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Comentario de 1 Corintios 1:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 1:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no sea hecha vana la cruz de Cristo.

1:17

— Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio — La palabra “pues” es significante; conecta lo que Pablo dice en los ver. 14-16 (el número pequeño de personas bautizadas con las manos de él) con la declaración que ahora sigue.

Lo importante es la predicación del evangelio para que la gente crea y se bautice (Mar 16:15-16), y no quién sumerja a los creyentes.

Pablo era un apóstol (un enviado) de Cristo, y como tal tenía la obligación (9:16) de ir a los gentiles (en particular, Hch 26:17; Rom 15:16; Gál 2:9; Efe 3:1-2), a predicarles el evangelio. Cuando llegó solo a Corinto, y predicó el evangelio, naturalmente tuvo que bautizar con sus propias manos a los primeros conversos (Hch 18:1-4). Pero cuando llegaron Timoteo y Silas, ellos podían ayudar en el acto de sumergir en agua a los creyentes arrepentidos, juntamente con los primeros conversos. Pablo ya no tenía que preocuparse con el acto mismo del bautismo.

Muchos sectarios, en sus comentarios y predicaciones, ignoran el contexto de este pasaje, los versículos 12-17, y torciendo las palabras de Pablo (2Pe 3:16) tratan de probar que el bautismo no es esencial para la salvación. Pero el contexto trata del espíritu de partidismo en la iglesia en Corinto, cosa que hizo conveniente que Pablo mismo no sumergiera con sus manos a muchas personas, para que ese espíritu de los corintios partidarios no pudiera decir que algunos habían sido bautizados para el nombre de él. Lo esencial del bautismo mismo no entra en el caso.

En la discusión sobre lo esencial del bautismo para la salvación del pecador en el mundo, es significante notar que en cada caso de conversión en el libro Hechos el converso fue bautizado. Si el bautismo no es necesario para la salvación, ¿por qué fue bautizada toda persona que buscaba la salvación? La respuesta está en las palabras de Cristo mismo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mar 16:15-16). Por eso el Espíritu Santo guió a Pedro a decir a aquellos creyentes en Jerusalén: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (Hch 2:38). Pablo mismo fue bautizado para lavar sus pecados (Hch 22:16).

A los bautistas les gusta decir que Pablo dijo que dio gracias a Dios porque no había bautizado a ninguno de los corintios (ver. 14), y que Cristo no le envió a bautizar (ver. 17). Bueno, vamos a ver a dónde lleva esta clase de lógica: ya que para ser bautista la persona tiene que ser bautizada, y Pablo dio gracias a Dios porque no había bautizado a nadie, y que no fue enviado por Cristo a bautizar, se sigue que ¡dio gracias a Dios por no haber hecho a nadie bautista!

Es más: para ser bautista, la persona tiene que haber sido bautizada por un ministro bautista. Dado que no hubo ministro bautista por largos siglos después del primero, ¡no hubo Iglesia Bautista en el siglo primero! Con razón las Escrituras no hacen ninguna mención de Iglesia Bautista, ni de bautistas.

Tal distorsión de las Escrituras como ésta de los bautistas, y otros sectarios, se podría hacer de Jua 4:2, aislando del contexto las palabras que dicen, “Jesús no bautizaba”, y afirmando que eso prueba que el bautismo no importa. Pero el versículo anterior dice, “Jesús… bautiza más discípulos que Juan”. ¿Por qué no prueba eso, entonces, que el bautizo sí importa? Tomando todo dentro de su contexto, vemos que las Escrituras no se contradicen, ni que Jesús “no bautizaba” y por eso no veía importancia en el bautismo. El contexto hace bien claro que Jesús sí bautizaba, pero no con sus propias manos. Empleaba la ayuda de sus discípulos para llevar a cabo este acto de “los designios de Dios” (Luc 7:30).

Podemos preguntar al sectario: Si Cristo no envió a Pablo a bautizar, ¿pecó Pablo al hacerlo (ver. 14,16)? ¿Desobedeció a Cristo? Y, si no le envió a bautizar, ¿cómo explica el sectario que Cristo envió a los apóstoles a bautizar (Mat 28:19)? La torcida manera de los sectarios de tratar este versículo pone a Cristo en contradicción, y a Pablo en pecado.

En Corinto Pablo hizo lo que solamente él podía hacer (predicar con inspiración — la obra de un apóstol), dejando a otros lo que ellos podían hacer (que en este caso fue el sumergir en agua a los creyentes arrepentidos).

Recuérdese que es imposible predicar el evangelio sin predicar el bautismo (Mat 28:1-20; Mar 16:15-16; Hch 8:12; Hch 8:35-36; Hch 10:48; Rom 6:3-4).

— no con sabiduría de palabras — Véase 2:1,2. La prioridad de Pablo, que no fue el acto de sumergir a las personas, sino la predicación del evangelio, no fue atendida con énfasis en el empleo de lenguaje de filósofo, para así impresionar a la gente, haciéndose un gran “líder”, cosa que muchos corintios en su carnalidad buscaban hacer.

Muchos predicadores modernos procuran hacer que la persona se sienta bien consigo misma. Hablan mucho del “self esteem” (“amor propio”, “apreciarse debidamente”, “tenerse en alta estima”) y con “suaves palabras y lisonjas”, cosa que agrada a la vanidad del oyente. (Por ej., una iglesia sectaria grande en mi ciudad hace publicidad, diciendo: “Esta iglesia es para usted”. Otra dice, “En esta iglesia usted es importante”). Véanse Rom 6:18; Isa 30:10; Flp 3:18; 2Pe 3:3; 2Pe 3:18. Por otra parte, la predicación de la cruz de Cristo hace que el hombre “se compunja” de corazón y pregunte qué debe hacer para ser salvo (Hch 2:37).

— para que no se haga vana la cruz de Cristo — El evangelio de la cruz le dice qué hacer para ser salvo: arrepentirse y bautizarse (Hch 2:38). Pero el predicarse a sí mismo (= el popular “amor propio”), que es el corazón de la sabiduría humana, hace que la cruz de Cristo sea vana, porque tal sabiduría pone el énfasis en lo que Dios ha hecho por el hombre indigno, ignorante y sin esperanza (Rom 5:6-11). Cuando el verdadero evangelio de la cruz se predica, el oyente no se siente bien, con respecto a sí mismo, sino tan mal y compungido de corazón que pregunte qué quiere Dios que se haga, y luego lo hace para ser salvo por Dios.

La frase “sabiduría de palabras” en el texto griego es “sabiduría de palabra” (singular), y así dicen las versiones P.B., N.M., H.A.; B.A. en una nota del margen: “lit., palabra sabia”. Dice la N.C., “sabia dialecta”. Se trata, no tanto de estilos de hablar, sino de substancia o contenido. El evangelio es un mensaje de Dios, no de la filosofía humana. El problema en la iglesia en Corinto se basaba en no hacer debidamente esta distinción. Ningún sistema filosófico tiene poder para salvar; sólo el evangelio lo tiene.

Ahora Pablo pasa a describir la naturaleza del evangelio, afirmando que no es meramente otra filosofía de las muchas humanas, sino la revelación de la mente del Dios verdadero con respecto al hombre perdido, reflejando el poder y la sabiduría de Dios. Lo que Dios ha hecho en Cristo para el hombre deja que toda la gloria pertenezca a él. Si el hombre, pues, quiere gloriarse, tiene que hacerlo en el Señor Jesucristo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no me envió Cristo. Jua 4:2; Hch 10:48; Hch 26:17, Hch 26:18.

no en sabiduría. 1Co 2:1, 1Co 2:4, 1Co 2:13; 2Co 4:2; 2Co 10:3, 2Co 10:4, 2Co 10:10; 2Pe 1:16.

