Comentario de 1 Juan 1:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad.
1:6 — Véase 2:4; Jua 8:12. Compárese 2:9-11.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Si decimos. 1Jn 1:8, 1Jn 1:10; 1Jn 2:4; 1Jn 4:20; Mat 7:22; Stg 2:14, Stg 2:16, Stg 2:18; Apo 3:17, Apo 3:18.
tenemos comunión con él. 1Jn 1:3; Sal 5:4-6; Sal 94:20; 2Co 6:14-16.
y andamos en tinieblas. 1Jn 2:9-11; Sal 82:5; Pro 2:13; Pro 4:18, Pro 4:19; Jua 3:19, Jua 3:20; Jua 11:10; Jua 12:35, Jua 12:46.
mentimos. 1Jn 1:10; 1Jn 4:20; Jua 8:44, Jua 8:45; 1Ti 4:2.
y no practicamos la verdad. Jua 3:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los versículos 1Jn 4:6-10 contienen tres contrastes entre las palabras y las obras o entre decir una cosa y hacer otra. La acción resulta de seguir cada contraste: Si decimos: La primera pretensión falsa es tener comunión con Dios mientras no reflejemos su carácter moral.
andamos se refiere al modo de vida o a las prácticas de cada día. Andar en la oscuridad quiere decir vivir en desacuerdo con el carácter moral de Dios, llevar una vida pecaminosa. Pretender comunión con Dios sin llevar una vida moral o practicar la verdad es vivir una mentira, puesto que Dios no puede comprometer su santidad para dar lugar al pecado.
PARA VIVIRLO
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Comunicar a Cristo a los demás
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¿Cuál es el significado exacto de «testimoniar»? Muchas personas asocian el término con la evangelización en las calles. Pero algunas veces los predicadores callejeros pueden alienar a las personas, aunque la sinceridad de su fe es conocida por todos. ¿Qué se necesita entonces para que alguien sea un eficaz representante de Cristo?
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Juan fue uno de los compañeros más cercanos de Jesús. En este primer capítulo de su primera carta, Juan muestra varios elementos básicos con relación al significado de comunicar a Cristo a los demás:
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• Nuestro mensaje amplía nuestro conocimiento y experiencia de Cristo (1Jn 1:1-4).
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• Manifestamos claramente a los demás lo que hemos escuchado sobre Cristo (1Jn 1:5).
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• Vivimos nuestra fe en forma continua, evitando así las vidas que contradigan nuestro mensaje (1Jn 1:6-7). «Caminar» es una metáfora para vivir que se usa con frecuencia en el NT. (Jua 8:12; Rom 4:12; Col 3:7.)
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• Cuando tropezamos (como todos lo hacemos, 1Jn 1:10), lo reconocemos, evitando la decepción sobre nuestro andar o la obra de Cristo (1Jn 1:8-10).
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La veracidad, claridad, consistencia y honestidad deben ser cualidades básicas de los seguidores de Cristo. Son cosas perdurables a los ojos de Dios e importan mucho a quienes evalúan la fe. No debemos ofrendar nada menos que eso.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
COMUNION CON EL. «Andamos en tinieblas» se refiere a la vida en el pecado y el placer inmoral. Quienes lo hacen no tienen «comunión con él», es decir, no han nacido de Dios (cf. 1Jn 3:7-9; Jua 3:19; 2Co 6:14). Los que tienen comunión con Dios disfrutan de su gracia y viven en santidad delante de El (v. 1Jn 1:7; 1Jn 2:4; 1Jn 3:10).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
A pesar de sus aserciones de iluminación espiritual y de supuesta comunión con Cristo, el hecho de que los falsos maestros anduvieran en tinieblas era el argumento más contundente en su contra y demostraba que en realidad no eran salvos. La palabra «mentimos» en el v. 1Jn 1:6 b se refiere a la comunión que afirmaban tener en el v. 1Jn 1:6 a. no practicamos. Esto demuestra sus fallas habituales en cuanto a la práctica de la verdad.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:6 — Véase 2:4; Jua 8:12. Compárese 2:9-11.
— “si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas,”
Aquí se trata la cuestión de la antinomia (Véase el versículo 5, comentario). Supone Juan un caso general, sin particularizar a nadie; aun incluye a sí mismo. En esta forma trata a sus lectores con gentileza y consideración. Dice que el que reclama “tener en común” (comunión, véase la definición dada en el versículo 3) con Dios la misma naturaleza y actitudes y propósitos, y al mismo tiempo anda (habitualmente, pues así indica la gramática griega en este caso) en las cosas pecaminosas, miente. Se contradice.
Veremos al estudiar esta carta cómo Juan emplea el tiempo presente en el griego para indicar acción continua o habitual, y no un solo hecho presente. Aquí se refiere al que practica una vida de pecado (tinieblas), mientras reclama estar en comunión con Dios (quien es luz). Los gnósticos reclamaban que su “conocimiento superior” y su comunión con la Luz les permitía vivir comoquiera sin ser contaminados por el pecado o tener culpa de pecado. Dice Juan que sus pretensiones son falsas. Una vida de pecado y la comunión con Dios son dos profesiones irreconciliables; aun en tiempos del Antiguo Testamento era así (Lev 19:2; Lev 20:7; Lev 20:26). Lo que no es de la comunión con Dios, es sólo de nombre o profesión de labios que no ayudará nada en el Día Final. andar = figura de las actividades de la vida. La teoría y la práctica no pueden ser separadas. Por eso van juntas la fe y la obediencia. Si uno está en la verdad, obedece lo que ella dice. Si tiene comunión con Dios, va a manifestar esa comunión en una vida de pureza y no de pecado.
— “mentimos,” aunque no necesariamente con intenciones. ¡Nos engañamos a nosotros mismos! Sin embargo, al afirmar con la boca la proposición gnóstica, los tales mentían a otros y seguramente engañaron a muchos.
Otras tres veces se refiere Juan a “mentir” (2:4,22; 4:20).
— “y no practicamos la verdad;” = no hacer “las cosas que son agradables delante de él“ (3:22).
Este versículo condena toda profesión de labios, cosa que carece de hechos de obediencia a lo que la Verdad enseña. Condena toda filosofía humana aplicada a la religión de Dios.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA NECESIDAD DE ANDAR EN LA LUZ
1 Juan 1:6-7
Si decimos que estamos en comunión con Él y al mismo tiempo andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; pero si andamos en la luz como El está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Su Hijo Jesucristo nos limpia constantemente de todo pecado.
Aquí está escribiendo Juan para contrarrestar una manera herética de pensar. Había algunos que pretendían ser muy avanzados intelectual y espiritualmente, pero cuyas vidas no daban señales de ello. Pretendían haber avanzado tanto en el camino del conocimiento y de la espiritualidad que para ellos el pecado había dejado de tener importancia, y las leyes, de existir. Napoleón dijo una vez que las leyes eran para la gente ordinaria, pero no para las personas como él. Aquellos herejes pretendían ser tan elevados que, aunque pecaran, no tenía ninguna importancia. Posteriormente Clemente de Alejandría nos dice que había herejes que decían que era indiferente cómo viviera una persona. Ireneo nos dice que declaraban que un hombre verdaderamente espiritual era totalmente incapaz de incurrir nunca en ninguna contaminación, independientemente de la clase de cosas que hiciera.
En respuesta, Juan insiste en ciertas cosas.
(i) Insiste en que para tener comunión con el Dios que es luz, una persona debe andar en la luz; y que, si está todavía andando en las tinieblas morales y éticas de la vida sin Cristo, no puede tener esa comunión. Esto es precisamente lo que había dicho el Antiguo Testamento siglos antes. Dios dijo: «Seréis santos; porque Yo, el Señor vuestro Dios, soy santo» (Lv 19:2 ; cp. 20:7,26). El que quiera encontrarse en comunión con Dios se compromete a una vida de bondad que refleje la bondad de Dios. C. H. Dodd escribe: «La Iglesia es una sociedad de personas que, creyendo en un Dios de pura bondad, aceptan la obligación de ser buenas como Él.» Esto no quiere decir que una persona debe ser perfecta para poder tener comunión con Dios; porque, en ese caso, todos estaríamos excluidos. Pero sí quiere decir que toda su vida reconocerá sus obligaciones, y se esforzará en cumplirlas, y se arrepentirá cuando falle. Querrá decir que nunca pensará que el pecado no tiene importancia; que, cuanto más cerca se encuentre de Dios, más terrible le parecerá el pecado.
