Comentario de 1 Pedro 2:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Cuando le maldecían, él no respondía con maldición. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba al que juzga con justicia.

2:23 — «quien cuando… con maldición». Considérese Isa 53:7-8.

Otras versiones usan la palabra «injuriar» (Ver. H.A.) o «insultar» (Ver. NVI). Se trata del habla abusiva que sufrió Jesucristo injustamente. El no solamente nos enseñó qué hacer en tales casos (Mat 5:38-48), sino también puso por obra esta enseñanza en su propia vida sobre la tierra. Además, tenemos el buen ejemplo de los apóstoles (1Co 4:9-13).

Los esclavos en particular tendían a ser respondones (Tit 2:9); por eso Pedro escribe estas palabras, pero tienen aplicación en todos nosotros.

— «cuando padecía, no amenazaba». Cristo no usó de amenazas, las cuales son una táctica favorita de los hombres carnales. Hay un ejemplo de esto en Hch 4:17. Hay ejemplos de esto también hoy en día de parte de hermanos en la fe que están tratando de evitar que sus conversos sepan de las cuestiones que dividen la hermandad; es decir, la centralización y el institucionalismo. Si se sabe que están escuchando a quienes se oponen a estas prácticas no bíblicas, se les amenaza con quitarles sus locales, salarios, y otros beneficios semejantes. Repito: dice el apóstol Pedro que Cristo nunca usó de amenazas.

— «sino encomendaba… justamente». Véase Rom 12:17-21. Hay dos traducciones posibles: encomendaba su causa al que, o se encomendaba al que. Las dos se armonizan con el contexto. Cristo, al sufrir injustamente, «se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia» (Ver. NVI).

Algunos casos de estos padecimientos e injurias en la vida de Jesús: Mat 12:24; Mat 26:67-68; Mat 27:26-31; Mat 27:39-44.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

cuando le maldecían. Sal 38:12-14; Isa 53:7; Mat 27:39-44; Mar 14:60, Mar 14:61; Mar 15:29-32; Luc 22:64, Luc 22:65; Luc 23:9, Luc 23:34-39; Jua 8:48, Jua 8:49; Jua 19:9-11; Hch 8:32-35; Heb 12:3.

no amenazaba. Hch 4:29; Hch 9:1; Efe 6:9.

sino encomendaba la causa. 1Pe 4:19; Sal 10:14; Sal 31:5; Sal 37:5; Luc 23:46; Hch 7:59; 2Ti 1:12.

al que juzga. Gén 18:25; Sal 7:11; Sal 96:13; Hch 17:31; Rom 2:5; 2Ts 1:5; 2Ti 4:8; Apo 19:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

le maldecían: A pesar de que lo insultaron y abusaron de Él, Jesús mantuvo el control de sus palabras y no profirió ningún comentario difamatorio en respuesta.

no amenazaba: Aunque sufrió dolor físico, Jesús no gritó que se vengaría, ni que quisiera infligir dolor sobre los que le estaban provocando la agonía.

encomendaba: Jesús constantemente se encomendaba Él mismo y encomendaba a los que lo injuriaban al poder de Dios para permitir que Dios tratara con ambos como un juez justo. Cuando nosotros oramos, debemos perdonar (vale decir, entregar a Dios) cualquier ofensa. La «venganza» no es nuestra (Mar 11:25, Mar 11:26).

 EN FOCO

«Ejemplo»

(Gr.  jupogrammós) (1Pe 2:21) # en Strong G5261: En el uso común del griego, esta palabra designaba una tablilla que contenía el alfabeto griego completo. Los estudiantes la usaban para calcar el alfabeto y aprender cada letra de este, desde el alfa a la omega. La vida de Cristo, una vida de sufrimiento, es como esta tablilla de molde. Nosotros, los que aprendemos de Jesús, tenemos que copiarlo desde el alfa hasta la omega en nuestra vida.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

le maldecían. Esto significa amontonar palabras ofensivas y viles contra alguien. Aunque Cristo recibió maltrato verbal inimaginable, nunca se vengó con palabras y amenazas viciosas (1Pe 3:9; cp. Mat 26:57-65; Mat 27:12-14; Luc 23:7-11). encomendaba la causa. Encomendarse consiste en «poner bajo el cuidado de otra persona». Cristo fue «entregado» a Pilato (Jua 19:11) y Pilato «lo entregó» a los judíos (Jua 19:16), pero Cristo se «entregó» a sí mismo a Dios, por lo cual sufrió en silencio para sorpresa de todos, debido a su confianza perfecta y absoluta en la soberanía y la rectitud de su Padre (cp. Isa 53:7).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:23 — «quien cuando… con maldición». Considérese Isa 53:7-8.
Otras versiones usan la palabra «injuriar» (Ver. H.A.) o «insultar» (Ver. NVI). Se trata del habla abusiva que sufrió Jesucristo injustamente. El no solamente nos enseñó qué hacer en tales casos (Mat 5:38-48), sino también puso por obra esta enseñanza en su propia vida sobre la tierra. Además, tenemos el buen ejemplo de los apóstoles (1Co 4:9-13).
Los esclavos en particular tendían a ser respondones (Tit 2:9); por eso Pedro escribe estas palabras, pero tienen aplicación en todos nosotros.
–«cuando padecía, no amenazaba». Cristo no usó de amenazas, las cuales son una táctica favorita de los hombres carnales. Hay un ejemplo de esto en Hch 4:17. Hay ejemplos de esto también hoy en día de parte de hermanos en la fe que están tratando de evitar que sus conversos sepan de las cuestiones que dividen la hermandad; es decir, la centralización y el institucionalismo. Si se sabe que están escuchando a quienes se oponen a estas prácticas no bíblicas, se les amenaza con quitarles sus locales, salarios, y otros beneficios semejantes. Repito: dice el apóstol Pedro que Cristo nunca usó de amenazas.
–«sino encomendaba… justamente». Véase Rom 12:17-21. Hay dos traducciones posibles: encomendaba su causa al que, o se encomendaba al que. Las dos se armonizan con el contexto. Cristo, al sufrir injustamente, «se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia» (Ver. NVI).
Algunos casos de estos padecimientos e injurias en la vida de Jesús: Mat 12:24; Mat 26:67-68; Mat 27:26-31; Mat 27:39-44.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Isa 53:7; (ver 1Pe 3:9).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

y 125 Mat 27:39

z 126 Isa 53:7; Rom 12:21

a 127 Heb 5:8

b 128 Jer 11:20; Jua 8:50; Rom 4:24

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

23 (1) Todo, aquí insertado, se refiere a todos los sufrimientos del Señor. El Señor siempre encomendaba los insultos y heridas que recibía a Aquel que juzga justamente en Su gobierno, al Dios justo, a quien El mismo se sometió. Esto es un indicio de que el Señor reconoció el gobierno de Dios mientras vivió una vida humana en la tierra.

23 (2) Véase la nota 17 (2) , párr. 2, del cap.1.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro