Comentario de 1 Corintios 7:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero a los que se han casado mando, no yo, sino el Señor: que la esposa no se separe de su esposo

7:10 — Pero a los que están unidos en matrimonio — Aquí se introduce un contraste entre lo que acabó Pablo de aconsejar y lo que ahora manda. Los no casados tienen la opción de quedarse así, o de casarse, según las necesidades y las circunstancias. Pero en este nuevo punto, respecto a los casados, no hay opción.

Es importante notar que el tiempo del participio (o, sustantivo verbal) griego, gegamekosin, “están unidos en matrimonio”, o sencillamente, “casados”, es del perfecto, indicando algo hecho en el pasado con consecuencias que siguen hasta el presente. Los casados son personas que se casaron en el pasado y así permanecen hasta la fecha. Se enfatiza lo permanente del matrimonio.

Como en el ver. 8 se trata de los “no casados”, en este versículo se trata de los “casados”. En griego es la misma palabra, nada más que allí es sustantivo, y aquí es participio.

No sabemos exactamente qué condiciones, en cuanto a cultura y filosofías, existían en Corinto para que Pablo tocara este punto. Parece que algunos afirmaban que una vez que la persona se convierte en cristiano, se le obliga a dejar a su cónyuge inconverso. Los ascetas dirían que ya que se deben abstener del acto sexual, los esposos deben separarse (divorciarse). Hubo necesidad de que se afirmara la enseñanza de Cristo sobre la indisolubilidad del matrimonio.

Aunque Pablo se dirige en su carta a cristianos (en Corinto), al decir los casados no se limita a los casados cristianos (según afirman algunos comentaristas y algunos hermanos en la fe). Se dirige a los casados en general y sin límites, exactamente como lo hizo el Señor cuando respecto al matrimonio dijo, “cualquiera”, y “desde el principio” (Mat 19:8-9). Cristo no tiene una ley para los casados cristianos y otra para los casados no cristianos. Lo que dice Pablo en esta carta se dirige a los cristianos en Corinto, pero se aplica a cualquier persona casada. Dios aborrece el divorcio (Mal 2:16), sea quien sea la persona que lo practique. No es malo solamente para los cristianos.

“Pero, esta carta fue leída a la iglesia en Corinto, y por eso sabemos que los casados aquí referidos son solamente los casados cristianos”. ¿Será así? Todo lo que esta carta dice se limita sólo a cristianos ? Vamos a ver si es cierto. Se aplican solamente a cristianos lo que dicen 3:19, 20; 6:10, 13, 16, 18; etc.? Tal argumentación es ilógica.

El matrimonio no es exclusivamente para los cristianos; no hay diferencia entre “matrimonio cristiano” y “matrimonio de paganos”. El matrimonio no es un “sacramento de la iglesia”. Es una institución de Dios para toda la humanidad desde el principio. Ha de ser permanente.

— mando, no yo, sino el Señor — No había razón para que Pablo mandara sobre el asunto, ya que Cristo Jesús lo había mandado en su ministerio personal (Mat 5:32; Mat 19:9; Mar 10:11-12; Luc 16:18) y esa enseñanza ya circulaba. Al seguir Pablo enseñando en este capítulo 7, nos da un comentario inspirado sobre la enseñanza de Cristo tocante al matrimonio y al divorcio. (Cristo envió al Espíritu Santo a los apóstoles para guiarles a toda la verdad, Jua 16:13. No hay diferencia entre los mandamientos de Cristo y los de sus apóstoles, 2Pe 3:2; Jud 1:17. Véase 2:16, comentario).

— Que la mujer no se separe del marido — El Señor dijo: ”lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Lo que aquí dice Pablo es lo que mandó el Señor.

Puede ser que en Corinto haya circulado la doctrina de que la conversión a Cristo demandaba que no se practicara la cohabitación entre los dos sexos (la doctrina del ascetismo). Esto explicaría por qué Pablo presenta aquí esta enseñanza de Cristo de que los esposos no se separen.

El matrimonio es permanente; es para toda la vida (Rom 7:2-3). La mujer hizo sus votos y tiene que respetarlos como inviolables. Hoy en día en mi nación muchos jóvenes consideran el matrimonio como algo a que darle una probadita (como se prueba una sandía en el mercado antes de comprarse), que si el hombre y la mujer no se conforman bien, que se divorcien, y luego que hagan otra prueba de las mismas.

El vocablo griego para decir “se separe” es chorizo. Significa apartarse, separarse, dividirse. Se emplea en Flm 1:15 (se apartó); en Heb 7:26 (apartado); en Rom 8:35; Rom 8:39 (separará, separar). Pero también se usa para decir “divorciar” (aquí en 7:10, 11, 15; en Mat 19:6, separe; y en Mar 10:9, separe).

Este versículo, el siguiente, y el 15, los cuales emplean este verbo, ¡hablan de divorciarse ! En los EE.UU. (y tal vez en otros países) se hace una distinción técnica entre “la separación legal” y “el divorcio”. Pero las Escrituras no hacen tal distinción. Dijo Cristo, y dijo Pablo, “no separarse, no divorciarse”.

(Nota adicional: A veces la persona trata de justificar una separación temporaria, debido a disgustos, etcétera, mientras supuestamente se busca alguna solución a los problemas. En otros casos la esposa joven va corriendo a su mamá, separándose del marido a causa de “desacuerdos”, y ¡la mamá lo permite! Tales acciones egoístas son pecaminosas. Dios no permite tales separaciones; no las aprueba).

El matrimonio es algo que Dios establece (“lo que Dios juntó”), y es permanente. Dios no permite el divorcio (excepto en el caso de haber fornicación de parte de uno de los cónyuges). La práctica de divorcio por un sinnúmero de causas, según las leyes humanas, o la de la Iglesia Católica Romana de anulación, son violaciones de la ley suprema de Dios.

(Por no ser el tema aquí el matrimonio, el divorcio y las segundas nupcias, no se menciona que se permite al inocente el divorciarse del cónyuge fornicario. El contexto aquí es muy diferente. Seguramente Pablo no contradice a Cristo, ni Cristo se contradice a sí mismo.

La Iglesia Católica Romana no permite el divorcio por ninguna causa, y luego prácticamente lo otorga por medio de la anulación, y la separación sin disolución del vínculo del matrimonio).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no yo. 1Co 7:12, 1Co 7:25, 1Co 7:40.

Que la mujer. 1Co 7:15; Jer 3:20; Mal 2:14-16; Mat 5:32; Mat 19:6-9; Mar 10:11, Mar 10:12; Luc 16:18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo se vuelve desde la preocupación por los célibes hacia aquellos que están casados. Habla de los mandamientos que Cristo entregó sobre el tema mientras estaba en la tierra, junto con la percepción que tiene como apóstol del Señor.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no yo, sino el Señor: Cuando Cristo estuvo en la tierra, dijo que no debíamos divorciarnos de la esposa; en lugar de divorcio, Pablo usa la palabra que se traduce como separar, la cual se refiere a las esposas que dejan a sus esposos. La idea es la misma: Un esposo creyente y su esposa no deberían dejarse el uno al otro. La declaración de que si la pareja se divorciaba, ellos debían permanecer sin casarse, es coherente con las enseñanzas de Jesús (Mar 10:9-12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no yo, sino el Señor. Lo que Pablo manda a estos creyentes, Jesús ya lo había dejado en claro durante su ministerio terrenal (Mat 5:31-32; Mat 19:5-8; cp. Gén 2:24; Mal 2:16). separe. Esta palabra se usa como sinónimo de divorcio, como lo indica el uso paralelo de la palabra «divorcio» en el v. 1Co 7:11.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

7:10 — Pero a los que están unidos en matrimonio – Aquí se introduce un contraste entre lo que acabó Pablo de aconsejar y lo que ahora manda. Los no casados tienen la opción de quedarse así, o de casarse, según las necesidades y las circunstancias. Pero en este nuevo punto, respecto a los casados, no hay opción.
Es importante notar que el tiempo del participio (o, sustantivo verbal) griego, gegamekosin, “están unidos en matrimonio”, o sencillamente, “casados”, es del perfecto, indicando algo hecho en el pasado con consecuencias que siguen hasta el presente. Los casados son personas que se casaron en el pasado y así permanecen hasta la fecha. Se enfatiza lo permanente del matrimonio.
Como en el ver. 8 se trata de los “no casados”, en este versículo se trata de los “casados”. En griego es la misma palabra, nada más que allí es sustantivo, y aquí es participio.
No sabemos exactamente qué condiciones, en cuanto a cultura y filosofías, existían en Corinto para que Pablo tocara este punto. Parece que algunos afirmaban que una vez que la persona se convierte en cristiano, se le obliga a dejar a su cónyuge inconverso. Los ascetas dirían que ya que se deben abstener del acto sexual, los esposos deben separarse (divorciarse). Hubo necesidad de que se afirmara la enseñanza de Cristo sobre la indisolubilidad del matrimonio.
Aunque Pablo se dirige en su carta a cristianos (en Corinto), al decir los casados no se limita a los casados cristianos (según afirman algunos comentaristas y algunos hermanos en la fe). Se dirige a los casados en general y sin límites, exactamente como lo hizo el Señor cuando respecto al matrimonio dijo, “cualquiera”, y “desde el principio” (Mat 19:8-9). Cristo no tiene una ley para los casados cristianos y otra para los casados no cristianos. Lo que dice Pablo en esta carta se dirige a los cristianos en Corinto, pero se aplica a cualquier persona casada. Dios aborrece el divorcio (Mal 2:16), sea quien sea la persona que lo practique. No es malo solamente para los cristianos.
“Pero, esta carta fue leída a la iglesia en Corinto, y por eso sabemos que los casados aquí referidos son solamente los casados cristianos”. ¿Será así? Todo lo que esta carta dice se limita sólo a cristianos ? Vamos a ver si es cierto. Se aplican solamente a cristianos lo que dicen 3:19, 20; 6:10, 13, 16, 18; etc.? Tal argumentación es ilógica.
El matrimonio no es exclusivamente para los cristianos; no hay diferencia entre “matrimonio cristiano” y “matrimonio de paganos”. El matrimonio no es un “sacramento de la iglesia”. Es una institución de Dios para toda la humanidad desde el principio. Ha de ser permanente.
— mando, no yo, sino el Señor – No había razón para que Pablo mandara sobre el asunto, ya que Cristo Jesús lo había mandado en su ministerio personal (Mat 5:32; Mat 19:9; Mar 10:11-12; Luc 16:18) y esa enseñanza ya circulaba. Al seguir Pablo enseñando en este capítulo 7, nos da un comentario inspirado sobre la enseñanza de Cristo tocante al matrimonio y al divorcio. (Cristo envió al Espíritu Santo a los apóstoles para guiarles a toda la verdad, Jua 16:13. No hay diferencia entre los mandamientos de Cristo y los de sus apóstoles, 2Pe 3:2; Jud 1:17. Véase 2:16, comentario).
— Que la mujer no se separe del marido – El Señor dijo: ”lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Lo que aquí dice Pablo es lo que mandó el Señor.
Puede ser que en Corinto haya circulado la doctrina de que la conversión a Cristo demandaba que no se practicara la cohabitación entre los dos sexos (la doctrina del ascetismo). Esto explicaría por qué Pablo presenta aquí esta enseñanza de Cristo de que los esposos no se separen.
El matrimonio es permanente; es para toda la vida (Rom 7:2-3). La mujer hizo sus votos y tiene que respetarlos como inviolables. Hoy en día en mi nación muchos jóvenes consideran el matrimonio como algo a que darle una probadita (como se prueba una sandía en el mercado antes de comprarse), que si el hombre y la mujer no se conforman bien, que se divorcien, y luego que hagan otra prueba de las mismas.
El vocablo griego para decir “se separe” es chorizo. Significa apartarse, separarse, dividirse. Se emplea en Flm 1:15 (se apartó); en Heb 7:26 (apartado); en Rom 8:35; Rom 8:39 (separará, separar). Pero también se usa para decir “divorciar” (aquí en 7:10, 11, 15; en Mat 19:6, separe; y en Mar 10:9, separe).
Este versículo, el siguiente, y el 15, los cuales emplean este verbo, ¡hablan de divorciarse ! En los EE.UU. (y tal vez en otros países) se hace una distinción técnica entre “la separación legal” y “el divorcio”. Pero las Escrituras no hacen tal distinción. Dijo Cristo, y dijo Pablo, “no separarse, no divorciarse”.
(Nota adicional: A veces la persona trata de justificar una separación temporaria, debido a disgustos, etcétera, mientras supuestamente se busca alguna solución a los problemas. En otros casos la esposa joven va corriendo a su mamá, separándose del marido a causa de “desacuerdos”, y ¡la mamá lo permite! Tales acciones egoístas son pecaminosas. Dios no permite tales separaciones; no las aprueba).
El matrimonio es algo que Dios establece (“lo que Dios juntó”), y es permanente. Dios no permite el divorcio (excepto en el caso de haber fornicación de parte de uno de los cónyuges). La práctica de divorcio por un sinnúmero de causas, según las leyes humanas, o la de la Iglesia Católica Romana de anulación, son violaciones de la ley suprema de Dios.
(Por no ser el tema aquí el matrimonio, el divorcio y las segundas nupcias, no se menciona que se permite al inocente el divorciarse del cónyuge fornicario. El contexto aquí es muy diferente. Seguramente Pablo no contradice a Cristo, ni Cristo se contradice a sí mismo.
La Iglesia Católica Romana no permite el divorcio por ninguna causa, y luego prácticamente lo otorga por medio de la anulación, y la separación sin disolución del vínculo del matrimonio).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Mat 5:32; Mat 19:9-12; Mar 10:2-12; Luc 16:18.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