(ii) Insiste en que estos pensadores equivocados tienen una idea errónea de la verdad. Dice que, si los que pretenden estar especialmente avanzados siguen andando en tinieblas, no están haciendo la verdad. Exactamente la misma frase se usa en el Cuarto Evangelio cuando se habla del que hace la verdad (Jn 3:21 ). Psto quiere decir que, para el cristiano, la verdad no es nunca exclusivamente intelectual; es siempre moral. No es algo que ejercita solamente la mente, sino algo en lo que está implicada toda la personalidad. La verdad no es sólo el descubrimiento de cosas abstractas; es la vida concreta. No consiste solamente en pensar, sino también en actuar. Las palabras que usa el Nuevo Testamento juntamente con verdad son significativas. Habla de obedecer a la verdad (Rm 2:8 ; Gal 3:7 ); seguir la verdad (Gal 2:14 ; 3Jn 1:4 ); oponerse a la verdad (2 Timoteo 3:8 ); extraviarse de la verdad (Stg 5:9 ). Hay algo que podría llamarse «Cristianismo de tertulia.» Es posible considerar el Cristianismo como una serie de problemas intelectuales que hay que resolver, y en la Biblia como un libro sobre el cual hay que apilar información y datos. Pero el Cristianismo es algo que hay que vivir, y la Biblia es un libro que hay que obedecer. Es posible que la eminencia intelectual y el fracaso moral vayan de la mano. Para el cristiano, la verdad es algo, primero, que hay que descubrir; y luego, que hay que obedecer.
LAS PRUEBAS DE LA VERDAD
1 Juan 1:6-7 (continuación)
Para Juan hay dos grandes pruebas de la verdad.
(i) La verdad es la creadora de la comunión. Si estamos realmente andando en la luz, tenemos comunión unos con otros. Ninguna creencia que separe a una persona de las demás puede ser plenamente cristiana. Ninguna iglesia puede _ser exclusiva, y seguir siendo Iglesia de Cristo. Lo que destruye la comunión no puede ser verdadero.
(ii) La sangre de Jesús le va limpiando cada día más y más del pecado al que de veras conoce la verdad. La Reina-Valera es bastante correcta aquí, pero se puede malentender. Dice: » La sangre de Jesucristo, Su Hijo, nos limpia de todo pecado.» Eso se puede tomar como un gran principio; pero se refiere a lo que debería suceder en la vida individual. Lo que quiere decir es que todo el tiempo, día a día, constante y consistentemente, la sangre de Jesucristo lleva a cabo un proceso purificador en la vida del cristiano individual.
La palabra griega para limpiar es katharízein, que era en su origen una palabra ritual que describía las ceremonias y lavatorios que cualificaban a un hombre para acercarse a sus dioses. Pero la palabra, conforme fue desarrollándose la religión, adquirió un sentido moral, y describe la bondad que permite a una persona entrar a la presencia de Dios. Así es que, lo que Juan está diciendo es: «Si realmente sabes lo que ha obrado el sacrificio de Cristo, y estás experimentando de veras Su poder, día a día irás añadiendo santidad a tu vida, y capacitándote más para entrar a la presencia de Dios.»
Aquí se nos presenta una gran concepción. Considera el sacrificio de Cristo como algo que, no solamente expía los pecados pasados, sino que nos equipa de santidad día a día.
La verdadera religión es la que acerca más y más, día a día, a la persona a sus semejantes y a Dios. Produce la comunión con Dios y con los hombres. Y no existe la una sin la otra.
