Comentario de 1 Corintios 1:26 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento: No sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.
1:26 — Pues mirad, hermanos, vuestra vocación — Como hemos dicho más arriba, siempre se deben tomar en cuenta las palabras o frases relativas, como “pues”, “porque”, “así que”, “por lo tanto”, etcétera, para ver la conexión de la contextura de cualquier versículo. Véanse ver. 17,18, comentarios. Lo que ahora dice Pablo se relaciona con lo anterior. Pablo llama la atención de los hermanos en Corinto a su propio caso, como personas convertidas en cristianos (llamados), para probar lo dicho en el versículo anterior. La palabra “vocación” en otras versiones es “llamamiento” (RVA., N.M., B.A., ASV., 1977).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
que no sois. 1Co 1:20; 1Co 2:3-6, 1Co 2:13; 1Co 3:18-20; Sof 3:12; Mat 11:25, Mat 11:26; Luc 10:21; Jua 7:47-49; Stg 3:13-17.
no muchos poderosos. Luc 1:3; Luc 18:24, Luc 18:25; Jua 4:46-53; Jua 19:38, Jua 19:39; Hch 13:7, Hch 13:12; Hch 17:34; Flp 4:22; Stg 1:9-11; Stg 2:5; 2Jn 1:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
sabios: Se refiere a los filósofos griegos.
Poderosos se refiere a personas influyentes, políticamente poderosas.
nobles incluye a la aristócrata clase alta. La mayoría de los corintios venían de clases inferiores.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Aunque los corintios pensaban altamente de sí mismos, Pablo los reta a examinar sus propias congregaciones y comprender que muchos de ellos no vienen de la clase alta, sino de lo más bajo del mundo. Pablo atacaba el orgullo que causó la discordia al comparar al ser humano con Dios (1Co 1:20-25), y luego al comparar a la iglesia con el mundo alrededor de ella (1Co 1:26-31). Ambos argumentos expresan la grandeza de la sabiduría de Dios al salvar lo insignificante del mundo, para que nadie tenga fundamento para jactarse.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Dios desdeñó la sabiduría humana, no solo al descalificarla como medio para llegar a conocerlo, sino también en su elección de salvar a los humildes. Él no llama a salvación a muchos de los que el mundo llamaría sabios, poderosos y nobles (cp. Mat 11:25; Mat 18:3-4). La sabiduría de Dios es revelada a los que son considerados tontos, débiles y comunes por los elitistas, como resultado de haber depositado su confianza en Jesucristo como Salvador y Señor. Es evidente que Dios recibió todo el crédito y la gloria por haberse asegurado que tales personas humildes alcanzaran conocimiento de Él y de las verdades eternas de su reino celestial. Ningún pecador salvo puede jactarse de haber alcanzado la salvación por su intelecto (v. 1Co 1:29).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:26 — Pues mirad, hermanos, vuestra vocación – Como hemos dicho más arriba, siempre se deben tomar en cuenta las palabras o frases relativas, como “pues”, “porque”, “así que”, “por lo tanto”, etcétera, para ver la conexión de la contextura de cualquier versículo. Véanse ver. 17,18, comentarios. Lo que ahora dice Pablo se relaciona con lo anterior.
Pablo llama la atención de los hermanos en Corinto a su propio caso, como personas convertidas en cristianos (llamados), para probar lo dicho en el versículo anterior. La palabra “vocación” en otras versiones es “llamamiento” (RVA., N.M., B.A., ASV., 1977).
— que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles — La versión NTP. es más bien comentario que traducción, al decir: “Hermanos, fíjense a quiénes llamó Dios. Entre ustedes son pocos los que pasan por cultos, y son pocas las personas pudientes o que vienen de familias famosas”.
Había unos cuantos hermanos corintios de éstos, pero muy pocos (por ej., Crispo, Hch 18:8, y Erasto, Rom 16:23). La iglesia en Atenas contaba con el hermano Dionisio el areopagita, y con una hermana sobresaliente, de nombre Dámaris (Hch 17:34). La iglesia en Tesalónica contaba con un buen número de mujeres nobles (Hch 17:4), y la que estaba en Berea con mujeres de distinción (ver. 12). En la hermandad hay hermanos ricos (1Ti 6:17-19); José de Arimatea era hombre rico (Mat 27:57). Pero en general, éstos son casos excepcionales. El hombre pobre y dependiente de Dios es la persona que más tiende a hacer caso del evangelio (Stg 2:5).
La frase “según la carne” no trata de moralidad, sino del punto de vista humano, o manera normal de ver las cosas.
Los “poderosos” son las personas de autoridad, dinero, y dirección pública. Los “nobles” son los de alta sociedad, la gente ilustre, los aristócratas. Para éstos el evangelio no tiene mucha atracción. Son gente con orgullo, y el evangelio es para quienes son humildes.
Compárese Jer 9:23.
Cristo dejó las riquezas del cielo y se hizo pobre para salvarnos (2Co 8:9). Todas las circunstancias físicas de su nacimiento fueron de pobreza y humildad (Luc 2:7-20). No nació de sangre real. Fue criado en Nazaret, ciudad menospreciada (Jua 1:46). Algunos de sus escogidos embajadores (los apóstoles, 2Co 5:20) fueron pescadores humildes, otro fue un odiado publicano, y ninguno fue de alto nivel en el mundo político (Mat 4:18-22; Mat 9:9-13). Su iglesia es sencilla en organización, obra y adoración; no tiene cuartel general ni organización global, ni cabeza titular en el mundo. Todo esto es locura para la sabiduría humana.
Pero, recuérdese Mar 12:37, “La gente llana le oía con gusto” (V.M.)
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA GLORIA DE LA VERGÜENZA
1 Corintios 1:26-31
Hermanos: No tenéis más que fijaros en quiénes sois los que Dios ha llamado. Está claro que no hay muchos entre vosotros de los que el mundo considera sabios, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que a los que Dios ha escogido ha sido a los que el mundo considera ignorantes, para vergüenza de los sabios; y a los que el mundo tiene por débiles, para vergüenza de los fuertes; y a los parias y a los marginados y a los que no cuentan para nada en el mundo, para anular a los que se creen algo, para que nadie se las pueda dar de nada delante de Dios.
Es a Dios a Quien Le debemos el estar en Jesucristo, a Quien Dios ha hecho que sea para nosotros la única sabiduría, y justicia, y santidad, y libertad, para que se haga realidad en nosotros lo que dice la Escritura: «¡EL que quiera estar orgulloso de algo, que lo esté del Señor!»
Pablo se siente orgulloso del hecho de que la mayor parte de los miembros de la Iglesia fueran la gente más sencilla y humilde que se podía encontrar en el mundo. No debemos creer que la Iglesia Primitiva estaba formada exclusivamente por esclavos. En el Nuevo Testamento también se mencionan convertidos que procedían de los estratos más elevados de la sociedad. Entre ellos recordamos a Dionisio de Atenas (Hch 17:34 ), Sergio Paulo, procónsul de Creta (Hch 13:6-12 ); las señoras de la nobleza de Tesalónica y Berea (Hch 17:4; Hch 17:12 ), y Erasto, tesorero de la ciudad, posiblemente, de Corinto (Rm 16:23 ). En el tiempo de Nerón, Pomponia Grecina, la mujer de Plautio, el conquistador de Britania, fue ejecutada por ser cristiana. En el tiempo de Domiciano, la segunda mitad del siglo I, Flavio Clemente, que era primo del Emperador, también fue un mártir cristiano. A finales del siglo II, Plinio, el gobernador de Bitinia, le escribe al emperador Trajano que los cristianos procedían de todas las clases sociales. Pero sigue siendo verdad que la gran masa de cristianos eran gente normal y corriente.
Allá por el año 178 d C., Celso escribió uno de los ataques más amargos que se hayan escrito jamás contra el Cristianismo. Era precisamente la atracción que ejercía el Cristianismo entre la gente sencilla lo que más ridiculizaba. Denunciaba que el punto de vista cristiano era: » ¡Que no se acerque por aquí ninguna persona culta, ni inteligente, ni sensata, porque todo eso es del diablo! Pero si hay algún ignorante, sin sentido ni cultura, o algún idiota, ¡que venga sin miedo!» De los cristianos escribía: » Los vemos en sus casas: tejedores, zapateros y abatanadores; la gente más vulgar y analfabeta.» Decía que los cristianos eran «enjambre de mosquitos, u hormigas saliendo a rastras de su hormiguero, o ranas celebrando un simposio en un pantano, o gusanos en un conventículo de barro.»
Esa era precisamente la gloria del Cristianismo. Había sesenta millones de esclavos en el imperio romano. A los ojos de la ley, un esclavo no era más que «una herramienta viva,» es decir, no una persona sino una cosa. Un amo podía tirar un esclavo viejo como si fuera una azada o una hoz. Se podía divertir torturando a sus esclavos, o matándolos. Para ellos no existía la posibilidad del matrimonio; y, si tenían hijos porque al amo le convenía, eran propiedad del amo como los corderos del rebaño, que no pertenecían a las ovejas sino al pastor. El Cristianismo convirtió a gentes que eran cosas en hombres y mujeres de verdad; más aún: en hijos e hijas de Dios. Dio a los indignos una dignidad propia; a los que no tenían vida personal, la vida eterna. Les dijo a esas personas que, si no importaban para la sociedad, sí Le importaban inmensamente a Dios. Les dijo que, si no tenían ningún valor a los ojos del mundo, a Dios Le habían costado la sangre de Su Hijo y, por tanto, tenían un valor incalculable. El Cristianismo era, y aún es, lo que redime y eleva más a la persona en todo el universo.
La cita con la que Pablo termina esta párrafo procede de Jer 9:23-24 . Como dijo Bultmann, el pecado fundamental es la autoafirmación, o el deseo de ser reconocido. La verdadera religión empieza solamente cuando nos damos cuenta de que no podemos hacer nada por nosotros mismos y que Dios es el Que puede hacer y lo hará todo. El hecho alucinante de la vida es que son las personas que se dan cuenta de su debilidad e ignorancia las que son fuertes y sabias a fin de cuentas. Es un hecho de la experiencia que el que se cree que puede arrostrar la vida por sí solo es el que suele sufrir naufragio.
Debemos fijarnos en las cuatro cosas en que insiste Pablo que Cristo es para nosotros.
(i) Sabiduría. Sólo siguiéndole a Él vamos por el buen camino, y sólo escuchándole a Él oímos la verdad. Jesús es el experto en la vida.
(ii) Integridad. En los escritos de Pablo, integridad (R-V, justicia) quiere decir la debida relación con Dios. Por nuestro propio esfuerzo nunca podremos alcanzarla; solamente es nuestra cuando nos damos cuenta por medio de Jesucristo de que no. es por lo que nosotros podamos hacer por Dios, sino por lo que El ha hecho por nosotros.
(iii) Consagración. Es solamente en la presencia de Cristo cuando la vida puede llegar a ser lo que debe ser. Epicuro solía decirles a sus discípulos: » Vivid como si Epicuro os estuviera viendo siempre.» No hay «como sí» en nuestra relación con Cristo. El cristiano camina con Él, y sólo en Su compañía puede mantener su conducta sin mancha de este mundo.
(iv) Liberación. Diógenes solía quejarse de que la gente siempre esté yendo al oculista y al dentista, pero nunca acude a la persona (quería decir el filósofo) que puede curarle el alma. Jesucristo es el único que puede librarnos del pecado pasado, de la impotencia presente y del miedo al futuro. Es el emancipador de la esclavitud del pecado y del yo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— el mundo considera sabios: Lit. los sabios según la carne. Ver nota a Rom 7:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Mat 11:25.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
g 60 Hch 4:13
h 61 Rom 8:30
i 62 Jua 7:48; Stg 2:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
26 super (1) O, de buen linaje, es decir, nacido de una familia noble o real. La iglesia de Dios no se compone principalmente de la clase alta, sino de personas de origen humilde y de los menospreciados. Apreciar a la clase alta va en contra del pensamiento de Dios y es una vergüenza para la iglesia.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
No sólo es el mensaje de la cruz locura para los que se pierden (v. 1Co 1:18), sino que Dios usa a quienes serían comúnmente considerados locos, débiles y menospreciables, para llevar ese mensaje. Una ilustración de esta verdad era el grupo de la propia iglesia de ellos, que no incluía muchos sabios, poderosos o nobles (v. 1Co 1:26). El propósito de Dios es excluir toda jactancia en el propio yo (v. 1Co 1:29).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
según la carne… Es decir, según criterios humanos.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
T282 La expresión negativa con οὐ forma una sola idea (οὐ πολλοί es similar a muy pocos).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., ved
O, las normas humanas
Fuente: La Biblia de las Américas
Es decir, segu250?n criterios humanos.