Comentario de 1 Reyes 18:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Sucedió que después de mucho tiempo, al tercer año, vino la palabra de Jehovah a Elías, diciendo: —Vé, preséntate ante Acab, y yo enviaré lluvia sobre la faz de la tierra.
Año 906 a.C.
Pasados muchos días. Luc 4:25; Stg 5:17; Apo 11:2, Apo 11:6.
en el tercer año. 1Re 17:1, 1Re 17:7, 1Re 17:15; Luc 4:25; Stg 5:17.
Ve, muéstrate a Acab. 1Re 18:2, 1Re 18:15-40.
yo daré lluvia. Lev 26:4; Deu 28:12; Sal 65:9-13; Isa 5:6; Jer 10:13; Jer 14:22; Joe 2:23; Amó 4:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Durante la hambruna extrema Elías es enviado a Acab, y se encuentra con Abdías, 1Re 18:1-8.
Abdías trae Acab a Elías, 1Re 18:9-16.
Elías prueba que Dios es superior a Baal y mata a sus profetas, 1Re 18:17-40.
Elías, por oración hace llover, 1Re 18:41-46.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El NT. señala que la sequía se acabo en el cuarto año (Luc 4:25; Stg 5:17). Si el punto en cuestión aquí es la tardanza del tercer año, el fin de la sequía pudo muy bien no ocurrir hasta tres años y medio desde que se inicio.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Encuentro de Elías con Abdías (18:1-15).
1 Pasados muchos días, al tercer año, dirigió Yahvé su palabra a Elías, diciendo: “Ve, preséntate a Ajab, que voy a hacer que caiga la lluvia sobre la haz de la tierra.” 2 Fue, pues, Elías para presentarse ante Ajab. El hambre era grande en Samaría, 3 y Ajab mandó a llamar a Abdías, su mayordomo. Abdías era muy temeroso de Yahvé; 4 y cuando Jezabel exterminaba a los profetas de Yahvé, escondió a cien profetas, de cincuenta en cincuenta, por cincuenta días en cavernas, proveyéndoles de pan y de agua. 5 Ajab dijo a Abdías: “Vete por la tierra a todas las fuentes de agua y a todos los torrentes, a ver si por allí hay alguna hierba para que podamos conservar con vida a los caballos y mulos y no nos quedemos sin ganado.” 6 Dividiéronse, pues, la tierra para recorrerla, y Ajab se fue solo por un camino y Abdías se fue solo por otro. 7 Cuando iba Abdías por su camino, encontróse con Elías, y como le reconócelo, echóse sobre el rostro, diciendo: “¿Eres tú, mi señor, Elías?” 8 El le respondió: “Sí, yo soy; vete a decir a tu señor: Ahí está Elías.” 9 Y Abdías le contestó: “¿Qué pecado he cometido yo para que tú me entregues en manos de Ajab, que seguramente me hará morir? 10 Vive Yahvé, tu Dios, que no hay nación ni reino adonde no haya mandado mi amo a buscarte; cuando venían diciéndole que no estabas allí, hacía jurar al reino y a la nación que no te habían hallado. 11¿Y ahora tú me dices: Ve a decir a tu amo: Ahí está Elías? 12 Además, en cuanto yo te deje, el espíritu de Yahvé te llevará yo no sé dónde, y cuando vaya a informar a Ajab, él no te hallará y me matará. Sin embargo, tu siervo teme a Yahvé desde su juventud. 13 ¿No le han dicho a mi señor lo que yo hice cuando Jezabel mataba a los profetas de Yahvé? Yo oculté a cien profetas de Yahvé, de cincuenta en cincuenta, en cavernas, y los proveí de pan y de agua. 14¿Yahora me mandas: Ve a decir a tu amo: Ahí está Elías, para que me mate?” 15 Pero Elías le dijo: “Vive Yahvé, Sebaot, a quien sirvo, que hoy mismo me presentaré yo delante de Ajab.”
