a quienes herían o mataban. No dudaba en traicionar o asesinar para lograr sus metas. Su carrera es una historia de grandes logros y actos vergonzosos. Conquistó Jerusalén y las ciudades circundantes, derrotó a Abner, y se reconcilió con Absalón y David. Pero además asesinó a Abner, Amasa y Absalón; tomó parte en el asesinato de Urías, y confabuló junto con Adonías una rebelión contra Salomón. Por esa acción fue ejecutado.Joab estableció sus propias normas: vivió por ellas, y murió a causa de ellas. Hay muy poca evidencia que nos indique que Joab alguna vez conoció las normas de Dios. En una ocasión confrontó a David acerca del peligro que sería el hacer un censo sin consultarlo con Dios, pero esto pudo haber sido solo un movimiento para protegerse a sí mismo. El egocentrismo de Joab a la larga lo destruyó. Solo fue leal consigo mismo, hasta el punto de estar dispuesto a traicionar a su amigo de toda la vida, David, para mantener su poder.La vida de Joab ilustra los resultados desastrosos que surgen al no tener una fuente de dirección más allá de uno mismo. La brillantez y el poder son autodestructivos sin la guía de Dios. Solo Dios puede darnos la dirección que necesitamos. Por esa razón, hizo que su Palabra, la Biblia, fuera accesible a todos, y El está dispuesto a estar presente en forma personal en la vida de aquellos que admitan que lo necesitan.Puntos fuertes y logros :– Planificador y estratega brillante– Guerrero valiente y comandante hábil– Líder confiable que no dudó hasta de confrontar al rey– Ayudó a reconciliar a David y Absalón– Dirigió magistralmente la conquista de JerusalénDebilidades y errores :– Mostró ser repetidamente cruel, violento y vengativo– Llevó a cabo el plan de David para matar a Urías, esposo de Betsabé– Vengó la muerte de su hermano matando a Abner– Mató a Absalón contra las órdenes de David– Se confabuló con Adonías en contra de David y SalomónLecciones de su vida :– Aquellos que viven en la violencia por lo general mueren por la violencia– Hasta los líderes brillantes requieren una guíaDatos generales :– Ocupación: Comandante en jefe del ejército de David– Familiares: Madre: Sarvia. Hermanos: Abisai, Asael. Tío: David– Contemporáneos: Saúl, Abner, AbsalónVersículo clave :»Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente» (1Ki 2:31).La historia de Joab se narra en 1 Samuel 22-1 Reyes 2. Además se lo menciona en 1Ch 2:16; 1Ch 11:5-9, 1Ch 11:20, 26; 1Ch 19:8-15; 1Ch 20:1; 1Ch 21:2-6; 1Ch 26:28, y en la dedicatoria del Salmo 60. 19.13 El nombramiento que David dio a Amasa fue un movimiento político astuto. Primero, Amasa había sido comandante del ejército de Absalón. Al hacer a Amasa comandante, David aseguraría la lealtad del ejército rebelde. Segundo, al colocar a Joab como comandante en jefe, David lo castigaba por sus crímenes previos (3.26-29). Tercero, Amasa tenía una gran influencia sobre los líderes de Judá (19.14). Todos estos movimientos ayudarían a unir el reino.19.19, 20 Al admitir su error y al pedir el perdón de David, Simei estaba tratando se salvar su propia vida. Su plan dio resultado por un tiempo. Este era un día de celebración, no de ejecución. Pero leemos en 1Ki 2:8-9, que David aconsejó a Salomón que lo ejecutara.19.21ss David mostró una tremenda misericordia y generosidad en su regreso a Jerusalén. Perdonó la vida a Simei, restauró a Mefi-boset, y recompensó al fiel Barzilai. La justicia de David estableció una norma para el gobierno que se cumpliría totalmente en el gobierno justo de Cristo en el reino por venir.19.24-30 David no pudo estar seguro de que Mefi-boset o Siba tuvieran la razón, y las Escrituras dejan la pregunta sin resolver. (Para conocer la historia completa de Mefi-boset, véanse también 9.1-13 y 16.1-4).

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 965 2Sa 18:5; 2Sa 18:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

[1] Al duelo de David por Absalón lo sigue un proceso de reconciliación y restauración.[41] Se advierten ya los motivos de diferencia entre Judá e Israel.

Fuente: Notas Torres Amat