Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica.
10:23 Todo me es lícito, pero no todo conviene — En los versículos anteriores (14-22) Pablo trata del pecado de la idolatría, al participar el cristiano corintio en el culto rendido a los demonios. En los versículos que siguen hasta el fin del capítulo trata en particular el caso de comer de lo sacrificado a ídolos en situaciones sociales, o de comprar ciertas carnes vendidas en el mercado. ¿Se permite, o se prohíbe? Bueno, se permite, porque el ídolo no es nada (8:4) y porque Dios ha creado la carne para comerse (1Ti 4:3-4), pero la legalidad del asunto no es toda la cuestión. Entra la conveniencia, porque, sobre todo, la actividad lícita a la vez tiene que edificar. La libertad tiene límites. No se debe abusar de ella. Hay consideraciones aparte de la libertad que importan mucho. El cristiano no vive solo en este mundo. Si el comer tal carne ocasiona el tropiezo de algún hermano escrupuloso, se debe abstener para no “desedificarle”, o tumbarle. Véase 6:12, comentarios, donde la frase inicial de este versículo se trata ampliamente. Aquí basta recordarnos que al decir Pablo “todo”, él trata de todas las cosas que Dios ha permitido. No dice que todas las acciones en la vida son lícitas, sino según el contexto que todas las carnes, incluyendo la sacrificada a ídolos, son lícitas.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Todo me es lícito. 1Co 6:12; 1Co 8:9; Rom 14:15, Rom 14:20.
no todo edifica. 1Co 8:1; 1Co 14:3-5, 1Co 14:12, 1Co 14:17, 1Co 14:26; Rom 14:19; Rom 15:1, Rom 15:2; 2Co 12:19; Efe 4:29; 1Ts 5:11; 1Ti 1:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Vea la nota sobre 1Co 6:12. edifica. Edificarse en la doctrina cristiana (cp. 1Co 8:1; 1Co 14:3-4; 1Co 14:26; Hch 20:32; 2Co 12:19; Efe 4:12; 2Ti 3:16-17).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Pablo presenta cuatro principios para practicar la libertad cristiana: 1) edificación antes que gratificación (v. 1Co 10:23), 2) los demás antes que uno mismo (v. 1Co 10:24), 3) la libertad sobre el legalismo (vv. 1Co 10:25-27) y 4) la sumisión mutua en lugar de la condenación (vv. 1Co 10:28-30).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
10:23 Todo me es lícito, pero no todo conviene – En los versículos anteriores (14-22) Pablo trata del pecado de la idolatría, al participar el cristiano corintio en el culto rendido a los demonios. En los versículos que siguen hasta el fin del capítulo trata en particular el caso de comer de lo sacrificado a ídolos en situaciones sociales, o de comprar ciertas carnes vendidas en el mercado. ¿Se permite, o se prohíbe? Bueno, se permite, porque el ídolo no es nada (8:4) y porque Dios ha creado la carne para comerse (1Ti 4:3-4), pero la legalidad del asunto no es toda la cuestión. Entra la conveniencia, porque, sobre todo, la actividad lícita a la vez tiene que edificar. La libertad tiene límites. No se debe abusar de ella. Hay consideraciones aparte de la libertad que importan mucho. El cristiano no vive solo en este mundo. Si el comer tal carne ocasiona el tropiezo de algún hermano escrupuloso, se debe abstener para no “desedificarle”, o tumbarle.
Véase 6:12, comentarios, donde la frase inicial de este versículo se trata ampliamente. Aquí basta recordarnos que al decir Pablo “todo”, él trata de todas las cosas que Dios ha permitido. No dice que todas las acciones en la vida son lícitas, sino según el contexto que todas las carnes, incluyendo la sacrificada a ídolos, son lícitas.
“Todo me es lícito”, diría el corintio; “Sí, pero no todo conviene”, respondería Pablo.
La palabra “todo”, como las demás palabras, tiene su contexto. No hemos de aislarla de su contexto y aplicarla a cualquier práctica. Esto es lo que hacen mis hermanos liberales con la palabra “todos” en 2Co 9:13, a propósito ignorando que el contexto trata de “santos” (9:1) y aplicándola a los no santos (con el fin de justificar los donativos de iglesias de Cristo a las instituciones humanas, o a individuos no cristianos con el fin de “convertirles” con la carnada).
–todo me es lícito, pero no todo edifica – En 6:12 leemos que todas las cosas son lícitas, y que no todas las cosas convienen. Aquí Pablo agrega este punto adicional, de que no todas las cosas edifican; o sea, no contribuyen al progreso espiritual de la persona. Considérese Rom 14:19.
En este contexto Pablo trata de tales cosas lícitas como el comer carne sacrificada a los ídolos, pero hace hincapié en que la libertad del cristiano no le justifica en hacer algo que, en lugar de edificar a su hermano, contribuye a su caída y perdición. Si las circunstancias de un caso en particular conducen a un hermano débil (en su comprensión de las cosas) a participar en lo que el considera idolatría, entonces el acto lícito no conviene (aprovecha) nada; no edifica al otro. El interés principal del cristiano no debe estar en sus libertades o derechos, sino en la edificación de su hermano para que todos sean salvos. Compárese Mar 10:44.
Algunos pervierten este pasaje (y 6:12), tratando de justificar ciertas prácticas sobre la premisa de la conveniencia, o utilidad. Pero los tales ignoran el simple hecho de que si no hay autorización para la práctica, ¡no entra la conveniencia! Para que una práctica pueda ser conveniente, primero tiene que ser lícita. Ellos hablan de sus proyectos como si fueran nada más “medios, maneras y conveniencias” de hacer una obra, cuando en realidad no han probado que los proyectos mismos sean lícitos. La Sociedad Misionera, del siglo pasado (1849), fue establecida por hermanos liberales, basándose ellos en que era ella nada más una conveniencia en la obra de predicar el evangelio. Los hermanos conservadores se oponían al establecimiento de ella, mostrando que no era ninguna conveniencia de cosa lícita, sino que la cosa misma carecía de autorización bíblica por ser una institución completamente humana, con Presidente, Vicepresidente, Tesorero y Secretario, y sostenida por iglesias de Cristo.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS LÍMITES DE LA LIBERTAD CRISTIANA
1 Corintios 10:23 – 11:1
Todo me está permitido, pero no todo me hace bien; todo vale, pero no todo edifica. Que no piense nadie sólo en lo que le conviene a él personalmente, sino también en lo que les hace bien a los demás.
Comed de todo lo que se vende en el mercado sin hacer preguntas rebuscadas por causa de la conciencia; porque «del Señor es la Tierra y todo lo que contiene.» Si algún pagano os invita a comer y tenéis voluntad de ir, comed de todo lo que os sirva sin hacer preguntas por causa de la conciencia. Ahora bien, si alguien os dice: «Esta carne procede de un sacrificio,» no la comáis, por causa del que os lo dijo y por causa de la conciencia. No me refiero a vuestra conciencia, sino a la del otro.
Pero, ¿por qué mi libertad ha de estar sujeta al juicio de la conciencia de otra persona? Si yo participo de algo después de darle gracias a Dios, ¿cómo se me puede criticar injustamente por comer algo por lo que he dado gracias?
La cosa es que, ya sea comer, beber, o hacer cualquier otra cosa, ha de hacerse para la gloria de Dios. Vivid de tal manera que no hagáis tropezar ni a judíos ni a griegos ni a miembros de la iglesia; como yo trato en todo de merecer la aprobación de todas las personas, porque no estoy en este trabajo para obtener ganancia material, sino para traer bendición a muchos y que se salven.