La sequía fue de tres años o de tres años y medio (Luc 4:25; Stg 5:17), según la distinta manera de contar, al término de los cuales fue palabra de Dios (Stg 17:2-24) a Elías para que se presentara a Ajab. Tenía éste un mayordomo que, a pesar de vivir en un ambiente idolátrico, conservóse fiel a la religión de sus padres. Abdías se encontró con Elías, que le mandó fuera a anunciar a Ajab su presencia. Con estilo propio de los orientales, el mayordomo se excusa exponiendo al profeta los temores que le asaltaban. La última de las razones que aduce para justificar sus temores es que, conociendo Abdías que el espíritu de Yahvé se presenta de improviso sobre Elías y sobre los profetas, trasladándolos a otras partes 1Sa 10:6-10; 1Sa 19:20-23; 2Re 2:16), teme que en su ausencia se produzca este fenómeno y desaparezca, apareciendo ante Ajab como mentiroso. Elías le asegura con juramento que aquel mismo día se presentará ante Ajab. Emplea Elías la expresión “Yahvé Sebaot” el Dios de los ejércitos (1Sa 1:3-11; 1Sa 4:4; 1Sa 17:45) l.
Elías y Ajab se enfrentan (1Sa 18:16-19).
16 Abdías, yendo al encuentro de Ajab, le informó, y Ajab se volvió para ir al encuentro de Elías. 17 Apenas le vio Ajab, le dijo: “¿Eres tú, ruina de Israel?” 18 Y Elías le respondió: “No soy yo la ruina de Israel, sino tú y la casa de tu padre, apartándoos de los mandamientos de Yahvé y yéndoos tras los baales. 19 Anda, convoca a todo Israel sobre el monte Carmel y a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen de la mesa de Jezabel.”
Ajab acudió inmediatamente al encuentro de Elías, con el que sostuvo un breve diálogo. A las palabras: “¿Eres tú, ruina de Israel?” responde Elías con decisión y aires de superioridad. No es él el causante de la ruina de Israel, sino el rey y la casa de Omri (1Sa 16:27-28) al rendir culto a los baales, abandonando al verdadero y único Dios; la sequía es efecto de un castigo de Yahvé.
Sacrificios sobre el monte Carmelo (1Sa 18:20-40).
20 Convocó, pues, Ajab a todos los hijos de Israel y a todos los profetas al monte Carmel; 21 y acercándose Elías a todo el pueblo, le dijo: “¿Hasta cuándo habéis de estar vosotros claudicando de un lado y de otro? Si Yahvé es Dios, seguidle a El; y si lo es Baal, id tras él.” El pueblo no respondió nada. 22 Volvió a decir Elías al pueblo: “Sólo quedo yo de los profetas de Yahvé, mientras que hay cuatrocientos cincuenta profetas de Baal. 23 Que traigan bueyes para que escojan ellos uno, lo corten en pedazos y lo pongan sobre la leña, pero sin poner fuego debajo; yo prepararé otro sobre la leña, sin poner fuego debajo. 24 Después invocad vosotros el nombre de vuestro dios y yo invocaré el nombre de Yahvé. El dios que respondiere con el fuego, ése sea Dios”; y todo el pueblo respondió: “Está muy bien.” 25 Entonces dijo Elías a los profetas de Baal: “Escogeos el buey y haced vosotros primero, pues que sois los más, e invocad el nombre de vuestro dios, pero sin poner fuego debajo.” 26 Tomaron ellos el buey que les entregaron, aprestáronlo, y estuvieron invocando el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: “Baal, respóndenos.” Pero no había voz ni quien respondiese, mientras estaban ellos saltando en torno del altar que habían hecho. 27 Al mediodía burlábase de ellos Elías, diciendo: “Gritad bien fuerte; dios es, pero quizá está entretenido conversando, o tiene algún negocio, o está de viaje. Acaso esté dormido, y así le despertaréis.” 28 Ellos daban voces y más voces y se sajaban con cuchillos y lancetas, según su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. 29 Pasado el mediodía, siguieron enfurecidos hasta la hora en que suele hacerse la ofrenda de la tarde; pero no hubo voz ni quien escuchase ni respondiese. 30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: “Acercaos.” Y todo el pueblo se acercó a él. Preparó el altar de Yahvé, que estaba en ruina; 31 y tomando Elías doce piedras, según el número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien había dicho Yahvé: “Israel será tu nombre,” 32 alzó con ellas un altar al nombre de Yahvé. Hizo en derredor una zanja tan grande como la superficie en que se siembran dos “satos” de simiente; 33 compuso la leña, cortó el buey en pedazos y púsolo sobre la leña. 34 Dijo luego: “Llenad de agua cuatro cántaros y echadla sobre el holocausto y sobre la leña.” Después dijo: “Haced lo mismo otra vez.” Otra vez lo hicieron. Dijo aún: “Hacedlo por tercera vez.” Y por tercera vez lo hicieron. 35 Corría el agua todo en derredor del altar y había llenado el agua también la zanja. 36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, llegóse el profeta Elías y dijo: “Yahvé, Dios de Abra-ham, de Isaac y de Israel: que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel y que yo soy tu siervo, que todo esto hago por mandato tuyo. 37 Respóndeme, Yahvé; respóndeme, para que todo este pueblo conozca que tú, ¡oh Yahvé! eres Dios y que tú conviertes a ti su corazón.” 38 Bajó entonces fuego de Yahvé, que consumió el holocausto y la leña, las piedras y el polvo, y aún lamió las aguas que había en la zanja. 39 Viendo esto el pueblo, cayeron todos sobre sus rostros y dijeron: “¡Yahvé es Dios, Yahvé es Dios!” 40 Y díjoles Elías: “ Tomad a los profetas de Baal, sin dejar que escape ninguno.” Tomandolos a ellos y llevólos Elías al torrente Cisón, donde los degolló.
Los reyes paganos de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón consultaban a los profetas en los negocios más importantes del reino (Jer 27:3; Jer 27:9-10). Existía en Canaán el profetismo extático y delirante y otro más moderado. En uno de los textos de Rash Shamra se habla de un éxtasis sobrevenido durante un acto cultual; la toma de posesión de parte de la divinidad se expresa con la imagen típicamente bíblica de la “mano que agarra.” La forma moderada del profetismo se encuentra especialmente en el área aramaica y moabítica, como atestiguan las inscripciones de Zakir y de Mesa 2. La reina Jezabel había traído gran número de profetas de Tiro y Sidón. Siguiendo la indicación de Elías, Ajab convocólos al Carmelo. Debían deslindarse los campos y no andar Israel encendiendo una lámpara a Yahvé y otra a Baal. No se trata de decidir cuál de los dos es el más fuerte, sino de saber cuál de los dos es píos; si lo es Yahvé, entonces Baal es pura nada, y viceversa. El juicio de Dios tendría lugar sobre el monte Carmelo (Kerem = viña), hermosa montaña que se extiende al sudoeste de la llanura de Esdrelón, cubierta de abundante vegetación.
El punto tradicional del sacrificio es El Muhraqa, en la extremidad sudoriental del monte, a 514 metros sobre el nivel del Mediterráneo. Desde este sitio se divisa el mar; cerca brota el manantial Bir-el-Mansura, del cual se sacaba el agua para el sacrificio En Tell el-Qasis, al pie de El Muhraqa y cerca del Cisón, se conserva todavía hoy la memoria de la matanza de los profetas de Baal Alt, para el cual el dios Baal era el dios local del Carmelo, propone como lugar del sacrificio la punta norte de la montaña que domina el mar; pero no convencen sus razones 3.
Elías habla al pueblo, reprobando su conducta sincretista. Como ejemplo del avance de la idolatría, dice que es el único profeta de Yahvé que se atreve a presentarse en público, lo que contrasta con el apoyo oficial con que cuentan los profetas de Baal. A pesar de esta desproporción numérica, propone Elías el duelo entre Yahvé y los baales, entre él y los centenares de profetas de los ídolos. La prueba consistirá en que cada uno de los dos bandos inmole sobre el Carmelo un becerro (Exo 24:5; Num 23:2; Jue 6:25); que se corte la víctima en pedazos y se coloque sobre la leña, pero sin poner fuego debajo (Gen 22:6). Al pueblo agradó aquella propuesta de Elías. A los profetas de Baal, por ser muchos, se les concedió fueran los primeros, dándoseles, además, la facultad de escoger la víctima. Elías reservóse para el acto apoteósico final.
Los profetas de Baal aparejaron el altar e invocaron a Baal a grandes voces, al mismo tiempo que se entregaban a una danza violenta y frenética, que a la larga solía provocar el delirio mántico (v.28-29). Era esta danza originaria de Fenicia4. Con este baile fenicio cabe relacionar lo que se dice en 19:18: “Voy a dejar con vida a siete mil cuyas rodillas no se han doblado ante Baal.” Al ver Elías que nada conseguían con sus gritos y danzas, burlábase de ellos, diciéndoles que su dios Baal, o Herakles, llamado el filósofo, estaba acaso enfrascado en resolver alguna cuestión filosófica; o que, por razón de atribuírsele la invención de la púrpura y de las naves, estaba ocupado en algún negocio o de viaje. Al dios fenicio se le atribuían expediciones a Libia, y sus admiradores se lo imaginaban al frente de las naves fenicias que surcaban los mares enarbolando las banderas de Tiro y de Sidón o cabalgando sobre un hipocampo alado. Admite Elías la posibilidad de que Herakles esté dormido 5.
A las palabras de Elías redoblaban los profetas de Baal sus esfuerzos a fin de llamar la atención de su dios. Los gritos se suceden cada vez más agudos y suplicantes, y la danza toma caracteres de vértigo; la agitación alcanza el paroxismo. Aturdidos, insensibles y fuera de sí, se herian freneticamente con cuchillos a los fines de volver mitica la danza. Añade la Biblia que lo hacían “según su costumbre”6. Por la Biblia consta la costumbre de hacerse tales incisiones en honor de los muertos (Deu 14:1) y por otros motivos, que los verdaderos profetas condenaban (Jer 41:5; Jer 47:5; Ose 7:14; Zac 13:6; Lev 19:28; Lev 21:5). Hasta bien entrada la tarde no cesaron de profetizar, en el sentido de estar poseídos y dar señales externas del éxtasis profético (Num 11:25-27; 1 Sam 10:5-I3; 19:20-24).
Cuando la noche amenazaba caerse encima en aquel lugar inhóspito, y ante el rotundo fracaso de los falsos profetas, Elías recogió las piedras del altar de Yahvé que Jezabel había hecho demoler y lo reconstruyó 7. Sobre el Carmelo residió Elíseo (2Re 4:25) y allí celebraba el pueblo las neomenias y sábados (2Re 4:23). Causa extrañeza el interés en reunir doce piedras que evocaran la memoria de las doce tribus en unos momentos en que existía la escisión; quizá se trata de alguna alusión histórica (Exo 24:4; Jos 4:4). Abrió Elías alrededor del altar una zanja tan grande que en su superficie cabían dos satos de simiente. Es el sato una medida de capacidad (Gen 18:6; 1Sa 25:18) que equivalía a trece litros8.
Al llegar la hora del sacrificio vespertino, que tenía lugar entre dos luces (Exo 29:39.41; Num 28:4-8), empezó Elías su oración a Yahvé. Nada de gritos ni de danzas rituales, ni incisiones de ninguna clase, para dar a entender que sólo “el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel” (1Cr 29:18; 2Cr 30:6) podía mandar el fuego. El milagro se produjo, de lo que dedujeron los israelitas que Yahvé era el solo y verdadero Dios. A una indicación de Elías se apoderó el pueblo de los profetas de Baal, que Elías degolló en el torrente Cisón (Jue 4:7-13; Jue 5:21), al pie del Carmelo. En la lucha entre Yahvé y Baal, los servidores de éste sufren las consecuencias de la derrota de su dios, conforme a las leyes entonces en uso sobre la suerte de los vencidos (Deu 13:2-6; Deu 18:20-22).
Fin de la sequía (Deu 18:41-46).
41 Entonces dijo Elías a Ajab: “Sube a comer y a beber, porque ya suena gran ruido de lluvia.” 42 Y subió Ajab a comer y a beber. Elías subió a la cumbre del Carmel y se postró en tierra, poniendo el rostro entre las rodillas; 43 y dijo a su siervo: “Sube y mira hacia el mar.” Subió él, miró y dijo: “No se ve nada.” Elías le dijo: “Vuelve a hacerlo siete veces.” 44 Y a la séptima vez dijo el siervo: “Veo una nubécula, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar.” El le dijo: “Ve y dile a Ajab: Unce y baja, no te lo impida luego la lluvia.” 45 Y en esto se cubrió el cielo de nubes, sopló el viento y cayó gran lluvia. Subió Ajab y vino a Jezrael. 46 Fue sobre Elías la mano de Yahvé, que ciñó sus lomos, y vino corriendo a Jezrael delante de Ajab.
El gran drama ha terminado con el triunfo aplastante de Yahvé. Ajab y Elías suben del torrente Cisón a la cumbre del monte (Jue 6:26); el rey dirigióse al lugar donde se guardaban las provisiones, mientras subía Elías a otra altura superior. Allí se arrodilló, y, con la cabeza entre las rodillas, no atreviéndose a mirar de cara lo que está por suceder, esperaba la lluvia, que debía proceder del mar anunciando con gran ruido su llegada. En Palestina la lluvia es producida por vientos del oeste y sudoeste. En la nube se ha querido ver una figura de la Virgen María, que llevó la salud al mundo9.
Fuente: Biblia Comentada
el tercer año. Cp. Stg 5:17.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El retorno de Elías. Al tercer año de la sequía Dios mandó a Elías que volviera a Samaria para enfrentar nuevamente a Acab. Sin embargo, primero se presentó ante Abdías, el administrador principal del palacio. Este hombre, temeroso de Jehovah desde su juventud (12), había permanecido leal a su Dios. Su fidelidad fue demostrada en el gran riesgo que corrió al esconder y alimentar a 100 profetas fieles durante la campaña para destruirlos que dirigía Jezabel. Es un personaje desafiante, expresando su fe en el centro mismo de una nación apóstata. Pero también es un personaje muy humano, con gran temor de que Elías se esfumara de nuevo antes de que se pudiera arreglar una reunión con Acab, y también de que lo hicieran responsable y lo ejecutaran. Elías lo tranquilizó, utilizando nuevamente un juramento para subrayar sus palabras (15), diciendo que se presentaría ante Acab antes de que el día se terminara.
Acab y Elías se encontraron e intercambiaron insultos. Al abandonar a Jehovah para seguir a los Baales (una expresión que se refiere al culto de varias deidades extranjeras) ha transformado al rey de Israel en el trastornador de Israel. Elías arrojó el guante y demandó una asamblea de los profetas extranjeros en el monte Carmelo. El hecho que estos profetas comen de la mesa de Jezabel indica que ella era la que promovía esta nueva religión del Estado.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
18.3, 4 A pesar de que Elías estaba solo en su confrontación con Acab y Jezabel, no era el único en Israel que creía en Dios. Abdías había sido fiel al esconder a cien profetas que todavía seguían leales a Dios. ELIASEl compromiso leal de Elías con Dios nos impresiona y nos presenta un reto. Fue enviado para confrontar, no consolar, y habló las palabras de Dios a un rey que a menudo rechazó su mensaje sólo porque era Elías el que lo traía. El profeta escogió seguir adelante solo con su ministerio para Dios y pagó por esta decisión experimentando el aislamiento de otros que también eran fieles a Dios.Es interesante pensar en los sorprendentes milagros que Dios llevó a cabo por medio de Elías, pero haremos bien si nos centramos en la relación que tenían ambos. Todo lo que sucedió en la vida de Elías comenzó con el mismo milagro que está a nuestro alcance: él respondió al milagro de poder conocer a Dios.Por ejemplo, después de que Dios llevó a cabo un milagro grandioso por medio de Elías, al derrotar a los profetas de Baal, la reina Jezabel se vengó amenazando la vida de Elías, y Elías huyó. Sintió miedo, abandono y se deprimió. A pesar de la provisión de comida y abrigo en el desierto, Elías deseaba morir. Así que Dios se le presentó en una «demostración audiovisual» y con el mensaje que él necesitaba escuchar. Elías presenció una tormenta de viento, un terremoto y fuego. Pero el Señor no estaba en ninguna de esas manifestaciones poderosas. Por el contrario, Dios mostró su presencia en un suave susurro.Elías, como nosotros, luchó con sus sentimientos aun después de este mensaje de consuelo de parte de Dios. Así que Dios confrontó las emociones de Elías y lo mandó a actuar. Le dijo lo que ahora tenía que hacer y le informó que parte de su soledad estaba basada en la ignorancia: todavía había en Israel siete mil personas que seguían siendo fieles a Dios.Aún en la actualidad, Dios a menudo nos habla por medio de la quietud y de lo obvio, y no por lo espectacular e inusual. Dios tiene trabajo para nosotros aun cuando sintamos miedo o temor a fracasar. Dios siempre tiene más recursos y personas de las que nosotros conocemos. Si bien podemos desear hacer grandes milagros para Dios, en cambio debemos concentrarnos en tener una relación personal con El. El milagro real de la vida de Elías fue su verdadera relación personal con Dios. Ese milagro sigue estando a nuestro alcance.Puntos fuertes y logros :– Fue el profeta de Israel más famoso y dramático– Predijo el comienzo y el final de una sequía de tres años– Fue usado por Dios para resucitar a un niño– Representó a Dios en una prueba de fuerzas con los sacerdotes de Baal y Asera– Apareció con Moisés y Jesús en la escena de la transfiguración en el Nuevo TestamentoDebilidades y errores :– Decidió trabajar solo y pagó por ello con el aislamiento y la soledad– Huyó con pavor de Jezabel cuando amenazó su vidaLecciones de su vida :– Nunca estamos tan cerca del fracaso como en nuestros momentos de mayor victoria– Nunca estamos tan solos como parece que nos sentimos. Dios siempre está con nosotros– Dios habla con mayor frecuencia en susurros persistentes, que a gritosDatos generales :– Dónde: Galaad– Ocupación: Profeta– Contemporáneos: Acab, Jezabel, Ocozías, Abdías, Jehú, HazaelVersículos clave :»Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres el Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú, vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja» (1Ki 18:36-38).La historia de Elías se relata en 1 Reyes 17.1-2Ki 2:11. Además se lo menciona en2Ch 21:12-15; Mal 4:5-6; Mat 11:14; Mat 16:14; Mat 17:3-13; Mat 27:47-49; Luk 1:17; Luk 4:25-26; Joh 1:19-25; Rom 11:2-4; Jam 5:17-18. 18.18 En vez de adorar al Dios verdadero, Acab y su esposa Jezabel adoraban a Baal, el dios más popular de los cananeos. Por lo general, los ídolos de Baal eran moldeados en forma de toro, representando la fortaleza y la fertilidad, y reflejando hambre de poder y de placer sexual.18.19 Acab convocó a ochocientos cincuenta profetas paganos en monte Carmelo para comparar la inteligencia y el poder con Elías. Los reyes malvados odiaban a los profetas de Dios porque hablaban en contra del pecado y de la idolatría, y minaban su control sobre el pueblo. Con la ayuda de los reyes malvados, muchos profetas paganos se levantaron para combatir las palabras de los profetas de Dios. Pero Elías mostró al pueblo que el hablar una profecía no era suficiente. Se necesitaba el poder de un Dios viviente para cumplirla.18.21 Elías desafió al pueblo a tomar una decisión: seguir a quienquiera que fuera el verdadero Dios. ¿Por qué osciló tanta gente entre las dos alternativas? Quizá algunos no estaban seguros. Muchos de ellos, sin embargo, sabían que Dios era Jehová, pero disfrutaban de los placeres pecaminosos y de otros beneficios que obtenían al seguir a Acab y su adoración idólatra. Es importante tomar partido por Dios. Si sólo nos dejamos llevar por cualquier cosa que sea placentera y fácil, algún día descubriremos que hemos estado adorando a