de palabras. 1Co 2:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El ministerio principal de Pablo era predicar el evangelio. El bautismo seguía naturalmente a la conversión y era secundario en importancia. Con la frase no con sabiduría de palabras Pablo critica la tendencia de los corintios de poner un énfasis indebido en la sabiduría humana. Los inmaduros corintios estaban tan impresionados por la oratoria inteligente y el debate erudito que muchos de ellos ignoraban el relativamente «sencillo» mensaje de la cruz.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NO ME ENVIÓ CRISTO A BAUTIZAR. Pablo no está restándole importancia a las enseñanzas de Cristo concernientes al bautismo (Mat 28:19), sino que deja bien sentado que comisionó el cumplimiento del bautismo a sus compañeros, como hicieron Cristo (Jua 4:1-2) y Pedro (Hch 10:47-48). El apóstol no quiere dar oportunidad para que sus hijos espirituales presuman de haber sido «bautizados en el nombre de Pablo» (1Co 1:13). Pablo mismo se concentró en la predicación del evangelio.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Este versículo no significa que las personas no deban ser bautizadas (cp. Hch 2:38), sino que Dios no envió a Pablo para que comenzara una secta privada conformada por seguidores a quienes él mismo hubiera bautizado. Vea Hch 26:16-18. Fue llamado a predicar el evangelio y llevar muchos a la unidad en Cristo, no a bautizar una facción que lo rodeara como líder del séquito.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:17 — Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio — La palabra “pues” es significante; conecta lo que Pablo dice en los ver. 14-16 (el número pequeño de personas bautizadas con las manos de él) con la declaración que ahora sigue.
Lo importante es la predicación del evangelio para que la gente crea y se bautice (Mar 16:15-16), y no quién sumerja a los creyentes.
Pablo era un apóstol (un enviado) de Cristo, y como tal tenía la obligación (9:16) de ir a los gentiles (en particular, Hch 26:17; Rom 15:16; Gál 2:9; Efe 3:1-2), a predicarles el evangelio. Cuando llegó solo a Corinto, y predicó el evangelio, naturalmente tuvo que bautizar con sus propias manos a los primeros conversos (Hch 18:1-4). Pero cuando llegaron Timoteo y Silas, ellos podían ayudar en el acto de sumergir en agua a los creyentes arrepentidos, juntamente con los primeros conversos. Pablo ya no tenía que preocuparse con el acto mismo del bautismo.
Muchos sectarios, en sus comentarios y predicaciones, ignoran el contexto de este pasaje, los versículos 12-17, y torciendo las palabras de Pablo (2Pe 3:16) tratan de probar que el bautismo no es esencial para la salvación. Pero el contexto trata del espíritu de partidismo en la iglesia en Corinto, cosa que hizo conveniente que Pablo mismo no sumergiera con sus manos a muchas personas, para que ese espíritu de los corintios partidarios no pudiera decir que algunos habían sido bautizados para el nombre de él. Lo esencial del bautismo mismo no entra en el caso.
En la discusión sobre lo esencial del bautismo para la salvación del pecador en el mundo, es significante notar que en cada caso de conversión en el libro Hechos el converso fue bautizado. Si el bautismo no es necesario para la salvación, ¿por qué fue bautizada toda persona que buscaba la salvación? La respuesta está en las palabras de Cristo mismo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mar 16:15-16). Por eso el Espíritu Santo guió a Pedro a decir a aquellos creyentes en Jerusalén: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (Hch 2:38). Pablo mismo fue bautizado para lavar sus pecados (Hch 22:16).
A los bautistas les gusta decir que Pablo dijo que dio gracias a Dios porque no había bautizado a ninguno de los corintios (ver. 14), y que Cristo no le envió a bautizar (ver. 17). Bueno, vamos a ver a dónde lleva esta clase de lógica: ya que para ser bautista la persona tiene que ser bautizada, y Pablo dio gracias a Dios porque no había bautizado a nadie, y que no fue enviado por Cristo a bautizar, se sigue que ¡dio gracias a Dios por no haber hecho a nadie bautista!
Es más: para ser bautista, la persona tiene que haber sido bautizada por un ministro bautista. Dado que no hubo ministro bautista por largos siglos después del primero, ¡no hubo Iglesia Bautista en el siglo primero! Con razón las Escrituras no hacen ninguna mención de Iglesia Bautista, ni de bautistas.
Tal distorsión de las Escrituras como ésta de los bautistas, y otros sectarios, se podría hacer de Jua 4:2, aislando del contexto las palabras que dicen, “Jesús no bautizaba”, y afirmando que eso prueba que el bautismo no importa. Pero el versículo anterior dice, “Jesús… bautiza más discípulos que Juan”. ¿Por qué no prueba eso, entonces, que el bautizo sí importa? Tomando todo dentro de su contexto, vemos que las Escrituras no se contradicen, ni que Jesús “no bautizaba” y por eso no veía importancia en el bautismo. El contexto hace bien claro que Jesús sí bautizaba, pero no con sus propias manos. Empleaba la ayuda de sus discípulos para llevar a cabo este acto de “los designios de Dios” (Luc 7:30).
Podemos preguntar al sectario: Si Cristo no envió a Pablo a bautizar, ¿pecó Pablo al hacerlo (ver. 14,16)? ¿Desobedeció a Cristo? Y, si no le envió a bautizar, ¿cómo explica el sectario que Cristo envió a los apóstoles a bautizar (Mat 28:19)? La torcida manera de los sectarios de tratar este versículo pone a Cristo en contradicción, y a Pablo en pecado.
En Corinto Pablo hizo lo que solamente él podía hacer (predicar con inspiración–la obra de un apóstol), dejando a otros lo que ellos podían hacer (que en este caso fue el sumergir en agua a los creyentes arrepentidos).
Recuérdese que es imposible predicar el evangelio sin predicar el bautismo (Mat 28:1-20; Mar 16:15-16; Hch 8:12; Hch 8:35-36; Hch 10:48; Rom 6:3-4).
— no con sabiduría de palabras — Véase 2:1,2. La prioridad de Pablo, que no fue el acto de sumergir a las personas, sino la predicación del evangelio, no fue atendida con énfasis en el empleo de lenguaje de filósofo, para así impresionar a la gente, haciéndose un gran “líder”, cosa que muchos corintios en su carnalidad buscaban hacer.
Muchos predicadores modernos procuran hacer que la persona se sienta bien consigo misma. Hablan mucho del “self esteem” (“amor propio”, “apreciarse debidamente”, “tenerse en alta estima”) y con “suaves palabras y lisonjas”, cosa que agrada a la vanidad del oyente. (Por ej., una iglesia sectaria grande en mi ciudad hace publicidad, diciendo: “Esta iglesia es para usted”. Otra dice, “En esta iglesia usted es importante”). Véanse Rom 6:18; Isa 30:10; Flp 3:18; 2Pe 3:3; 2Pe 3:18. Por otra parte, la predicación de la cruz de Cristo hace que el hombre “se compunja” de corazón y pregunte qué debe hacer para ser salvo (Hch 2:37).
— para que no se haga vana la cruz de Cristo — El evangelio de la cruz le dice qué hacer para ser salvo: arrepentirse y bautizarse (Hch 2:38). Pero el predicarse a sí mismo (= el popular “amor propio”), que es el corazón de la sabiduría humana, hace que la cruz de Cristo sea vana, porque tal sabiduría pone el énfasis en lo que Dios ha hecho por el hombre indigno, ignorante y sin esperanza (Rom 5:6-11). Cuando el verdadero evangelio de la cruz se predica, el oyente no se siente bien, con respecto a sí mismo, sino tan mal y compungido de corazón que pregunte qué quiere Dios que se haga, y luego lo hace para ser salvo por Dios.
La frase “sabiduría de palabras” en el texto griego es “sabiduría de palabra” (singular), y así dicen las versiones P.B., N.M., H.A.; B.A. en una nota del margen: “lit., palabra sabia”. Dice la N.C., “sabia dialecta”. Se trata, no tanto de estilos de hablar, sino de substancia o contenido. El evangelio es un mensaje de Dios, no de la filosofía humana. El problema en la iglesia en Corinto se basaba en no hacer debidamente esta distinción. Ningún sistema filosófico tiene poder para salvar; sólo el evangelio lo tiene.
Ahora Pablo pasa a describir la naturaleza del evangelio, afirmando que no es meramente otra filosofía de las muchas humanas, sino la revelación de la mente del Dios verdadero con respecto al hombre perdido, reflejando el poder y la sabiduría de Dios. Lo que Dios ha hecho en Cristo para el hombre deja que toda la gloria pertenezca a él. Si el hombre, pues, quiere gloriarse, tiene que hacerlo en el Señor Jesucristo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

1Co 2:1-5; Mat 28:19.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Véase Ap. 5C.

REFERENCIAS CRUZADAS

j 36 Hch 9:15

k 37 1Co 2:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

no…a bautizar. Pablo no le resta importancia al bautismo (cp. Hch 16:33), sino que está definiendo las prioridades del evangelio y de su propio llamamiento.

el evangelio. Véase coment. en Ro 1:1.

Fuente: La Biblia de las Américas

17 (1) El apóstol Pablo no fue enviado a bautizar de modo formal a las personas, sino a predicar el evangelio, ministrando a Cristo a otros para producir la iglesia como una expresión de Cristo, a fin de que ésta sea la plenitud de Dios ( Efe_1:23 ; Efe_3:19).

17 (2) Se refiere a las teorías filosóficas.

17 (3) La cruz de Cristo es el centro en el cumplimiento de la economía neotestamentaria de Dios, la cual consiste en producir una iglesia por medio de la redención de Cristo. Pablo predicaba a Cristo crucificado (v.23; 2:2; Gál_3:1) y se gloriaba en la cruz de Cristo ( Gál_6:14). No predicaba la ley ni la circuncisión, por las cuales luchaban los judíos y algunos de los creyentes judíos ( Gál_3:11 ; Gál_5:11 ; Gál_6:12-13), ni predicaba la filosofía que promovían los griegos y algunos de los creyentes gentiles ( Col_2:8 , Col_2:20). La cruz de Cristo abolió las ordenanzas de la ley ( Efe_2:15 ; Col_2:14), y nosotros los creyentes hemos muerto a la filosofía, un elemento del mundo ( Col_2:20). Sin embargo, Satanás incitó a los judaizantes y a los filósofos griegos a que predicaran sus «ismos» de la sabiduría mundana, para que se hiciera vana la cruz de Cristo. El apóstol Pablo estaba alerta en este asunto. Al confrontar las divisiones que existían entre los creyentes corintios, las cuales surgían principalmente de la religión judía y de la filosofía griega, el apóstol puso énfasis en Cristo y Su cruz. Cuando tomamos a Cristo en lugar de las opiniones religiosas y de la sabiduría filosófica, y cuando Su cruz obra para eliminar la carne ligada a cualquier antecedente, las divisiones terminan. La exaltación de la preferencia natural y de la sabiduría humana no puede permanecer ante Cristo y Su cruz.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio. Aunque Pablo bautizó a algunas personas (vv. 1Co 1:14; 1Co 1:16), resulta claro a base de esta afirmación que él no consideraba el bautismo necesario para la salvación.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

la Buena Noticia… O el Evangelio; vaciada… Esto es, de eficacia, para que no pierda su eficacia.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

el Evangelio… O la Buena Noticia.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

B481 El negativo οὐ no niega el infinitivo, sino el verbo: Cristo no me envió a bautizar.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, anunciar

Lit., sabias

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. para que no sea vaciada (de eficacia).

Fuente: La Biblia Textual III Edición

* O “ineficaz”. Literalmente, “vacía”.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento