Estad sujetos a toda institución humana por causa del Señor; ya sea al rey como quien ejerce soberanía,
2:13 — «Por causa del Señor»; es decir, porque es su voluntad y parte de nuestro servicio a él. Compárese Efe 6:6-7. — «someteos a toda institución humana» (literalmente, a toda creación humana). Dice la Ver. S.A., «a toda humana criatura». La Ver. N.M. dice, «a toda creación humana». La Ver. T.A. dice, «a toda humana creatura». La Ver. NTP. dice, «a toda autoridad humana». Obviamente se hace referencia a todo lo que los hombres en autoridad crean en forma de leyes. El cristiano es ciudadano obediente o sumiso. Véase Rom 13:1-7. Considérese también 1Ti 2:1-2.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Pro 17:11; Pro 24:21; Jer 29:7; Mat 22:21; Mar 12:17; Luc 20:25; Rom 13:1-7; Efe 5:21; 1Ti 2:1, 1Ti 2:2; Tit 3:1; 2Pe 2:10; Jud 1:8-10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pedro ordena enérgicamente a los cristianos que se sometan voluntariamente a las autoridades gobernantes. No presenta la sumisión como un asunto de convicción o de elección personal. Decreta que es una obligación para todos los cristianos.
toda institución humana: Esta frase sugiere que la sumisión de los cristianos no es para ejercitarse sólo en relación con autoridades civiles (v. 1Pe 2:14), sino para con todo tipo de reglamento que los cristianos se enfrenten (1Pe 2:18; 1Pe 3:1).
Por causa del Señor: el mandato de someterse ha de llevarse a cabo no de mala gana ni por obligación, sino alegre y voluntariamente para la gloria de Dios. Los cristianos no deben tener una actitud de rebelión.
PARA VIVIRLO
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Soportar las penurias
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¿Cómo deben reaccionar los cristianos a las injusticias en el lugar de trabajo? Se puede recurrir a una sana confrontación. Hay momentos para reclamar los derechos propios y también para defender los derechos de los demás. La Biblia proporciona muchos ejemplos y directrices al respecto. Por ejemplo, Jesús dio instrucciones sobre cómo proceder con un creyente en pecado (Mat 18:15-17), y Pablo apeló al César cuando percibió que no se le estaba tratando con justicia (Hch 25:8-12).
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Por otra parte, también hay momentos para sufrir la injusticia silenciosamente como cuando se trata de dar testimonio, según indica Pedro (1Pe 2:18-21). Jesús le dijo lo mismo a sus seguidores (Mat 5:38-42), y Pablo desaprobaba los juicios entre creyentes por causa de sus testimonios (1Co 6:7).
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Como sea, los cristianos nunca deben ignorar la injusticia. Podemos decidir retirarnos del trabajo si nuestro empleador es groseramente injusto. Pero debemos hacerlo no como un acto de cobardía o por no querer sufrir penurias, sino para honrar a Cristo, o bien para encontrar una alternativa divina constructiva en algún otro lugar.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SOMETEOS A TODA INSTITUCIÓN HUMANA. Véase Rom 13:1, nota.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Por causa del Señor. Aunque la ciudadanía verdadera del cristiano está en el cielo (Flp 3:20) él debe vivir como un ciudadano obediente en este mundo para que Dios sea honrado y glorificado. La conducta rebelde de un cristiano trae deshonra y descrédito a Cristo. Vea las notas sobre Rom 13:1-5; Tit 3:1-2. someteos. Este es un término militar que significa «disponerse en filas bajo las órdenes del comandante» y tiene que ver con asumir una actitud de sumisión y humildad. Durante su paso por el mundo bajo la ley humana y la autoridad civil, el pueblo de Dios debe vivir de forma humilde y sumisa en medio de cualquier sociedad impía, hostil y calumniadora (cp. los vv. 1Pe 2:21-23; Pro 24:21; Jer 29:4-14; Mat 22:21; Rom 13:1 ss, 1Ti 2:1; Heb 10:32-34).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:13 — «Por causa del Señor»; es decir, porque es su voluntad y parte de nuestro servicio a él. Compárese Efe 6:6-7.
–«someteos a toda institución humana» (literalmente, a toda creación humana). Dice la Ver. S.A., «a toda humana criatura». La Ver. N.M. dice, «a toda creación humana». La Ver. T.A. dice, «a toda humana creatura». La Ver. NTP. dice, «a toda autoridad humana». Obviamente se hace referencia a todo lo que los hombres en autoridad crean en forma de leyes. El cristiano es ciudadano obediente o sumiso. Véase Rom 13:1-7. Considérese también 1Ti 2:1-2.
En 3:22 Pedro usa la misma palabra griega, para decir «sujetar», en cuanto a los ángeles y su sujeción a Cristo.
La sujeción al gobierno está limitada a lo que no contradiga mandamiento de Dios (Hch 4:19; Hch 5:29).
–«ya sea… superior». Los romanos decían «emperador», pero los griegos y judíos, «rey». Véanse Jua 19:15; Hch 17:7.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL DEBER DEL CRISTIANO
1 Pedro 2:13-15
Someteos a todas las instituciones humanas por causa del Señor, ya sea al rey, que ocupa el primer lugar, o a los gobernadores, a los que él envía para castigar a los que obran el mal o recompensar a los que obran el bien; porque la voluntad de Dios es que, haciéndolo así, le pongáis un bozal a la ignorancia de gente estúpida.
1. COMO CIUDADANO
Pedro considera el deber del cristiano en las diferentes esferas de la vida; y empieza por su deber como ciudadano del país en el que está viviendo.
Nada más lejos del pensamiento del Nuevo Testamento que cualquier clase de anarquía. Jesús había dicho: » Por tanto, dad al césar lo que le pertenece; y a Dios, lo que Le pertenece» (Mt 22:21 ). Pablo estaba seguro de que los que gobernaban la nación eran enviados de Dios; ante Quien eran responsables, y no inspiraban, por tanto, terror a la persona que vivía una vida honorable (Rm 13:1-7 ). En las Cartas Pastorales se instruye al cristiano que debe orar por los reyes y por todos los que están en autoridad(] Timoteo 2:2). La enseñanza del Nuevo Testamento es que el cristiano tiene que ser un ciudadano bueno y útil del país en el que desarrolla su vida.
Se ha dicho que fue el miedo el que construyó las ciudades, y que la gente se acurrucaba detrás de las murallas para sentirse segura. Las personas se agrupan y están dispuestas a vivir bajo ciertas leyes para que los buenos puedan vivir en paz y realizar su trabajo y emprender sus negocios, y a los malos se los mantenga a raya y se les impida hacer el mal. Según el Nuevo Testamento, la vida se supone que ha sido ordenada por Dios, y el estado ha sido ordenado por Dios para proveer y mantener ese orden.
El punto de vista del Nuevo Testamento es perfectamente lógico y justo. Mantiene que una persona no puede aceptar los privilegios que proporciona el estado sin aceptar al mismo tiempo las responsabilidades y los deberes que le impone. Por honor y decencia no puede limitarse exclusivamente a nada.
¿Cómo podemos traducir todo esto a nuestra situación moderna? C. E. B. Cranfield ha hecho ver con toda claridad que hay una diferencia fundamental entre el estado en los tiempos del Nuevo Testamento y el estado tal como lo conocemos ahora en Europa y en muchos países del mundo. En los tiempos del Nuevo Testamento el estado era autoritario. El gobernador tenía un poder absoluto; y el único deber del ciudadano era rendir una obediencia absoluta y pagar los impuestos (Rm 13:6-7 ). En estas condiciones, la nota clave no podía por menos de ser sumisión al estado. Pero nosotros vivimos en un estado democrático; y en una democracia se hace necesaria mucho más que una actitud de sumisión incuestionable. El gobierno no es solamente el gobierno del pueblo; es también
por y para el pueblo. La demanda del Nuevo Testamento es que el cristiano debe cumplir su responsabilidad para con el estado. En un estado autoritario, eso consistía exclusivamente en sumisión. Pero, ¿cuál es esa obligación en circunstancias totalmente diferentes, como las de una democracia?
