Comentario de 1 Corintios 12:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pues el cuerpo no consiste de un solo miembro, sino de muchos.

12:14 — Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos — Lo que es obvio en el caso del cuerpo físico, de que el cuerpo no es un solo miembro, debía haber sido obvio a los corintios con referencia al cuerpo espiritual de Cristo. Como hay necesidad de una multiplicidad de miembros en el cuerpo físico, para el buen funcionamiento de él, así también en la iglesia primitiva, antes de haber una revelación completa de la ley de Cristo en las Sagradas Escrituras, había la necesidad de que funcionara un buen número de dones milagrosos para el bien espiritual del cuerpo de Cristo, la iglesia.

En Corinto esta verdad se ignoraba, al desear algunos hermanos muy especialmente el don de hablar en lenguas, como si no hubiera necesidad de otro don. ¿No es compuesto el cuerpo físico de más de un sólo miembro? ¿Podía decir el hermano en Corinto, con el don de lenguas, que él era toda la iglesia?

En los versículos siguientes Pablo ilustra este punto de que hay sabiduría en la diversidad de funciones.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

1Co 12:12, 1Co 12:19, 1Co 12:27, 1Co 12:28; Efe 4:25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Estos versículos enfatizan una idea principal: el cuerpo es una magnífica descripción de la unidad y la diversidad en un todo y al mismo tiempo (vv. 1Co 12:14-19, unidad en diversidad; vv. 1Co 12:20-27, diversidad en unidad). Nadie debe exaltarse a sí mismo por el don que se le otorgó, ni nadie debe sentirse inferior porque recibe un don que pareciera más insignificante.

 PARA VIVIRLO

¿Son algunas tareas más importantes?

¿La jerarquía de los dones (1Co 12:28-31) significa que Dios valora algunas tareas más que otras? A juzgar por la opinión popular, uno podría concluir que sí. Ciertamente, por siglos los cristianos se han subscrito a una sutil pero poderosa jerarquía de vocaciones.

En nuestra cultura, esa jerarquía tiende a poner al clero (misioneros y evangelistas, pastores y sacerdotes) en la cima, a los miembros de las profesiones de ayuda (doctores y enfermeras, maestros y educadores, trabajadores sociales) los próximos, y los trabajadores seculares (ejecutivos de negocios, vendedores, obreros de fábricas y campesinos) al final.

Entonces, ¿qué determina el valor espiritual de un trabajo? ¿Cómo Dios les asigna importancia? La jerarquía adopta distinciones sagradas y seculares, y asigna prioridad a lo santo. Pero, ¿ve Dios las vocaciones de esa manera? No.

Todo trabajo legítimo le importa a Dios. Dios mismo es un trabajador. De hecho, las ocupaciones humanas encuentran su origen en su trabajo de creación del mundo (Sal 8:6-8). El trabajo es un don de Dios para satisfacer las necesidades de la gente y de la creación.

Dios crea a la gente para cumplir distintos tipos de trabajos. Dios nos diseña a cada uno específicamente, nos capacita para ciertos tipos de tareas. Él distribuye las capacidades, habilidades, intereses y personalidades entre nosotros, para hacer su obra en el mundo. Esa obra incluye tareas «espirituales», pero también se extiende hacia la salud, educación, agricultura, negocios, derecho, comunicación, arte, y otras.

Dios cuida más de nuestro carácter y conducta que del nivel ocupacional. La enseñanza de Pablo en este pasaje es sobre los dones, no las vocaciones. En el momento que Pablo escribió esto, existían pocos, si es que había alguno, «profesionales» del clero en la iglesia. Pablo mismo tenía como ocupación hacer tiendas, junto con sus amigos, Aquila y Priscila (Rom 16:3-5; 1Co 16:19). Otros líderes de la iglesia practicaban una variedad de profesiones y negocios. Dios podría asignar rangos entre los dones espirituales, pero no hay indicación de que él observe las vocaciones de esa manera.

Además, las Escrituras dicen que hay algo «más excelente» que ejercer ciertos dones (1Co 12:31). El capítulo 1Co 13:1-13 revela que hay que ser como Cristo en amor y carácter. Implicación: Si nosotros deseamos una posición en la economía de Dios, debemos sobresalir en amor, no importa lo que hacemos como trabajo. El amor tiene el valor más grande para Dios (1Co 13:13; Mat 22:35-40).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Mediante esta ilustración de la manera como cada parte de un cuerpo humano es esencial para su funcionamiento normal, Pablo mostró que la unidad es una necesidad indispensable de la Iglesia. No obstante, la diversidad que Dios provee dentro de esa unidad también es necesaria. Sus palabras implicaban además que algunos miembros egoístas estaban descontentos con sus dones y querían obtener unos que no les habían sido dados (v. 1Co 12:11). Con esa actitud, ponían en entredicho la sabiduría de Dios e implicaban que Él había cometido un error en las asignaciones (cp. el v. 1Co 12:3; Rom 9:20-21). Al procurar habilidades y poder espectaculares, también se hicieron vulnerables a dones carnales y a manifestaciones falsificadas por demonios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:14 — Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos – Lo que es obvio en el caso del cuerpo físico, de que el cuerpo no es un solo miembro, debía haber sido obvio a los corintios con referencia al cuerpo espiritual de Cristo. Como hay necesidad de una multiplicidad de miembros en el cuerpo físico, para el buen funcionamiento de él, así también en la iglesia primitiva, antes de haber una revelación completa de la ley de Cristo en las Sagradas Escrituras, había la necesidad de que funcionara un buen número de dones milagrosos para el bien espiritual del cuerpo de Cristo, la iglesia.
En Corinto esta verdad se ignoraba, al desear algunos hermanos muy especialmente el don de hablar en lenguas, como si no hubiera necesidad de otro don. ¿No es compuesto el cuerpo físico de más de un sólo miembro? ¿Podía decir el hermano en Corinto, con el don de lenguas, que él era toda la iglesia?
En los versículos siguientes Pablo ilustra este punto de que hay sabiduría en la diversidad de funciones.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Hay un solo cuerpo de creyentes

No es posible que un individuo declare su independencia del cuerpo de creyentes solamente porque no esté satisfecho con determinados dones otorgados por el Espíritu soberano (15-20), o con los dones de otros, y por tanto declare que no se necesita un ministerio en particular (21-26). Todos los cristianos son parte de un cuerpo y Dios ha preparado esta diversidad.

15-21 El descontento con la función que le corresponde a alguien no puede ser causa de que ese alguien deje de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo consistiese de un solo don, ¿cómo sobreviviría? Dios ordenó todas las partes del cuerpo como él consideró adecuado. Si todos fuésemos una y la misma parte, no existiría el cuerpo. La verdad es que hay muchos miembros, pero sólo un cuerpo. Los que tienen dones de percepción y pensamiento no pueden menospreciar a aquellos que tienen dones más prácticos. 22-24 Las partes más débiles y menos decorosas son tratadas con especial honor y decoro, en comparación con otras partes del cuerpo que no necesitan atención especial. Dios ha integrado los miembros del cuerpo y les ha dado mayor honor a aquellas partes que no lo tienen. 25 El punto crucial es que Dios quiso que no hubiera divisiones, sino que todos sean valorados (cf. 1:10; 3:3; 11:18).

27 Los corintios son el cuerpo de Cristo y cada uno de ellos es miembro del mismo. Algunos se creían superiores y, por consiguiente, hacían sentir- se inferiores en sus ministerios a otros. Estos se sentían tentados a retirarse, o se retiraron efectivamente, de cualquier función activa en la asamblea cristiana. Así como algunos corintios no reconocían el cuerpo en 11:29, aquí ejercían su ministerio en una forma que tenía efectos negativos sobre otros miembros. Mostraban parcialidad en su respuesta a los demás, algo que claramente sucedía en la sociedad secular. 28-30 Tanto la asignación de dones a los cristianos, y las prioridades que ellos tienen son prerrogativa de Dios. Se detallan las funciones apostólicas, el ministerio de los profetas, las tareas de enseñanza, milagros, sanidades, la ayuda a los necesitados, los dones administrativos y el don de lenguas (28), junto con la interpretación de lenguas (30). Es claro que no todos tienen cada uno de estos dones.31 Los corintios deben anhelar los dones mayores. ¿Cuáles son? Presumiblemente serían la profecía y la enseñanza, dado que se las presenta en ese orden en el v. 27. Esto se confirma en 14:1, 39.

Para que los corintios no buscaran los dones con el espíritu arrogante que sus actitudes reflejaban en 12:1, Pablo presenta un camino todavía más excelente para su ministerio conjunto.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

e 617 Efe 4:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo