Biblia

Comentario de 1 Juan 4:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Juan 4:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

4:15 — Este versículo se conecta con los 2 y 3, como también con los 13 y 16.

—”Todo aquel que confiese.” Dicen la Versión Hispanoamericana y la Versión Moderna, “confesare.” El texto griego emplea el aoristo, en el modo subjuntivo, que indica lo definido de la acción, o el simple hecho de que el acto sucedió. Los gnósticos rehusaban confesar la deidad de Jesús. El punto de Juan es que Dios no mora en ellos, ni ellos en Dios. Pero el que sí lo hace, Dios mora en él, y él en Dios. Juan no está enfatizando, en este versículo, la continuación en sí de tal confesión (para esto habría usado el subjuntivo presente), sino el simple hecho de que es necesario hacer esta confesión. El que lo hace definidamente tiene a Dios morando en él, y él mora en Dios.

Sobre confesar a Jesús, véase 2:22,23, comentarios.

Juan no habla en este versículo de alguna mera admisión de labios de la deidad de Jesús. Pues aún los demonios confesaban su deidad (Mar 1:24). Hay gente hoy en día que admite que Jesús es el Cristo, pero no son cristianos. Juan no habla de los tales. Esta epístola trata el problema del momento. Véase el versículo 2, comentarios. Los gnósticos negaban su humanidad y su deidad. Los ebionitas afirmaban que era solamente hombre. Confesar que Jesús es el Hijo de Dios era una repudiación de esas posiciones falsas del día y una aceptación de la verdad del evangelio. Juan dice que Dios permanece en los que confesaban esto y no en los falsos que lo negaban.

Esta confesión es la consecuencia del testimonio apostólico (versículo 14).

— “que Jesús es el Hijo de Dios,” Véase 4:9, comentarios. Compárense Rom 10:9-10; 1Co 12:3.

La confesión referida en el versículo 2 toca a su humanidad y distingue a los guiados por el Espíritu de Dios de los del anticristo. Aquí la confesión referida toca a la deidad de Jesús; y distingue a los que tienen comunión con Dios de los que profesan tenerla sin tenerla.

— “Dios permanece en él, y él en Dios.” El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, con todo lo que esto envuelve, confiesa la verdad. La verdad, pues, reside en él (1:6,7; 2:3, 4). Donde reside la Verdad, allí reside Dios. De igual manera mora el Espíritu Santo en uno.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que confiese que Jesús. 1Jn 4:2; 1Jn 5:1, 1Jn 5:5; Mat 10:32; Luc 12:8; Rom 10:9; Flp 2:11; 2Jn 1:7.

Dios permanece en él. 1Jn 4:12; 1Jn 3:24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una confesión sincera de esta creencia es una indicación de que el confesor está salvado.

permanece en este contexto se refiere a la salvación antes que a la comunión que resulta de la salvación. Para ser cristiana, una persona debe creer que Jesús es el Hijo de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Todo aquel que confiese. Vea la nota sobre el v.1Jn 4:2. Esto se refiere a la prueba doctrinal (cp. los vv. 1Jn 4:1-6; 1Jn 1:1-4; 1Jn 2:23).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:15 — Este versículo se conecta con los 2 y 3, como también con los 13 y 16.
-”Todo aquel que confiese.” Dicen la Versión Hispanoamericana y la Versión Moderna, “confesare.” El texto griego emplea el aoristo, en el modo subjuntivo, que indica lo definido de la acción, o el simple hecho de que el acto sucedió. Los gnósticos rehusaban confesar la deidad de Jesús. El punto de Juan es que Dios no mora en ellos, ni ellos en Dios. Pero el que sí lo hace, Dios mora en él, y él en Dios. Juan no está enfatizando, en este versículo, la continuación en sí de tal confesión (para esto habría usado el subjuntivo presente), sino el simple hecho de que es necesario hacer esta confesión. El que lo hace definidamente tiene a Dios morando en él, y él mora en Dios.
Sobre confesar a Jesús, véase 2:22,23, comentarios.
Juan no habla en este versículo de alguna mera admisión de labios de la deidad de Jesús. Pues aún los demonios confesaban su deidad (Mar 1:24). Hay gente hoy en día que admite que Jesús es el Cristo, pero no son cristianos. Juan no habla de los tales. Esta epístola trata el problema del momento. Véase el versículo 2, comentarios. Los gnósticos negaban su humanidad y su deidad. Los ebionitas afirmaban que era solamente hombre. Confesar que Jesús es el Hijo de Dios era una repudiación de esas posiciones falsas del día y una aceptación de la verdad del evangelio. Juan dice que Dios permanece en los que confesaban esto y no en los falsos que lo negaban.
Esta confesión es la consecuencia del testimonio apostólico (versículo 14).
— “que Jesús es el Hijo de Dios,” Véase 4:9, comentarios. Compárense Rom 10:9-10; 1Co 12:3.
La confesión referida en el versículo 2 toca a su humanidad y distingue a los guiados por el Espíritu de Dios de los del anticristo. Aquí la confesión referida toca a la deidad de Jesús; y distingue a los que tienen comunión con Dios de los que profesan tenerla sin tenerla.
— “Dios permanece en él, y él en Dios.” El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, con todo lo que esto envuelve, confiesa la verdad. La verdad, pues, reside en él (1:6,7; 2:3, 4). Donde reside la Verdad, allí reside Dios. De igual manera mora el Espíritu Santo en uno.

Fuente: Notas Reeves-Partain

1Jn 2:23; Rom 10:9.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Jesucristo”, B; אAVgSyh: “Jesús”.

REFERENCIAS CRUZADAS

l 211 Rom 10:9; 1Jn 2:23

m 212 1Jn 2:24

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

15 super (1) Dios el Padre envió a Su Hijo como Salvador del mundo (v.14) con el propósito de que los hombres creyeran en El confesando que Jesús es el Hijo de Dios, para que así Dios permaneciera en ellos y ellos en Dios. Pero los herejes cerintianos no confesaron esto; así que Dios no permaneció en ellos, ni ellos permanecieron en Dios. Si alguien confiesa esto, Dios permanece en él y él en Dios. Llega a ser uno con Dios en la vida y la naturaleza divinas.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro