Comentario de 1 Corintios 16:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Vigilad; estad firmes en la fe; sed valientes y esforzaos.
16:13 — Velad — Este versículo, juntamente con el siguiente, presentan una lista de cinco exhortaciones a los hermanos en Corinto para que mantengan su fidelidad a Cristo. El tiempo presente de los imperativos da énfasis a la naturaleza duradera de ellos. Son cosas en que el cristiano debe estar ocupándose de día en día. El cristiano que no vela, fácilmente cae en las tentaciones y lazos del diablo. Véanse Mat 24:43; Mat 26:41; Hch 20:31; Apo 3:2-3.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Velad. Mat 24:42-44; Mat 25:13; Mat 26:41; Mar 13:33-37; Mar 14:37, Mar 14:38; Luc 12:35-40; Luc 21:36; Efe 6:18; Col 4:2; 1Ts 5:6; 2Ti 4:5; 1Pe 4:7; 1Pe 5:8; Apo 3:2, Apo 3:3; Apo 16:15.
estad firmes en la fe. 1Co 15:1, 1Co 15:2, 1Co 15:58; 2Co 1:24; Gál 5:1; Flp 1:27; Flp 4:1; Col 1:23; Col 4:12; 1Ts 3:8; 2Ts 2:15.
portaos varonilmente. 1Co 9:25-27; 1Co 14:20; 1Sa 4:9; 2Sa 10:12; 1Cr 19:13; Efe 6:13-17; 1Ti 6:12; 2Ti 2:3-5; 2Ti 4:7; Heb 11:32-34.
y esforzaos. Jos 1:6, Jos 1:7, Jos 1:9, Jos 1:18; 1Re 2:2; 1Cr 28:10; Sal 27:14; Isa 35:4; Dan 10:19; Dan 11:32; Hag 2:4; Zac 8:9, Zac 8:13; 2Co 12:9, 2Co 12:10; Efe 6:10; Flp 4:13; Col 1:11, Col 1:12; 2Ti 2:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Velad: Se suele usar en el NT. para indicar la espera de algún acontecimiento futuro (Mar 13:37; Apo 3:3). La exhortación de Pablo a estar firmes en la fe es especialmente importante en vista de la tendencia de los corintios hacia las doctrinas falsas (2Co 11:3).
portaos varonilmente podría también traducirse «haced el papel de hombres», lo que enfatiza no sólo el valor sino la madurez. La orden de Pablo de hacer todas las cosas con amor sirve como un equilibrio a sus duras exhortaciones.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
la fe. La fe cristiana, es decir, la sana doctrina como se expresa en Flp 1:27; 1Ti 6:12; Jud 1:3.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Pablo da cinco mandatos finales. Los corintios deben permanecer vigilantes, firmes, maduros, fuertes y amorosos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
16:13 – Velad – Este versículo, juntamente con el siguiente, presentan una lista de cinco exhortaciones a los hermanos en Corinto para que mantengan su fidelidad a Cristo. El tiempo presente de los imperativos da énfasis a la naturaleza duradera de ellos. Son cosas en que el cristiano debe estar ocupándose de día en día.
El cristiano que no vela, fácilmente cae en las tentaciones y lazos del diablo. Véanse Mat 24:43; Mat 26:41; Hch 20:31; Apo 3:2-3.
— estad firmes en la fe – Hay que estar firmes en la doctrina apostólica (15:1). Como soldado fiel, el cristiano no debe ser movido por el enemigo, sino seguir la lucha sin mirar a izquierda ni a derecha. (Falta firmeza en muchos de mis hermanos en la fe, la firmeza que resulta solamente por andar por fe. Véase 2Co 1:24; 2Co 5:7).
La fe aquí referida en este versículo es el evangelio, la ley o doctrina de Cristo. Véanse Apo 14:12; Apo 2:13; Jud 1:3; Efe 4:5; Gál 1:23; Hch 6:7. Esas verdades nos han sido entregadas (= tradiciones, 2Ts 2:15; 2Ts 3:6) por los apóstoles inspirados.
Por no estar algunos “firmes en la fe” ha habido mucha apostasía. Véanse 1Ti 4:1; 1Ti 6:10; 2Ti 4:3-4; 2Ti 4:10; 2Pe 2:15
— portaos varonilmente – Otras versiones dicen, “conducíos como hombres”(B.A.); “portaos virilmente” (NVI.); “pórtense como hombres” (N.M.). Toca al cristiano continuamente conducirse con valor, portándose como adulto en la fe, en lugar de andar con niñerías y cosas de inmadurez. Contrástese 3:1 y nótense los comentarios allí. He visto a hermanos de muchos años en la fe, inclusive muchos predicadores, que por la nada actúan como niños, dejándose guiar totalmente por sus sentimientos y emociones, en lugar de “portarse varonilmente”. Dejan que la cultura, y no Cristo, les guíe. Dan más consideración a las relaciones sanguíneas, y a las amistades con ciertas personas, que al principio bajo discusión. ¡Qué lástima! Con razón hay tanta discordia y desacuerdo en la hermandad.
Considérense Sal 31:24; Efe 4:13-15.
— y esforzaos – El cristiano varonil no es persona débil, siempre siendo vencida por el maligno, el diablo, rindiéndose a las tentaciones y portándose con mente como de niño (14:20, comentarios), sino es persona fuerte (1Jn 2:14). Esta fuerza se encuentra en conexión con su fidelidad a Cristo (Efe 3:16; Efe 6:19; Efe 6:11). Véase esta frase militar en 1Sa 4:9 y 2Sa 10:12. Véase el contraste en Jer 51:30; Isa 19:16.
Fuente: Notas Reeves-Partain
DESPEDIDA Y SALUDOS
1 Corintios 16:13-21
Estad alerta. Manteneos firmes en la fe. Portaos como hombres. Haceos fuertes. Que el amor presida todas vuestras relaciones.
Hermanos, os insisto: ya sabéis que la familia de Esteban fueron las primicias de la cosecha de Dios en Acaya, y que se han consagrado a ayudar a los que son de Cristo; pues que vosotros seáis también obedientes a tales personas y a todos los que participan en la obra común del Evangelio y se esfuerzan por él. Me ha dado una alegría inmensa la llegada de Esteban, Fortunato y Acaico, porque han completado la información que yo tenía sobre vosotros. Me han confortado el espíritu, como han hecho también con vosotros. Mostrad todo vuestro aprecio a personas así.
Las iglesias de Asia os mandan sus saludos. Muchos recuerdos en el Señor de Áquila y Prisca, con toda la iglesia que se reúne en su casa. Todos los hermanos os mandan sus saludos. Saludaos unos a otros de nuestra parte con un beso santo.
Aquí tenéis mi saludo, de mi puño y letra: Pablo. El que no ame al Señor Jesucristo, que se pierda. El Señor está cerca. La gracia del Señor Jesucristo sea con vosotros. Todo mi amor hacia todos vosotros en Jesucristo. Amén.
Este pasaje es interesante por su naturaleza eminentemente práctica y porque, con la máxima sencillez, arroja un torrente de luz sobre la vida cotidiana de la Iglesia Primitiva.
Pablo empieza con una serie de cinco imperativos. Es posible que los cuatro primeros tengan un trasfondo militar y sean como las órdenes de un oficial a sus soldados. » Como centinelas, estad siempre alerta. Cuando os ataquen, manteneos firmes en la fe y no retrocedáis ni un centímetro. A la hora de la batalla, portaos corno héroes. Como soldados bien equipados y entrenados, pelead con bravura por vuestro Rey.» A continuación, la metáfora cambia. Cualquiera que sea la actitud del soldado cristiano para con las personas y las cosas que amenazan al Evangelio desde fuera, para con los que están dentro de la iglesia su actitud debe estar inspirada siempre por la camaradería y el amor. En la vida cristiana tienen que estar siempre presentes el coraje que no retrocede jamás y el amor que nunca falla.
En Éfeso, a Pablo le habían ido a ver Esteban, Fortunato y Acaico, y le habían llevado noticias frescas que llenaban los huecos de su información de lo que sucedía en Corinto. Su elogio de Esteban es muy interesante: Esteban merecía respeto porque se había puesto al servicio de la iglesia. En la Iglesia Primitiva el servicio voluntario y espontáneo era el principio del ministerio reconocido. Uno llegaba a ser un líder en la iglesia, no tanto por un nombramiento humano como por el hecho de que su testimonio y trabajo le señalaban como persona a la que las demás debían respetar. T. C. Edwards dice: » En la iglesia hay muchos que hacen algo, pero pocos que trabajan.» (El D R.A E. dice que trabajar es, entre otras cosas, «aplicarse uno con desvelo y cuidado a la ejecución de alguna cosa»).
Los versículos 19 y 20 contienen una serie de saludos. Áquila y Prisca son los únicos que se mencionan por nombre. Estos dos, marido y mujer, circulan por el escenario de las cartas de Pablo y el Libro de los Hechos como Pedro por su casa. Eran judíos y, como Pablo, fabricantes de tiendas de campaña. En un principio estaban instalados en Roma; pero el año 49 ó 50 el emperador Claudio publicó un decreto por el que expulsaba de Roma a todos los judíos. Áquila y Prisquilla se encaminaron a Corinto, donde encontraron a Pablo por primera vez (Hch 18:2 ). De Corinto pasaron a Éfeso, desde donde Pablo manda ahora sus saludos a sus anteriores compañeros de Corinto. Por Rm 16:3 deducimos que habían vuelto a Roma y estaban establecidos otra vez allí. Una de las cosas interesantes sobre Aquila y Prisquilla es que nos muestra lo fácilmente que se trasladaba la gente en aquellos tiempos, especialmente tal vez los judíos. Llevados por su trabajo fueron de Palestina a Roma, de Roma a Corinto, de Corinto a Éfeso y de Éfeso otra vez a Roma.
Hay algo especial en esos dos que no debemos pasar por alto. En aquellos días no habían tal cosa como iglesias, en el sentido de locales para el culto cristiano. De hecho, no sabemos que las hubiera hasta el siglo III. Las pequeñas congregaciones se reunían en casas particulares en las que hubiera una habitación suficientemente grande y conveniente. Pues bien: dondequiera que iban Áquila y Prisquilla, su casa era la iglesia. Cuando estaban en Roma, Pablo manda saludos para ellos y para la iglesia que se reúne en su casa (Rm 16:3-5 ). Cuando escribe desde Efeso, manda recuerdos de ellos y de la iglesia que se reúne en su casa. Áquila y Prisquilla eran dos de aquellos cristianos maravillosos que ofrecían sus hogares como centros de la luz y el amor de Cristo, recibiendo a muchos huéspedes y viandantes porque Cristo era siempre su huésped invisible, Que convertía sus casas en refugios de descanso y paz y amistad para los solitarios y tentados y tristes y deprimidos. Homero dedica un gran cumplido a uno de sus personajes cuando dice de él: «Vivía en una casa al borde del camino, y era amigo de todos los viandantes.» El peregrino cristiano siempre encontraba alojamiento acogedor donde vivían Aquila y Prisquilla. ¡Que Dios nos ayude a hacer que sean así nuestros hogares!
» Saludaos unos a otros de nuestra parte con un beso santo,» les dice Pablo. El beso de la paz era una costumbre preciosa de la Iglesia Primitiva. Puede que fuera una práctica judía, que los cristianos adoptaron en las iglesias. Aparentemente se daba después de las oraciones e inmediatamente antes de la Santa Cena. Era la señal y el símbolo de que estaban a la mesa del amor unidos en perfecto amor. Cirilo de Jerusalén escribe acerca de esto: «No penséis que este beso es como los que se dan los amigos en el mercado.» No era producto de la rutina ni de la sensualidad. Es verdad que en tiempo posterior no se daban besos entre hombres y mujeres sino sólo entre los hombres o entre las mujeres. A veces se daba, no en los labios, sino en la mano. Llegó a llamársele simplemente «la paz,» como ahora en muchas iglesias en las que se practica el saludo fraternal como parte del culto. Hacía falta recordarles esta buena costumbre a los corintios, porque su iglesia estaba rasgada por rivalidades y disensiones.
¿Por qué desapareció de la vida de la iglesia esa bella costumbre? En primer lugar, se fue desvaneciendo porque, con ser tan encantadora, se prestaba al abuso y, todavía más, a la maliciosa interpretación de los calumniadores paganos. En segundo lugar, cayó en desuso porque la iglesia era cada vez menos una comunidad de hermanos. En las pequeñas iglesias caseras en las que todos eran amigos estrechamente relacionados, era la cosa más natural del mundo; pero, cuando el grupito hogareño pasó a ser una reunión de muchas personas que no se conocían íntimamente, desapareció la confianza, y con ella el beso de la paz. Puede que donde hay congregaciones numerosas se pierda algo; porque, cuanto mayor y más desperdigada sea la congregación, más difícil resulta la confianza que reina donde todos se conocen y se quieren. Es verdad que la iglesia debe acoger a los forasteros y a los desarraigados; pero una iglesia en la que todos son desconocidos o, a lo más, meros conocidos, no es una iglesia en el sentido más profundo.
En la última hoja de la carta que ha escrito a su dictado algún amanuense, Pablo escribe su propio saludo autógrafo. Les advierte en contra de los que no aman a Cristo, porque nada bueno pueden aportar en la iglesia los que llegan movidos por otros intereses que no son la verdadera entrega y lealtad al Señor. Y a continuación escribe en arameo la frase «¡Macan atha!», que quiere decir probablemente «¡El Señor está cerca!»; o, con un ligero cambio de entonación, «¡Ven, Señor nuestro!» Es curioso encontrarse una frase aramea en una carta escrita en griego a una iglesia griega. La explicación es que esa frase, como otras pocas tales como «aleluya» y «hosanna», se habían incorporado a la lengua de la alabanza, como sigue pasando. La que aparece aquí resumía la esperanza viva -de la Iglesia Primitiva, y los cristianos se identificaban y saludaban con ella de una manera que les era característica y exclusiva.
Dos últimas cosas envía Pablo a los de la iglesia de Corinto: la gracia de Cristo, y su propio amor. Puede que tuviera necesidad de advertir, corregir y reprender con justa indignación algunas cosas de los cristianos de Corinto; pero la última palabra es amor.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
NOTAS
(1) O: “sean”.
REFERENCIAS CRUZADAS
o 864 1Ts 5:6
p 865 1Co 15:58; Flp 1:27
q 866 Hch 4:29
r 867 Efe 6:10; Col 1:11
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Con este versículo comienza la conclusión formal de la carta. La primera parte es una serie de exhortaciones (vers. 13– 18).
Fuente: La Biblia de las Américas
13 (1) Es decir, no sean sacudidos por ninguna herejía, especialmente la que dice que no hay resurrección.
13 (2) La fe objetiva; se refiere a aquello que creemos.
13 (3) Es decir, los que son fuertes en la fe y firmes en su posición, que no son como niños en el entendimiento (14:20) ni como niños sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento de enseñanza ( Efe_4:14). Para ser tales hombres, se necesita el crecimiento en vida (3:1,6). Los creyentes corintios descuidaban el crecimiento en vida y carecían de tal crecimiento.