Biblia

Comentario de 1 Corintios 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Yo planté, Apolos regó; pero Dios dio el crecimiento.

3:6

— Yo planté, Apolos regó — Pablo estableció la iglesia del Señor en Corinto, y de allí se fue a otro lugar; más tarde llegó Apolos y continuó la obra, predicando y confirmando (Hch 18:1-28). El punto es que cada quien hizo su trabajo, teniendo los dos la misma meta. No hubo nada de rivalidad. La obra de los dos era importante.

El predicador es sembrador de semilla (Luc 8:4-15). A él no le toca el crecimiento, ni de él depende.

— pero el crecimiento lo ha dado Dios. — Mejor expresan la idea del tiempo del texto griego (tiempo imperfecto) las versiones B.A. y H.A., “Dios producía el crecimiento”, “Dios daba el crecimiento”. La obra de Pablo y de Apolos se terminó (tiempo aoristo, o pretérito), pero la de Dios continuaba.

El poder de Dios para salvar está en el evangelio (Rom 1:16), como la vida está en la semilla (Gén 1:12). El sembrador es servidor de Dios quien da la vida. Este es el punto de Pablo aquí, para mostrar que no hubo por qué gloriarse los corintios en ciertos hombres. Mirando a Dios, y no a los hombres, se evitan problemas como éstos que se habían suscitado en Corinto.

Algunos, de persuasión calvinista, tuercen este pasaje para que enseñe que si Dios no opera milagrosamente en el corazón del oyente del evangelio, no puede haber vida espiritual en la persona. Pero tal enseñanza no se encuentra aquí, ni en ninguna otra parte. ¿Acaso tiene Dios que obrar un milagro en la tierra, que ha recibido la semilla, para que brote una planta viva? ¡Claro que no! Dios puso la vida en la semilla.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Yo planté. 1Co 3:9, 1Co 3:10; 1Co 4:14, 1Co 4:15; 1Co 9:1, 1Co 9:7-11; 1Co 15:1-11; Hch 18:4-11; 2Co 10:14, 2Co 10:15.

Apolos regó. Pro 11:25; Hch 18:24, Hch 18:26, Hch 18:27; Hch 19:1.

Dios ha dado el crecimiento. 1Co 1:30; 1Co 15:10; Sal 62:9, Sal 62:11; Sal 92:13-15; Sal 127:1; Isa 55:10, Isa 55:11; Isa 61:11; Hch 11:18; Hch 14:27; Hch 16:14; Hch 21:19; Rom 15:18; 2Co 3:2-5; 1Ts 1:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

3:6 — Yo planté, Apolos regó — Pablo estableció la iglesia del Señor en Corinto, y de allí se fue a otro lugar; más tarde llegó Apolos y continuó la obra, predicando y confirmando (Hch 18:1-28). El punto es que cada quien hizo su trabajo, teniendo los dos la misma meta. No hubo nada de rivalidad. La obra de los dos era importante.
El predicador es sembrador de semilla (Luc 8:4-15). A él no le toca el crecimiento, ni de él depende.
— pero el crecimiento lo ha dado Dios. — Mejor expresan la idea del tiempo del texto griego (tiempo imperfecto) las versiones B.A. y H.A., “Dios producía el crecimiento”, “Dios daba el crecimiento”. La obra de Pablo y de Apolos se terminó (tiempo aoristo, o pretérito), pero la de Dios continuaba.
El poder de Dios para salvar está en el evangelio (Rom 1:16), como la vida está en la semilla (Gén 1:12). El sembrador es servidor de Dios quien da la vida. Este es el punto de Pablo aquí, para mostrar que no hubo por qué gloriarse los corintios en ciertos hombres. Mirando a Dios, y no a los hombres, se evitan problemas como éstos que se habían suscitado en Corinto.
Algunos, de persuasión calvinista, tuercen este pasaje para que enseñe que si Dios no opera milagrosamente en el corazón del oyente del evangelio, no puede haber vida espiritual en la persona. Pero tal enseñanza no se encuentra aquí, ni en ninguna otra parte. ¿Acaso tiene Dios que obrar un milagro en la tierra, que ha recibido la semilla, para que brote una planta viva? ¡Claro que no! Dios puso la vida en la semilla.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

k 118 Hch 18:4

l 119 Hch 18:25; Hch 18:28; Hch 19:1

m 120 Isa 55:10; 2Co 9:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

6 super (1) Plantar, regar y hacer crecer están relacionados con la vida. Esto indica que los creyentes son la labranza (v 9) donde Dios cultiva a Cristo. Los ministros de Cristo solamente pueden plantar y regar. Sólo Dios puede dar el crecimiento. Los creyentes corintios estimaban demasiado al que planta y al que riega y pasaban por alto a Aquel que da el crecimiento. Por eso, no crecían en Cristo quien era Su vida. Los creyentes corintios, bajo la influencia prevaleciente de la sabiduría filosófica de los griegos, prestaban atención excesiva al conocimiento, descuidando así la vida. En este capítulo la intención de Pablo era volver la atención de ellos del conocimiento a la vida, señalándoles que para ellos él era quien alimentaba y plantaba, Apolos era quien regaba, y Dios era quien daba el crecimiento. En 4:15 aun les dijo que él era su padre espiritual, quien los había engendrado en Cristo por medio del evangelio. Desde el punto de vista de la vida, la perspectiva divina, ellos eran la labranza de Dios donde Cristo era cultivado. Este asunto pertenecía a la vida, la cual ignoran por completo los creyentes que son dominados por su vida natural, su vida anímica, bajo la influencia de su propia sabiduría natural.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

planté…Hch 18:4-11; regó…Hch 18:24-28.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

BD448(2) El sentido de este versículo es: pero el que hizo que creciera no fue Apolos, ni yo, sino Dios (ἀλλά indica un claro contraste).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Hch 18:4-11.

3.6 g Hch 18:24-28.

Fuente: La Biblia Textual III Edición