Comentario de 1 Corintios 6:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Todas las cosas me son lícitas, pero no todo me conviene. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.

6:12 Todas las cosas me son lícitas — Compárense 10:23; Rom 14:14. La ley de Moisés hacía distinción entre cosas (comidas en particular) limpias y cosas inmundas (Lev 10:10-11; Lev 11:47), pero ya había pasado dicha ley. Compárese Hch 10:9-16. Bajo la ley de Cristo, todas las cosas amorales son lícitas; es decir, son de indiferencia.

Claro es que Pablo no habla en lo absoluto, al decir, “todas las cosas me son lícitas”. Acabó de condenar la fornicación y otras cosas semejantes en los ver. 9 y 10. Esta frase, o expresión, tiene que limitarse a todas las cosas que Dios ha autorizado pero que no ha mandado que se hagan.

Al parecer, algunos de los corintios usaban esta expresión para justificar la fornicación. “¿No creó Dios el cuerpo y su deseo sexual? ¿Qué mal, pues, puede haber en usar el cuerpo en el sexo para obtener placer? Como el cuerpo es para comer, también es para relaciones sexuales. Todas las cosas son lícitas”.

Hay cosas que Dios ha prohibido. Son cosas malas en sí. Véase Gál 5:19-21. No se justifican con nada. Al hacer estas cosas, la persona peca.

Por otra parte, hay cosas que Dios ha mandado que se hagan, y al no hacerlas la persona peca. Por ejemplo: el bautismo, el tomar la Cena del Señor, el ofrendar, el ser “buenos samaritanos” (Hch 10:48; 1Co 11:24; 1Co 16:1; Luc 10:37).

Luego, hay cosas que Dios autoriza, o permite, pero que no manda que se hagan. Son cosas, pues, indiferentes en sí. Al hacerlas, o al no hacerlas, la persona está bien con Dios. Por ejemplo, el matrimonio, el comer carne, el observar ciertos días (1Co 7:2; Rom 14:2-5). Pero todas las cosas creadas por Dios tienen su propósito y el propósito no ha de ser pervertido.

Solamente a esta última categoría de cosas se puede aplicar la frase de Pablo: “Todas las cosas me son lícitas”. El versículo siguiente, en cuanto a las viandas, o el alimento, lo hace obvio. Considérese 1Ti 4:4. Dios creó todas las cosas para servir ciertos propósitos, y el hombre no ha de pervertir esos propósitos por medio del pecado. Creó en el hombre el apetito para comida, y quiere que coma solamente lo suficiente (Pro 25:16; Ecle 10:17), pero el hombre no ha de ser glotón (Tit 1:12). Creó en él el apetito sexual, y el matrimonio para su satisfacción (1Co 7:2), pero él no ha de fornicar (1Co 6:18). Las cosas buenas de Dios para el hombre están reguladas en la Palabra de Dios, y no han de ser pervertidas por el pecado. Está dentro del poder del hombre lograr esos propósitos divinos, y el hombre puede escoger usar esas cosas de Dios debidamente. Cuando él viola esas regulaciones, pervirtiéndolas, deja de ejercer su poder sobre las cosas, y llega a ser esclavo de ellas.

El cristiano no ha de convertir la libertad en licencia (2Pe 2:19). No hay libertad en la esfera de las cosas prohibidas por Dios, ni en la de las cosas mandadas por él. Hay libertad solamente en la esfera de las cosas indiferentes. Tampoco hay libertad en cuanto a cambiar los propósitos que Dios tiene para las cosas buenas.

— mas no todas convienen — “ Sí”, admite Pablo, “todas las cosas me son lícitas (véase la explicación arriba), pero no basta con nada más decir, ‘Todas las cosas son lícitas’”, y luego pasar a pecar. Hay otra consideración muy importante; a saber, que no todas las cosas convienen, o aprovechan. ¿Qué de las consecuencias? ¿Qué de la perversión del propósito de la cosas? La libertad tiene sus límites. Todas las cosas son lícitas, pero no todas las cosas son útiles o provechosas para la vida cristiana.

Algunas versiones, en lugar de emplear la palabra “convienen”, dicen, “aprovechan” (Mod., 1990, B.A.), y otras emplean las palabras “beneficioso” (NVI.) y “ventajosas” (N.M.).

El principio de la conveniencia se trata ampliamente en Romanos capítulo 14, y en los capítulos 8 y 10 de esta carta.

— todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna — Además de que no aprovechan, o convienen, todas las cosas, también es cierto que no hemos de permitir que ninguna cosa se apodere de nosotros, hasta el punto de hacernos esclavos de dicha cosa. No es el propósito de la libertad volvernos esclavos.

En el texto griego hay aquí un juego de palabras. La palabra “lícitas” (exesti, verbo impersonal) significa “tiene poder, autoridad, dominación”. El verbo “dominar” (exousiazo) viene de la misma raíz (exesti). Literalmente dice Pablo: “Todas las cosas están bajo mi poder, pero no dejaré que se apodere de mí ninguna de ellas”. O, “todas las cosas están en mi dominio, pero no permitiré que ninguna de ellas me domine ”. Todas los apetitos y pasiones han sido hechos por Dios y tienen su uso legal, pero no todo uso de ellos es provechoso, y si nos esclavizan, o se apoderan de nosotros, nos destruyen. El individuo siempre tiene que mantener dominio de sí mismo (Hch 24:25; 2Ti 1:7; 2Pe 1:6). El simple hecho de que tengo el derecho de comer no me justifica si me hago esclavo de la comida.

Muchos hombres se esclavizan a los diferentes vicios (el tomar, las drogas, la inmoralidad sexual), pero nosotros ni aun en las cosas lícitas debemos esclavizarnos porque así perdemos nuestro dominio propio. (Por ejemplo: la obesidad hoy en día en mi país se debe en gran parte a la pérdida del dominio propio, y ¡esto no se puede negar!).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

todas las cosas me son lícitas. 1Co 10:23; Rom 14:14.

no todas convienen. 1Co 8:4, 1Co 8:7-13; 1Co 9:12; 1Co 10:24-33; Rom 14:15-23; 2Ts 3:9.

mas yo no me dejaré. 1Co 9:27; Rom 7:14; Heb 12:15, Heb 12:16; Jud 1:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo pasa de su discusión de la relación de los corintios con la corte de justicia a la integridad personal en cuerpo y espíritu. Pablo enfoca el problema de la libertad cristiana con tres lemas corintios que reflejaban la actitud de ellos hacia los pecados sexuales (vv. 1Co 6:12, 1Co 6:13, 1Co 6:18). En el proceso presenta un muy elevado concepto del cuerpo humano como creación de Dios el Padre, redimido a gran precio, útil para el servicio de Cristo el Hijo, y convertido en templo de Dios por la morada del Espíritu. La trinidad de Dios está involucrada en lo que nosotros hacemos con nuestros cuerpos. Llamamos al lugar donde la iglesia se reúne el «santuario». En este momento, nosotros somos el santuario de Dios; el templo de Dios. Qué diferencia haría si nosotros viviéramos con esa percepción. Nuestros cuerpos no son basureros. ¡Son templos!

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Todas las cosas me son lícitas: Este era un lema que los corintios acuñaron para justificar su actitud inmoral. Pablo recuerda a los corintios que la libertad del ceremonial de la ley de Moisés no les daba licencia para pecar. Esto sólo los esclavizaría en el pecado del cual Jesús los libertó.

no me dejaré dominar de ninguna: El único poder que debería controlarnos es el poder del Espíritu Santo. El pecado nunca debería dominar nuestra vida porque el Espíritu nos fortalece para vencer la tentación.

 EN FOCO

«Templo»

(Gr.  naos) (1Co 3:16; 1Co 6:19; 2Co 6:16; Efe 2:21; Apo 21:22) # en Strong G3485: La palabra griega que se traduce templo se refiere más al edificio en sí mismo que hieron, la cual se usaba para indicar el complejo del templo completo. Pablo dice a los creyentes que sus cuerpos eran naos, un santuario de Dios (1Co 6:19). Pablo también dice que la Iglesia, como el Cuerpo de Cristo, es un templo espiritual para Dios (1Co 3:16, 1Co 3:17; 2Co 6:16; Efe 2:21). ¡Qué privilegio especial es ser morada espiritual de Dios, tanto individualmente como corporativamente! La gloria de Dios llenó el tabernáculo (Éxo 40:34) y el Templo (1Re 8:10, 1Re 8:11). Ahora la gloria de Dios en la persona del Espíritu Santo mora en cada creyente (Jua 14:16, Jua 14:17) y de ese modo habita en la iglesia entera. En la nueva Jerusalén, no habrá necesidad de un templo físico, porque Dios y el Cordero serán el templo eterno (Apo 21:22).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

TODAS LAS COSAS ME SON LÍCITAS. No hay duda de que esta afirmación es una referencia directa al punto de vista teológ1Co de los adversarios de Pablo. Ellos pensaban que tenían el derecho a hacer cuanto quisieran.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen. Este pudo haber sido un lema de los corintios. Era cierto que sin importar qué pecados cometa un creyente, Dios perdona (Efe 1:7), pero no todo lo que hacían era provechoso o benéfico. El precio de su abuso a la libertad y la gracia fue muy alto. El pecado siempre produce pérdidas. dominar. El pecado tiene poder. La palabra significa «enseñorearse» (cp. Rom 6:14), y ningún pecado esclaviza más que el sexual. Aunque nunca puede ser un patrón indoblegable en la vida de un creyente verdadero, puede ser un hábito recurrente que malogra el gozo, la paz y el servicio además de incurrir el escarmiento divino y en muchos casos la disciplina de la iglesia (cp. 1Co 5:1 ss). Vea las notas sobre 1Ts 4:3-5. El pecado sexual controla, por eso el creyente nunca debe permitir que el pecado tenga control, sino enseñorearse de él en la fuerza del Señor (vea la nota sobre 1Co 9:27). El rechazo de Pablo es categórico en contra de la noción impía de que la libertad en Cristo da licencia para pecar (cp. Rom 7:6; Rom 8:13; Rom 8:21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Como alguien que ha sido lavado, santificado y justificado por la eternidad mediante la gracia de Dios, el creyente es puesto en libertad (cp. Rom 8:21; Rom 8:33; Gál 5:1; Gál 5:13). Los corintios habían hecho con esa libertad justo aquello que Pablo había advertido a los gálatas que no hicieran: «no uséis la libertad como ocasión para la carne» (Gál 5:13). Por eso en esta sección, Pablo expuso el error en la racionalización de los cristianos de Corinto en el sentido de que estaban en libertad de pecar porque todo lo que hacían estaba cubierto por la gracia de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:12 Todas las cosas me son lícitas – Compárense 10:23; Rom 14:14. La ley de Moisés hacía distinción entre cosas (comidas en particular) limpias y cosas inmundas (Lev 10:10-11; Lev 11:47), pero ya había pasado dicha ley. Compárese Hch 10:9-16. Bajo la ley de Cristo, todas las cosas amorales son lícitas; es decir, son de indiferencia.
Claro es que Pablo no habla en lo absoluto, al decir, “todas las cosas me son lícitas”. Acabó de condenar la fornicación y otras cosas semejantes en los ver. 9 y 10. Esta frase, o expresión, tiene que limitarse a todas las cosas que Dios ha autorizado pero que no ha mandado que se hagan.
Al parecer, algunos de los corintios usaban esta expresión para justificar la fornicación. “¿No creó Dios el cuerpo y su deseo sexual? ¿Qué mal, pues, puede haber en usar el cuerpo en el sexo para obtener placer? Como el cuerpo es para comer, también es para relaciones sexuales. Todas las cosas son lícitas”.
Hay cosas que Dios ha prohibido. Son cosas malas en sí. Véase Gál 5:19-21. No se justifican con nada. Al hacer estas cosas, la persona peca.
Por otra parte, hay cosas que Dios ha mandado que se hagan, y al no hacerlas la persona peca. Por ejemplo: el bautismo, el tomar la Cena del Señor, el ofrendar, el ser “buenos samaritanos” (Hch 10:48; 1Co 11:24; 1Co 16:1; Luc 10:37).
Luego, hay cosas que Dios autoriza, o permite, pero que no manda que se hagan. Son cosas, pues, indiferentes en sí. Al hacerlas, o al no hacerlas, la persona está bien con Dios. Por ejemplo, el matrimonio, el comer carne, el observar ciertos días (1Co 7:2; Rom 14:2-5). Pero todas las cosas creadas por Dios tienen su propósito y el propósito no ha de ser pervertido.
Solamente a esta última categoría de cosas se puede aplicar la frase de Pablo: “Todas las cosas me son lícitas”. El versículo siguiente, en cuanto a las viandas, o el alimento, lo hace obvio. Considérese 1Ti 4:4. Dios creó todas las cosas para servir ciertos propósitos, y el hombre no ha de pervertir esos propósitos por medio del pecado. Creó en el hombre el apetito para comida, y quiere que coma solamente lo suficiente (Pro 25:16; Ecle 10:17), pero el hombre no ha de ser glotón (Tit 1:12). Creó en él el apetito sexual, y el matrimonio para su satisfacción (1Co 7:2), pero él no ha de fornicar (1Co 6:18). Las cosas buenas de Dios para el hombre están reguladas en la Palabra de Dios, y no han de ser pervertidas por el pecado. Está dentro del poder del hombre lograr esos propósitos divinos, y el hombre puede escoger usar esas cosas de Dios debidamente. Cuando él viola esas regulaciones, pervirtiéndolas, deja de ejercer su poder sobre las cosas, y llega a ser esclavo de ellas.
El cristiano no ha de convertir la libertad en licencia (2Pe 2:19). No hay libertad en la esfera de las cosas prohibidas por Dios, ni en la de las cosas mandadas por él. Hay libertad solamente en la esfera de las cosas indiferentes. Tampoco hay libertad en cuanto a cambiar los propósitos que Dios tiene para las cosas buenas.
— mas no todas convienen – “ Sí”, admite Pablo, “todas las cosas me son lícitas (véase la explicación arriba), pero no basta con nada más decir, ‘Todas las cosas son lícitas’”, y luego pasar a pecar. Hay otra consideración muy importante; a saber, que no todas las cosas convienen, o aprovechan. ¿Qué de las consecuencias? ¿Qué de la perversión del propósito de la cosas? La libertad tiene sus límites. Todas las cosas son lícitas, pero no todas las cosas son útiles o provechosas para la vida cristiana.
Algunas versiones, en lugar de emplear la palabra “convienen”, dicen, “aprovechan” (Mod., 1990, B.A.), y otras emplean las palabras “beneficioso” (NVI.) y “ventajosas” (N.M.).
El principio de la conveniencia se trata ampliamente en Romanos capítulo 14, y en los capítulos 8 y 10 de esta carta.
— todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna — Además de que no aprovechan, o convienen, todas las cosas, también es cierto que no hemos de permitir que ninguna cosa se apodere de nosotros, hasta el punto de hacernos esclavos de dicha cosa. No es el propósito de la libertad volvernos esclavos.
En el texto griego hay aquí un juego de palabras. La palabra “lícitas” (exesti, verbo impersonal) significa “tiene poder, autoridad, dominación”. El verbo “dominar” (exousiazo) viene de la misma raíz (exesti). Literalmente dice Pablo: “Todas las cosas están bajo mi poder, pero no dejaré que se apodere de mí ninguna de ellas”. O, “todas las cosas están en mi dominio, pero no permitiré que ninguna de ellas me domine ”. Todas los apetitos y pasiones han sido hechos por Dios y tienen su uso legal, pero no todo uso de ellos es provechoso, y si nos esclavizan, o se apoderan de nosotros, nos destruyen. El individuo siempre tiene que mantener dominio de sí mismo (Hch 24:25; 2Ti 1:7; 2Pe 1:6). El simple hecho de que tengo el derecho de comer no me justifica si me hago esclavo de la comida.
Muchos hombres se esclavizan a los diferentes vicios (el tomar, las drogas, la inmoralidad sexual), pero nosotros ni aun en las cosas lícitas debemos esclavizarnos porque así perdemos nuestro dominio propio. (Por ejemplo: la obesidad hoy en día en mi país se debe en gran parte a la pérdida del dominio propio, y ¡esto no se puede negar!).

Fuente: Notas Reeves-Partain

COMPRADOS POR PRECIO

1 Corintios 6:12-20

Es verdad que todo me está permitido; pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero yo no me voy a dejar dominar por nada. La comida es para el estómago, y el estómago para la comida; pero Dios le ha establecido un límite a los dos. El cuerpo no se hizo para la promiscuidad, sino para el Señor, como el Señor es para el cuerpo. Dios resucitó al Señor, y nos resucitará a nosotros también por Su poder. ¿Es que no os dais cuenta de que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?¿Voy a trasplantar un miembro de Cristo para incorporarlo a una prostituta? ¿No os dais cuenta de que el que tiene comercio sexual con una prostituta forma un cuerpo con ella? Porque los dos, dice la Escritura, llegan a ser una sola carne. Pero el que se une con el Señor es un solo espíritu con Él. Poned el máximo empeño siempre en evitar la promiscuidad sexual. Los otros pecados que se cometen son externos al cuerpo; pero el que comete fornicación peca contra su propio cuerpo. ¿O no os habéis enterado de que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo que mora en vosotros, Que habéis recibido de Dios? Así que no os pertenecéis a vosotros mismos, porque habéis sido comprados mediante el pago de un precio; así que glorificad a Dios con vuestro cuerpo.

En este pasaje Pablo se enfrenta con toda una serie de problemas. Termina con un llamamiento: «¡Glorificad a Dios con vuestro cuerpo!» Este es aquí el grito de guerra de Pablo.
Los griegos despreciaban el cuerpo. Tenían un proverbio: «El cuerpo es una tumba.» Epicteto decía: «Yo soy una pobre alma aherrojada en un cuerpo.» Lo importante de la persona era el alma, el espíritu; el cuerpo era algo sin importancia. Eso producía dos actitudes: o se decantaba por un ascetismo de lo más riguroso en el que todo se hacía para humillar y sojuzgar los deseos e instintos del cuerpo; o, lo que era más corriente en Corinto: puesto que el cuerpo no importaba, se podía hacer lo que se quisiera con él; se le podían conceder todos sus gustos. Lo que complicaba la cosa era la doctrina de la libertad cristiana que Pablo predicaba. Si el cristiano es el más libre de los humanos, ¿no es libre para hacer lo que le dé la gana, especialmente con ese cuerpo que es la parte menos importante de sí mismo?
Así es que los corintios defendían, de una manera que consideraban de lo más elevada, dejar que el cuerpo se saliera con la suya. El estómago está hecho para la comida, y la comida para el estómago; son tal para cual. Pues lo mismo pasa con los otros instintos: el cuerpo está hecho para el acto sexual, y el acto sexual para el cuerpo; por tanto, hay que satisfacer todos los deseos del cuerpo.
La respuesta de Pablo es clara. El estómago y la comida son cosas temporales, y llegará el día en que dejen de existir. Pero el cuerpo, que representa a la personalidad, el ser humano en su conjunto, no está hecho para desaparecer, sino para estar unido a Cristo en este mundo y, aún más íntimamente, en el por venir. ¿Qué sucede cuando se comete fornicación? Que se le da el cuerpo a una prostituta, porque la Escritura dice que en el acto sexual dos personas llegan a ser un solo cuerpo (Ge 2:24 ). Es decir: un cuerpo que Le pertenece a Cristo por derecho propio se ha prostituido con otra persona.

Recordemos que Pablo no está escribiendo un tratado sistemático, sino predicando, conversando con el corazón inflamado y la lengua dispuesta a usar cualquier razonamiento que le venga a mano. Dice que, de todos los pecados, la fornicación es el que afecta al cuerpo y lo prostituye. Eso no es estrictamente cierto, porque lo mismo se podría decir del abuso del alcohol y de otras drogas. Pero Pablo no está escribiendo para obtener el aprobado en lógica, sino para salvar a los corintios en cuerpo y alma; por eso insiste en que otros pecados son externos a la persona, mientras que en el sexo indebido se peca contra el propio cuerpo, que está diseñado y destinado para la comunión con Cristo.
Y entonces hace una última llamada. Precisamente porque el Espíritu de Dios habita en nosotros, somos templo de Dios, y nuestros cuerpos son sagrados. Y más: Cristo murió para salvar, no sólo una parte de la persona, sino toda la persona humana, alma y cuerpo. Cristo dio Su vida para darnos un alma redimida y un cuerpo puro. Por esa razón, un cristiano no tiene un cuerpo para hacer con él lo que quiera, sino que ese cuerpo pertenece a Cristo; así que cada cual debe usarlo, no para satisfacer su concupiscencia, sino para la gloria de Cristo.

Aquí hay dos grandes pensamientos.

(i) Pablo insiste en que, aunque un cristiano es libre para actuar con independencia, no debe dejarse dominar por nada. El gran hecho de la fe cristiana es que nos hace libres, no para pecar, sino para no pecar. ¡Es tan fácil dejar que los hábitos nos esclavicen…! Pero la fuerza cristiana nos permite dominarlos. Cuando uno experimenta de veras el poder de Cristo llega a ser, no esclavo, sino dueño de su cuerpo. A menudo se dice: » Haré lo que me dé la gana,» cuando uno se refiere a un hábito o una pasión que le tiene esclavizado; es sólo cuando una persona tiene la fuerza de Cristo cuando puede decir de veras: » Haré lo que quiera,» y no: » Daré gusto a las cosas que me tienen en su poder.»

(ii) Pablo insiste en que no nos pertenecemos a nosotros mismos. No hay tal cosa en el mundo como una persona que se haya hecho a sí misma. El cristiano es uno que considera, no sus derechos, sino sus deberes. No puede hacer lo que quiera, sencillamente porque no se pertenece a sí mismo; sino que ha de hacer lo que Cristo quiera, porque para eso le compró al precio de Su sangre.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

1Co 10:23.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— me está permitido: Es muy probable que esta frase haya sido pronunciada por el propio Pablo, pero en otro contexto; los corintios la han sacado de contexto y la interpretan, por tanto, torcidamente.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

e 276 1Co 10:23

f 277 Rom 6:14

g 278 Rom 6:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

12 super (1) El cuarto asunto tratado en esta epístola es el abuso de libertad en cuanto a los alimentos y al cuerpo (vs.12-20). El alimento es para la existencia del hombre, y la sexualidad (relacionada con el cuerpo) es para la propagación del hombre. Los dos son necesarios y fueron ordenados por Dios. El hombre tiene el derecho de usarlos. No obstante, no debe abusar de ellos, ni dejarse dominar de ellos, siendo así controlado y esclavizado por tales cosas. Todo abuso en la comida, tal como comer de lo que se ha sacrificado a ídolos, pone tropiezo a los hermanos débiles (8:9-13; 10:28-30, 32), y comer excesivamente perjudica nuestro cuerpo. Tanto el alimento como nuestro vientre serán eliminados; Dios los reducirá a nada. El abuso de la sexualidad es la fornicación. Esta no sólo es condenada por Dios, sino que también destruye nuestro cuerpo (v.18), el cual es para el Señor.

12 super (2) Lit., están bajo mi poder; así, permisibles, admisibles, lícitas.

12 super (3) Ventajosas (no meramente convenientes), buenas, valiosas.

12 super (4) Lit., ser puesto bajo la autoridad. Esto significa que todas las cosas estaban bajo la autoridad de Pablo, pero él no se dejaría poner bajo la autoridad de nada, y que para él todas las cosas eran permitidas, admisibles, lícitas, pero no se dejaría gobernar (esclavizar) o someter a la autoridad o el control de ninguna. El v. 12 puede ser considerado un proverbio que gobernaba la manera en que el apóstol trató algunos problemas mencionados en la sección siguiente, 6:13—11:1.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

son lícitas. Parece ser que algunos de los corintios estaban tratando de usar su libertad cristiana para justificar sus pecados. Pablo insiste aquí en que la libertad cristiana está limitada por dos consideraciones: ¿Es conveniente (ayuda) tal práctica? ¿Nos va a esclavizar?

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

no… convienen…1Co 10:23; no seré dominado…Rom 6:14.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M196 Es concebible que un problema ardue que se presentó en 1 Cor. 6 deba ser solucionado mediante el diálogo conveniente (estilístico). Muchos comentaristas reconocen que la primera parte del v. 12 pudiera representar un lema antinómico «libertino», citado por Pablo para hacerle frente con su propio lema en la segunda parte del mismo v. 12, y que el caso es similar a las dos partes del v. 13; pero parece que no se ha sugerido que el v. 18 sea también esencialmente un diálogo. Si no lo es, nos enfrentamos a la perplejidad de que Pablo declara que la fornicación es esencialmente diferente (y no sólo en grado) de cualquier otro tipo de pecado. Esta es una posición con la cual muy pocos cristianos modernos estarían de acuerdo.
Pero si está en forma de diálogo, tenemos lo siguiente:
18a (lema «libertino» de los Corintios): Πᾶν … ἐστιν (es decir; ningún pecado puede afectar el verdadero «cuerpo» de un hombre: la concuspiscencia física no puede tocar la «personalidad» segura del iniciado).
18b (réplica de Pablo): ὁ δὲ … ἁμαρτάνει (al contrario, cualquiera que comete fornicación, comete una ofensa contra su propia «personalidad»).
En algunos contextos, σῶμα requiere claramente un sentido más corporal; y aunque se piense que en este caso es improbable (especialmente en vista de 2Co 12:13, donde se puede demostrar que se alude al «cuerpo»), la lógica del pasaje es tan difícil en la exposición ordinaria, que vale la pena considerar tal alternativa.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g 1Co 10:23.

Fuente: La Biblia Textual III Edición