Hermanos, no seáis niños en el entendimiento; más bien, sed bebés en la malicia, pero hombres maduros en el entendimiento.
14:20 — ¡Niños, bebés, hombres! ver. 20. — Hermanos — Pablo introduce la exhortación expresada en este versículo, suavizándola con el término tierno, “Hermanos”. Los corintios andaban mal, y tenían que ser reprendidos, pero Pablo siempre les amaba.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
no seáis niños. 1Co 3:1, 1Co 3:2; 1Co 13:11; Sal 119:99; Isa 11:3; Rom 16:19; Efe 4:14, Efe 4:15; Flp 1:9; Heb 5:12, Heb 5:13; Heb 6:1-3; 2Pe 3:18.
en la malicia. Sal 131:1, Sal 131:2; Mat 11:25; Mat 18:3; Mat 19:4; Mar 10:15; 1Pe 2:2.
pero maduros en el modo de pensar. 1Co 2:6; Sal 119:99; Flp 3:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Hermanos: En este nuevo párrafo (que posiblemente retoma la idea de 1Co 13:11) Pablo reta a los corintios a reorientar sus pensamientos. Ellos deben ser maduros en la manera de pensar y niños en la malicia. Los corintios aún tenían mucho que aprender. En el tiempo en que Pablo escribió, ellos tenían un pobre juicio ético pero tenían una gran opinión de sí mismos.
En la ley: Pablo evalúa el propósito de las lenguas y el uso maduro de ellas a través de las Escrituras más que por experiencias personales. La cita de Isa 28:11 indica que «ley» aquí se refiere al AT. y no simplemente al Pentateuco.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar. La mayoría de los creyentes en Corinto eran lo opuesto de lo que Pablo describe en esta admonición. Tenían demasiada experiencia en la maldad y les faltaba en gran medida la sabiduría. La madurez y el entendimiento son esenciales para una comprensión y uso adecuados del don de lenguas, porque la naturaleza conspicua y fascinante de ese don le hacía muy atractivo para la carne. El apóstol pidió a sus lectores que dejaran a un lado sus emociones y su experiencia, al igual que los deseos de la carne y el orgullo, para pensar con detenimiento en el propósito verdadero de las lenguas.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Este pasaje es muy importante porque trata acerca del propósito primordial del don de lenguas. Pablo ha indicado con claridad que esto no era algo que todos los creyentes hicieran, porque había sido dispensado a ciertos individuos por Dios en su soberanía, al igual que todos los demás dones (1Co 12:11). Además, no estaba relacionado con el bautismo en el Espíritu Santo que todos los creyentes reciben (1Co 12:13) y tampoco era una evidencia de espiritualidad superior, sino más bien un don inferior (v. 1Co 14:5). Debido a todo esto y a la corrupción del don real por parte de los corintios, el apóstol presenta los principios para su operación adecuada y limitada como una señal.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:20 – ¡Niños, bebés, hombres! ver. 20.
— Hermanos – Pablo introduce la exhortación expresada en este versículo, suavizándola con el término tierno, “Hermanos”. Los corintios andaban mal, y tenían que ser reprendidos, pero Pablo siempre les amaba.
— no seáis niños en el modo de pensar – En algunos aspectos, hay que emular a los niños, por ejemplo, en la humildad (Mat 18:3-4), pero en otros aspectos, no hemos de imitarlos. Al niño le llama más la atención lo que le entretiene que lo que le es necesario. Piensa que vale más lo divertido y curioso que lo que le pueda beneficiar en la vida. Dejado solo, el niño ¡comería solamente postre, y nada de verduras!
Los dones no eran juguetes para la diversión y pasatiempo del individuo en Corinto. El criterio de él, o su modo de pensar, en parte era pueril.
— sino sed niños en la malicia – Ahora, en el asunto de la malicia, los cristianos deben ser como los infantes, dice Pablo. En la frase anterior Pablo emplea el vocablo paidion (niño); en ésta emplea el verbo nepiazo (ser bebé, o infante, como en 3:1 y en 13:11 donde el vocablo aparece en forma de sustantivo). Los infantes no tienen nada de malicia. En ese sentido, todos debemos ser como ellos.
Notemos estas versiones: “Hermanos, no seáis niños en cuanto a la inteligencia; sed niños pequeños en la malicia”(H.A.); “niños en vuestra manera de pensar; más bien sed niños (margen, nenes) en la malicia” (B.A.); “niños … niñitos” (L.A.); “niños … bebés” (ASV., ACT.); “niños … párvulos” (N.C.).