un dios falso: nosotros mismos.18.29 A pesar de que los profetas de Baal se deshicieron en alabanzas durante toda la tarde, ninguno les contestó. Su dios estaba en silencio porque no era real. Los dioses a los que nos vemos tentados a seguir no son ídolos de piedra o de madera, pero son igualmente falsos y peligrosos porque nos hacen depender de otras cosas y no de Dios. El poder, la posición, la apariencia o las posesiones materiales pueden llegar a convertirse en nuestros dioses si les dedicamos nuestras vidas. Pero cuando llegue el tiempo de crisis y desesperadamente clamemos a esos dioses, solo habrá silencio. No pueden ofrecer respuestas verdaderas, ni guía, ni sabiduría.18.31 Usar doce piedras para construir el altar requirió valentía. Esto podría haber ocasionado que algunas personas se enojaran porque era un recordatorio silencioso de la división entre las tribus. Mientras las diez tribus del norte se llamaron a sí mismas Israel, este era el nombre que originalmente habían recibido las doce tribus en conjunto.18.36-38 Dios envió fuego desde los cielos para Elías, y El nos ayudará a completar lo que nos ha mandado a realizar. La prueba puede no ser tan dramática en nuestra vida como lo fue en la de Elías, pero Dios nos hará accesibles los recursos de maneras creativas para lograr sus propósitos. Nos dará la sabiduría para educar a nuestra familia, el valor para levantarnos en favor de la verdad, o los medios para ayudar a alguien en necesidad. Como Elías, podemos tener fe en que, sea lo que Dios nos mande hacer, El proveerá lo que necesitamos para llevarlo a cabo.18.46 Elías corrió casi 10 km de regreso a la ciudad para poder dar a Acab la última oportunidad para volverse de su pecado antes de reunirse con Jezabel en Jezreel. Su carrera aseguró, además, que llegara a Jezreel la historia correcta de lo que había sucedido.PROFETAS FALSOS Y VERDADEROSFALSOS PROFETASTrabajaban con propósitos políticos para beneficio de ellos mismosAbundaban en posesionesDaban mensajes falsosDecían sólo lo que el pueblo quería escucharVERDADEROS PROFETASTrabajaban con propósitos espirituales para servir a Dios y al puebloPoseían poco o nadaSólo daban mensajes verdaderosDecían sólo lo que Dios les indicaba, sin importar lo poco popular que fuera su mensajeLos falsos profetas fueron un obstáculo para poder llevar la Palabra de Dios al pueblo. Llevaban mensajes que contradecían las palabras de los verdaderos profetas. Daban «mensajes» que apelaban a la naturaleza pecaminosa y consolaban sus temores. Los falsos profetas dijeron al pueblo lo que este quería escuchar. Los verdaderos profetas daban a conocer la verdad de Dios.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O: “y déjame dar lluvia”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1369 Luc 4:25; Stg 5:17
b 1370 Sal 65:9; Sal 65:10; Jer 14:22; Mat 5:45
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
en el tercer año. El tercer año se refiere a que Elías aún estaba en Sarepta después del milagro que había realizado allí (17:8– 24). Añadiendo este tiempo al tiempo que Elías estuvo en Querit después que había anunciado la sequía, da el total de tres años y medio mencionada el en N.T. (Lc 4:25; Stg 5:17).
Fuente: La Biblia de las Américas
Tres años en Sarepta + el tiempo en Querit = los 3 ½ años de Luc 4:25 y Stg 5:17.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
muchos días… Esto es, los tres años de sequía.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Esto es, los tres au241?os de sequía.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[=] *1Re 17:1
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[4] 1 Sam 19, 20.[19] Dedicados a los ídolos, sobre todo a la diosa Astarté y a Baal. El Carmelo tenía una larga historia como lugar de culto. Aparece en las listas egipcias a partir del siglo XV a.C. con el nombre de Cabo Sagrado. La cumbre más elevada tiene 546 metros sobre el nivel del mar y se extiende unos 25 kilómetros.