A los casados

Aquí Pablo distingue entre las conocidas palabras de Jesús, el Señor (10-12) y las suyas. Debe recordarse, sin embargo, que Pablo da órdenes claras en esta sección. La esposa cristiana no es libre para separarse de su marido. Pablo acepta que haya ocasiones en que esto es necesario. Pero en tales circunstancias ella tiene sólo dos opciones: quedarse sin casar (lit. separada), o reconciliarse con su esposo. El esposo está sujeto a las mismas restricciones que Pablo indica prohibiendo la opción del divorcio. Se presume que la excepción la constituye la inmoralidad sin arrepentimiento (Mat. 19:9). El hecho de que ambos cónyuges sean creyentes en Cristo no asegura que sean felices, pero esto sí se cumple si viven juntos en amor y respeto mutuo. Todas las acciones desconsideradas que no van seguidas de arrepentimiento tienen consecuencias a largo plazo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

t 320 Mat 5:32

u 321 Jer 3:20; Mat 19:6; Mar 10:11; Luc 16:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

10 (1) El principio antiguotestamentario con respecto a hablar por Dios (profetizar) es: «Así dice Jehová» ( Isa_10:24 Isa_50:1 Jer_2:2 Eze_2:4), Pero el principio neotestamentario de encarnación es: «Yo [el que habla] mando». El que habla y el Señor son uno. Así que, Pablo dijo: «No yo, sino el Señor». La palabra griega que se traduce mando puede traducirse doy un mandato u ordeno.

10 (2) Esto indica dos cosas: (1) que el apóstol era uno con el Señor; por consiguiente, lo que él mandó, lo mandó el Señor; y (2) que sus mandamientos eran los del Señor. Lo que el apóstol mandó aquí, el Señor ya lo había mandado en Mat_5:31-32 y Mat_19:3-9. El divorcio no es permitido en absoluto por el Señor.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

De acuerdo con las enseñanzas, tanto de Pablo como de Cristo (Mar 10:1-12), los creyentes no deben divorciarse. Si se da la separación, el creyente debe permanecer sin casarse o debe reconciliarse permanentemente.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

TGr101 y sigs. En los vv. 10-16, Pablo presenta la enseñanza de que, en general, ningún hombre debía divorciarse de su esposa, ni la esposa de su marido.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., separarse del

Fuente: La Biblia de las Américas