Biblia

Comentario de 1 Juan 2:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Juan 2:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Permanezca en vosotros lo que habéis oído desde el principio. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

2:24 — “Lo que habéis oído desde el principio,” = la verdad del evangelio. La verdad les había sido predicada desde el principio y les trajo a la comunión con Dios.

Desde entonces se habían levantado falsos hermanos tratando de sacarles de esa comunión, ofreciendo esa comunión aparte de creer la verdad del evangelio respecto a Jesucristo. Las reclamaciones gnósticas, de tener comunión con Dios, eran huecas y vanas. Porque negaban al Hijo, no tenían comunión con el Padre. El gran propósito de Juan en esta carta es ver que los hermanos permanezcan en esa comunión con el Padre y con el Hijo, para su salvación eterna. Véase Introd., VII.

Este versículo en el texto griego comienza, como dicen la Versión Hispanoamericana y la Versión Moderna, “En cuanto a vosotros.” Aquí tenemos, pues, un fuerte contraste. Los anticristos no dejaron que la verdad permaneciera en ellos. Apostataron de ella (versículo 19). Ahora, en cuanto a vosotros, dice Juan, veáis que permanezca en vosotros.

— _”permanezca en vosotros.” Es una exhortación de perseverar en la doctrina de Cristo (2Jn 1:9-10). Así no serían engañados por los anticristos (versículo 26). Compárense 1Co 15:1-2; Heb 3:14; Heb 4:14; Heb 10:23.

Los hechos de los versículos 22 y 23 ya los sabían. Restaba que Juan exhortara y amonestara a los hermanos respecto a ellos.

— “Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.” Permanecer en el Hijo y en el Padre ¡es condicional! Depende de perseverar en la verdad del evangelio. La pequeña palabra “si” es tan significativa. Compárense Jua 6:51; Jua 15:1-10; 1Co 15:1-2; 2Pe 1:8.

El versículo 22 habla de negar al Padre y al Hijo; el 23 de confesar a ellos; y éste, el 24, de permanecer en ellos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

permanezca en vosotros. Sal 119:11; Pro 23:23; Luc 9:44; Jua 15:7; Col 3:16; Heb 2:1; Heb 3:14; 2Jn 1:2; 3Jn 1:3; Apo 3:3, Apo 3:11.

Si lo que habéis oido. 1Jn 2:7; Luc 1:2; Jua 8:25; Flp 4:15; 2Jn 1:5, 2Jn 1:6.

también vosotros permaneceréis. 1Jn 1:3, 1Jn 1:7; 1Jn 4:13, 1Jn 4:16; Jua 14:23; Jua 15:9, Jua 15:10; Jua 17:21-24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

permanezca en vosotros: Si los lectores permanecieran en la verdad del evangelio, permanecerían en el Hijo y en el Padre. Una vez más esta no es una referencia a la vida eterna, que es un don, sino a una comunión apropiada con el Hijo y el Padre. Al permitir que las Escrituras hagan impacto en nuestra vida, permanecemos en Cristo y tenemos comunión con Dios. El mensaje que oyeron desde el principio fue que Jesús es el Cristo (v. 1Jn 2:22), el Hijo de Dios (v. 1Jn 2:22) que vino en persona (1Jn 1:1-3). Si los lectores de Juan resistieran las falsedades de los anticristos y se plegaran a la verdad que les habían enseñado desde el comienzo, continuarían viviendo en comunión con el Hijo y el Padre.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

OIDO DESDE EL PRINCIPIO, Los creyentes permanecerán en Cristo y tendrán la salvación solo mientras permanezcan en la enseñanza original de Cristo y de los apóstoles (véase Efe 2:20, nota). Esto sugiere dos cosas:

(1) El abandono del evangelio original de la fe del NT es espiritualmente fatal y separa a la persona de Jesucristo (cf. Gál 1:6-8; Gál 5:1-4). Los creyentes deben ser bíblicos en su teología en el sentido de ajustarse siempre a las enseñanzas del NT.

(2) Es peligroso correr tras las nuevas enseñanzas o los maestros que predican cosas nuevas que no se encuentran en la fe cristiana (cf. Jud 1:3). Por eso es importante estudiar la Palabra de Dios y aferrarse a ella; el alma y el destino eterno del creyente dependen de eso.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

oído desde el principio. El evangelio que no puede cambiar. Deje que permanezca, no siga a falsos maestros (cp. 2Ti 3:1; 2Ti 3:7; 2Ti 3:13; 2Ti 4:3). La verdad cristiana es fija e inalterable (Jud 1:3). Si permanecemos fieles a la verdad, no dejaremos de experimentar comunión íntima con Dios y Cristo, lo cual nos capacitará para perseverar hasta alcanzar la plenitud de la vida eterna (cp. 1Jn 5:11-12).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:24 — “Lo que habéis oído desde el principio,” = la verdad del evangelio. La verdad les había sido predicada desde el principio y les trajo a la comunión con Dios.
Desde entonces se habían levantado falsos hermanos tratando de sacarles de esa comunión, ofreciendo esa comunión aparte de creer la verdad del evangelio respecto a Jesucristo. Las reclamaciones gnósticas, de tener comunión con Dios, eran huecas y vanas. Porque negaban al Hijo, no tenían comunión con el Padre. El gran propósito de Juan en esta carta es ver que los hermanos permanezcan en esa comunión con el Padre y con el Hijo, para su salvación eterna. Véase Introd., VII.
Este versículo en el texto griego comienza, como dicen la Versión Hispanoamericana y la Versión Moderna, “En cuanto a vosotros.” Aquí tenemos, pues, un fuerte contraste. Los anticristos no dejaron que la verdad permaneciera en ellos. Apostataron de ella (versículo 19). Ahora, en cuanto a vosotros, dice Juan, veáis que permanezca en vosotros.
–_”permanezca en vosotros.” Es una exhortación de perseverar en la doctrina de Cristo (2Jn 1:9-10). Así no serían engañados por los anticristos (versículo 26). Compárense 1Co 15:1-2; Heb 3:14; Heb 4:14; Heb 10:23.
Los hechos de los versículos 22 y 23 ya los sabían. Restaba que Juan exhortara y amonestara a los hermanos respecto a ellos.
— “Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.” Permanecer en el Hijo y en el Padre ¡es condicional! Depende de perseverar en la verdad del evangelio. La pequeña palabra “si” es tan significativa. Compárense Jua 6:51; Jua 15:1-10; 1Co 15:1-2; 2Pe 1:8.
El versículo 22 habla de negar al Padre y al Hijo; el 23 de confesar a ellos; y éste, el 24, de permanecer en ellos.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL PRIVILEGIO UNIVERSAL

1 Juan 2:24-29

Si lo que habéis oído desde el principio permanece dentro de vosotros, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que Él os ha hecho: la vida eterna.

Os estoy escribiendo estas cosas para advertiros acerca de los que están tratando de descarriaros. En cuanto a vosotros, si esa Unción que habéis recibido de Él permanece en vosotros, no tenéis necesidad de que nadie os enseñe. Pero, como Su Unción os enseña acerca de todas las cosas y es verdadera y no es mentira, y como Él os ha enseñado, permaneced en Él. Así que, hijitos, permaneced en Él para que, cuando aparezca, tengáis confianza y no os escondáis de Él avergonzados en Su Venida. Como sabéis que Él es justo, debéis daros cuenta de que cualquiera que obra justicia es nacido de Él.

Juan está exhortando a los suyos para que permanezcan en las cosas que han aprendido; porque así permanecerán en Cristo. El gran interés de este pasaje se encuentra en una expresión que Juan ha usado ya. En el versículo 20 ya ha hablado de la unción que los suyos han recibido del Santo y por medio de la Cual todos ellos están equipados con conocimiento. Aquí habla de la unción que ellos han recibido y que les enseña todas las cosas. ¿Qué pensamiento hay detrás de esta palabra, unción? Tendremos que remontarnos considerablemente en el pensamiento hebreo para descubrirlo.

En la práctica y el pensamiento Hebreos la unción se relacionaba con tres clases de personas. (i) Los sacerdotes eran ungidos. La prescripción ritual dice: «Luego tomarás el aceite de la unción, lo derramarás sobre su cabeza y le ungirás» (Ex 29:7 ; cp. 40:13; Lv 16:32 ). (ii) Los reyes eran ungidos. Samuel ungió a Saúl como rey de la nación (1S 9:16 ; 1S 10:1 ). Más tarde Samuel también ungió a David como rey (1S 16:3; 1S 16:12 ). A Elías se le ordenó que ungiera a Hazael y a Jehú (1R 19:15 s). La unción equivalía a la coronación. (iii) Los profetas eran ungidos. A Elías se le mandó que ungiera a Eliseo como sucesor suyo (1R 19:16 ). El Señor había ungido al Profeta para que diera buenas nuevas a la nación (Isa 61:1 ).

Así es que aquí encontramos la primera cosa significativa. En los días antiguos, el recibir la unción había sido el privilegió de unos pocos escogidos: los sacerdotes, los reyes y los profetas; pero ahora es el privilegio de todos los cristianos, por muy humildes que sean. Así es que la unción representa el privilegio que tiene el cristiano en Jesucristo.

Al sumo sacerdote se le llamaba el ungido; pero el supremo Ungido era el Mesías (Mesías es la palabra hebrea que quiere decir el Ungido, lo mismo que Jristós en griego). Así es que Jesús fue el Ungido en grado superlativo. Entonces surgió la cuestión: ¿Cuándo fue ungido Jesús? La respuesta que ha dado siempre la Iglesia es que en Su bautismo Jesús fue ungido con el Espíritu Santo (Hch 10:38 ).

En el mundo griego también se conocía y practicaba la unción. Era una de las ceremonias de iniciación en las religiones misteriosas que pretendían ofrecer al hombre un conocimiento especial de Dios. Sabemos que por lo menos algunos de los falsos maestros pretendían tener una unción especial que les aportaba un conocimiento especial de Dios. Hipólito nos dice que esos falsos maestros decían: » Nosotros somos los únicos entre todos los cristianos que completamos el misterio en el tercer portal y somos allí ungidos con una unción inefable.» La respuesta de Juan es que es el cristiano normal y corriente el que tiene la única verdadera unción, la unción que da Jesús.

¿Cuando recibió esa unción el cristiano, y en qué consiste?

La primera pregunta es fácil d6 contestar. No había nada más que una ceremonia por la que todos los cristianos pasaban, y era el bautismo; de hecho era costumbre en un tiempo algo posterior el ungir al bautizado con el óleo santo, como nos dice Tertuliano.

La segunda pregunta no es tan fácil. Hay, de hecho, dos respuestas igualmente aceptables.

(i) Puede ser que la unción quiera decir la venida del Espíritu sobre el cristiano sobre el bautismo. En la Iglesia Primitiva aquello sucedía de una manera constatable (Hch 8:17 ). Si en este pasaje sustituyéramos la unción por el Espíritu Santo obtendríamos un sentido excelente.

(ii) Pero hay otra posibilidad. Los versículos 24 y 27 son casi exactamente paralelos en la expresión. En el 24 leemos: » Que lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros.» Y en el 27 leemos: » Pero la unción que recibisteis de Él permanece en vosotros.» Lo que habéis recibido desde el principio y la unción son expresiones paralelas. Por tanto, bien puede ser que la unción que recibe el cristiano sea la instrucción en la fe cristiana que se le da desde el principio de su entrada en la Iglesia.

Bien puede ser que no tengamos que escoger entre estas dos interpretaciones, y que las dos estén presentes en este pasaje. Esto querría decir algo muy valioso: que tenemos dos comprobantes por los que podemos juzgar cualquier nueva enseñanza que se nos ofrezca. (i) ¿Está de acuerdo con la tradición cristiana que se nos ha enseñado? (ii) ¿Está de acuerdo con el testimonio interno del Espíritu Santo?

Aquí tenemos dos criterios cristianos de la verdad. Hay una comprobación externa. Toda enseñanza debe estar de acuerdo con la tradición que nos han transmitido la Escritura y la Iglesia. Hay una comprobación interna. Toda enseñanza debe pasar la prueba del testimonio del Espíritu Santo en nuestro corazón.

PERMANECIENDO EN CRISTO

1 Juan 2:24-29 (conclusión)

Antes de salir de este pasaje debemos notar dos grandes cosas prácticas.

(i) En el versículo 28, Juan exhorta a los suyos a permanecer constantemente en Cristo para que cuando Él vuelva en poder y gloria no tengan que acobardarse ante Él avergonzados. Con mucho la mejor manera de estar preparados para la venida de Cristo es vivir con Él todos los días. Si lo hacemos así, Su Venida no será ninguna sorpresa terrible, sino simplemente la entrada en una presencia más próxima de Alguien con Quien hemos vivido largo tiempo.

Aunque tengamos dudas y dificultades acerca de la Segunda Venida física de Cristo, esto sigue siendo cierto: que para cualquier persona la vida llegará algún día a su fin. La cita con Dios llega a todos para que nos levantemos y digamos adiós a este mundo. Si no hemos pensado nunca en Dios, y si Jesús no ha sido para nosotros más que una memoria imprecisa y distante, la Suya será como una llamada a un viaje terrible a un lugar desconocido; pero si hemos vivido conscientemente en la presencia de Cristo y día a día hemos andado y hablado con Dios, esa será una llamada para volver a casa y entrar a una presencia más íntima con Uno que no es un extraño, sino un Amigo.

(ii) En el versículo 29 Juan vuelve al pensamiento que no está nunca lejos de su mente. La única manera en que una persona puede demostrar que permanece en Cristo es por la integridad de su vida. Lo que una persona profese ser lo probará o desmentirá su manera de vivir.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

1Jn 3:11; Jua 3:15; Jua 6:40.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Permanecer en Dios. 24 Lo que habéis oído desde el principio nos retrotrae al simple mensaje del evangelio. Si los lectores de Juan permiten que eso permanezca (este verbo se repite 24 veces en 1 Jn.) ellos entonces permanecerán en el Hijo y en el Padre. 25 Así se cumple la promesa del Padre de la vida eterna. 26 Lo que estaban diciendo los falsos maestros llevaría a los nuevos creyentes lejos de la verdad. Esta es la razón por la que Juan estaba escribiendo; él no permitiría que los falsos maestros arruinaran las vidas de los nuevos creyentes que significaban tanto para Juan. 27 Con esto debemos considerar la unción que ya mencionó Juan (v. 20). Por la iluminación dada por el Espíritu Santo que mora en ellos tienen el conocimiento que interesa y así permanecen en Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

l 94 Jua 14:23; 2Jn 1:6

m 95 Jua 15:4

n 96 1Jn 3:24

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

24 super (1) El Verbo de vida, es decir, la Palabra de la vida eterna que los creyentes oyeron desde el principio (1:1-2). No negar sino confesar que el hombre Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (v.22), es permitir que la Palabra de la vida eterna permanezca en nosotros. Al hacer esto permanecemos en el Hijo y en el Padre, y no somos descarriados por las enseñanzas heréticas acerca de la persona de Cristo (v.26). Esto muestra que el Hijo y el Padre son la vida eterna que nos regenera y que podemos disfrutar. En dicha vida eterna tenemos comunión con Dios y unos con otros (1:2-3, 6-7), y vivimos en nuestro andar diario (v.6; 1:7).

24 super (2) En el sentido relativo (véase la nota 1 super (2), párr. 2, del cap.1).

24 super (3) Véase la nota 27 super (8).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

BD466(1) El pronombre ὑμεῖς se usa en contraste con ἀρνούμενος, que aparece en el v. anterior.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego