Comentario de 1 Corintios 11:20 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Porque cuando os reunís en uno, eso no es para comer la cena del Señor,
11:20 — Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor — Dados el desorden, las disensiones y los abusos de la cena del Señor en la iglesia en Corinto, su reunión para comerla resultaba como acto de no comerla. No se podía comer así. Lo que hacían no era comer la Cena del Señor. Dios no aceptaba su culto.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
la cena del Señor era el centro de la adoración cristiana primitiva. Reunidos alrededor de una mesa, los creyentes se reunían con el Señor y con sus hermanos en unidad. Cristo expresó este tipo de humildad y unidad cuando instituyó la Cena (Mat 26:26-30; Mar 14:22-26; Luc 22:14-23). Los creyentes de Corinto se adelantaban a tomar su propia cena, con lo que violaban el espíritu y el propósito de ella. Al actuar de esta manera, mostraban menosprecio por la iglesia de Dios y avergonzaban a quienes no tenían nada.
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EN PROFUNDIDAD
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El nuevo pacto
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El NT. describe el nuevo pacto (1Co 11:25), o convenio, que Dios hizo con la humanidad, basado en la muerte y resurrección de Jesucristo. En la Biblia, un pacto involucra mucho más que un contrato o simple acuerdo. Un contrato tiene una fecha de término, pero un pacto es un acuerdo permanente. Además, un contrato generalmente involucra sólo un aspecto de la persona, una habilidad, por ejemplo, pero un pacto cubre la totalidad de la persona. Dios hizo numerosos pactos con el pueblo en el AT. Por ejemplo: con Adán y Eva (Gén 3:15); con Noé (Gén 8:21, Gén 8:22; 2Pe 3:7, 2Pe 3:15); con Abraham (Gén 12:1-3); con Israel (Deu 29:1-29; Deu 30:1-20); y con David (2Sa 7:12-16; 2Sa 22:51).
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El pacto con Israel fue especialmente significativo porque estableció una relación especial entre Dios y los hebreos. Ellos fueron su «pueblo escogido» por medio del cual llevaría bendición y esperanza al resto del mundo. Sin embargo, dado que los receptores de la Ley de Dios no pudieron guardarla perfectamente, se hizo necesaria una provisión adicional para ellos también y para el resto de la humanidad. Porque Dios prometió un nuevo pacto por medio del profeta Jeremías. Bajo el nuevo pacto, Dios escribiría su Ley en los corazones humanos. Esto sugería un nuevo nivel de obediencia y un nuevo conocimiento del Señor.
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La obra de Jesucristo dio existencia al nuevo pacto que se prometió. Cuando comió su última Pascua con los Doce, Jesús habló de la copa como «el nuevo pacto en mi sangre» (Luc 22:20), palabras que Pablo cita a los corintios para recordarles la necesidad de pureza y dignidad en la adoración (1Co 11:25-34).
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El nuevo pacto en la sangre de Jesús descansa directamente sobre la obra expiatoria de Cristo en la cruz (prefigurada por el sistema expiatorio de Israel) y logra la remoción del pecado y la purificación de la conciencia por la fe en Él (Heb 10:2, Heb 10:22). De modo que cada vez que celebran la Cena del Señor, los cristianos se recuerdan a sí mismos que Dios cumplió su promesa: «Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo … yo seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y sus iniquidades» (Heb 8:10, Heb 8:12; cf. Jer 31:33, Jer 31:34).
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA CENA DEL SEÑOR. Se describe la Cena del Señor en cuatro pasajes: Mat 26:26-29; Mar 14:22-25; Luc 22:15-20; 1Co 11:23-25. La importancia que tiene se relaciona con el pasado, el presente y el futuro.
(1) La importancia del pasado,
(a) Es en memoria (gr. anamnesis; vv. 1Co 11:24-26; Luc 22:19) de la muerte de Cristo para redimir al creyente del pecado y de la condenación. Mediante la Cena del Señor, se confronta de nuevo al creyente con la muerte salvadora de Cristo y la importancia redentora que tiene para la vida del ser humano. La muerte de Cristo es la motivación fundamental para no caer en pecado y para evitar toda clase de mal (1Ts 5:22).
(b) Es acción de gracias (gr. eucaristía) por las bendiciones y la salvación que Dios provee gracias al sacrificio de Cristo en la cruz (v. 1Co 11:24; Mat 26:27-28; Mar 14:23; Luc 22:19).
(2) La importancia del presente,
(a) La Cena del Señor es comunión (gr. koinonía) con Cristo y participación en los beneficios de su muerte expiatoria, así como comunión con los demás miembros del cuerpo de Cristo (1Co 10:16-17). En esa cena con el Señor resucitado, Él, en calidad de anfitrión, se hace presente de una manera especial (cf. Mat 18:20; Luc 24:35).
(b) Es reconocimiento y proclamación del nuevo pacto (gr. koine diatheke) por lo cual los creyentes reafirman el señorío de Cristo y la consagración a hacer su voluntad, a permanecer fieles, a resistir al pecado y a identificarse con la misión de Cristo (v. 1Co 11:25; Mat 26:28; Mar 14:24; Luc 22:20; véase el ARTÍCULO EL PACTO ANTIGUO Y EL NUEVO PACTO, P. 1782. [Heb 8:6]).
(3) La importancia del futuro,
(a) La Cena del Señor es una anticipación del futuro reino de Dios y del futuro banquete mesián1Co cuando todos los creyentes estarán en la presencia del Señor (Mat 8:11; Mat 22:1-14; Mar 14:25; Luc 13:29; Luc 22:17-18; Luc 22:30).
(b) Hace que se espere el inminente regreso de Cristo por su pueblo (v. 1Co 11:26) y dramatiza la oración: «Venga tu reino» (Mat 6:10; cf. Apo 22:20).
La Cena del Señor sólo cobra esa importancia si el creyente se acerca al Señor con fe verdadera, oración sincera y con dedicación a la Palabra y a la voluntad de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
esto no es comer la cena del Señor. El banquete de amor y la celebración de la comunión habían sido pervertidos a tal punto que se constituyeron en una excusa pecaminosa para el egoísmo más soez. No podían afirmar con legitimidad que era algo dedicado al Señor porque no lo honraba en lo más mínimo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
11:20 — Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor –
Dados el desorden, las disensiones y los abusos de la cena del Señor en la iglesia en Corinto, su reunión para comerla resultaba como acto de no comerla. No se podía comer así. Lo que hacían no era comer la Cena del Señor. Dios no aceptaba su culto.
Este versículo nos enseña que la Cena del Señor es un acto, no particular en la casa del individuo, sino celebrado por la iglesia en asamblea, o reunión.
Esta sección de la carta da el testimonio más antiguo de la institución de la Cena del Señor, pues a esta carta se le pone una fecha anterior a la de los cuatro evangelios.
Este pasaje, y Hch 20:7, enseñan que uno de los propósitos principales de reunirse la iglesia cada domingo es el de tomar la Cena del Señor.
La palabra griega para decir “cena” es deipnon, que significa la comida formal usualmente de la tarde. Claro es que la Cena del Señor no es una “comida formal”, grande y completa, y por eso se le da el nombre de “cena” sin implicaciones de que tenga que ser comida en la tarde. Para cumplir con Luc 14:12-13, la ocasión no tiene que ser en las horas de la tarde.
En el primer siglo el domingo no era día de “fin de semana”, o día de no trabajar. Todo el mundo trabajaba aquel día, y por eso la reunión de la iglesia ocurría en horas después de los quehaceres del día. Comúnmente la Cena del Señor se observaba en la tarde. Hoy en día, en las partes del mundo influenciadas por la llamada cristiandad, el domingo es día libre de trabajo y se pueden hacer reuniones en las mañanas como en las tardes.
La frase “del Señor” traduce el vocablo griego kuriakos, que es un adjetivo que significa perteneciente al Señor (kurios). Se emplea solamente aquí y en Apo 1:10. El primer día de la semana es el día en la semana que pertenece al Señor en particular por ser el día de su resurrección de los muertos. La “cena” que pertenece al Señor es la que Jesús instituyó la noche antes de su muerte (Mat 26:26-29; Mar 14:22-25; Luc 22:17-20). Se hace referencia a ella en 10:16-21. Véanse los comentarios allí.
Fuente: Notas Reeves-Partain
NOTAS
(1) O: “no se come”.
(2) Lit.: “cena relacionada con el Señor”.
REFERENCIAS CRUZADAS
d 559 Luc 22:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
20 super (1) En 10:21 la cena del Señor es llamada «la mesa del Señor». El énfasis de la mesa del Señor está en la comunión de la sangre y del cuerpo del Señor (10:16-17), la participación en el Señor, el disfrute que tenemos del Señor en mutualidad, en comunión; mientras que el énfasis de la cena del Señor está en recordar al Señor (vs. 24-25). En la mesa del Señor recibimos Su cuerpo y sangre para nuestro disfrute; y en la cena del Señor le recordamos para Su disfrute.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Cuando, pues, os reunís. Los cristianos primitivos tenían una comida de amor en conexión con la Cena del Señor, durante la cual se reunían para comer en comunión fraternal, enviaban y recibían comunicaciones de otras iglesias, y recogían una ofrenda para las viudas y los huérfanos. Parece ser que algunos de los más ricos miembros no compartían su comida, sino que la consumían vorazmente antes de que se presentasen los pobres (v. 1Co 11:21). Si los objetivos de la fiesta de amor no estaban siendo cumplidos, era mejor comer en casa (v. 1Co 11:22).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
la cena consagrada al Señor… → §114.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
dominical g §114.