LA TRIPLE MENTIRA
1 Juan 1:6-7 (conclusión)
Juan acusa cuatro veces en su carta sin ambages a los falsos maestros de ser mentirosos; y la primera de estas cuatro se encuentra en este pasaje.
Los que pretenden tener comunión con el Dios Que es totalmente luz, y sin embargo andan en la oscuridad, están mintiendo (versículo 6). Un poco más tarde repite esta acusación de una manera un poco diferente. El que diga que conoce a Dios, y sin embargo no guarde Sus mandamientos, es un mentiroso (1Jn 2:4 ). Juan está estableciendo la verdad indiscutible de que el que diga una cosa con sus labios y otra con sus 3bras es un mentiroso. No está pensando en la persona que hace todo lo posible, pero a veces falla. » Uno -dice H. G. Wells- puede que sea un mal músico, y sin embargo esté apasionadamente enamorado de la música.» Y uno puede que sea muy consciente de sus fallos, y sin embargo esté apasionadamente enamorado de Cristo y de Su camino. Juan está pensando en la persona que presenta las más elevadas pretensiones de conocimiento, de eminencia intelectual y espiritual, y que sin embargo se permite cosas que sabe muy bien que están prohibidas. El que profese amar a Cristo y Le desobedezca a sabiendas es culpable de falsedad.
(ii) El que niegue que Jesús es el Cristo es un mentiroso (1Jn 2:22 ). Aquí tenemos algo que discurre por todo el Nuevo Testamento. La piedra de toque definitiva de una persona es su reacción a Jesús. La pregunta clave que Jesús dirige á cada persona es: » ¿Quién dices tú que soy Yo?» (Mt 16:13 ). Cuando uno se encuentra cara a cara con Cristo no pude por menos de ,ver Su grandeza; y si la niega, es un mentiroso.
(iii) El que diga que ama a Dios, y al mismo tiempo aborrezca a su hermano, es un mentiroso (1Jn 4:20 ). El amor a Dios y el odio a un semejante no pueden coexistir en la misma persona. Si hay rencor en el corazón de alguien hacia algún otro, eso es prueba de que no ama de veras a Dios. Todas nuestras protestas de amor a Dios son inútiles y falsas si hay odio en nuestro corazón hacia algún otro.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
1Jn 2:4; 1Jn 2:9.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— la verdad: Otro término característico de la tradición joánica (ver 1Jn 2:21; Jua 1:14; Jua 1:17; Jua 3:21; Jua 14:6; Jua 17:17; Jua 17:19; Jua 18:37; 2Jn 1:2-3; 3Jn 1:3 –1Jn 4:8).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El primer error. A Juan le gusta subrayar lo que quiere decir formulando una suposición, y aquí hay una lista de cláusulas que comienzan con el condicional si (vv. 6-10; nuevamente en 2:1). Trata sobre tres obstáculos a la comunión. El primero se centra en la pretensión de que tenemos comunión con Dios. Juan ya les dijo que su propósito era que sus lectores disfrutaran de esta comunión (v. 3). Ahora aclara que las palabras solas no pueden producir comunión con Dios. 6 Todo aquel que afirme que disfruta de esa comunión pero continúa andando en tinieblas miente, puesto que Dios es luz (cf. 2:21, 22). Se necesita más que un sentimiento re ligioso confortable. Debemos probar nuestros sentimientos por la revelación que Dios nos ha dado. El error que Juan está denunciando es el de rechazar aceptar la luz que Dios ha dado en la revelación entregada por medio de los profetas, apóstoles y otros, prefiriendo las tinieblas de su propio camino. Juan argumenta en forma negativa. No practicamos la verdad es una expresión muy poco usada que figura también en Juan 3:21 (y en los mss. de Qumrán). Hablamos de “decir la verdad”, pero la verdad puede ser una cualidad tanto de la acción como del pensamiento. La verdad que Dios nos ha hecho conocer debe vivirse en las vidas de sus siervos. 7 Ahora viene la suposición contraria, es decir, de que realmente andamos en luz. El “andar” es una expresión metafórica para expresar todo un estilo de vida. Destaca la verdad de que el cristiano debe progresar sin pausa, aun cuando no sea en forma espectacular. Andamos en luz significa vivir día a día ajustados a estrictas normas de integridad. Se refuerza al máximo la expresión cuando se añade como él está en luz (cf. Mat. 5:48). No podemos juguetear con la idea de mantener niveles bajos, como si todo lo que interesara es lograr normas humanas decentes. El cristiano es un siervo de Dios y, como tal, ajusta sus normas a los requerimientos de Dios. Ha de vivir según se lo estipule Dios. Luego del v. anterior donde se niega la comunión con Dios a los que caminan en tinieblas (v. 6), cabría imaginar que los que andan en luz gozarán de la comunión con Dios. Al contrario, hallamos que tenemos comunión unos con otros. Por supuesto que ello incluye comunión con Dios (cf. v. 3), pero no debe impedirnos ver lo que Juan quiere expresar. La comunión que los creyentes disfrutan unos con otros es de valor inapreciable. A todo lo anterior Juan añade el ingrediente de que la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado (o “cada pecado”; el gr. puede indicar ambas cosas). La palabra pecado aparece en esta breve carta 17 veces (también 17 veces en el Evangelio de Juan; los únicos escritos del NT con más menciones son Rom. y Heb.). Jesús es el nombre humano del Salvador, y con las palabras su Hijo se hace hin capié en que es único en su género. No debemos perder de vista la significación de ambas expresiones. Limpia es un verbo de tiempo continuo. No se trata de una limpieza de una vez y para siempre, sino de una actividad progresiva que se realiza día a día. Un poco más adelante Juan reconoce la imposibilidad de que el creyente se vea libre de todo pecado (cf. vv. 9, 10). Por consiguiente, no se re fiere a una perfección con ausencia total de pecado. Sostiene que cuando tenemos por hábito andar en la luz, es decir, andar con Dios, los pecados que cometemos son limpiados. Juan reconoce que de bemos vivir muy cerca de Dios, y que aun aquellos que así viven necesitan ser limpiados continuamente. Esta limpieza se basa en la muerte propiciatoria de Jesús; la sangre no significa vida librada de la carne, como algunos afirman, sino la vida rendida en la muerte.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) Lit.: “dijéramos”.
REFERENCIAS CRUZADAS
q 17 2Co 6:14
r 18 Tit 1:16; 1Jn 2:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
6 (1) Tener comunión con Dios es tener un contacto íntimo y vivo con El en el fluir de la vida divina conforme a la unción del Espíritu en nuestro espíritu (2:27). Esto nos mantiene en la participación y en el disfrute de la luz divina y del amor divino.
6 (2) Según el contexto, la frase con El significa con Dios y equivale a decir: con el Padre, y con Su Hijo Jesucristo (v.3). Esto de nuevo implica la Trinidad Divina.
6 (3) Se refiere al andar general en nuestra vida; es decir, vivir, conducirse y ser. Así también en el versículo siguiente. Véase la nota 16 (1) de Gá 5. Andar en tinieblas, esto es, andar habitualmente en tinieblas significa ser, vivir y conducirse según la naturaleza de las obras malignas de Satanás. Según 2:11, andar en tinieblas equivale a practicar el pecado (3:4, 8).
6 (4) Las mentiras proceden de Satanás, quien es el padre de los mentirosos ( Jua_8:44 y la nota 3). Las tinieblas satánicas están en contraste con la luz divina, y la mentira satánica está en contraste con la verdad divina. Tal como la verdad divina es la expresión de la luz divina, así también la mentira satánica es la expresión de las tinieblas satánicas. Si decimos que tenemos comunión con Dios, quien es luz, y andamos en tinieblas, mentimos y así expresamos las tinieblas satánicas, y no practicamos la verdad, no expresamos la luz divina. Este versículo es una inyección contra la enseñanza herética de los partidarios del antinomismo, quienes afirmaban que uno es libre de la obligación de la ley moral y decían que se puede vivir en el pecado y al mismo tiempo tener comunión con Dios.
6 (5) Este verbo griego denota la idea de hacer (algo) habitual y continuamente al permanecer (en ello); por lo tanto, tiene el sentido de practicar. También se usa en 2:17, 29; 3:4 (dos veces), 7, 8, 9, 10, 22; 5:2; Rom_1:32 y en otras partes. Practicar la verdad consiste en vivir la verdad habitualmente, y no sólo hacerlo ocasionalmente.
6 (6) La palabra griega significa realidad (lo opuesto de vanidad), verdad, veracidad, autenticidad, sinceridad. Es una terminología muy particular de Juan, y es una de las palabras profundas del Nuevo Testamento, la cual denota todas las realidades de la economía divina como el contenido de la revelación divina trasmitida y revelada por la Palabra santa de la siguiente manera: (1) Dios, quien es luz y amor, encarnado para ser la realidad de las cosas divinas, tales como la vida de Dios, Su naturaleza, Su poder y Su gloria, las cuales podemos poseer a fin de disfrutarle como gracia, según lo revela el Evangelio de Juan ( Jua_1:1 , Jua_1:4 , Jua_1:14-17).
(2) Cristo, quien es Dios encarnado y en quien habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad ( Col_2:9) , como la realidad de: (a) Dios y el hombre ( Jua_1:18 , Jua_1:51 1Ti_2:5) (b) todos los tipos, figuras y sombras del Antiguo Testamento ( Col_2:16-17 Jua_4:23, 24 y las notas); y (c) todas las cosas divinas y espirituales, tales como la vida divina y la resurrección ( Jua_11:25 14:6), la luz divina ( Jua_8:12 9:5), el camino divino ( Jua_14:6), la sabiduría, la justicia, la santificación y la redención ( 1Co_1:30). Por consiguiente, Cristo es la realidad ( Jua_14:6 ; Efe_4:21).
(3) El Espíritu, quien es Cristo transfigurado ( 1Co_15:45 2Co_3:17), es la realidad de Cristo ( Jua_14:16-17 15:26) y de la revelación divina ( Jua_16:13-15) . Por lo tanto, el Espíritu es la realidad (5:6).
(4) La Palabra de Dios como la revelación divina, la cual no sólo revela sino que también trasmite la realidad de Dios y de Cristo, y de todas las cosas divinas y espirituales. Por consiguiente, la Palabra de Dios también es realidad ( Jua_17:17 y la nota 3).
(5) El contenido de la fe (nuestras creencias), los elementos substanciales de lo que creemos, como la realidad del evangelio pleno ( Efe_1:13 Col_1:5); este contenido se revela a lo largo del Nuevo Testamento ( 2Co_4:2 ; 13:8; Gál_5:7 ; 1Ti_1:1 y la nota 1, puntos 1 y 2; 2:4 y la nota 2; 2:7b; 3:15 y la nota 5; 4:3; 6:5; 2Ti_2:15 , 2Ti_2:18 , 2Ti_2:25 3:7, 8; 4:4; Tit_1:1 , Tit_1:14 2Ts_2:10 , 2Ts_2:12 Heb_10:26 Stg_5:19 1Pe_1:22 2Pe_1:12).
(6) La realidad tocante a Dios, el universo, el hombre, la relación del hombre con Dios y con los demás, y la obligación del hombre para con Dios, como se revela mediante la creación y mediante las Escrituras ( Rom_1:18-20 2:2, 8, 20).
(7) La autenticidad, la veracidad, la sinceridad, la honestidad, la confiabilidad y la fidelidad de Dios como virtud divina ( Rom_3:7 ; 15:8), y del hombre, como virtud humana ( Mar_12:14 2Co_11:10 Flp_1:18 ; 1Jn_3:18), y como resultado de la realidad divina ( Jua_4:23-24 2Jn_1:1 a; 3Jn_1:1).
(8) Las cosas que son verdaderas o genuinas, la verdadera condición de los asuntos (los hechos), la realidad, la veracidad, en contraste con la falsedad, el engaño, el disimulo, la hipocresía y el error ( Mar_5:33 12:32; Luc_4:25 Jua_16:7 Hch_4:27 ; 10:34; 26:25; Rom_1:25 9:1; 2Co_6:7 ; 7:14; 12:6; Col_1:6 ; 1Ti_2:7 a).
De los ocho puntos enumerados, los primeros cinco se refieren a la misma realidad en esencia. Dios, Cristo y el Espíritu -la Trinidad Divina- son uno en esencia. Por consiguiente, estos tres, siendo los elementos básicos de la substancia de la realidad divina, son de hecho una sola realidad. Esta única realidad divina es la substancia de la Palabra de Dios como revelación divina. Por lo tanto, llega a ser la realidad divina revelada en la Palabra divina, y hace que ésta sea la realidad. La Palabra divina trasmite esta única realidad divina como el contenido de la fe, y éste es la substancia del evangelio revelada en todo el Nuevo Testamento como la realidad del evangelio, la cual es simplemente la realidad divina de la Trinidad Divina. Cuando nosotros participamos y disfrutamos de dicha realidad, ésta llega a ser nuestra autenticidad, sinceridad, honestidad y confiabilidad como una virtud excelente en nuestro comportamiento, que nos capacita para expresar a Dios, al Dios de la realidad, por quien vivimos; y llegamos a ser personas que llevan una vida caracterizada por la verdad, sin falsedad ni hipocresía, una vida que corresponde a la verdad revelada por medio de la creación y de las Escrituras.
La palabra verdad se usa más de cien veces en el Nuevo Testamento. Su significado en cada caso es determinado por el contexto. Por ejemplo, en Jua_3:21, verdad denota rectitud (lo opuesto a maldad, Jua_3:19-20), la cual es la realidad manifestada en un hombre que vive en Dios según lo que El es y corresponde a la luz divina, que es Dios, la fuente de la verdad, manifestado en Cristo. En Jua_4:23-24, según el contexto y conforme a toda la revelación del Evangelio de Juan, denota que la realidad divina llega a ser la autenticidad y la sinceridad del hombre (lo opuesto a la hipocresía de la adoradora samaritana inmoral, Jua_4:16-18), por la cual éste adora a Dios con veracidad. La realidad divina es Cristo, quien es la realidad ( Jua_14:6), como realidad de todas las ofrendas del Antiguo Testamento para la adoración a Dios ( Jua_1:29 3:14), y como la fuente de agua viva, el Espíritu vivificante ( Jua_4:7-15). Los creyentes participan y beben de esta fuente a fin de que Cristo sea la realidad dentro de ellos, la cual con el tiempo llega a ser su autenticidad y sinceridad en las cuales adoran a Dios con la clase de adoración que El desea. En Jua_5:33 y 18:37, conforme a toda la revelación del Evangelio de Juan, la palabra verdad denota la realidad divina contenida, revelada y expresada en Cristo como Hijo de Dios. En Jua_8:32 , Jua_8:40 , Jua_8:44-46, se denota la realidad de Dios revelada en Su palabra ( Jua_8:47) y corporificada en Cristo, el Hijo de Dios ( Jua_8:36), la cual nos libera de la esclavitud del pecado (véase la nota 32 (1) de Jn 8).
Aquí en el v.6, la palabra verdad denota la realidad de Dios como luz divina revelada a nosotros. Es el resultado de la luz divina mencionada en el v.5 y es la misma luz hecha real para nosotros. La luz divina es la fuente y se encuentra en Dios; la verdad es el resultado y la realidad de la luz divina y se encuentra en nosotros (véase la nota 8 (2) del cap.4; cfr. Jua_3:19-21). Cuando permanecemos en la luz divina, la cual disfrutamos en la comunión de la vida divina, practicamos la verdad, es decir, practicamos la realidad que hemos captado en la luz divina. Cuando permanecemos en la fuente, lo que ésta emana llega a ser nuestra práctica.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
andamos… Lit. anduviéramos.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., y
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. anduviéramos.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
§ Literalmente, “caminando”. Ver también 1Jn 1:7.