Biblia

Comentario de 1 Corintios 12:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 12:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por eso os hago saber que nadie, hablando por el Espíritu de Dios, dice: “Anatema sea Jesús.” Tampoco nadie puede decir: “Jesús es el Señor,” sino por el Espíritu Santo.

12:3 — Por tanto — Pasando Pablo de lo que acabó de decir, llega a esta conclusión:

— os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús — Había confusión entre los hermanos corintios con respecto a los dones milagrosos, en gran parte debido a su vida pasada en la idolatría. Pablo disipa o barre esa ignorancia al explicarles cómo es que el Espíritu Santo guía al que en realidad tiene don milagroso, porque había engañadores, falsos profetas, extáticos, reclamando ser guiados por poderes divinos. Pablo explica que el llamar anatema (execrado, maldito, 16:22) a Jesús, el Hijo de Dios y Salvador, no es algo dirigido por el Espíritu Santo, sino de la creencia en dioses falsos y sus profetas. (Según Gál 3:13, los judíos consideraban a Jesús como maldito; compárese Hch 18:6). Véanse Rom 9:3; Gál 1:8.

Considérese Deu 12:1-5. La doctrina, y no las meras reclamaciones del llamado profeta, es lo que atestigua la verdad del caso. Véase 1Jn 4:1-6.

— y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo — Claro es que cualquier persona, sin ninguna inspiración del Espíritu Santo, puede pronunciar ciertas palabras, como “Jesús es el Señor”, pero tal no es el punto de Pablo. El está hablando acerca de personas que reclaman ser guiados por el Espíritu Santo, y dice que el que en realidad lo es, por tener un don milagroso, es quien va a llamar a Jesús Señor. El Espíritu Santo es la fuente de tal mensaje. Claro es que los falsos no lo proclamarían.

Anteriormente los corintios, cuando eran esclavos de la ignorancia de la idolatría, no sabían la verdad; no la tenían para entenderla. Pero ahora que son cristianos, son guiados por la revelación del Espíritu Santo y confiesan a Jesús como Señor y Cristo (Hch 2:36). Compárese Mat 16:17.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

nadie que hable por Espíritu. Mar 9:39; Jua 16:14, Jua 16:15; 1Jn 4:2, 1Jn 4:3.

llama anatema a Jesús. 1Co 16:22; Deu 21:23; Gál 3:13.

nadie puede llamar. 1Co 8:6; Mat 16:16, Mat 16:17; Jua 13:13; Jua 15:26; 2Co 3:5; 2Co 11:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

llama anatema a Jesús … llamar a Jesús Señor: Una persona que habla por el Espíritu Santo nunca maldecirá (rebajará o difamará) a Jesús, y todo aquel que genuinamente proclama el señorío de Cristo lo hace por el Espíritu Santo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LLAMAR A JESÚS SEÑOR. Pablo comienza el estudio de los dones espirituales con la verdad de que los dones y las manifestaciones del Espíritu Santo exaltarán a Jesús como Señor de la iglesia. El criterio máximo de la actividad del Espíritu es una expresión siempre creciente de la persona, la presencia, el poder, el amor y la justicia del Señor Jesucristo. En la manifestación de los dones espirituales Cristo mismo ministra a su pueblo por medio del Espíritu a través de su pueblo (véanse vv. 1Co 12:12-27; Mat 25:40).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

anatema. Este es el tipo más severo de condenación. Algunos de los corintios eran carnales y se entregaban a éxtasis en los que eran controlados por demonios. En esa condición, llegaban al punto de afirmar que profetizaban o enseñaban en el Espíritu, cuando en realidad eran usados por demonios para blasfemar el nombre del Señor a quien se suponía que adoraban. Habían juzgado el uso de los dones con base en la experiencia y no el contenido de los mensajes y la doctrina. Siempre que puede, Satanás ataca a la persona de Cristo. Es posible que quien maldijera así a Cristo fuera un gentil que alegaba ser cristiano y que en realidad defendiera la filosofía del gnosticismo según la cual toda la materia era mala, incluido Jesús mismo en su aspecto humano. Pudieron haber dicho que el Cristo espiritual dejó al Jesús humano antes de su muerte, y que por eso Jesús padeció una muerte maldita como un simple hombre. llamar a Jesús Señor. Cp. Hch 2:36; Rom 10:9-10; Efe 1:20-21; Flp 2:9-11. La validez de cualquier intervención hablada es determinada por su veracidad. Si la persona que habla afirma el señorío de Jesús, es la verdad del Espíritu Santo. Lo que una persona cree y dice acerca de Jesucristo es la prueba que determina si habla de parte del Espíritu Santo, porque en ese caso siempre conducirá a las personas al señorío de Cristo (cp. 1Co 2:8-14; Jua 15:26; 1Jn 5:6-8).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:3 — Por tanto – Pasando Pablo de lo que acabó de decir, llega a esta conclusión:
— os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús – Había confusión entre los hermanos corintios con respecto a los dones milagrosos, en gran parte debido a su vida pasada en la idolatría. Pablo disipa o barre esa ignorancia al explicarles cómo es que el Espíritu Santo guía al que en realidad tiene don milagroso, porque había engañadores, falsos profetas, extáticos, reclamando ser guiados por poderes divinos. Pablo explica que el llamar anatema (execrado, maldito, 16:22) a Jesús, el Hijo de Dios y Salvador, no es algo dirigido por el Espíritu Santo, sino de la creencia en dioses falsos y sus profetas. (Según Gál 3:13, los judíos consideraban a Jesús como maldito; compárese Hch 18:6). Véanse Rom 9:3; Gál 1:8.
Considérese Deu 12:1-5. La doctrina, y no las meras reclamaciones del llamado profeta, es lo que atestigua la verdad del caso. Véase 1Jn 4:1-6.
— y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo – Claro es que cualquier persona, sin ninguna inspiración del Espíritu Santo, puede pronunciar ciertas palabras, como “Jesús es el Señor”, pero tal no es el punto de Pablo. El está hablando acerca de personas que reclaman ser guiados por el Espíritu Santo, y dice que el que en realidad lo es, por tener un don milagroso, es quien va a llamar a Jesús Señor. El Espíritu Santo es la fuente de tal mensaje. Claro es que los falsos no lo proclamarían.
Anteriormente los corintios, cuando eran esclavos de la ignorancia de la idolatría, no sabían la verdad; no la tenían para entenderla. Pero ahora que son cristianos, son guiados por la revelación del Espíritu Santo y confiesan a Jesús como Señor y Cristo (Hch 2:36). Compárese Mat 16:17.

Fuente: Notas Reeves-Partain

1Co 16:22; Mar 9:37; 1Jn 4:2-3.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— maldito: Lit. anatema. Con este vocablo que, a su vez, traduce el término hebreo jerem (ver Deu 7:2; Deu 7:26), se significaba originalmente la destrucción completa de una cosa o una persona como señal de su absoluta pertenencia a Dios (ver segunda nota a Jos 2:1-24; Jos 10:1-43). De ahí pasó a ser sinónimo de cosa maldita y, por tanto, abominable. (Ver nota a Rom 9:3).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “anatema”. Gr.: A·ná·the·ma.

REFERENCIAS CRUZADAS

e 590 Mar 9:39; 1Jn 4:3

f 591 Mat 16:17; 1Jn 4:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Jesús es el Señor. Pablo afirma a los corintios que los creyentes dirigidos por el Espíritu Santo son los que reconocen la deidad y soberanía de Cristo (1 Jn 4:2– 4).

Fuente: La Biblia de las Américas

3 super (1) Aquí el pensamiento del apóstol es que los ídolos mudos, los ídolos sin voz, mencionados en el v. 2, hacen que sus adoradores también sean mudos, sin voz. Pero el Dios viviente hace que Sus adoradores hablen en Su Espíritu. Esta manera de hablar está relacionada con los dones espirituales. Nadie que hable en el Espíritu de Dios diría: «Jesús es anatema»; más bien le gustaría decir, y también puede decir: «¡Jesús es Señor!» Ninguno que adore a Dios debe estar callado; todos deben usar sus voces para proclamar en el Espíritu de Dios: «¡Jesús es Señor!». Proclamar: «¡Jesús es Señor!», es la función principal de todos los dones espirituales.

3 super (2) Véase la nota 22 super (1) del cap.16.

3 super (3) Indica que cuando decimos, con un espíritu recto: «¡Jesús es Señor!» estamos en el Espíritu Santo. Por tanto, la manera de participar del Espíritu Santo, y de disfrutarle y experimentarle es invocar al Señor Jesús.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

O, en

I.e., maldito

Fuente: La Biblia de las Américas