Así que, dad señales de seguir mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
Pablo concluye esta larga discusión del tema de la carne ofrecida a los ídolos con unos cuantos buenos consejos.
(i) Su consejo es que el cristiano puede comprar de todo lo que se venda en las tiendas. Es verdad que la carne podría haber sido parte de un sacrificio, o haberse matado en el nombre de algún dios; pero también uno se podría pasar de escrupuloso y crear problemas donde no los había. Después de todo, en último análisis, todo pertenece a Dios.
(ii) Si el cristiano aceptaba la invitación de un,pagano, que comiera lo que le sirvieran sin hacer preguntas. Pero, si se le informaba expresamente que la carne procedía de un sacrificio, que no la comiera. Se supone que el que se lo diera sería uno de esos hermanos que no habían podido librar su conciencia del sentimiento de que comer esa carne era malo. Antes que preocuparle, mejor abstenerse.
(iii) Así es que, de una cuestión trasnochada surge una gran verdad. Muchas cosas que uno puede hacer sin el menor riesgo por lo que a él respecta, no debe hacerlas si van a causar escándalo a otro. La libertad cristiana es lo más real del mundo; pero debe usarse para ayudar, no para ofender a los demás. Tenemos obligaciones para con nosotros mismos; pero las más sagradas son las que afectan a los demás.
Debemos darnos cuenta de los límites de esas obligaciones.
(i) Pablo insistía en que el cristiano corintio debía ser un buen ejemplo para los judíos. Aun para sus enemigos, una persona tiene que ser ejemplo de lo que está bien.
(ii) El cristiano corintio tenía una obligación con los griegos; es decir, tenía que darles buen ejemplo a los que eran totalmente indiferentes al Evangelio. Es un hecho que muchos son ganados de esta manera. Había un pastor que llegaba hasta donde fuera para ayudar a alguien, aunque no tuviera nada que ver con su iglesia. Uno de ellos empezó a venir a la iglesia, y al cabo del tiempo pidió que le hicieran anciano para poder pasar el resto de su vida dando muestras de lo agradecido que estaba por lo que Cristo había hecho por medio de su siervo para prestarle ayuda.
(iii) El cristiano corintio tenía una obligación con los otros miembros de la iglesia. Todos seguimos el ejemplo de los demás. Tal vez no nos demos cuenta; pero es probable que un hermano más nuevo o más débil se esté fijando en nosotros, y estamos obligados a ser el ejemplo que fortalezca al débil y confirme al vacilante y libre de caer al tentado.
Podemos hacerlo todo para la gloria de Dios si cumplimos la obligación que tenemos con nuestros semejantes. Y sólo lo haremos teniendo presente que la libertad cristiana no se nos ha dado exclusivamente para que la disfrutemos, sino también para que ayudemos a otros.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
1Co 6:12.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
r 510 1Co 6:12
s 511 Rom 6:14
t 512 Rom 14:19; Rom 15:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Todo es lícito…pero no todo edifica. La libertad que el creyente tiene en Cristo no es para fines egoístas, sino para mutua edificación espiritual.
Fuente: La Biblia de las Américas
23 (1) Los vs.14-22 tratan el asunto de comer lo sacrificado a los ídolos, desde el punto de vista de hacerse uno con los demonios. Desde el v.23 hasta 11:1, se enfoca este asunto desde el punto de vista de edificar a otros para la gloria de Dios (v.31).
23 (2) Véase la nota 12 (2) del cap.6.
23 (3) Véase la nota 12 (3) del cap.6.
23 (4) El versículo paralelo, 6:12, concluye con: «No me dejaré dominar de ninguna». Este versículo termina en: «No todo edifica». Aquél tiene que ver con nosotros mismos, y éste, con otros.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
todo es lícito… TR registra todo me es lícito. → 1Co 6:12.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
El TR añade me entre todo y lícito.
10.23 g 1Co 6:12.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
‡ Ver 1Co 6:12.