Biblia

Comentario de 1 Pedro 1:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Pedro 1:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y si invocáis como Padre a aquel que juzga según la obra de cada uno sin hacer distinción de personas, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación.

1:17 — «Y si invocáis… cada uno». El cristiano invoca a Dios Padre en oración y en adoración, pero también debe recordar que es a la vez nuestro Juez. Nos va a juzgar (2Co 5:10; Apo 22:12). Nos juzgará por Cristo (Hch 17:31).

Con Dios no hay acepción de personas. Considérense los pasajes siguientes: Mat 22:16; Hch 10:34; Rom 2:11; Gál 2:6; Efe 6:9; Col 3:25; Stg 2:1. La parcialidad no es de Dios (1Ti 5:21).

El hecho de que Dios nos juzgará sin parcialidad, y conforme a nuestras obras, debe motivarnos a vivir en santidad. Está diciendo Pedro: Si admitimos que Dios, a quien invocamos, es Padre y Juez, entonces seamos personas santas.

Temer a Dios es reverenciarle o respetarle. Consideremos estos pasajes: Deu 6:2; Deu 6:13; Deu 6:24; Sal 111:10; Pro 1:7; Pro 14:27; Luc 12:4-5; Hch 9:31; Flp 2:12; Heb 12:28.

Al decir Pedro «peregrinación», en el griego usa una palabra que significa literalmente «morar al lado de»; es decir, los cristianos, que viven al lado de los inconversos, son residentes temporarios en este mundo. Véanse 2:11 («extranjeros») y Heb 11:13 («peregrinos»).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y si invocáis por Padre. Sof 3:9; Mat 6:9; Mat 7:7-11; 2Co 1:2; Efe 1:17; Efe 3:14.

sin acepción de personas. Deu 10:17; 2Cr 19:7; Job 34:19; Mat 22:16; Hch 10:34, Hch 10:35; Rom 2:10, Rom 2:11; Gál 2:6; Efe 6:9; Col 3:25.

conducíos en temor. 1Pe 2:11; Pro 14:16; Pro 28:14; Rom 11:20; 2Co 5:6; 2Co 7:1, 2Co 7:11; Flp 2:12; Heb 4:1; Heb 12:28.

de vuestra peregrinación. Gén 47:9; 1Cr 29:15; Sal 39:12; Heb 11:13-16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

aquel que sin acepción de personas juzga: Nuestro Padre celestial también es nuestro Juez terrenal. Además, nuestra relación con Él como sus hijos no implica que nos libraremos del juicio. Dios no muestra favoritismo en el juicio, pero apela a su juicio sobre toda la gente según la obra de cada uno.

en temor: Para los cristianos, esta frase debe ser entendida como algo entre el terror y la admiración reverente. Necesitamos recordar que Dios es tanto nuestro Salvador misericordioso (vv. 1Pe 1:3, 1Pe 1:18-21), como nuestro Juez santo (vv. 1Pe 1:15-17). Por lo tanto, no debemos verlo sólo como un objeto de horror de quien deberíamos escapar, ni debemos pensar en Él simplemente como un objeto de respeto.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

AQUEL QUE… JUZGA. Véase el ARTÍCULO EL JUICIO DE LOS CREYENTES, P. 1650. [2Co 5:10].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

CONDUCIOS EN TEMOR. Véanse Hch 5:11, nota; Hch 9:31, nota; Rom 3:19, nota; Flp 2:12, nota.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

si invocáis por Padre. Esta es otra forma de decir «si ustedes de verdad son cristianos». El creyente que conoce a Dios y sabe que Él juzga las obras de todos sus hijos con ecuanimidad, respetará a Dios y su evaluación de su vida porque su anhelo es honrar a su Padre celestial.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:17 — «Y si invocáis… cada uno». El cristiano invoca a Dios Padre en oración y en adoración, pero también debe recordar que es a la vez nuestro Juez. Nos va a juzgar (2Co 5:10; Apo 22:12). Nos juzgará por Cristo (Hch 17:31).
Con Dios no hay acepción de personas. Considérense los pasajes siguientes: Mat 22:16; Hch 10:34; Rom 2:11; Gál 2:6; Efe 6:9; Col 3:25; Stg 2:1. La parcialidad no es de Dios (1Ti 5:21).
El hecho de que Dios nos juzgará sin parcialidad, y conforme a nuestras obras, debe motivarnos a vivir en santidad. Está diciendo Pedro: Si admitimos que Dios, a quien invocamos, es Padre y Juez, entonces seamos personas santas.
Temer a Dios es reverenciarle o respetarle. Consideremos estos pasajes: Deu 6:2; Deu 6:13; Deu 6:24; Sal 111:10; Pro 1:7; Pro 14:27; Luc 12:4-5; Hch 9:31; Flp 2:12; Heb 12:28.
Al decir Pedro «peregrinación», en el griego usa una palabra que significa literalmente «morar al lado de»; es decir, los cristianos, que viven al lado de los inconversos, son residentes temporarios en este mundo. Véanse 2:11 («extranjeros») y Heb 11:13 («peregrinos»).

Fuente: Notas Reeves-Partain

— fielmente: Lit. con temor. En el lenguaje bíblico, el temor no es, en la mayoría de los casos, sinónimo de “miedo” o “terror”, sino más bien de respeto, veneración, fidelidad.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Jer 3:19; Sal 89:26; Sir 23:4; Mat 6:9; Luc 11:2; Hch 10:34; Rom 2:11; Efe 6:9; Isa 59:18; Sal 28:4; Pro 24:12; Mat 16:27; Rom 2:6; Apo 2:23; Apo 20:12-13; Apo 22:12.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “sin recepción de rostros”.

REFERENCIAS CRUZADAS

r 45 Deu 10:17

s 46 2Co 7:1

t 47 Heb 11:13

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

en temor. En este contexto el temor no tiene el sentido de terror o miedo, sino de reverencia y respeto a Dios.

Fuente: La Biblia de las Américas

17 (1) Aquel que como Padre nos llamó, el Santo, nos regeneró para producir una familia santa: un Padre santo e hijos santos. Como hijos santos debemos andar de una manera santa. De otro modo, el Padre se convertirá en el Juez (4:17) y juzgará nuestra impiedad. El nos engendró con vida interiormente para que tengamos Su naturaleza santa; nos disciplina con juicio externamente para que participemos de Su santidad ( Heb_12:9-10). El nos juzga según nuestras obras, nuestra conducta, sin hacer acepción de personas. Por tanto, debemos conducirnos en temor durante el tiempo de nuestra peregrinación. Si decimos que El es nuestro Padre, también debemos temerle como a Juez y debemos vivir una vida santa en temor.

17 (2) Pedro «no habla aquí del juicio final del alma. En ese sentido, ‘el Padre no juzga a nadie, sino que todo el juicio ha dado al Hijo’ [ Jua_5:22 ]. Se habla aquí del juicio diario del gobierno de Dios en este mundo, ejercido sobre Sus hijos. Por consiguiente, aquí dice: ‘el tiempo de vuestra peregrinación’ (Darby). Este es el juicio de Dios sobre Su propia casa (4:17).

Puesto que estas dos epístolas tienen que ver con el gobierno de Dios, se refieren repetidas veces al juicio de Dios y del Señor (2:23; 4:5-6, 17; 2Pe_2:3-4 , 2Pe_2:9 ; 3:7) como uno de los puntos principales. El juicio de Dios empezó con los ángeles ( 2Pe_2:3-4) y pasó por las generaciones de la humanidad en el Antiguo Testamento ( 2Pe_2:5-9) . En la era del Nuevo Testamento el juicio comienza con la casa de Dios (v.17; 2:23; 4:6,17) y continúa hasta que llegue el día del Señor ( 2Pe_3:10), el cual será un día de juicio sobre los judíos, los creyentes y los gentiles antes del milenio (véase la nota 12 (3) de 2 P 3).

Después del milenio, todos los muertos, incluyendo a los hombres y a los demonios, serán juzgados y perecerán (4:5; 2Pe_3:7) , y los cielos y la tierra serán quemados ( 2Pe_3:10 b, 12). El resultado de los diversos juicios no es siempre el mismo. Algunos juicios dan como resultado una prueba disciplinaria, otros un castigo dispensacional y otros la perdición eterna (véase la nota 1 (5) , punto 2, de 2 P 2). Sin embargo, mediante todos estos juicios el Señor Dios purificará todo el universo con el fin de tener un cielo nuevo y una tierra nueva destinados a un nuevo universo lleno de Su justicia ( 2Pe_3:13), para el deleite del Señor.

17 (3) Es decir, conducta o comportamiento; como en Rom_3:20 ; Gál_2:16 .

17 (4) Un temor santo, como en Flp_2:12 ; es decir, una precaución saludable y seria que nos induce a comportarnos santamente. Tal temor se menciona varias veces en este libro (véase la referencia 17 (e)), porque la enseñanza de este libro se relaciona con el gobierno de Dios.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

en temor. I.e., con reverencia.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie