Acercándoos a él, la Piedra Viva—que fue ciertamente rechazada por los hombres, pero delante de Dios es elegida y preciosa—,
2:4 — «Acercándoos a él». Otras versiones dicen, «allegándoos», «arrimándoos», y «viniendo». Pero no es mandamiento: «Acérquense» (Ver. S.A., Ver. Pop.). La palabra griega es un participio. Está en el tiempo presente, que en el griego indica acción habitual o continua. No se hace referencia al tiempo de su conversión, sino a su actitud de día en día de allegarse más al Señor (quien nos invita a venir a El, Mat 11:28; Apo 22:17) por medio de su Palabra. Además, el texto griego aquí emplea una forma intensiva; es decir, allegarnos muy de cerca.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Acercándoos a él, o viniendo a él. Isa 55:3; Jer 3:22; Mat 11:28; Jua 5:40; Jua 6:37.
piedra viva. Isa 28:16; Dan 2:34, Dan 2:45; Zac 3:9; Zac 4:7; Jua 5:26; Jua 6:57; Jua 11:25, Jua 11:26; Jua 14:6, Jua 14:19; Rom 5:10; Col 3:4.
desechada. Sal 118:22, Sal 118:23; Isa 8:14, Isa 8:15; Mat 21:42; Mar 12:10, Mar 12:11; Luc 20:17, Luc 20:18; Hch 4:11, Hch 4:12.
mas para Dios escogida. Isa 42:1; Mat 12:18.
y preciosa. 1Pe 2:7; 1Pe 1:7, 1Pe 1:19; 2Pe 1:1, 2Pe 1:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
piedra viva: Esta frase anticipa las citas del AT. en los (vv. 1Pe 2:6-8). Jesús, como piedra viva, es superior al templo del AT. Estas palabras también pueden ser un ataque sutil a los ídolos de piedra muerta que los gentiles adoraban antes de llegar a ser cristianos. De tal manera, Jesús es más grande que las tradiciones recibidas de los padres (1Pe 1:18), es más grande que el templo de Jerusalén, y es más grande que las tradiciones de los gentiles con sus inanimados ídolos de piedra. El nuevo edificio de Dios, del cual Jesús es la piedra principal, está vivo: es el conjunto de todos los creyentes, la iglesia (v. 1Pe 2:5).
desechada: No recibir a Cristo es rechazarlo (Jua 3:18; Rom 1:18-23).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Acercándoos a él. «Acercarse» significa en el original venir con la idea de quedarse. Aquí significa permanecer en la presencia de Cristo para establecer una comunión íntima (cp. Jua 15:5-15). piedra viva. Tanto una metáfora como una paradoja, esta frase del AT (vea los vv. 1Pe 2:6-8) hace hincapié en que Cristo, tanto como «principal piedra del ángulo» y «piedra de tropiezo», está vivo y ha resucitado de los muertos para establecer una relación viva con la humanidad salvada (v. 1Pe 2:5; cp. 1Co 15:45; 1Jn 5:11-12). desechada … mas para Dios escogida. Vea el v. 1Pe 2:7. Las credenciales mesiánicas de Jesús fueron examinadas por los líderes religiosos falsos de Israel y rechazadas por ellos con orgullo y menosprecio (vv. 1Pe 2:6-8; cp. Mat 12:22-24; Jua 1:10-11). No obstante, Jesucristo fue el Hijo precioso y elegido de Dios quien en últimas fue autenticado por el Padre mediante su resurrección de los muertos (cp. Sal 2:10-11; Mat 3:17; Hch 2:23-24; Hch 2:32; Hch 4:11-12; Hch 5:30-31; Hch 10:39).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:4 — «Acercándoos a él». Otras versiones dicen, «allegándoos», «arrimándoos», y «viniendo». Pero no es mandamiento: «Acérquense» (Ver. S.A., Ver. Pop.). La palabra griega es un participio. Está en el tiempo presente, que en el griego indica acción habitual o continua. No se hace referencia al tiempo de su conversión, sino a su actitud de día en día de allegarse más al Señor (quien nos invita a venir a El, Mat 11:28; Apo 22:17) por medio de su Palabra.
Además, el texto griego aquí emplea una forma intensiva; es decir, allegarnos muy de cerca.
–«piedra viva». Se llama «viva» porque Cristo imparte vida (1Jn 1:1-2; Apo 1:18; compárese Jua 4:10). El es la piedra angular del templo que es compuesto de vivos para con Dios.
La palabra aquí para decir «piedra» (lithos) no es la misma que «roca» (petros, Pedro). No hay referencia a Mat 16:18. Aquí se emplea la figura de piedras de construcción. La misma palabra se encuentra en 1Co 3:12, donde la idea es de piedras de gran valor, o sea los cristianos.
–«desechada… los hombres». Véanse Sal 118:22; Mat 21:42; Hch 4:11. Los judíos como nación rechazaron a Jesucristo como su Salvador, y todos los que no obedecen al evangelio, le rechazan (Mat 12:30).
–«mas para Dios escogida y preciosa». «Para Dios»; es decir «en la vista de Dios». Considérese aquí Hch 4:11-12. Dios escogió a Cristo para su templo espiritual (la iglesia de Cristo), y de ello hablaron los profetas desde los tiempos remotos del Antiguo Testamento.
Para Dios Cristo es «precioso», o digno de gran honor en su vista (aunque fue menospreciado por los hombres y por eso desechado).
Pedro nos recuerda que el cristiano ha escogido lo que ¡Dios escogió! mientras que el incrédulo rechaza al Cristo para su destrucción (ver. 8).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA NATURALEZA Y MISIÓN DE LA IGLESIA
1 Pedro 2:4-10
Venid a Él, Piedra viva desechada por los hombres pero escogida y preciosa para Dios; y sed vosotros edificados, como piedras vivas, formando parte de una casa espiritual hasta que lleguéis a ser un sacerdocio santo para ofrecer mediante Jesucristo sacrificios espirituales que sean agradables a Dios; porque hay un pasaje de la Escritura que dice: «¡Fijaos! Yo coloco en Sión una Piedra escogida, una Piedra angular preciosa, y el que crea en Ella no quedará mal.» Así que esa Piedra es algo precioso para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, » la Piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la Piedra angular principal», y «una Piedra en la Que tropezarán y que les será un obstáculo.» Tropiezan, porque desobedecen a la Palabra -un destino que les estaba reservado. Pero vosotros sois una raza escogida, un sacerdocio regio, un pueblo consagrado a Dios, una nación que es posesión exclusivamente Suya para proclamar las excelencias del Que os llamó de las tinieblas a Su gloriosa luz; vosotros, que antes no erais ni pueblo y ahora sois el pueblo del Señor; que antes estabais sin misericordia y que ahora habéis encontrado la misericordia.
Pedro expone la naturaleza y la misión de la Iglesia. Hay tanto en este pasaje que vamos a dividirlo en cuatro secciones.
1. LA PIEDRA QUE RECHAZARON LOS CONSTRUCTORES
La idea de la piedra es rica en contenido. Vamos a estudiar tres pasajes del Antiguo Testamento donde aparece.
(i) El principio del tema se remonta a las palabras del mismo Jesús. Una de las parábolas más iluminadoras entre todas las Suyas fue la de los Viñadores Malvados. En ella contó que los viñadores malvados mataron a un servidor tras otro y, al final, mataron hasta al Hijo. Estaba presentando el hecho de que la nación de Israel se había negado a prestar atención a los profetas y los había perseguido, y que esa rebeldía llegaría a su punto culminante con Su propia muerte. Pero más allá de la muerte contempló el triunfo, y lo expresó con palabras de los Salmos: » La misma Piedra que los constructores habían rechazado ha llegado a ser la Piedra angular; esto ha sido obra del Señor, y nos parece maravilloso» (Mt 21:42 ; Mr 12:10 ; Lc 20:17 ).
Esa es una cita del Sal 118:22 . En el original, hace referencia a la nación de Israel. A. K. Kirkpatrick escribe acerca de esto: «Israel es » «la piedra angular principal».» Los poderes del mundo la desecharon como inútil, pero Dios la destinó para el lugar más honorable e importante del edificio de Su Reino en el mundo. Las palabras expresan la conciencia que Israel tenía de su misión y destino en el plan de Dios.» Jesús tomó estas palabras, y Se las aplicó a Sí mismo. Parecía que era totalmente rechazado por la humanidad; pero en el propósito de Dios era la Piedra angular del edificio de Su Reino, honorable por encima de todas.
(ii) En el Antiguo Testamento hay otras referencias a esta Piedra simbólica, y los escritores de la Iglesia original las usaron para sus propósitos. El primero es Isa 28:16 : «Por tanto, el Señor Dios dice así: He aquí que Yo he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.» Aquí también se hace referencia a Israel. La piedra segura y preciosa es la relación inalterable de Dios con Su pueblo, una relación que había de culminar en la venida del Mesías. De nuevo vemos que los escritores de la Iglesia original tomaron este pasaje y Se lo aplicaron a Jesucristo como la Piedra fundamental, preciosa e inamovible de Dios.
(iii) El segundo de estos pasajes también se encuentra en Isaías: «En cuanto al Señor de los ejércitos, a Él consideraréis santo; a Él es a Quien debéis temer y reverenciar. Y Él llegará a ser por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra de tropiezo y por roca de escándalo, y por lazo y red a los habitantes de Jerusalén» (Isa 8:13-14 ). El sentido es que Dios está ofreciendo Su señorío al pueblo de Israel; que, para los que Le acepten, Él será santuario y salvación; pero a los que Le rechacen Se volverá un terror y una destrucción. De nuevo, los escritores de la Iglesia original tomaron este pasaje y Se lo aplicaron a Cristo. Para los que Le acepten, Jesús es Salvador y Amigo; para los que Le rechacen, juicio y condenación.
(iv) Para comprender este pasaje tenemos que incluir una referencia del Nuevo Testamento a estos pasajes del Antiguo. No parece posible que Pedro pudiera hablar de Jesús como la Piedra angular y de los cristianos como piedras vivas del edificio de una casa espiritual unida en Él sin pensar en las propias palabras que Jesús le dirigió a él. Cuando hizo su gran confesión de fe en Cesarea de Filipo, Jesús le dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca. edificaré Mi Iglesia» (Mt 16:18 ). Es sobre la fe del creyente leal donde se edifica la Iglesia.
Estos son los orígenes de los cuadros de este pasaje.
2. LA NATURALEZA DE LA IGLESIA
En este pasaje aprendemos tres cosas acerca de la misma naturaleza de la Iglesia.
(i) Se compara al cristiano con una piedra viva, y a la Iglesia con un edificio vivo en el que se incorporan los creyentes, las piedras vivas (versículo 5). Está claro que esto quiere decir que Cristianismo es comunidad; el cristiano individual encuentra su verdadero lugar sólo cuando es edificado en un edificio. «La religión solitaria» queda descartada como una imposibilidad. C. E. B. Cranfield escribe: «Los francotiradores cristianos, que quieren ser cristianos pero se consideran por encima de eso de pertenecer a una iglesia visible en la Tierra en ‘cualquiera de sus formas, son sencillamente una contradicción en términos.»
Hay una historia famosa acerca de Esparta. Un rey espartano presumía de las murallas de Esparta ante un rey que le visitaba. Este miró por todas partes, pero no vio ni señal de las murallas; y le dijo al espartano: «¿Dónde están esas murallas de las que tanto presumes?» Su anfitrión le señaló sus guardaespaldas, una tropa estupenda. «Estos -le contestóson las murallas de Esparta: cada soldado, una piedra.»
La lección está clara: mientras un ladrillo esté solo, no sirve para nada; sólo es útil cuando se le incorpora a un edificio. Así sucede con el cristiano individual: para hacer realidad su destino, no debe permanecer aislado, sino ser edificado en la estructura de la Iglesia.
Supongamos que alguien dijera en tiempo de guerra: «Yo quiero defender a mi patria y defenderla de sus enemigos.» Si trata de llevar a cabo su resolución a solas, no consigue nada. Sólo puede ser eficaz en su propósito manteniéndose codo con codo con sus semejantes. Así sucede con la Iglesia. Un cristianismo individualista es un absurdo; el Cristianismo es comunidad dentro de la comunión de la Iglesia.
(ii) Los cristianos son un sacerdocio santo (versículo 5). El sacerdote tenía dos características importantes.
(a) Era una persona que tenía acceso a Dios y cuya tarea consistía en llevar a Dios a otras personas. En el Antiguo Testamento ese acceso a Dios era el privilegio de los sacerdotes profesionales, y especialmente del sumo sacerdote, qué era el único que podía entrar en el Lugar Santísimo. Mediante Jesucristo, el Camino nuevo y vivo, el acceso a Dios es el privilegio de cada cristiano, por fácil que nos parezca. Además, la palabra latina para sacerdote es pontifex, que quiere decir constructor de puentes; el sacerdote es el que hace un puente o hace de puente para que otros puedan acudir a Dios; y el cristiano tiene el deber y el privilegio de traer a otros al Salvador a Quien él ha conocido y ama.
(b) El sacerdote es un hombre que presenta ofrendas a Dios. El cristiano también debe presentar constantemente sus ofrendas a Dios. Bajo la antigua dispensación, las ofrendas que se presentaban eran sacrificios animales; pero los sacrificios del cristiano son sacrificios espirituales. Hace de su trabajo una ofrenda a Dios. Todo se puede hacer para Dios; así que, hasta la tarea más sencilla se reviste de gloria. El. cristiano hace que su culto sea una ofrenda a Dios; así el culto de la casa de Dios se convierte, no en una carga, sino en un gozo. El cristiano se hace a sí mismo una ofrenda a Dios. «Presentad vuestros cuerpos -dice Pablo- como un sacrificio vivo a Dios» (Rm 12:1 ). Lo que Dios desea por encima de todo es el amor de nuestros corazones y el servicio de nuestras vidas. Ese es el sacrificio perfecto que ha de hacer todo cristiano.
(iii) La misión de la Iglesia es proclamar las excelencias de Dios. Es decir: testificar a las personas acerca de las obras maravillosas de Dios. Con su misma vida aún más que con sus palabras, el cristiano debe testificar de lo que Dios en Cristo ha hecho por él.
3. LA GLORIA DE LA IGLESIA
En el versículo 9 leemos acerca de las cosas de las que el cristiano es testigo.
(i) Dios ha llamado al cristiano de las tinieblas a Su gloriosa
luz. El cristiano es llamado a salir de las tinieblas para entrar en la luz. Cuando uno llega a conocer a Jesucristo, llega a conocer a Dios. Ya no necesita suponer ni andar a tientas. «El que Me ha visto -dice Jesús- ha visto al Padre» (Jn 14:9 ). En Jesús está la luz del conocimientos de Dios. Cuando uno llega a conocer a Jesús, llega a conocer la bondad. En Cristo tiene un rasero por el que pueden medirse todas sus acciones y motivos todos. Cuando uno llega a conocer a Jesucristo, llega a conocer el camino. La vida ya no es un descampado sin sendero ni luz que guíe. En Cristo, el camino se presenta claro.
Cuando uno llega a conocer a Jesucristo, llega a conocer el poder. De poco nos serviría conocer a Dios si no recibiéramos poder para servirle. De poco nos serviría conocer la bondad si siguiéramos impotentes para alcanzarla. De poco nos serviría ver el auténtico camino si no lo pudiéramos seguir. En Jesucristo tenemos tanto la visión como el poder.
(ii) Dios ha hecho que los que no eran ni siquiera un pueblo fueran el pueblo de Dios. Aquí Pedro está citando a Os 1:6; Os 1:9-10 ; Os 2:1; Os 2:23 ). Esto quiere decir que el cristiano es llamado de ser una persona insignificante a ser una persona representativa. Esto es algo que sucede constantemente en este mundo: que la grandeza de una persona no depende de ella misma, sino de lo que se le ha confiado. La grandeza del cristiano depende del hecho de que Dios le ha escogido para que sea Suyo y para que haga Su obra en el mundo. Ningún cristiano es una persona ordinaria, sino un hombre o una mujer de Dios.
(iii) El cristiano es llamado de la no misericordia a la misericordia. La gran característica de las religiones no cristianas es el temor de Dios. El cristiano ha descubierto el amor de Dios, y sabe que ya no tiene que tenerle miedo, porque le va bien a su alma.
4. LA MISIÓN DE LA IGLESIA
Pedro usa en el versículo 9 toda una serie de frases que son un compendio de las funciones de la Iglesia. Llama a los cristianos «raza escogida, sacerdocio regio, pueblo consagrado a Dios, nación que es posesión exclusivamente Suya.» Pedro está inmerso en el Antiguo Testamento, y todas estas frases son grandes descripciones del pueblo de Israel. Proceden de dos fuentes especiales. Isa 43:21 , donde Isaías oye decir a Dios: «Este pueblo he creado para Mí.» Pero aún más, de Éxodo 19: S-6, donde se oye la voz de Dios decir: «Ahora, pues, si diereis oído a Mi voz, y guardareis Mi pacto, vosotros seréis Mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque Mía es toda la Tierra. Y vosotros Me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.» Las grandes promesas que Dios le hizo a Su pueblo Israel se cumplen en la Iglesia, el nuevo Israel. Cada uno de estos títulos está henchido de sentido.
(i) Los cristianos somos un pueblo escogido. Aquí volvemos a la idea del pacto. Ex 19:5-6 es parte de un pasaje que describe cómo hizo Dios un pacto con Israel. En Su pacto, Dios le ofreció a Israel una relación especial con Él; pero ese pacto dependía de que Israel aceptara sus condiciones y guardara la Ley. La relación se mantendría sólo » si diereis oído a Mi voz, y guardareis Mi pacto» (Ex 19:5 ).
De aquí aprendemos que el cristiano es escogido para tres cosas. (a) Es escogido para un privilegio. Se le ofrece en Jesucristo una comunión nueva e íntima con Dios. Dios llega a ser su Amigo, y él el de Dios. (b) Es escogido para la obediencia. El privilegio conlleva la responsabilidad. El cristiano es elegido para llegar a ser un hijo obediente de Dios. Es escogido, no para hacer su voluntad, sino la voluntad de Dios. (c) Es escogido para el servicio. Este honor le hace siervo de Dios. Su privilegio consiste en ser usado en el propósito de Dios. Sólo puede ser usado así cuando Le rinde a Dios la obediencia que El desea. Escogido para un privilegio, para la obediencia y para el servicio: estos tres Hechos son inseparables.
(ii) Los cristianos son un sacerdocio regio. Ya hemos visto que esto quiere decir que tienen el derecho de acceso a Dios; y que deben ofrecerle su trabajo, su culto y a sí mismos.
(iii) Los cristianos son lo que llama la versión Reina-Valera. una nación santa. Ya hemos visto que el sentido primario de haguios (santo) es diferente. El cristiano ha sido escogido para ser diferente de los demás. Esa diferencia consiste en que está consagrado a la voluntad y al servicio de Dios. Otras personas puede que sigan las normas del mundo, pero para él las únicas normas son las de Dios. Uno no puede ni entrar en el camino cristiano a menos que se dé cuenta de que eso le obligará a ser diferente de todos los demás.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Isa 28:16; Sal 118:22.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Pertenecer al pueblo de Dios
Los cristianos deben crecer tanto en conjunto como individualmente y ahora Pedro plantea ese tema. Está tan impresionado por el pensamiento, que mezcla las metáforas, pero es fácil seguir su argumentación. Por medio de la continua comunión con Cristo, la Piedra Viva, los cristianos llegarán a ser como él, o sea piedras vivas. Por sí misma, una piedra tiene poco uso, pero unida a otras llega a ser parte de un edificio. Una piedra “viva” tiene el propósito de ser parte del todo. El pensamiento de Pedro pasa entonces de la estructura (presumiblemente el templo) a aquellos que actúan en ese edificio. Su responsabilidad como miembros de la familia de Dios es doble: adorar, ofrecer sacrificios espirituales (5) y testificar, anunciar las virtudes (v. 9, DHH, “obras maravillosas”).
En una digresión, Pedro cita las referencias del AT sobre la Piedra viva y muestra cómo se han cumplido en Cristo: la primera por parte de los creyentes y las dos últimas la de los incrédulos. Si la gente llega por la fe a la Piedra viva o la rechaza, los propósitos de Dios siguen siendo supremos. En Mar. 12:10 Jesús aplica este pasaje a las autoridades judías como constructores. Cristo ha llegado a ser la cabeza del ángulo del edificio y aquellos que fueron desobedientes a la palabra sólo pueden tropezar y caer contra él, como Dios ha decretado que deberían.
En contraste con los incrédulos a que se hace referencia al final, Pedro muestra cómo la iglesia cristiana ha heredado los privilegios prometidos al pueblo de Dios en el AT. Vosotros sois … para que subraya el principio bíblico de que el privilegio implica responsabilidad. Los que heredan las bendiciones de Israel tienen que cumplir la obra de Israel y deben cumplir la orden: para que anunciéis las virtudes del Dios que tanto ha hecho por ellos.
En los vv. 4 y 6-8 se presentan juntas dos líneas de profecía: la preciosa piedra fundamental de Isa. 28:16 (v. 6 cita la LXX, como lo hace Pablo en Rom. 9:33) y la piedra rechazada que se menciona en el Sal. 118:22. Jesús aplica la última referencia a sí mismo en Mar. 12:10, y Pedro incluye la cita que él hizo delante del Sanedrín en Hech. 4:11. Jesús es la piedra angular sobre la cual se construye el edificio y crece hasta ser la piedra de corona miento (ver 1 Cor. 3:11; Ef. 2:19-22). Reuniendo ambas metáforas, Pedro enfatiza que Cristo es precioso sólo para los creyentes (como muestra el contexto original) y que aquellos que se niegan a creer comprueban que es una pie dra que les resulta de tropiezo. Aquí agrega una cita de Isa. 8:14.
Sed edificados (5) es mejor traducido como una afirmación de acuerdo con el gr. que un imperativo, p. ej. como “sois edificados” (véase nota de la RVA). Las palabras que siguen aquí y en el v. 9 (ver luego) tienen mucho significado para el pueblo de Dios en el AT. Su uso muestra una continuidad espiritual entre los que responden a Dios bajo el antiguo pacto y los creyentes cristianos. El uso de la palabra casa y el énfasis en los vv. 9, 10 sobre la pertenencia al pueblo de Dios pudo haber sido de gran aliento para aquellos que se sentían como “peregrinos y expatriados” (2:11). Aquí Pedro puede haber tenido en mente la destrucción del tem plo (anunciada por Jesús en Mar. 13:2). Los cristianos individualmente (1 Cor. 6:19) y la iglesia corporalmente (1 Cor. 3:16) son vistos como el nuevo templo de Dios, una casa espiritual (5), porque están habitados por el Espíritu. Basándose en este versículo y en el 9 los cristianos han enfatizado que puesto que Jesús ha hecho el sacrificio por los pecados de una vez para siempre (ver 2:24; 3:18), los únicos sacrificios que deben ser ofrecidos aho ra son espirituales (ver Rom. 12:1, 2 y Heb. 13:15, 16). Estos deben ser ofrecidos por todos los creyentes. El único ministerio que el NT ve como algo separado de alguna manera es el de los ancianos designados para el liderazgo, la enseñanza y el cuidado pastoral (ver luego sobre 5:1-4). Por medio de Jesucristo puede referirse a cómo se ofrecen los sacrificios o a por qué son aceptables.
La palabra de Dios, tanto la escrita (la Biblia) o la viviente (Jesucristo), es el fundamento sobre el que se ha de edificar. Los que desobedecen a Cristo encontrarán que él entorpece su camino y tarde o temprano les hará tropezar y caer (8). El v. 9 reclama para los cristianos las promesas de Exo. 19:5, 6 e Isa. 43: 20, 21 por las cuales Pablo arguye en Rom. 9. Pueblo implica una descendencia física y puede referirse a la relación producida por el nuevo nacimiento. La palabra de la cual se deriva sacerdocio nunca se usa en el NT para describir al ministerio cristiano especial, sino más bien la misión de todos los creyentes (cf. Apoc. 1:6). A lo largo del AT los reyes y sacerdotes eran individuos distintos. Sólo Melquisedec y el Mesías combinan ambas funciones. Saúl pecó cuando trató de cumplir ambas (1 Sam. 13:5-15). En Cristo, el creyente puede ser ambas. Una nación santa es un pueblo llamado a reflejar el carácter del Dios que los ha llamado (1:16). Un pueblo adquirido (DHH, “por Dios”; BA, “de Dios”; o sea especial) usa el concepto de un rey oriental, que mantiene una cámara especial del tesoro aparte del erario oficial. Era para su propio uso y la idea aparece por primera vez en Exo. 19:5 y otra vez en Tito 2:14 por Pablo. Virtudes (DHH, “obras maravillosas”; BJ, “alabanzas”; o “excelencias”) es una palabra difícil de traducir. El cristiano encontrará natural y espontáneo responder de ese modo a Dios y a los demás cuando haya entendido que todas estas bendiciones fluyen de la libre gracia y misericordia de Dios (10). Pedro cita Ose. 1:8-2:1 y 2:23 para recalcar este punto.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
g 79 1Co 10:4
h 80 Sal 118:22; Isa 53:3; Mat 21:42; Hch 4:11
i 81 Jua 19:15
j 82 Isa 42:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
una piedra viva. Para los creyentes, Cristo es la piedra viva (vers. 4) y la piedra angular (ver. 6). Para los incrédulos, El es la piedra que desecharon los constructores (vers. 7) y piedra de tropiezo (vers. 8).
Fuente: La Biblia de las Américas
4 (1) Una piedra viva no solamente posee vida, sino que también crece en vida. Cristo es la piedra viva para el edificio de Dios. Aquí Pedro pasa de la metáfora de la simiente, la cual pertenece al reino vegetal (1:23-24), a la de una piedra, la cual pertenece al reino mineral. La simiente sirve para plantar vida; la piedra sirve para edificar (v.5), El pensamiento de Pedro pasa de la siembra de la vida al edificio de Dios. Cristo como vida para nosotros es la simiente; para el edificio de Dios El es la piedra. Después de recibirle como simiente de vida, necesitamos crecer a fin de experimentarle como la piedra que vive en nosotros. De este modo Él también hará de nosotros piedras vivas, transformadas con Su naturaleza pétrea para que seamos edificados juntamente con otros como casa espiritual sobre El como fundamento y piedra angular ( Isa_28:16) .
4 (2) U, honorable; diferente de la palabra usada en 1:19. Aquella palabra denota preciosidad en esencia; ésta denota una preciosidad que el hombre reconoce y honra.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Cristo es la piedra viva (v. 1Pe 2:4), la piedra principal del ángulo (v. 1Pe 2:6), la piedra desechada (v. 1Pe 2:7), y la piedra de tropiezo (v. 1Pe 2:8).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
viviente… Lit. que está viviendo.