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Comentario de 1 Juan 3:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Juan 3:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él, y no puede seguir pecando, porque ha nacido de Dios.

3:9

— Véase 5:18. Compárelo con Jua 8:34.

— “Todo aquel que es nacido de Dios,” Compárense 2:29; 5:1. Más preferible es la Versión Moderna, “engendrado de Dios”, porque no es apropiado atribuir nacimiento de una personalidad masculina. De todos modos, se hace referencia a los hijos espirituales de Dios.

— “no practica el pecado,” (jarmartian ou poiei) = pecado no hace. Véanse los comentarios sobre el versículo 6. Aquí como allí se hace referencia a acción habitual. Bien expresa la idea esta versión de Valera, al decir, “no practica.” Otras versiones (por ejemplo, la Versión Hispanoamericana y la Versión Moderna) dicen, “no peca” o “no comete pe—

cado,” así dejando la impresión de que se trata de un solo acto.

En 2:29 dice el texto griego, “todo el que hace (practica) justicia es engendrado de él,” y aquí “todo el que es engendrado de Dios no hace (practica) el pecado.” Los dos versículos enseñan la misma verdad.

El verbo poieo, que aparece en este versículo, también aparece en el versículo 4 (“comete” e “infringe la ley.” Véanse los comentarios sobre esta frase), en el 7 (“hace”) y en el 8 (“practica”).

— “porque la simiente de Dios permanece en él;” No practica el pecado habitualmente el hijo de Dios porque la Palabra de Dios (la simiente de Dios, Luc 8:11) mora en él (Col 3:16), gobernando su vida. Véanse también 1:10; 2:5,7,14

— la palabra; 1:7 — la luz; 1:8 y 2:4 — la verdad; 1Pe 1:23; Stg 1:18; 1Co 4:15. El caso no es así con aquel en quien la Palabra de Dios no mora (Jua 5:38). La Palabra de Dios permanece en quien permanece en él (versículo 6).

— “y no puede pecar,” Según la gramática griega, el infinitivo (pecar) en el tiempo presente indica acción habitual. El del aoristo se emplea para indicar el mero hecho de acción. El texto griego aquí dice, “no puede pecar habitualmente.”

Véanse los comentarios sobre el versículo 6, “no peca.” Véase también Sal 119:11. Pablo, en Rom 6:1-6, enseña lo mismo que Juan; es decir, que el cristiano no ha de continuar viviendo en pecado (como lo hacían algunos gnósticos, reclamando que esto no les hacía daño). Al contrario, si somos hijos de Dios, debemos ser gobernados por la palabra de Dios para no estar pecan-do.

Este versículo no trata la cuestión de la imposibilidad de cometer el cristiano un solo acto pecaminoso. ¡Juan no habla de un dado acto de pecado! En cuanto a ello, ya nos ha dicho qué debe hacer el cristiano cuando comete un solo acto de pecado (1:8,9; 2:1).

— “porque es nacido de Dios.” La frase “nacido de Dios” en el texto griego es del tiempo perfecto e indica acción en el pasado pero con consecuencias presentes. Quiere decir, “llegó a ser hijo de Dios y continúa siéndolo.” Este versículo describe al que ha sido engendrado de Dios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que es nacido de Dios. 1Jn 2:29; 1Jn 4:7; 1Jn 5:1, 1Jn 5:4, 1Jn 5:18; Jua 1:13.

porque la simiente. Job 19:28; 1Pe 1:23.

y no puede pecar. Mat 7:18; Hch 4:20; Rom 6:2; Gál 5:17; Tit 1:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La simiente que permanece es probablemente la naturaleza divina en la cual pueden participar los creyentes (2Pe 1:4). Pero la simiente se interpreta de diversas formas, como Jesús, el Espíritu Santo, las Escrituras o el mensaje del evangelio. En otras palabras, este versículo dice que el pecado habitual no es consistente con el caminar del cristiano.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NO PUEDE PECAR. La expresión «no puede pecar» (gr. jamartano) implica acción continua. Juan enfatiza que los de veras nacidos de Dios no pueden hacer del pecado un habito, porque la vida de Dios no puede existir en los que viven en pecado (cf. 1Jn 1:5-7; 1Jn 2:3-11; 1Jn 2:15-17; 1Jn 2:24-29; 1Jn 3:6-24; 1Jn 4:7-8; 1Jn 4:20).

(1) El nuevo nacimiento produce la vida espiritual que resulta en una relación siempre presente con Dios. En esta carta, cada vez que Juan se refiere al nuevo nacimiento, emplea el tiempo perfecto del griego para resaltar la relación continua y sostenida que comenzó con el nuevo nacimiento (1Jn 2:29; 1Jn 3:9; 1Jn 4:7; 1Jn 5:1; 1Jn 5:4; 1Jn 5:18; véase el ARTÍCULO LA REGENERACION, P. 1455. [Jua 3:3]).

(2) Es una imposibilidad espiritual que alguien tenga la vida de Dios (i.e., sea nacido de Dios) y siga pecando. A veces los creyentes pueden caer de las altas normas de Dios, pero no continúan en el pecado (vv. 1Jn 3:6; 1Jn 3:10).

(3) Lo que guarda a los fieles del pecado es «la simiente de Dios» en ellos, es decir, la vida, el Espíritu y la naturaleza de Dios viviendo en ellos (1Jn 5:11-12; Jua 1:1; Jua 15:4; 2Pe 1:4).

(4) Mediante la fe (1Jn 5:4), la presencia de Cristo, el poder del Espíritu y la Palabra escrita (véase 1Ts 2:10, nota), todos los creyentes pueden vivir cada momento de su vida libres de ofensa y de pecado.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

La cuarta razón por la que los cristianos no pueden practicar el pecado es que es incompatible con el ministerio del Espíritu Santo, quien ha impartido una naturaleza nueva a todo creyente verdadero (Jua 3:5-8). nacido de Dios. Juan escribió aquí acerca del nuevo nacimiento (Jua 3:7). Tan pronto una persona se convierte en cristiano, Dios la hace una nueva criatura al darle una naturaleza nueva (2Co 5:17). Los creyentes poseen las características de Dios porque han nacido en la familia de Dios. Esta nueva naturaleza exhibe el carácter habitual de la justicia producida por el Espíritu Santo (Gál 5:22-24). Juan repite esta frase para insistir en su importancia. la simiente de Dios. El nuevo nacimiento incluye la adquisición de una semilla o simiente, y esto corresponde al principio de vida divina que Dios imparte al creyente en el nuevo nacimiento que viene como resultado de su salvación. Juan emplea esta imagen de una semilla plantada para ilustrar el elemento divino que interviene en el nuevo nacimiento del creyente. Vea las notas sobre 1Pe 1:23-25. permanece. La palabra transmite la idea de la permanencia del nuevo nacimiento que no puede ser revertido, para beneficio de los que nacen de nuevo y cuya transformación como nuevas criaturas es permanente (2Co 5:17; Gál 6:15; Efe 2:10). no puede pecar. Esta frase alude otra vez a la acción habitual de pecar (vea los vv. 1Jn 3:4; 1Jn 3:6).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:9 — Véase 5:18. Compárelo con Jua 8:34.
— “Todo aquel que es nacido de Dios,” Compárense 2:29; 5:1. Más preferible es la Versión Moderna, “engendrado de Dios”, porque no es apropiado atribuir nacimiento de una personalidad masculina. De todos modos, se hace referencia a los hijos espirituales de Dios.
— “no practica el pecado,” (jarmartian ou poiei) = pecado no hace. Véanse los comentarios sobre el versículo 6. Aquí como allí se hace referencia a acción habitual. Bien expresa la idea esta versión de Valera, al decir, “no practica.” Otras versiones (por ejemplo, la Versión Hispanoamericana y la Versión Moderna) dicen, “no peca” o “no comete pe-
cado,” así dejando la impresión de que se trata de un solo acto.
En 2:29 dice el texto griego, “todo el que hace (practica) justicia es engendrado de él,” y aquí “todo el que es engendrado de Dios no hace (practica) el pecado.” Los dos versículos enseñan la misma verdad.
El verbo poieo, que aparece en este versículo, también aparece en el versículo 4 (“comete” e “infringe la ley.” Véanse los comentarios sobre esta frase), en el 7 (“hace”) y en el 8 (“practica”).
— “porque la simiente de Dios permanece en él;” No practica el pecado habitualmente el hijo de Dios porque la Palabra de Dios (la simiente de Dios, Luc 8:11) mora en él (Col 3:16), gobernando su vida. Véanse también 1:10; 2:5,7,14 — la palabra; 1:7 — la luz; 1:8 y 2:4 — la verdad; 1Pe 1:23; Stg 1:18; 1Co 4:15. El caso no es así con aquel en quien la Palabra de Dios no mora (Jua 5:38). La Palabra de Dios permanece en quien permanece en él (versículo 6).
— “y no puede pecar,” Según la gramática griega, el infinitivo (pecar) en el tiempo presente indica acción habitual. El del aoristo se emplea para indicar el mero hecho de acción. El texto griego aquí dice, “no puede pecar habitualmente.”
Véanse los comentarios sobre el versículo 6, “no peca.” Véase también Sal 119:11. Pablo, en Rom 6:1-6, enseña lo mismo que Juan; es decir, que el cristiano no ha de continuar viviendo en pecado (como lo hacían algunos gnósticos, reclamando que esto no les hacía daño). Al contrario, si somos hijos de Dios, debemos ser gobernados por la palabra de Dios para no estar pecan-do.
Este versículo no trata la cuestión de la imposibilidad de cometer el cristiano un solo acto pecaminoso. ¡Juan no habla de un dado acto de pecado! En cuanto a ello, ya nos ha dicho qué debe hacer el cristiano cuando comete un solo acto de pecado (1:8,9; 2:1).
— “porque es nacido de Dios.” La frase “nacido de Dios” en el texto griego es del tiempo perfecto e indica acción en el pasado pero con consecuencias presentes. Quiere decir, “llegó a ser hijo de Dios y continúa siéndolo.” Este versículo describe al que ha sido engendrado de Dios.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL QUE HA NACIDO DE DIOS

1 Juan 3:9

El que ha nacido de Dios no comete pecado, porque Su simiente mora en él; y no puede ser un pecador constante y deliberado porque ha nacido de Dios.

Este versículo está erizado de dificultades; y sin embargo está claro que es de primera importancia el descubrir lo que quiere decir.

En primer lugar, ¿qué quiere decir Juan con la frase: «Porque Su simiente mora en él»? hay tres posibilidades.

(i) La Biblia usa corrientemente la palabra simiente queriendo decir la familia y los descendientes de un hombre. Abraham y su simiente han de guardar el pacto de Dios (Ge 17:9 ). Dios hizo Su promesa a Abraham y a su simiente para siempre (Lc 1:55 ). Los judíos pretenden ser la simiente de Abraham (Jn 8:33; Jn 8:37 ). En Gálatas 3, pablo habla acerca de la simiente de Abraham (Gal 3:16; Gal 3:29 ). Si tomamos la palabra simiente en ese sentido aquí, tenemos que tomar él como refiriéndose a Dios, y entonces obtenemos un sentido muy bueno: «Cualquiera que es nacido de Dios no peca, porque la familia de Dios mora constantemente en Dios.» La familia de Dios vive tan cerca de Él que puede decirse que habita en Él. El hombre que vive así tiene una fuerte defensa contra el pecado.

(ii) Es la simiente humana la que produce la vida humana, y el hijo se puede decir que tiene la simiente de su padre en sí. Ahora bien, el cristiano es nacido de nuevo mediante Dios, y por tanto tiene la simiente de Dios en sí. Esta era una idea con la que los del tiempo de Juan estaban muy familiarizados. Los gnósticos decían que Dios había plantado semillas en este mundo, y por la acción de estas semillas el mundo se iba perfeccionando, y pretendían que eran los gnósticos verdaderos los que habían recibido estas semillas. Algunos gnósticos decían que el cuerpo del hombre era algo material y vil; pero en algunos cuerpos la Sabiduría había sembrado secretamente semillas, y los hombres verdaderamente espirituales tenían estas semillas de Dios por almas. Esto estaba íntimamente relacionado con la creencia estoica de que Dios era un Espíritu de fuego, y el alma humana, lo que le daba la vida y la razón, era una chispa (scintilla) de ese fuego divino que había venido de Dios para residir en un cuerpo humano.

Si tomamos las palabras de Juan en este sentido quieren decir que todo nacido de nuevo tiene la simiente de Dios en él, y que, por tanto, no puede pecar. No cabe duda de que los lectores de Juan conocerían esta idea.

(iii) Hay una idea mucho más sencilla. Por lo menos dos veces en el Nuevo Testamento la palabra de Dios es la que se dice que produce el nuevo nacimiento. Santiago escribe: » Él, de Su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de Sus criaturas» (Stg 1:18 ). La palabra de Dios es como la simiente de Dios que produce nueva vida. Pedro expresa esta idea aún más claramente: «Pues habéis nacido de nuevo, no de simiente corruptible, sino incorruptible: la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre» (1Pe 1:23 ). Aquí la palabra de Dios se identifica claramente con la simiente incorruptible de Dios. Si lo tomamos en este sentido, Juan quiere decir que el que es nacido de Dios no puede pecar porque tiene la fuerza y la dirección de la palabra de Dios en su interior. Este tercer sentido es el más sencillo, y en general el mejor. El cristiano está protegido del pecado por el poder de la palabra de Dios que mora en él.

EL QUE NO PUEDE PECAR

1 Juan 3:9 (conclusión)

En segundo lugar, este versículo nos presenta un problema cuando lo comparamos con algunas otras cosas que ya ha dicho Juan acerca del pecado. Pongamos este versículo tal como se encuentra en la versión Reina-Valera ’95:

Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Di®s permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

Tomándolo en su valor facial, esto quiere decir que es imposible que peque el que es nacido de Dios. Ahora bien, Juan ya ha dicho: «Si decimos que no hay pecado en nosotros, nos engañamos a nosotros mismos y en nosotros no está la verdad;» y «Si decimos que no hemos hecho nunca nada malo, Le dejamos a Él por mentiroso;» y nos exhorta a confesar nuestros pecados (1Jn 1:8-10 ). Luego pasa a decir: «Si pecamos, tenemos un abogado con el Padre en la persona de Jesucristo.» Según parece, aquí hay una contradicción. En un lugar, Juan está diciendo que el hombre no puede ser nada más que pecador, y que hay una expiación por su pecado. En el otro lugar está diciendo, lo mismo de claro, que el hombre que es nacido de Dios no puede pecar. ¿Cuál es la explicación?

(i) Juan pensaba en categorías judías, porque no podía hacer otra cosa. Ya hemos visto que conocía y aceptaba el esquema judío de las dos edades, esta edad presente, y la edad por venir. Ya hemos visto también que Juan creía que, fuera como fuera el mundo, los cristianos, en virtud de la obra de Cristo, ya habían entrado en la nueva edad. Era precisamente una de las características de la nueva edad el que los que vivieran en ella estarían libres del pecado. En Henoc leemos: «Entonces también se concederá sabiduría a los elegidos, y vivirán todos sin pecar jamás otra vez, ni por ignorancia ni por orgullo» (Henoc 5:8). Si eso es cierto de la nueva edad, debería ser verdad de los. cristianos que ya estamos viviendo en ella. Pero, de hecho, no es todavía cierto, porque los cristianos no han escapado todavía del poder del pecado. Podríamos entonces decir que en este pasaje Juan está estableciendo el ideal de lo que debería ser, y en los otros dos pasajes reconoce la actualidad tal como es. Podríamos decir que conoce el ideal y confronta con él a ‘los hombres; pero también encara los Hechos, y ve la cura que hay en Cristo para ellos.

(ii) Eso puede que sea así; pero hay más en ello. En el original griego hay una diferencia sutil en los términos que introduce una gran. diferencia en el sentido. En 1Jn 2:1 , la exhortación de Juan es que no pequéis. En ese versículo pecar está en el tiempo aoristo, que indica un hecho particular y definido. Así que lo que Juan .está diciendo claramente es que los cristianos no deben cometer pecados concretos; pero si resbalan en algún pecado, tienen en Cristo un abogado Que defiende su causa, y un sacrificio que les otorga el perdón. Por otra parte, en este pasaje, pecar está en el presente, e indica una acción habitual.

Lo que Juan está diciendo se puede colocar en cuatro etapas. (a) El ideal es que en la nueva edad el pecado haya desaparecido para siempre. (b) Los cristianos deben tratar de hacer eso realidad, y con la ayuda de Cristo luchar para evitar actos individuales de pecado. (c) De hecho todos tenemos recaídas, y cuando nos sucede esto debemos humildemente confesárselo a Dios, Que siempre perdonará al corazón contrito y humillado. (d) A pesar de eso, ningún cristiano debe ser un pecador deliberado y constante. Ningún cristiano debe vivir una vida en la que el pecado domine sus acciones.

Juan no está colocando delante de nosotros un perfeccionismo aterrador; pero está demandando una vida que esté siempre vigilante contra el pecado, una vida en la que el pecado no sea normalmente aceptado, sino que se produce a veces en un momento anormal de debilidad. Juan no está diciendo que el que mora en Dios no pueda pecar; pero está diciendo que el que habita en Dios no puede seguir siendo un pecador consciente y voluntario.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

1Jn 5:18; Rom 6:11.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “habiendo sido generado”.

REFERENCIAS CRUZADAS

w 134 1Jn 5:18

x 135 1Pe 1:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

9 super (1) Véase la nota 29 super (7) del cap. 2.

9 super (2) No practicar el pecado no significa que no cometamos actos pecaminosos ocasionalmente, sino que no vivimos en el pecado. Véase la nota 4 super (1).

9 super (3) Indica la vida de Dios, la cual El nos dio cuando nos engendró. Esta vida, como simiente divina, permanece en cada creyente regenerado. Por consiguiente, tal persona no practica el pecado y no puede pecar.

9 super (4) Es decir, no puede vivir habitualmente en el pecado. Un creyente regenerado puede caer ocasionalmente en el pecado, pero la vida divina como la simiente divina en su naturaleza regenerada no le permitirá vivir en el pecado. Esto es similar a una oveja: es posible que caiga en el lodo, pero su vida limpia no le permitirá permanecer y revolcarse allí, como lo haría un cerdo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

no practica el pecado…no puede pecar. I.e., habitualmente (véase nota en v. 1Jn 3:8). El hábito indica el carácter de la persona.

la simiente. I.e., la divina naturaleza que es impartida al nacido de Dios (cp. Jua 1:13; 2Pe 1:4). Esta naturaleza impide que el cristiano peque habitualmente.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

practica… → v. 1Jn 3:8; simiente… Lit. esperma.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T150 y sigs. El infinitivo de presente ἁμαρτάνειν expresa una manera de vivir, y no una sola acción. El apóstol afirma que un cristiano nunca puede ser pecador. Comenzará a ser, dará el primer paso al cometer este o aquel pecado (comp. 1Jn 2:1), pero está muy lejos de la condición de ser un pecador continuo. Estar en Cristo no significa ser perfecto de una vez, pero cuando tal persona se causa a sí misma una desgracia, sus acciones nunca la separan permanentemente de aquella unión mística que es inquebrantable (comp. T72).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, engendrado

Lit., Todo aquél … no practica

Lit., su simiente

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. ha sido.

3.9 practica g v.8.

3.9 Lit. esperma.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

* Literalmente, “su semilla”.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento