Comentario de 1 Corintios 2:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero a nosotros Dios nos las reveló por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las cosas profundas de Dios.
2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu — El texto griego pone primero el pronombre “(a) nosotros” para énfasis, diciendo: “En efecto a nosotros Dios las reveló por el Espíritu”. Las reveló en el pasado: cuando Cristo murió en la cruz y cuando inspiró a los apóstoles a predicarlas a todo el mundo. Dado que el modernista niega la inspiración de las Escrituras, ¿cómo puede él hablar de las cosas referidas en el versículo anterior? El predica otro evangelio (2Co 11:4) que es solamente uno social, para el mejoramiento de la presente vida en el mundo. (Muchos hermanos liberales hoy en día están moviéndose hacia el liberalismo clásico, al abogar por prácticas del “evangelio social”).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Dios nos la reveló. 1Co 14:30; Amó 3:7; Mat 11:25-27; Mat 13:11; Mat 16:17; Luc 2:26; Luc 10:21; Efe 3:3, Efe 3:5; 1Pe 1:12; Apo 1:1.
por el Espíritu. Isa 48:16; Isa 59:21; Jua 14:26; Jua 16:13; 1Jn 2:20, 1Jn 2:27.
el Espíritu todo lo escudriña. 1Co 2:11; 1Co 12:8-11; Rom 8:26, Rom 8:27.
lo profundo de Dios. Job 12:22; Sal 92:5, Sal 92:6; Dan 2:22; Rom 11:33-36.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios nos las reveló. Por medio del Espíritu Santo, Dios revela su verdad salvadora (cp. Mat 11:25; Mat 13:10-13). El Espíritu es el único que califica para tal labor porque Él conoce todo lo que Dios conoce, al ser Él mismo Dios. nos. Así como en las referencias a «nosotros» de los vv. 1Co 2:6-7 y los vv. 1Co 2:12-13, Pablo alude en primer lugar a sí mismo (como en Jua 14:26; Jua 15:26-27; vea las notas correspondientes), y en cierto sentido a los creyentes que han recibido la Palabra para consignarla por escrito, como los apóstoles y sus asociados que escribieron el NT.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La sabiduría que salva y que el hombre no puede conocer por sus propios medios, nos es revelada por Dios. Él la da a conocer por medio de revelación, inspiración e iluminación. La revelación (vv. 1Co 2:10-11) y la inspiración (vv. 1Co 2:12-13) fueron dadas a quienes escribieron la Biblia, mientras que la iluminación (vv. 1Co 2:14-16) es dada a todos los creyentes que procuran conocer y entender esa verdad divina y escrita en las páginas de la Biblia. En cada caso, el Espíritu Santo es el agente divino que obra (cp. 2Pe 1:21).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu — El texto griego pone primero el pronombre “(a) nosotros” para énfasis, diciendo: “En efecto a nosotros Dios las reveló por el Espíritu”. Las reveló en el pasado: cuando Cristo murió en la cruz y cuando inspiró a los apóstoles a predicarlas a todo el mundo.
Dado que el modernista niega la inspiración de las Escrituras, ¿cómo puede él hablar de las cosas referidas en el versículo anterior? El predica otro evangelio (2Co 11:4) que es solamente uno social, para el mejoramiento de la presente vida en el mundo. (Muchos hermanos liberales hoy en día están moviéndose hacia el liberalismo clásico, al abogar por prácticas del “evangelio social”).
— porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios — La referencia tiene que ser al Espíritu Santo, que tiene personalidad (escudriña) y omnisciencia (sabe todo lo que Dios sabe), siendo una de las tres personas de la Deidad. Tiene, pues, la capacidad de investigar y saber la mente de Dios y revelar a hombres escogidos toda la (totalidad, perfección) sabiduría de Dios. Lo que el hombre en su propia sabiduría no pudo descubrir, el Espíritu Santo es totalmente competente para hacerlo por él.
Sobre “lo profundo” de Dios, compárese Rom 11:33-36. El hombre, con sus filosofías y sabidurías, no entra absolutamente nada en la consideración de la gloriosa sabiduría de Dios en el evangelio.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LO ESPIRITUAL, PARA LOS ESPIRITUALES
1 Corintios 2:10-16
Esas son las cosas que Dios ha revelado por medio de Su Espíritu; y es que el Espíritu explora todas las cosa hasta las profundidades de Dios. Porque, ¿quién es el que conoce todo lo que hay en una persona sino el espíritu humano que la habita? Así tampoco hay nadie que conozca las cosas de Dios más que el Espíritu de Dios.
No es el espíritu del mundo el que hemos recibido, sino el Espíritu que viene de Dios para que podamos saber todo lo que nos ha dado la gracia de Dios. De estas cosas no hablamos con palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, interpretando lo espiritual para los espirituales. El que no tiene nada más que la vida física no puede entender las cosas del Espíritu de Dios. Para él no tienen ningún sentido, y no las puede entender porque se necesita el Espíritu para discernirlas. Pero el que es espiritual aplica su juicio al valor de todas las cosas, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie. Porque, ¿quién ha llegado nunca a comprender la mente del Señor para ser capaz de instruirle? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.
Hay algunas ideas muy básicas en este pasaje.
(i) Pablo establece que la única Persona que nos puede decir algo acerca de Dios es el Espíritu de Dios. Usa una analogía humana. Hay sentimientos tan personales, cosas tan privadas, experiencias tan íntimas, que nadie las puede saber excepto el espíritu humano de cada uno. Pablo afirma que sucede lo mismo con Dios: hay cosas profundas e íntimas en El que sólo sabe Su Espíritu; y Su Espíritu es la única Persona que nos puede guiar a un conocimiento realmente íntimo de Dios.
(ii) Además, no todas las personas pueden entender esas cosas. Pablo habla de interpretar cosas espirituales a personas espirituales. Distingue dos clases de personas. (a) Están los que son pneumatikoí. Pneúma es la palabra para espíritu, y el que es pneumatikós es sensible al Espíritu y es guiado por el Espíritu. (b) Está el que es psyjikós. Psyjé se suele traducir por alma, pero no es ese su verdadero sentido. Es el principio de la vida física. Todos los seres vivos tienen psyjé: un perro, un gato, cualquier animal tiene psyjé, pero no tiene pneúma. Psyjé es la vida física que los seres humanos compartimos con todos los demás seres vivos; pero pneúma es lo que hace que las personas seamos diferentes del resto de la creación, y semejantes a Dios.
Así que, en el versículo 14, Pablo habla del hombre psyjikós. Es el que vive como si no hubiera nada más allá de la vida física, ni otras necesidades que las puramente materiales. Una persona así no puede entender las cosas espirituales. El que no cree que haya nada más importante que la satisfacción del impulso sexual no puede entender el sentido de la castidad; el que considera que el almacenar cosas materiales es el fin supremo de su vida no puede entender la generosidad, y el que no piensa nada más que en las cosas de este mundo jamás podrá entender las cosas de Dios, y le resultarán sin sentido. Nadie tiene por qué ser así; pero si se ahoga lo que alguien llamaba «los anhelos eternos» que hay en el alma, se puede perder la sensibilidad espiritual de tal manera que el Espíritu de Dios hablará, pero no se Le oirá.
Es fácil llegar a estar tan involucrado en el mundo que no existe nada más allá de él. Debemos pedirle a Dios que nos dé la mente de Cristo; porque sólo cuando Él vive en nosotros estamos a salvo de la invasión absorbente de las exigencias de las cosas materiales.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
q 90 Deu 29:29; Mat 16:17; Mar 4:11; Efe 3:5; 2Ti 1:10; 1Pe 1:12
r 91 Jua 14:26; 1Jn 2:27
s 92 Rom 8:26
t 93 Job 11:7; Rom 11:33; Efe 3:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
10 (1) Diferente de enseñó. Ser enseñado tiene que ver con la mente; pero recibir revelación está relacionado con nuestro espíritu. Para comprender las cosas profundas y escondidas que Dios preparó para nosotros, nuestro espíritu es más necesario que nuestra mente. Cuando todo nuestro ser es uno con Dios al amarle en comunión íntima, El nos muestra en nuestro espíritu por medio de Su Espíritu todos los secretos de Cristo como nuestra porción. Esto es revelar las cosas escondidas que El planeó en Su sabiduría con respecto a Cristo, las cuales nunca han subido en él corazón del hombre.
10 (2) La palabra griega se usa con referencia a una investigación activa e implica la adquisición de conocimiento exacto, no por un descubrimiento casual sino por exploración. El Espíritu de Dios explora las profundidades de Dios con respecto a Cristo y nos las muestra en nuestro espíritu para nuestra comprensión y participación.
10 (3) Se refiere a las cosas profundas de Dios, que son Cristo en muchos aspectos como nuestra porción eterna, la cual Dios dispuso de antemano, preparó y nos dio gratuitamente. Estas jamás han subido en el corazón del hombre, pero el Espíritu de Dios nos las revela en nuestro espíritu. Así que, debemos ser espirituales para poder participar de ellas. Debemos movernos, actuar y vivir en nuestro espíritu para poder disfrutar a Cristo como el todo para nosotros.