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Comentario de 1 Corintios 2:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 2:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede comprender, porque se han de discernir espiritualmente.

2:14

— Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios — Es preciso definir la frase “hombre natural”. ¿Quién es? Es el hombre inconverso que sigue solamente la sabiduría humana y rechaza la inspiración del Espíritu Santo. Basándose solamente en el razonamiento humano, no percibe las cosas del Espíritu. Es el hombre de esta vida animal que es de los sentidos físicos, nada más. El hombre animal se presenta como parte de la vida que se tiene en común con el animal. Se identifica con “los príncipes de este siglo”, ver. 6. Es el hombre no inspirado, o que no acepta la inspiración del Espíritu Santo.

En la expresión, “hombre natural”, no entra la idea de moralidad. Entra nada más la idea de alguna persona guiada solamente por sus sentidos y sabiduría humana.

El mismo vocablo griego aparece en 15:44,46 (animal); Stg 3:15 (animal); Jud 1:19 (sensuales)

— (que no tienen al Espíritu).

— porque para él son locura — Véanse 1:18,23. El rechaza la revelación divina del Espíritu Santo, y quedándose solamente con sus experiencias humanas como su base de sabiduría, considera “las cosas que son del Espíritu de Dios” como cosas absurdas. ¿Qué puede tener que ver la crucifixión de un judío de hace dos milenios con la necesidad de una llamada “salvación”? Así piensa.

— y no las puede entender — No las puede entender porque la sabiduría humana es incapaz de descubrir las cosas de Dios. Véanse 1:21, comentarios. Tienen que ser entendidas mediante la revelación de Dios. Ya que el hombre natural se deja guiar solamente por su propia sabiduría, no puede entender las cosas de Dios.

— porque se han de discernir espiritualmente — Véase 2:8, comentarios. Dado que las cosas del Espíritu de Dios son discernidas (juzgadas, examinadas) solamente en conformidad a la revelación dada por el Espíritu Santo, y que el hombre natural no acepta nada excepto su propia sabiduría, tal hombre no puede entenderlas. Compárese Jua 8:48.

Nota:

Este versículo se considera una fortaleza para el calvinismo. El calvinismo afirma que el hombre nace con una naturaleza depravada, cosa que le deja incapaz de entender las cosas de Dios a menos que haya en él una operación directa del Espíritu Santo. Los comentaristas calvinistas, pues, así interpretan este versículo. Ellos ignoran el contexto en que habla Pablo en este versículo; a saber, que el hombre (natural) que vive esta vida natural, guiado solamente por sus razonamientos basados en su experiencia, no hace caso del único medio por el cual se pueden entender las cosas de Dios. Ese medio es la revelación a hombres inspirados de parte del Espíritu Santo.

Pablo seguramente no está contradiciéndose a sí mismo, afirmando lo que afirma el calvinismo. Pablo dice en Efe 3:4 que leyendo la persona lo que él ha escrito, ella sí puede entenderlo. En Efe 5:7 manda que el lector entienda. Las cosas escritas producen fe (Jua 20:31). ¿Dónde dice la Biblia que la fe viene directamente por operación del Espíritu Santo? Viene por el oír (Rom 10:17). Véanse también Luc 8:11; Jua 17:20; Hch 11:14; Hch 15:7; 1Co 1:21.

El ateo presupone que Dios no existe. Comenzando con esta premisa tiene que afirmar, con insensatez, que de la nada vino la vida; que la materia es eterna; que el universo tan ordenado llegó a su estado presente por pura casualidad. Con su presuposición “establecida”, rechaza cualquier revelación divina, y siendo así el caso, claro es que no puede entender lo que el cristiano entiende por fe.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

el hombre natural. [Psuchikos (ψυχικος) G5591,] el hombre que vive en un estado natural y bajo la influencia de sus pasiones naturales; porque [psuche (����) G5590] significa la parte inferior y sensual del hombre, en contraposición al [nous (νους) G3563] entendimiento, o [pneuma (������) G4151,].

el espíritu. 1Co 15:44, 1Co 15:46; Stg 3:15; Jud 1:19. * Gr.

no percibe. Mat 13:11; Mat 16:23; Jua 3:3-6; Jua 8:43; Jua 10:26, Jua 10:27; Jua 12:37; Rom 8:5-8.

las cosas. 1Co 2:12; Jua 14:26; Jua 15:26; Jua 16:8-15.

son locura. 1Co 1:18, 1Co 1:23; Jua 8:51, Jua 8:52; Jua 10:20; Hch 17:18, Hch 17:32; Hch 18:15; Hch 25:19; Hch 26:24, Hch 26:25.

no las puede entender. Pro 14:6; Jua 5:44; Jua 6:44, Jua 6:45; Hch 16:14; 2Co 4:4-6; 1Jn 2:20, 1Jn 2:27; 1Jn 5:20; Jud 1:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

el hombre natural: La persona natural no tiene el Espíritu de Dios, en contraste con el cristiano que tiene el Espíritu (1Co 15:44-46).

percibe: Aquí quiere decir «recibir», «dar la bienvenida». Este verbo no se corresponde con el descubrimiento del significado de un pasaje, sino con la aplicación de este significado a la vida.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL HOMBRE NATURAL. Véase el ARTÍCULO TRES CLASES DE PERSONAS, P. 1614. [1Co 2:14-15], para comentarios sobre este versículo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ARTÍCULO

Tres clases de personas

1Co 2:14-15

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.

DIVISIÓN FUNDAMENTAL. Las Escrituras dividen, por lo general, a todos los seres humanos en dos clases:

(1) El hombre natural (gr. psichikos, 1Co 2:14), o que no es espiritual, es la persona no regenerada, o sea, gobernada por los simples instintos naturales (2Pe 2:12). Esa clase de persona no tiene al Espíritu Santo (Rom 8:9), está bajo el dominio de Satanás (Hch 26:18) y es esclava de los deseos de la carne (Efe 2:3); pertenece al mundo, simpatiza con él (Stg 4:4) y rechaza los caminos rectos del Espíritu (1Co 2:14). La persona que no es espiritual no puede entender a Dios ni sus métodos, sino que en su lugar confía en el razonamiento o las emociones humanas.

(2) El hombre espiritual (gr. pneumatikos 1Co 2:15; 1Co 3:1) es la persona regenerada, es decir, la que tiene al Espíritu Santo. Esa persona piensa en lo espiritual, conoce los pensamientos de Dios (1Co 2:11-13) y vive por el Espíritu de Dios (Rom 8:4-17; Gál 5:16-26). Tal persona cree en Jesucristo, se esfuerza por seguir la dirección del Espíritu que vive en ella y resiste los deseos sensuales y el dominio del pecado (Rom 8:13-14).

¿Cómo se llega a ser hombre o mujer espiritual? Al aceptar por fe la salvación provista por medio de Cristo, la persona se regenera; el Espíritu Santo le imparte la nueva naturaleza por la infusión de vida divina (2Pe 1:4; véase el ARTÍCULO LA REGENERACIÓN, P. 1455. [Jua 3:3]). Esa persona nace de nuevo (Jua 3:3; Jua 3:5; Jua 3:7), se renueva (Rom 12:2) y es una nueva criatura (2Co 5:17) que recibe la justicia de Dios mediante la fe en Cristo (Flp 3:9).

OTRA DISTINCIÓN ENTRE LOS CREYENTES EN CRISTO. Aunque los creyentes nacidos de nuevo reciben la nueva vida del Espíritu, conservan la de la carne con sus inclinaciones malvadas (Gál 5:16-21). La carne que permanece en ellos no puede cambiarse a buena; se le tiene que dar muerte y vencer mediante el poder y la gracia del Espíritu (Rom 8:13). Los creyentes vencen al negarse a sí mismos diariamente (Mat 16:24; Rom 8:12-13; Tit 2:12), quitar todo obstáculo o pecado (Heb 12:1), y resistir todos los deseos de la carne (Rom 13:14; Gál 5:16; 1Pe 2:11). Por el poder del Espíritu los creyentes luchan contra la carne (Rom 8:13-14; Gál 5:16-18), la crucifican (Gál 5:24) y le dan muerte a diario (Col 3:5). Mediante ese proceso de renunciamiento y de entrega a la obra santificadora del Espíritu Santo, serán liberados del poder de su carne, es decir, su naturaleza pecaminosa, y vivirán como creyentes espirituales (Rom 6:13; Gál 5:16).

No todos los creyentes hacen el esfuerzo requerido para vencer del todo esa naturaleza pecaminosa. Al escribirles a los corintios, Pablo advierte (1Co 3:1; 1Co 3:3) que algunos se estaban comportando de manera mundana o no espiritual (gr. sarkikos); en vez de resistir con firmeza las inclinaciones de su carne, a menudo cedían por lo menos a algunas. Aunque no vivían en desobediencia constante, transigían con el mundo, la carne y el diablo en algunos aspectos de la vida, mientras querían seguir formando parte del pueblo de Dios (1Co 10:21; 2Co 6:14-18; 2Co 11:3; 2Co 13:5).

(1) El estado de los creyentes carnales. Aunque el pecado y la rebelión no eran la norma de su vida, ni habían cometido una grave inmoralidad e injusticia que los separara del reino de Dios (véase 1Co 6:9-11; cf. Gál 5:21; Efe 5:5), esos creyentes carnales se comportaban de tal manera que ya no crecían en la gracia y actuaban como recién convertidos que todavía no entendían todo lo que implicaba la salvación en Cristo (1Co 3:1-2). Su carnalidad se expresaba en «celos, contiendas y disensiones» (1Co 3:3).

Eran indiferentes y tolerantes con respecto a la inmoralidad dentro de la iglesia (1Co 5:1-13; 1Co 6:13-20). No tomaban en serio la Palabra de Dios ni a su apóstol (1Co 4:18-19). Iban a los tribunales por asuntos triviales (1Co 6:8). Obsérvese que Pablo considera a los corintios que han cometido inmoralidad sexual, u otros pecados escandalosos, excluidos del todo de la salvación en Cristo (1Co 5:1; 1Co 5:9-11; 1Co 6:9-10).

(2) Los peligros de los creyentes carnales. Esos creyentes camales de Corinto estaban en peligro de desviarse de la sincera devoción a Cristo (2Co 11:3) y adaptarse cada vez más al mundo (2Co 6:14-18). Por ese motivo el Señor los castigaría y juzgaría, y si continuaban adaptándose al mundo, serían finalmente excluidos del reino de Dios (1Co 6:9-10; 1Co 11:31-32). En realidad, algunos ya habían sufrido la muerte espiritual, pues habían cometido el enorme pecado que la causa (véanse 1Jn 3:15, nota; 1Jn 5:17, nota; cf. Rom 8:13; 1Co 5:5; 2Co 12:21; 2Co 13:5).

(3) Las advertencias a los creyentes carnales:

(a) Los creyentes camales deben saber que están en peligro de apartarse de la fe si no están dispuestos a purificarse de todo lo que desagrada a Dios (Rom 6:14-16; 1Co 6:9-10; 2Co 11:3; Gál 6:7-9; Stg 1:12-16).

(b) Deben aprender del trág1Co ejemplo de los israelitas a quienes Dios destruyó debido al pecado (1Co 10:5-12).

(c) Deben comprender que es imposible participar de las cosas del Señor y de las de Satanás al mismo tiempo (Mat 6:24; 1Co 10:21).

(d) Deben separarse por completo del mundo (2Co 6:14-18) y purificarse «de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios» (2Co 7:1).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

el hombre natural. Esto se refiere a los que todavía no se han convertido y carecen de vida y sabiduría sobrenaturales. discernir espiritualmente. Mediante la iluminación de la Palabra, el Espíritu Santo suministra a sus santos la capacidad para discernir la verdad divina (vea Sal 119:18), aquella que los muertos en sentido espiritual son incapaces de comprender (cp. Jua 5:37-39; vea las notas sobre 1Jn 2:20 ; 1Jn 2:27). La doctrina de iluminación divina no enseña que lo sepamos todo (cp. Deu 29:29), que no necesitemos maestros (cp. Efe 4:11-12) o que el entendimiento no requiera un duro trabajo (cp. 2Ti 2:15).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:14 — Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios — Es preciso definir la frase “hombre natural”. ¿Quién es? Es el hombre inconverso que sigue solamente la sabiduría humana y rechaza la inspiración del Espíritu Santo. Basándose solamente en el razonamiento humano, no percibe las cosas del Espíritu. Es el hombre de esta vida animal que es de los sentidos físicos, nada más. El hombre animal se presenta como parte de la vida que se tiene en común con el animal. Se identifica con “los príncipes de este siglo”, ver. 6. Es el hombre no inspirado, o que no acepta la inspiración del Espíritu Santo.
En la expresión, “hombre natural”, no entra la idea de moralidad. Entra nada más la idea de alguna persona guiada solamente por sus sentidos y sabiduría humana.
El mismo vocablo griego aparece en 15:44,46 (animal); Stg 3:15 (animal); Jud 1:19 (sensuales)–(que no tienen al Espíritu).
— porque para él son locura — Véanse 1:18,23. El rechaza la revelación divina del Espíritu Santo, y quedándose solamente con sus experiencias humanas como su base de sabiduría, considera “las cosas que son del Espíritu de Dios” como cosas absurdas. ¿Qué puede tener que ver la crucifixión de un judío de hace dos milenios con la necesidad de una llamada “salvación”? Así piensa.
— y no las puede entender — No las puede entender porque la sabiduría humana es incapaz de descubrir las cosas de Dios. Véanse 1:21, comentarios. Tienen que ser entendidas mediante la revelación de Dios. Ya que el hombre natural se deja guiar solamente por su propia sabiduría, no puede entender las cosas de Dios.
— porque se han de discernir espiritualmente — Véase 2:8, comentarios. Dado que las cosas del Espíritu de Dios son discernidas (juzgadas, examinadas) solamente en conformidad a la revelación dada por el Espíritu Santo, y que el hombre natural no acepta nada excepto su propia sabiduría, tal hombre no puede entenderlas. Compárese Jua 8:48.
Nota:
Este versículo se considera una fortaleza para el calvinismo. El calvinismo afirma que el hombre nace con una naturaleza depravada, cosa que le deja incapaz de entender las cosas de Dios a menos que haya en él una operación directa del Espíritu Santo. Los comentaristas calvinistas, pues, así interpretan este versículo. Ellos ignoran el contexto en que habla Pablo en este versículo; a saber, que el hombre (natural) que vive esta vida natural, guiado solamente por sus razonamientos basados en su experiencia, no hace caso del único medio por el cual se pueden entender las cosas de Dios. Ese medio es la revelación a hombres inspirados de parte del Espíritu Santo.
Pablo seguramente no está contradiciéndose a sí mismo, afirmando lo que afirma el calvinismo. Pablo dice en Efe 3:4 que leyendo la persona lo que él ha escrito, ella sí puede entenderlo. En Efe 5:7 manda que el lector entienda. Las cosas escritas producen fe (Jua 20:31). ¿Dónde dice la Biblia que la fe viene directamente por operación del Espíritu Santo? Viene por el oír (Rom 10:17). Véanse también Luc 8:11; Jua 17:20; Hch 11:14; Hch 15:7; 1Co 1:21.
El ateo presupone que Dios no existe. Comenzando con esta premisa tiene que afirmar, con insensatez, que de la nada vino la vida; que la materia es eterna; que el universo tan ordenado llegó a su estado presente por pura casualidad. Con su presuposición “establecida”, rechaza cualquier revelación divina, y siendo así el caso, claro es que no puede entender lo que el cristiano entiende por fe.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Jua 14:17.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “animal (de índole de alma)”. Gr.: psy·kji·kós; lat.: a·ni·má·lis.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 102 Mat 16:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el hombre natural. Es la persona que por ser todavía incrédula, no puede discernir las cosas espirituales .

Fuente: La Biblia de las Américas

14 (1) El v.13 pone énfasis en el medio espiritual, es decir, en las palabras espirituales usadas para anunciar lo espiritual. Los vs. 14 y 15 recalcan el objeto espiritual al cual se habla, es decir, el hombre espiritual (no el hombre anímico), quien puede discernir lo espiritual. Tanto el medio como el objeto deben ser espirituales. Lo espiritual debe hablarse con palabras espirituales al hombre espiritual.

14 (2) Un hombre anímico es un hombre natural, uno que permite que su alma (que consta de la mente, la parte emotiva y la voluntad) domine todo su ser, y uno que vive por su alma, no haciendo caso de su espíritu, no usando su espíritu e incluso comportándose como si no tuviera espíritu ( Jud_1:19). Tal hombre no recibe las cosas del Espíritu de Dios, y no es capaz de conocerlas. Al contrario, las rechaza Los judíos religiosos, los cuales exigían señales, y los griegos filosóficos, quienes buscaban sabiduría (1:22), eran tales hombres, para quienes las cosas del Espíritu de Dios eran necedad (1:23).

14 (3) Se refiere a las profundidades de Dios con respecto a Cristo como nuestra porción.

14 (4) El hombre anímico en su constitución interior no tiene la capacidad de percibir lo espiritual. Por consiguiente, no puede conocer las cosas espirituales.

14 (5) O, examinar, investigar; y así llegar a un entendimiento claro con respecto a la verdad del asunto.

14 (6) Aquí la palabra espiritualmente se refiere al espíritu del hombre, el cual es impulsado por el Espíritu de Dios para que ejerza plenamente su función y reemplace así el dominio y él control que el alma humana ejerce sobre el hombre. Sólo por medio de un espíritu así el hombre puede discernir las cosas del Espíritu de Dios. Un hombre que es gobernado y controlado por su espíritu es un hombre espiritual, según el versículo siguiente. Puesto que Dios es Espíritu, todas las cosas del Espíritu de Dios son espirituales. Por lo tanto, el hombre debe usar el espíritu humano para discernir, conocer, las cosas del Espíritu de Dios ( Jua_4:24).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

el hombre natural. Mejor, animal o sensual. I.e., el inconverso. Véase Jud 1:19, donde se usa el mismo vocablo (trad. «sensuales», RV 1960, «mundanos», 1977), indicando aquí una persona que no tiene el Espíritu (cp. también Rom 8:9).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

hombre natural… Esto es, inconverso, que no tiene el Espíritu de Dios; son… Lit. es.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R159 Ψυχικός se refiere al hombre que sólo posee vida natural (v. 14), la cual se opone a la vida regenerada (πνευματικός en el v. 15).

BD190(1) Μωρία ἐστίν significa: se considera como locura (comp. 1Co 1:18).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, no espiritual

O, se examinan

Fuente: La Biblia de las Américas

Esto es, el inconverso, que no tiene el Espíritu.

2.14 Lit. es.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

Biblia Peshitta 2006 Notas:

[1] 2.14 Según lo expresado en Gál_6:1, cuando habla de «ustedes, los que están en el espíritu», estar en el alma hace referencia a personas que siendo cristianas, llevan una vida completamente carnal, complaciendo solamente los apetitos carnales de su alma. Comparar con lo expresado en Mat 10:39; Mat 16:24-26; Mar 8:34-37; Luc 9:23-25; Luc 14:26; Luc 17:33.

Fuente: Peshitta en Español