De esto se puede afirmar que el infante no tiene el llamado “pecado original”, ni la llamada “naturaleza pecaminosa”. Está libre de toda malicia.
Había malicia en la vanagloria de algunos y en la envidia de otros en la iglesia en Corinto, con respecto a los dones.
— pero maduros en el modo de pensar – El vocablo griego que Pablo emplea aquí, al decir “maduros”, lo emplea en 2:6 (madurez). Este término se contrasta con “niño”. Los corintios se portaban como niños al dar mucha atención a lo curioso y divertido del don de lenguas, en lugar de pensar como hombres crecidos y maduros que reconocen que el verdadero valor de las cosas consiste en lo práctico y útil de ellas. Pensando como personas adultas, los corintios habrían visto que lo importante era la edificación de la iglesia y no la diversión de ciertos miembros con el don de lenguas. Habrían guardado presente el propósito de los dones espirituales (12:7).
La Ver. ASV. dice, “men” (hombres), en lugar de “maduros”, porque Pablo hace contraste con “niños” (niños / hombres), aunque en el margen dice, “gr., de edad madura”.
Compárese 16:13.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS EFECTOS DEL CULTO FALSO
Y DEL VERDADERO
1 Corintios 14:20-25
Hermanos, no os quedéis en una etapa infantil de vuestro desarrollo. Es verdad que debéis ser como niños inocentes en lo que se refiere al mal, pero en el juicio debéis ser mayores de edad. Está escrito en la Ley: «Por medio de gente de lengua extranjera y con un idioma de forasteros hablaré a este pueblo, y ni aun así me escucharán, dice el Señor.» Así que ya veis que las lenguas están diseñadas como señal para descubrir, no a los creyentes, sino a los incrédulos.
Ahora bien: figuraos que toda la congregación cristiana se reúne, y que todos se ponen a hablar en lenguas; y suponed que entran algunas personas sencillas o paganas: ¿no dirán que estáis locos de remate? Pero figuraos que todos estáis proclamando la verdad, y que entra algún pagano o alguna persona sencilla: todos le harán reconocer su pecado, y todos le harán sentir el juicio de Dios; los secretos de su corazón saldrán a la luz, así que, cayendo rostro a tierra adorará a Dios, y dirá a todo el mundo que no cabe duda de que Dios está entre vosotros.
Pablo sigue tratando de la cuestión del hablar en lenguas. Empieza con un toque de atención a los corintios para que no se queden en la infancia. La pasión y el excesivo aprecio del don de lenguas eran una especie de ostentación infantil.
Pablo entonces trae a colación una referencia del Antiguo Testamento. Ya hemos visto cómo la exégesis rabínica -y Pablo había recibido la educación de un rabino- podía encontrar en el Antiguo Testamento sentidos ocultos que no estaban implicados en el original. Se refiere alsaías 28:9-12. Dios, por medio de Su profeta, está haciéndole una advertencia al pueblo. Isaías les ha predicado en su propia lengua hebrea, y no han prestado atención. Por culpa de su desobediencia, vendrán los asirios y los conquistarán y ocuparán sus ciudades; y entonces tendrán que escuchar una lengua que no podrán entender. Tendrán que escuchar las lenguas extranjeras de sus conquistadores, que hablarán de cosas ininteligibles; y ni siquiera esa terrible experiencia hará que el pueblo incrédulo se vuelva a Dios. Así es que Pablo saca en conclusión que las lenguas estaban diseñadas como señal para un pueblo duro de corazón e incrédulo; pero serían, por último, ineficaces.
De ahí pasa a un razonamiento muy práctico. Si un forastero o una persona sencilla entrara en un culto en el que todos estaban lanzando un raudal de sonidos ininteligibles, pensaría que aquello era un manicomio. Pero, si la verdad de Dios se estuviera proclamando sobria e inteligentemente, el resultado sería muy diferente: se sentiría confrontado con su propio pecado y el juicio de Dios.
Los versículos 24 y 25 dan un resumen gráfico de lo que sucede cuando se proclama inteligentemente la verdad de Dios.
(i) Declara a las personas culpables de pecado. Ven lo que son, y quedan horrorizadas. Alcibíades, el niño bonito de Atenas, era amigo de Sócrates, y a veces le decía: » Sócrates, te odia porque siempre que me encuentro contigo me haces verme tal como soy.» «Venid -dijo a sus paisanos la Samaritana- a ver a un Hombre que me ha dicho todo lo que había en mi vida» (Jn 4:29 ). Lo primero que hace el Mensaje de Dios por una persona es hacer que se dé cuenta de que es pecadora.
(ii) Trae a la persona a juicio. Se da cuenta de que ha de responder de cómo ha vivido. Puede que hasta entonces haya vivido sin pensar en las consecuencias. Puede que haya seguido los impulsos de cada día, disfrutando del placer. Pero ahora se da cuenta de que hay un final para todo, y allí está Dios.
(iii) Le muestra a cada persona los secretos de su corazón.
Lo último que queremos arrostrar es nuestro propio corazón. Como dice el proverbio: «No hay peor ciego que el que no quiere ver.» El Evangelio le obliga a uno a asumir la vergonzosa y humillante experiencia de darse la cara a sí mismo.
(iv) Hace caer de rodillas ante Dios. La Salvación empieza cuando una persona cae de rodillas en la presencia de Dios. La entrada a esa presencia es tan baja que no podemos entrar más que de rodillas. Cuando una persona se ha encarado consigo misma y con Dios, lo único que puede hacer es caer de rodillas y orar: «Dios, sé propicio a este pecador que soy yo.»
La prueba de cualquier acto de culto es : «¿Hace que nos sintamos en la presencia de Dios?» Joseph Twitchell cuenta que fue a ver a Horace Bushnell cuando este era ya un anciano. Por la noche, Bushnell se le llevó a dar un paseo por la colina. Cuando iban paseando en la oscuridad, Bushnell dijo de pronto: «Arrodillémonos para orar.» Y así lo hicieron. Twitchell, contándolo después, decía: «A mí me daba miedo extender el brazo en la oscuridad en caso de que tocara a Dios.» Cuando nos sentimos tan cerca de Dios como para eso, hemos participado real y verdaderamente en un acto de culto.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Efe 4:14; Flp 3:15.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Profecías, lenguas y los no creyentes
20-22 Aquí Pablo ordena a los corintios que dejen de pensar como niños (cf. 13:11). Aunque es correcto que sean inocentes en cuanto al mal, deben pensar como adultos, como hombres maduros. Esto implica la comprensión de lo que está escrito en la ley (Isa. 28:11, 12; Deut. 28:49), de donde Pablo deduce que las lenguas son una señal para el incrédulo (¡pero una señal negativa, pues confirmará su incredulidad!) y la profecía es para los cristianos. 23 Si el no creyente, o alguien que está interesado en saber, viene a la iglesia, y todos están hablando en lenguas, esa persona saldrá convencida de que están todos locos. 24 Pero si todos profetizan, el no creyente o el interesado sí se verá tocado. En todos habrá convicción y juicio, 25 y su corazón será expuesto, caerán de rodillas para adorar, y reconocerán la presencia de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
y 704 Sal 119:99; Efe 4:14; Heb 5:13
z 705 Jer 4:22; Rom 16:19
a 706 Flp 3:15; Heb 5:14; 1Pe 2:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
20 (1) Los creyentes corintios no sólo eran niños en cuanto a la vida (3:1), sino también en el entendimiento. Necesitaban crecer tanto en vida como en entendimiento. Todos los esfuerzos del apóstol al tratar sus problemas tenían este propósito: que maduraran en todo aspecto.
20 (2) O, razonamiento, mentalidad. En el griego la palabra es diferente de la palabra traducida mente en los vs.15 y 19, la cual «pone énfasis en la diferencia con el éxtasis» (Vincent). Esto tiene que ver con el entendimiento y la mentalidad de los creyentes de Corinto acerca del hablar en lenguas. Ellos estaban extasiados en esta práctica y, por ende, seguían siendo infantiles en su entendimiento al respecto, no usando su mente apropiadamente como corresponde a creyentes maduros. El apóstol les aconsejó que crecieran y que, con respecto a hablar en lenguas, llegaran a la madurez en su entendimiento, esto es, en el uso adecuado de su mente, como él lo había hecho (v.19).
20 (3) Los creyentes infantiles dé Corinto necesitaban madurar en su entendimiento para poder conocer las cosas mencionadas en los vs. 21-25.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
La profecía es más provechosa, no sólo para los que están dentro de la iglesia, sino también para los de fuera.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R524 Los dativos se usan en un sentido locativo (parece que son dativos de referencia -T220). [Editor. En este contexto, en la esfera de es similar a con referencia a.]
R1383 Note el uso de ἀλλὰ … δέ, lado al lado, donde el contraste mayor lo establece δέ y el menor, ἀλλά.
T177 El artículo se usa con κακίᾳ a causa de la atracción hacia la expresión concreta ταῖς θρεσίν: sus mentes.