En cualquier estado tiene que haber una cierta medida de sumisión. Como C. E. B. Cranfield lo expresa, tiene que haber cuna subordinación voluntaria de la persona a los demás, poniendo el interés y el bienestar de los demás por encima del propio, prefiriendo dar más bien que recibir, servir más bien que ser servido.» Pero en un estado democrático, la nota clave debe ser, no sumisión, sino cooperación, porque el deber del ciudadano no es sólo someterse a que le gobiernen, sino asumir la parte que le corresponde en el gobierno. Así que, si el cristiano ha de cumplir su deber para con el estado, debe asumir su parte en el gobierno. Debe también asumir su responsabilidad en el gobierno local y en la vida del sindicato o de la asociación que incluya su trabajo, profesión o actividad. Es trágico el que tan pocos cristianos realmente cumplan con su deber para con el estado y la sociedad en los que viven.
Todavía nos falta por decir que el cristiano tiene una obligación por encima aun de la que tiene para con el estado. Aunque debe darle al césar lo que es del césar, debe también darle a Dios lo que es de Dios. A veces debe dejar bien claro que tiene que guardar fidelidad a Dios más bien que a los hombres (Hch 4:19 ; Hch 5:29 ). Puede que haya ocasiones, por tanto, en las que el cristiano cumplirá su obligación superior para con el estado rehusando obedecerle e insistiendo en obedecer a Dios. Haciéndolo así, por lo menos testificará de la verdad; y, en el mejor de los casos, puede que dirija al estado a tomar el camino de Cristo, y en el peor, que tenga que sufrir por su actitud.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— jefe del Estado: Lit. rey.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Rom 13:1-7; Tit 3:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Actitudes ante las autoridades del Estado. La buena conducta debe expresarse en una aceptación de sumisión a las demandas de toda institución (DHH, “autoridad”) humana. Es nota ble que Pedro, escribiendo probablemente en tiempos de Nerón, aún ve el Estado como designado por Dios para el mantenimiento de los valores morales (ver Rom. 13:1-7; 1 Tim. 2:1, 2). La conducta recta de los cristianos debe ponerlos por encima de todas las calumnias o sospechas de los ignorantes (15). Los cristianos deben dar al César lo que es debido (Mat. 22:21), y Pedro no insinúa aquí ninguna excepción, aunque él sabía cómo negar a las autoridades cuando pretendían para sí lo que pertenece a Dios (Hech. 4:19, 20; 5:29).
Es sorprendente que la libertad cristiana es la de vivir como siervos de Dios, cumpliendo su voluntad (16). Por lo tanto, no es la licencia para complacerse a uno mismo, bajo el pretexto de la “permisividad”. Cuatro breves mandatos resumen estos requisitos prácticos: todos deben ser respetados, por ser aquellos por quienes Cristo murió y en quienes puede ser restaurada la imagen divina; los hermanos deben ser amados; a Dios hay que acercarse en adoración (i.e. temor reverente; ver Heb. 12:28, 29) y el rey debe ser tratado con respeto.
Notas. 13 Por causa del Señor nos recuerda tanto el ejemplo como la enseñanza de Jesús. La soberanía (BA, “autoridad”) es sobre las instituciones humanas. 17 Pedro cita Prov. 24:21, donde el autor usa la misma palabra para describir las actitudes hacia Dios como hacia el rey. Pedro no hace lo mismo.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Del Señor”, אAB; VgcSyp: “de Dios”; J7,8: “de Jehová”.
REFERENCIAS CRUZADAS
d 103 Rom 13:1; Tit 3:1
e 104 Efe 6:5
f 105 1Pe 2:17
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Someteos, por causa del Señor. Pedro exhorta a los cristianos a que obedezcan las leyes del gobierno. Deben obedecer para honrar a Dios y no sólo para evitar el castigo, pues Dios es el que estableció toda autoridad (Ro 13:1).
Fuente: La Biblia de las Américas
13 (1) Todo lo mencionado entre este versículo y el v.20 son detalles que muestran las buenas obras de la excelente manera de vivir (v.12).
13 (2) Para la expresión y glorificación del Señor (v.12).
13 (3) Lit, creación, como en Col_1:15 . Se refiere a cualquier cosa hecha, a cualquier persona, edificio, regulación u ordenanza.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Los cristianos han de ser ciudadanos cumplidores de las leyes. Por supuesto, si las leyes de los gobiernos humanos violan la voluntad revelada de Dios, entonces el creyente tiene que obedecer a Dios, aunque tenga que sufrir los castigos que tales leyes humanas impongan. Cp. Rom 13:1-7 y Tit 3:1-2.