¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
5:5 — “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” El versículo 2 declara cuál es la victoria que vence al mundo. Es la fe. Se sigue, pues, que el que vence al mundo es el que tiene dicha fe. El contexto trata a través de la epístola del conflicto entre los gnósticos que negaban la humanidad y la deidad de Jesucristo (negaban la encarnación, 2.22; 4:3), y los que seguían fielmente a la doctrina apostólica. La confesión de fe en la encarnación de Cristo vino, pues, a ser la gran prueba en este conflicto de cuál de los dos grupos era en realidad de nacidos de Dios (véase el versículo 1, comentarios). El error tan común de muchos maestros sectarios de hoy en día es el ignorar el contexto y citar este pasaje para afirmar que para que se salve el pecador inconverso, es necesario solamente creer (con una fe no de descripción bíblica). Creer una mentira no es la fe que vence al mundo. El diablo es padre de la mentira (Jua 8:44) y sus hijos (3:10) creen la mentiraFuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
sino el que cree. 1Jn 5:1; 1Jn 4:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La fe que supera el sistema malvado del mundo comprende la convicción ortodoxa de que Jesús es el Hijo de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
5:5 — “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” El versículo 2 declara cuál es la victoria que vence al mundo. Es la fe. Se sigue, pues, que el que vence al mundo es el que tiene dicha fe. El contexto trata a través de la epístola del conflicto entre los gnósticos que negaban la humanidad y la deidad de Jesucristo (negaban la encarnación, 2.22; 4:3), y los que seguían fielmente a la doctrina apostólica. La confesión de fe en la encarnación de Cristo vino, pues, a ser la gran prueba en este conflicto de cuál de los dos grupos era en realidad de nacidos de Dios (véase el versículo 1, comentarios). El error tan común de muchos maestros sectarios de hoy en día es el ignorar el contexto y citar este pasaje para afirmar que para que se salve el pecador inconverso, es necesario solamente creer (con una fe no de descripción bíblica).
Creer una mentira no es la fe que vence al mundo. El diablo es padre de la mentira (Jua 8:44) y sus hijos (3:10) creen la mentira
y se perderán eternamente (2 Tesalonicenses
2:11,12). La mentira no procede de la verdad (2:21). Así es que la fe que salva no es cualquier fe, sino la que confiesa la humanidad y la deidad de Jesucristo, y que obedece a Cristo correspondientemente. Creer que Cristo Jesús es el Señor, el Hijo de Dios, implica hacer lo que manda este Señor. Véase 2:22, comentarios.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA CONQUISTA DEL MUNDO
1 Juan 5:4b-5
Y esta es la conquista que ha conquistado al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que conquista al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Ya hemos visto que los mandamientos de Jesucristo no son gravosos, porque con el mandamiento se nos da el poder, y porque los aceptamos con amor. Pero aquí hay otra gran verdad. Hay algo en el cristiano que le capacita para conquistar el mundo. El kosmos es el mundo separado de Dios y en oposición a Él. Lo único que nos capacita para conquistar al kosmos es la fe.
Juan identifca esta fe conquistadora con creer que Jesús es el Hijo de Dios. Es. la fe en la Encarnación. ¿Por qué ha de conferir eso la victoria? Si creemos en la Encarnación, eso quiere decir que creemos que Jesucristo entró en el mundo y asumió nuestra vida humana. Si eso fue lo que hizo, quiere decir que Le importaban tanto los hombres como para echarse sobre Sí las limitaciones de la humanidad, que es el acto de amor que sobrepasa el entendimiento humano. Si Dios hizo eso, quiere decir que toma parte en todas las diversas actividades de la vida humana, y conoce por experiencia los muchos dolores y pruebas y tentaciones de este mundo. Quiere decir que Dios comprende perfectamente todo lo que nos sucede, y que Él está involucrado en la empresa de vivirlo con nosotros. La fe en la Encarnación es la convicción de que Dios comparte y se preocupa y se identifica con nosotros. Cuando tenemos esa fe se producen ciertos resultados.
(i) Tenemos una defensa para resistir las infecciones del mundo. Por todos lados nos oprimen los estándares y los motivos mundanos; de todas partes nos llegan las fascinaciones de cosas malas. De dentro y de fuera nos asaltan las tentaciones que son parte de la situación humana en un mundo y una sociedad que no están interesados en Dios, sino que hasta le son hostiles. Pero, una vez que nos damos cuenta de la presencia constante de Dios en Jesucristo con nosotros, tenemos un profiláctico fuerte contra las infecciones del mundo. Es un hecho de la experiencia que la práctica de la bondad es más fácil cuando se está en compañía de gente buena; y, si creemos en la Encarnación, tenemos con nosotros la presencia continua de Dios en Jesucristo.
(ii) Tenemos fuerza para resistir los ataques del mundo. La situación humana está llena de cosas que tratan de apartamos de nuestra fe. Están los dolores y perplejidades de la vida; las desilusiones y las frustraciones; los fracasos y los desalientos… Pero, si creemos en la Encarnación, creemos en un Dios Que ha pasado por todo esto hasta llegar a la Cruz, y Que puede, por tanto, ayudar a los que lo tengan que pasar.
(iii) Tenemos la esperanza indestructible de la victoria final. El mundo Le hizo todo el mal que pudo a Jesús. Le acosó, Le persiguió y Lé calumnió; Le acusó de hereje y amigo de pecadores; Le juzgó y Le crucificó y Le enterró. Hizo todo lo humanamente posible para eliminarle -¡y fracasó! Después de la Cruz vino la Resurrección; después de la vergüenza vino la gloria. Ese es el Jesús Que está con nosotros, Que vio la vida en su aspecto más tenebroso, a Quien la vida trató mal a más no poder, Que murió, Que conquistó la muerte y Que nos ofrece participar en esa victoria que Él ganó. Si creemos que Jesús es el Hijo de Dios tenemos siempre con nosotros al Cristo Vencedor que nos hace vencedores.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
n 242 1Co 15:57
ñ 243 1Jn 4:4
o 244 Efe 6:16; 1Jn 3:23
p 245 Jua 20:31
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
5 (1) Un creyente es alguien que fue engendrado por Dios y que ha recibido la vida divina ( Jua_1:12-13 ; 3:16). La vida divina le da poder para vencer al mundo maligno, al cual Satanás da energía. Los gnósticos y los cerintianos, quienes no eran esta clase de creyentes, siguieron siendo miserables víctimas del sistema satánico maligno.