Comentario de 1 Pedro 1:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos;

1:3 — «Bendito… Jesucristo». Así se expresó Pablo (2Co 1:3; Efe 1:3). La palabra «bendito» viene de la griega de la cual tenemos en español «elogiar» y «elogio». Se deben muchas gracias a Dios por lo que ha hecho en la elección. Le debemos alabar (como dicen la Ver. Pop., «Alabemos», y la NVI, «Alabado sea»).

El Padre es el Dios de Jesucristo también (Jua 20:17). Al mismo tiempo son uno (Jua 1:1; Jua 10:30; Jua 17:21). No hay contradicción en esta gran verdad.

— «que según su grande misericordia». La razón por qué Dios ha hecho posible la salvación del hombre es su grande misericordia, o amor o bondad o gracia (Tit 2:11; Tit 3:4-5).

— «nos hizo renacer». Véase el v. 23. De Dios vienen solamente dádivas buenas y dones perfectos, entre ellos el renacimiento (Stg 1:17-18). Sin él no hay entrada en el cielo (Jua 3:5). El hombre tiene que nacer de lo alto, o ser regenerado. Esto sucede en el bautismo bíblico (Tit 3:5; Rom 6:4).

— «para una esperanza viva». La esperanza del cristiano (compárese Luc 24:21) no es una solamente de forma, o de especulación humana; ¡es viva! o vital; salva (Rom 8:24).

— «por la resurrección… muertos». Lo que da vida a la esperanza del cristiano fiel es la resurrección de Jesucristo de los muertos. La resurrección de él asegura la del cristiano (1Co 15:12-22; 1Ts 4:14).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Bendito el Dios y Padre. 1Re 8:15; 1Cr 29:10-13, 1Cr 29:20; Sal 41:13; Sal 72:18, Sal 72:19; 2Co 1:3; Efe 1:3, Efe 1:17; Efe 3:20.

su grande misericordia. Éxo 34:6; Sal 86:5, Sal 86:15; Jon 4:2; Rom 5:15-21; Efe 1:7; Efe 2:4, Efe 2:7-10; 1Ti 1:14; Tit 3:4-6.

nis hizo renacer. 1Pe 1:23; 1Pe 2:2; Jua 1:13; Jua 3:3-8; Stg 1:18; 1Jn 2:29; 1Jn 3:9; 1Jn 4:7; 1Jn 5:1, 1Jn 5:4, 1Jn 5:18.

para una esperanza. Rom 5:4, Rom 5:5; Rom 8:24; Rom 12:12; Rom 15:13; 1Co 13:13; Col 1:23, Col 1:27; 1Ts 1:3; Tit 2:13; Heb 3:6; Heb 6:18, Heb 6:19; 1Jn 3:3.

por la resurrección. 1Pe 3:21; Isa 26:19; Rom 4:25; Rom 5:10; Rom 8:11; 1Co 15:20; Efe 2:6; 1Ts 4:13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Dios provee para todas nuestras necesidades en esta vida y en la futura. Como resultado, somos capaces de enfrentar nuestras presiones diarias con alegría, sabiendo que Dios está en control de nuestra existencia presente y de nuestro destino. Lo que Él nos ha dado es especial; tan especial que los santos del AT. querían entenderlo y los ángeles del cielo lo observaban con asombro.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

según su grande misericordia: Nuestra salvación descansa en la misericordia de Dios, su acto de compasión hacia nosotros a pesar de nuestra condición pecaminosa.

nos hizo renacer: Dios le ha dado a los creyentes una nueva vida espiritual que los capacita para vivir en una dimensión totalmente diferente a la que nos concedió nuestro nacimiento físico.

para una esperanza viva: esperanza aquí no implica un anhelo, sino más bien una confianza dinámica que no termina con esta vida sino que continúa por la eternidad. «La esperanza es una de las virtudes teológicas», dijo C.

S. Lewis. «Esto significa que una mirada continua hacia el mundo eterno no es (como piensan algunas personas en el presente) una forma de escape o de pensamiento ansioso, sino una de las cosas que se espera que un cristiano haga. No significa que tenemos que vivir el mundo presente como es. Si usted revisa la historia encontrará que los cristianos que más hicieron por el mundo actual son aquellos que más pensaron en el que viene. Los mismos apóstoles, que iniciaron la conversión del Imperio Romano, los grandes hombres que construyeron la edad media, los evangélicos ingleses que abolieron el comercio de esclavos, todos ellos dejaron su huella sobre la tierra, precisamente porque sus mentes estaban ocupadas en el cielo. Desde que los cristianos dejaron de pensar en el otro mundo por mucho tiempo, se volvieron tremendamente poco efectivos en este. Ambiciona el cielo y lograrás la tierra «gratis»: ambiciona la tierra y no lograrás ninguno de los dos».

por la resurrección: A pesar de que esta frase puede modificar la frase «para una esperanza viva», el contexto sugiere que debe entenderse como el medio de nuestra salvación antes que el medio de nuestra esperanza (1Co 15:12-19).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NOS HIZO RENACER. Véase el ARTÍCULO LA REGENERACIÓN, P. 1455. [Jua 3:3].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Padre de nuestro Señor Jesucristo. Aunque Dios fue conocido como Creador y Redentor en el AT, muy rara vez fue llamado Padre. Por otro lado, Cristo siempre se dirigió a Dios como su Padre en los Evangelios (vea p. ej. Jua 5:17), excepto durante el tiempo de separación en la cruz a causa del pecado (Mat 27:46). De este modo, Cristo afirmó ser de la misma naturaleza, ser o esencia que el Padre (cp. Mat 11:27; Jua 10:29-39; Jua 14:6-11; 2Co 1:3; Efe 1:3; Efe 1:17; 2Jn 1:3). Además, al hablar de «nuestro» Señor, Pedro personalizó la relación íntima del cristiano con el Dios del universo a través de su Hijo (cp. 1Co 6:17), una verdad importante que los cristianos necesitan recordar en medio del sufrimiento. grande misericordia. La razón por la que Dios proveyó una salvación gloriosa para la humanidad es que Él es misericordioso. Los pecadores necesitan la misericordia de Dios porque se encuentran en una condición lastimosa, desesperada y miserable como pecadores (cp. Efe 2:4; Tit 3:5; vea también Éxo 34:6; Sal 108:4; Isa 27:4; Lam 3:22; Miq 7:18). nos hizo renacer. Dios concedió el nuevo nacimiento como parte de su provisión perfecta en la salvación. Tan pronto un creyente acude a Cristo y deposita su fe en Él, nace de nuevo dentro de la familia de Dios y recibe una naturaleza nueva (vea las notas sobre el v.1Pe 1:23; Jua 1:13; Jua 3:1-21). una esperanza viva. La esperanza viva es la vida eterna. «Esperanza» significa optimismo confiado y 1) procede de Dios (Sal 43:5), 2) es un don de gracia (2Ts 2:16), 3) es definida por las Escrituras (Rom 15:4), 4) es una realidad razonable (1Pe 3:15), 5) es asegurada por la resurrección de Jesucristo (Jua 11:25-26; Jua 14:19; 1Co 15:17), 6) es confirmada en el cristiano por el Espíritu Santo (Rom 15:13), 7) defiende al cristiano contra los ataques de Satanás (1Ts 5:8), 8) es confirmada por medio de pruebas (Rom 5:3-4), 9) produce gozo (Sal 146:5) y 10) se cumple a perfección en el regreso de Cristo (Tit 2:13).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:3 — «Bendito… Jesucristo». Así se expresó Pablo (2Co 1:3; Efe 1:3). La palabra «bendito» viene de la griega de la cual tenemos en español «elogiar» y «elogio». Se deben muchas gracias a Dios por lo que ha hecho en la elección. Le debemos alabar (como dicen la Ver. Pop., «Alabemos», y la NVI, «Alabado sea»).
El Padre es el Dios de Jesucristo también (Jua 20:17). Al mismo tiempo son uno (Jua 1:1; Jua 10:30; Jua 17:21). No hay contradicción en esta gran verdad.
–«que según su grande misericordia». La razón por qué Dios ha hecho posible la salvación del hombre es su grande misericordia, o amor o bondad o gracia (Tit 2:11; Tit 3:4-5).
–«nos hizo renacer». Véase el v. 23. De Dios vienen solamente dádivas buenas y dones perfectos, entre ellos el renacimiento (Stg 1:17-18). Sin él no hay entrada en el cielo (Jua 3:5). El hombre tiene que nacer de lo alto, o ser regenerado. Esto sucede en el bautismo bíblico (Tit 3:5; Rom 6:4).
–«para una esperanza viva». La esperanza del cristiano (compárese Luc 24:21) no es una solamente de forma, o de especulación humana; ¡es viva! o vital; salva (Rom 8:24).
–«por la resurrección… muertos». Lo que da vida a la esperanza del cristiano fiel es la resurrección de Jesucristo de los muertos. La resurrección de él asegura la del cristiano (1Co 15:12-22; 1Ts 4:14).

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL NUEVO NACIMIENTO DEL CRISTIANO

1 Pedro 1:3-5

¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo Que por Su gran misericordia ha producido en nosotros este nuevo nacimiento que nos introduce a una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo, una herencia imperecedera, incontaminable e inmarcesible, guardada a salvo en el Cielo para nosotros, que somos protegidos por el poder de Dios mediante la fe hasta que llegue esa liberación que está lista para manifestarse en el último tiempo!

Nos llevará un tiempo considerable el apropiarnos las riquezas de este pasaje, porque hay pocos en el Nuevo Testamento donde se reúnan tantas grandes ideas fundamentales.

Empieza con una doxología dirigida a Dios, pero es una doxología sui géneris. Para los judíos, la manera más comente de empezar una oración era: «¡Bendito eres Tú, oh Señor, Rey del Universo!» Los cristianos asumieron esa oración, pero con una diferencia. Empezaban: «¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo!» Los cristianos no oramos a un Dios distante y desconocido, sino al Dios que es como Jesús, y a Quien, por medio de Jesucristo, podemos acudir con confianza filial.

Este pasaje empieza con la idea del nuevo nacimiento; el cristiano es una persona que ha nacido de nuevo, engendrado otra vez por Dios para vivir una nueva clase de vida. Entre otras cosas esto quiere decir que, cuando nos hacemos cristianos, se produce en nuestra vida un cambio tan radical que de la única manera que se puede describir es diciendo que la vida ha empezado para nosotros completamente otra vez. Esta idea del nuevo nacimiento recorre todo el Nuevo Testamento. Vamos a tratar de reunir lo que se nos dice de él.

(i) El nuevo nacimiento cristiano sucede por la voluntad y la acción de Dios (Jn 1:13 ; Stg 1:18 ). No es algo que hace la persona, como no lo fue tampoco su nacimiento físico.

(ii) Otra manera de expresarlo es decir que este nuevo nacimiento es la obra del Espíritu (Jn 3:1-15 ). Le sucede a una persona, no por su propio esfuerzo, sino cuando se entrega a que tome posesión de ella el Espíritu y la cree de nuevo interiormente.

(iii) Sucede por la Palabra de la Verdad, es decir, por el Evangelio (Stg 1:18 ; 1Pe 1:23 ). En el principio, fue la Palabra de Dios la Que creó el Cielo y la Tierra y todo lo que hay en ellos. Dios habló, y el caos se convirtió en el universo, y el universo se equipó para y con la. vida. Es la Palabra creadora de Dios en Jesucristo lo que produce este nuevo nacimiento en la vida humana.

(iv) El resultado de este nuevo nacimiento es que la persona que lo experimenta llega a ser primicia de una nueva creación (Stg 1:18 ). La eleva de este mundo de espacio y tiempo, de cambio y caducidad, de pecado y derrota, y la pone en contacto aquí y ahora con la eternidad y la vida eterna.

(v) La persona nace de nuevo a una esperanza viva(] Pedro 1:3). Pablo describe el mundo gentil como algo sin esperanza (Ef 2:12 ). Sófocles escribió: «No nacer en absoluto es con mucho la mejor fortuna; lo segundo mejor es, tan pronto como se nace, regresar rápidamente allá de donde se vino.» Para los gentiles, el mundo era un lugar en el que todo se aja y decae; podría ser suficientemente agradable en sí, pero no conduce más que a la oscuridad sin fin. Para el mundo antiguo la característica cristiana era la esperanza, que procedía de dos cosas. (a) El cristiano percibía que había nacido; no de simiente corruptible, sino incorruptible (1Pe 1:23 ). Tenía en sí mismo algo de la misma naturaleza de Dios; y, por tanto, tenía una vida que ni el tiempo ni la eternidad podrían destruir. (b) Aquello procedía de la resurrección de Jesucristo(] ,Pedro 1:3). El cristiano tiene para siempre a su lado -aún más, es una cosa con- este Jesucristo Que ha conquistado aun la muerte y, por tanto, no hay nada a lo que deba tener miedo.

(vi) El nuevo nacimiento del cristiano le introduce en la integridad (1Jn 2:29 ; 1Jn 3:9 ; 1Jn 5:18 ). Por este nuevo nacimiento es purificado de sí mismo, de los pecados que le encadenaban y de los hábitos que le dominaban; y recibe un poder que le permite caminar en integridad. Eso no es decir que el nacido de nuevo ya no peca más; pero sí que cada vez que caiga recibirá poder y gracia para levantarse otra vez.

(vii) El nuevo nacimiento del cristiano le introduce en el amor (1Jn 4:7 ). Como el Don de Dios está en él, es limpiado de toda la amargura del resentimiento esencial de la vida egocéntrica, y hay en él algo del amor sacrificial y perdonador de Dios.

(viii) Por último, el nuevo nacimiento del cristiano le introduce en la victoria(] Jn 5:4 ). La vida deja de ser derrota y empieza a ser victoria sobre el yo y el pecado y las circunstancias. Como la vida de Dios está en el cristiano, aprende el secreto de la vida victoriosa.

LA GRAN HERENCIA

1 Pedro 1:3-5 (continuación)

Además, el cristiano ha recibido una gran herencia (kléronomía). Aquí tenemos una palabra con una gran historia, porque es la palabra que se usa corrientemente en Antiguo Testamento griego para la herencia de Canaán, la Tierra Prometida. Una y otra vez se habla en el Antiguo Testamento de la tierra que Dios le ha dado a Su pueblo por heredad para que la tome en posesión (Dt 15:4 ; Dt 19:10 ). Para nosotros herencia tiende a querer decir algo que será nuestro en el futuro; pero la Biblia usa esta palabra en el sentido de una posesión segura. Para los judíos, la gran posesión definitiva era la Tierra Prometida, convicción que no ha dejado de producir problemas hasta el tiempo presente.

Pero la herencia cristiana es algo aún mayor. Pedro usa tres palabras que presentan tres cualidades que la describen. Es imperecedera (afthartós). Esta palabra quiere decir imperecedera, pero también indestructible por ejércitos invasores. Muchas veces Palestina había sido arrasada por ejércitos extranjeros, que habían guerreado para conquistarla, o despojarla, o destruirla. Pero el cristiano posee una paz y un gozo que ningún ejército invasor puede asolar ni destruir. Es incorruptible. La palabra original es amíantos, y el verbo miainein del que deriva quiere decir contaminar con impureza impía. Muchas veces Palestina había sido corrompida por el culto falso a dioses falsos (Jer 2:7; Jer 2:23 ; Jer 3:2 ; Ez 20:43 ). Las cosas que contaminaban habían dejado su impronta en la Tierra Prometida; pero el cristiano tiene una pureza que no puede infectar el pecado del mundo. Es inmarcesible (amárantos). En la Tierra Prometida, como en cualquier otra, hasta la florecilla más preciosa se aja y muere. Pero el cristiano ha sido elevado a un mundo en el que no hay cambio ni caducidad, y en el que su paz y gozo están fuera del alcance de las suertes y las fases de la vida.

¿Cuál es, entonces, esa heredad que posee el cristiano nacido de nuevo? Puede que haya muchas respuestas secundarias a esa pregunta, pero sólo una primaria: la heredad del cristiano es Dios mismo. El salmista lo dijo: » El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa… y es hermosa la heredad que me ha tocado» (Sal 16:5 s). Dios era su porción para siempre (Sal 73:23-26 ). «Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en Él esperaré» (Lm 3:24 ).

Porque el cristiano es la posesión de Dios y Dios es la posesión del cristiano, éste tiene una herencia imperecedera, incontaminable e inmarcesible.

PROTEGIDO EN EL TIEMPO

Y A SALVO EN LA ETERNIDAD

1 Pedro 1:3-5 (conclusión)

La heredad del cristiano, la plenitud del gozo de Dios, le espera en el Cielo; y de esto tiene Pedro dos grandes cosas que decir.

(i) En nuestro viaje a través del mundo hacia la eternidad somos protegidos por el poder de Dios mediante la fe. La palabra que usa Pedro para proteger (frurein) es una palabra militar. Quiere decir que nuestra vida está guarnecida por Dios, y que Él es el centinela que nos guarda todos nuestros días. El que tiene fe, nunca duda, aunque no pueda verle con los ojos de la cara, que Dios está presente entre las sombras, montando la guardia sobre los Suyos. No es que Dios los libre de los problemas y los dolores de la vida, sino que nos capacita para que los conquistemos y sigamos adelante.

(ii) La Salvación final se revelará al final del tiempo. Aquí tenemos dos concepciones que están a la base del pensamiento del Nuevo Testamento. En él se habla frecuentemente del último día o de los últimos días o del tiempo del fin. Por detrás de todo esto está la manera en que los judíos dividían la Historia en dos edades: la presente, que está totalmente bajo el dominio del mal, y la por venir, que será la edad de oro de Dios. Entre las dos vendría el Día del Señor, cuando el mundo sería destruido y rehecho y tendría lugar el Juicio Final. Ese tiempo intermedio es el de los últimos días o el tiempo del fin en que el mundo tal como lo conocemos llegará a su fin.

No se nos ha concedido saber cuándo llegará ese tiempo ni qué pasará entonces; pero podemos reunir lo que el Nuevo Testamento nos dice sobre este tema.

(i) Los primeros cristianos creían que ya estaban viviendo en los últimos días. » Hijitos, ya es el último tiempo» -les dice Juan a los suyos (1Jn 2:18 ). El autor de Hebreos habla de la plenitud de la Revelación que ha venido a la humanidad en Cristo » en estos postreros días» (He 1:2 ). Los primeros cristianos veían que Dios había invadido ya el tiempo, y el fin era inminente.

(ii) Los postreros días habría un derramamiento del Espíritu de Dios sobre las personas (Hch 2:17 ). Los primeros cristianos vieron el cumplimiento de esa esperanza el día de Pentecostés, y a la Iglesia llena del Espíritu Santo.

(iii) Era la convicción normal de la Iglesia Primitiva que, antes del fin, los poderes del mal lanzarían un último ataque, y que surgirían toda clase de falsos maestros (2 Timoteo 3:1 ; 1Jn 2:18 ; Jud 1:18 ).

(iv) Los muertos resucitarían. Jesús prometió que al final resucitaría a los Suyos (Jn 6:39 s, 44, 54; 11:24).

(v) Inevitablemente, habría un tiempo de juicio cuando la justicia de Dios se impondría, y Sus enemigos recibirían su justa condenación y castigo (Jn 12:48 ; Stg 5:3 ).

Tales son las ideas de los autores del Nuevo Testamento cuando hablan del tiempo del fin o de los últimos días.

Sin duda para muchos ese sería un tiempo de terror; pero para los cristianos no era de terror, sino de liberación. La palabra sózein quiere decir salvar en mucho más que un sentido teológico. Es la palabra corriente para rescatar de un peligro y sanar de una enfermedad. Charles. Bigg indica en su comentario que en el Nuevo Testamento sózein, salvar, y sótéría, salvación, tienen cuatro campos de significación diferentes pero íntimamente relacionados. (a) Describen liberación de un peligro (Mt 8:25 ). (b) Describen liberación de enfermedad (Mt 9:21 ). (c) Describen la liberación de la condenación de Dios (Mt 10:22 ; Mt 24:13 ). (d) Describen liberación de la enfermedad y el poder del pecado (Mt 1:21 ). La Salvación es una realidad que tiene muchos aspectos: liberación de peligro, de enfermedad, de la condenación y del pecado. Es eso, y nada menos que eso, lo que el cristiano espera en el tiempo del fin.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

1Pe 1:23; Efe 1:3-4.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

el Plan Salvador de Dios Satisface Todas Nuestras Necesidades

Una vez que Pedro ha mencionado nuestra posición delante de Dios, sigue el modelo de algunas cartas paulinas y expresa gratitud a Dios por estas bendiciones. Son tan grandes que podemos pasar con gozo por tiempos de prueba soteniéndonos por la fe en un Cristo a quien no hemos visto. Tal fe es el camino a una salvación plena y definitiva.

Pedro da 11 razones para alabar a Dios: él es el Padre de nuestro Señor Jesucristo (3); nos ha dado el nuevo nacimiento (del que Jesús habló en Juan 3:1-8); el motivo para eso es su gran misericordia (3); el resultado es una esperanza viva: la nueva vida es una de esperanza (3); el objeto de esa esperanza es una herencia (4); esta herencia no puede ser destruida por elementos hostiles, no puede ser contaminada por lo externo y no puede marchitarse por un desgaste interior (4); ha sido guardada en los cielos para nosotros (4); tenemos como escudo (¡guardada como en una fortaleza militar!) el poder mismo de Dios (5); el medio por el cual tenemos ese escudo es la fe (cf. Ef. 6:16), por la cual nos aferramos a las promesas de Dios (5) y la meta final es una salvación que Dios revelará en los últimos tiempos, cuando Jesús sea revelado (5, 7).

3-5 Cuando Pedro explica cuán rica es la salvación de la que gozan los creyentes, nos dice que proviene de la gran misericordia de Dios, que consiste en un nuevo nacimiento a una nueva vida y esperanza, que asegura la resurrección, que se hace posible por Jesucristo y que nos llevará a una herencia. La salvación se describe con la referencia al pasado (los cristianos han recibido un nuevo nacimiento por la misericordia de Dios), al presente (los cristianos tienen el escudo del poder de Dios) y al futuro (en el tiempo final llegará la plena liberación del mal).

6, 7 Estas bendiciones de Dios pueden llevar al gozo ante las dificultades. El propósito de las pruebas terrenales es seleccionar lo que es genuino en nuestra fe. A su vez esto traerá alabanza, gloria y honra, tanto a Jesús como a la persona que ha sufrido, en el día de la revelación de Jesucristo.

8, 9 Esta fe triunfante en el Cristo que no hemos visto tiene dos resultados. En el presente, los cristianos pueden tener un gozo inefable aun en medio de las dificultades, y para el futuro tiene la perspectiva de gozar de esa salvación en plenitud en la presencia de Jesús. El lenguaje del v. 8 es un fuerte recordatorio de las palabras de Jesús en Juan 20:29. Con gozo inefable toma la palabra usada por Mat. (5:12) para señalar las palabras de Jesús sobre la conducta en medio de la persecución.

Notas. 6 El gr. traducido En esto es el género gramatical incorrecto para referirse a la salvación y por lo tanto debe referirse a Dios mismo o a los hechos establecidos en los tres versículos anteriores. Os alegráis (BA, “os regocijáis grandemente”) puede ser un mandamiento, pero probablemente se lo entienda mejor como la declaración de un hecho, a pesar de que puede ser traducido “porque”, lo que cumpliría Mat. 5:11, 12. Pruebas proviene de la misma raíz que se usa cuando Jesús fue tentado y figura en el Padre nuestro (Mat. 4:1; 6:13). Diversas enfatiza la variedad de las pruebas y la palabra gr. se usa nuevamente en esta carta para describir la gracia de Dios que es igualmente adaptable para enfrentar esas pruebas (4:10). Pedro enfatiza que esas pruebas serán relativamente breves (momentáneamente) y que Dios las permite. Esto está implícito en el gr. cuando dice si es necesario. En los siguientes capítulos Pedro vuelve al tema del sufrimiento (2:19-23; 3:14-17; 4:1-6, 12-19; 5:9, 10).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) Lit.: “habiéndonos generado de nuevo”. Gr.: a·na·guen·né·sas he·más; lat.: re·ge·ne·rá·vit nos.

REFERENCIAS CRUZADAS

k 10 2Co 1:3

l 11 1Co 15:44; 1Pe 1:23

m 12 Rev 20:6

n 13 1Co 15:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Bendito. En el N.T. esta palabra (gr. eulogetós ) sólo se refiere a Dios; con ella Pedro comienza a citar las bendiciones de los creyentes en Cristo (vers. 3– 12).

nacer de nuevo a una esperanza viva. El creyente recibe la seguridad de una nueva vida (Jn 3:1– 7) por la gloriosa resurrección de Cristo. Sin esta esperanza (13, 21; 3:15) no habría ninguna consolación en medio de las aflicciones del presente (vers. 7; 2:20, 21; 4:12– 16).

Fuente: La Biblia de las Américas

3 (1) Véase la nota 3 (1) de Ef 1.

3 (2) Véanse las notas 3 (2) y 17 (1) de Ef 1.

3 (3) Véase la nota 13 (3) de 1 Ti 1.

3 (4) La regeneración, como la redención y la justificación, es un aspecto de la plena salvación de Dios. La redención y la justificación resuelven el problema que tenemos con Dios y nos reconcilian con El; la regeneración nos vivifica con la vida de Dios, llevándonos a una relación de vida, una unión orgánica, con Dios. Por consiguiente, la regeneración da por resultado una esperanza viva. Tal regeneración es efectuada por medio de la resurrección de Cristo de entre los muertos. «La resurrección de Cristo, la cual produce vida y el don del Espíritu vivificante, es lo que hace posible que el nuevo nacimiento llegue a ser una esperanza viva» (Alford).

3 (5) Conduciendo a, dando por resultado, con miras a.

3 (6) Una esperanza para el futuro en nuestro peregrinaje de hoy; no una esperanza de cosas objetivas, sino una esperanza de vida, la misma vida eterna, con todas las inagotables bendiciones divinas. Tal esperanza debe hacer que pongamos nuestra esperanza completamente en la gracia venidera (v.13).

La esperanza viva, la esperanza de vida, que los creyentes reciben mediante la regeneración, puede compararse con las expectativas para el futuro que el nacimiento de un niño trae a sus padres. Tales expectativas dependen de la vida del recién nacido. Del mismo modo, la vida que los creyentes recibimos mediante la regeneración nos capacita para tener una esperanza, la cual tiene muchos aspectos para esta era, para la era venidera y para la eternidad.

Tenemos la esperanza de que en esta era crezcamos en vida, maduremos, manifestemos nuestros dones, ejercitemos nuestras funciones, seamos transformados, venzamos, de que nuestro cuerpo sea redimido, y entremos en la gloria. Tenemos la esperanza de que en la era venidera entraremos en el reino, reinaremos con el Señor y disfrutaremos las bendiciones de la vida eterna en la manifestación del reino de los cielos. Tenemos la esperanza de que en la eternidad estaremos en la Nueva Jerusalén, donde participaremos plenamente de las bendiciones consumadas de la vida eterna en su manifestación final en la eternidad. Esta esperanza viva, la esperanza de vida, radica en la vida eterna, la cual recibimos mediante la regeneración. Sólo la vida divina puede capacitarnos para crecer en ella hasta que lleguemos a la realidad de la esperanza que nos da esta vida. De este modo, las varias bendiciones antes mencionadas vendrán a ser nuestra herencia, la cual es incorruptible, incontaminada e inmarcesible y está reservada para la eternidad (vs.3-4).

3 (7) Cuando Cristo resucitó, todos nosotros, Sus creyentes, estábamos incluidos en El. Por lo tanto, nosotros también fuimos resucitados con El ( Efe_2:6) . En Su resurrección El nos impartió la vida divina y nos hizo semejantes a El (véase la nota 17 (3) de Jn 20). Este es el factor básico de nuestra regeneración.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Aquí comienza Pedro a describir las bendiciones de los redimidos hijos de Dios, concluyendo en 1Pe 2:10.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

* O “una esperanza que nos trae vida”.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento