Comentario de 1 Pedro 3:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu;

3:18 — «Porque». De nuevo Pedro explica con el presente versículo lo que acabó de decir anteriormente. La razón del ver. 17 se halla en el 18; el 18 respalda lo que dice el 17.

Pedro, para dar esperanza y consolación a los cristianos perseguidos injustamente, cita el ejemplo por excelencia: el del sufrimiento del Justo por los injustos y de la victoria y las glorias subsecuentes (ver. 18-22). La resurrección y la glorificación de Jesús, después de sufrir la crucifixión (Philippians 2:5:11), es prueba del hecho de que el cristiano, después de sufrir a causa de la justicia, recibirá bendiciones y premio.

— «también Cristo… a Dios». Sobre «una sola vez», véase Heb 9:26; Heb 9:28.

En el texto griego no hay artículos definidos ante las palabras «justo» e «injusto». Es como dice la Ver. P.B., «Porque también Cristo una vez por los pecados padeció justo por injustos». Así se enfatiza la naturaleza de su sufrimiento. Cristo era justo (inocente), pero siempre tuvo que sufrir. ¡A veces los cristianos también tienen que sufrir injustamente!

Cristo era justo en su sufrimiento. Considérense Hch 3:14; Hch 7:52. Murió por pecadores (injustos) (Rom 5:6; 2Co 5:21; Heb 9:28). Sufrió por otros; eso es amor. Por medio de su muerte en la cruz (Jua 3:14; Jua 12:32), Dios pudo mostrarnos misericordia, aunque merecíamos la muerte (Rom 6:23).

Su muerte nos introdujo (Ver. P.B), trajo (Ver. B.A., margen), o condujo a Dios. Véanse Rom 5:2; Efe 2:13; Heb 10:19.

— «siendo a la verdad… espíritu». El texto griego aquí presenta dos participios, y dos frases preposicionales, que se constituyen contrastes: literalmente, «habiendo sido muerto», «habiendo sido vivificado», y «en carne», «en espíritu».

Este inocente que sufrió sin merecerlo, fue muerto, pero después fue vivificado (y glorificado en victoria). Esa es la historia de Jesucristo, y consuela al cristiano que sufre inocentemente.

Ahora explica Pedro las dos esferas en que estas dos verdades acontecieron: «en carne», y «en espíritu». Dios se hizo carne (Jua 1:14; 1Ti 3:16; 1Jn 4:2; 2Jn 1:7). Heridas fueron infligidas en su carne, y murió (en la cruz); murió como hombre. La carne es de esta tierra, mortal.

Pero el espíritu es de Dios. Aunque Cristo sufrió la muerte física (de carne), esta experiencia le permitió ser vivificado en la esfera del espíritu; es decir, (por la resurrección, en que su espíritu entró de nuevo en el cuerpo crucificado) pasó a una nueva existencia espiritual y poderosa. No se implica que su espíritu murió, para después ser vivificado. Es «en carne» que uno es hecho muerto. El espíritu de Cristo, entre la crucifixión y la resurrección, estuvo en el Hades (Hch 2:31). Pero en la resurrección Cristo entró en una nueva existencia; fue hecho vivo en la esfera del espíritu (y no en consideración de carne). Ya tenía un cuerpo glorificado, o espiritual.

El punto de Pedro, para animar y consolar a los cristianos en tiempo de persecución, fue mencionar el ejemplo de Cristo quien sufrió (aunque no lo merecía; era inocente), y a consecuencia de ese sufrimiento, en cuanto a carne experimentó la muerte, lo cual tuvo por fin una existencia nueva y viva en cuanto a espíritu.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Cristo padeció. 1Pe 2:21-24; 1Pe 4:1; Isa 53:4-6; Rom 5:6-8; Rom 8:3; 2Co 5:21; Gál 1:4; Gál 3:13; Tit 2:14; Heb 9:26, Heb 9:28.

el justo. Zac 9:9; Mat 27:19, Mat 27:24; Hch 3:14; Hch 22:14; Stg 5:6; 1Jn 1:9.

para llevarnos a Dios. Efe 2:16-18.

siendo muerto en la carne. 1Pe 4:1; Dan 9:26; Rom 4:25; 2Co 1:24; 2Co 13:4; Col 1:21, Col 1:22.

pero vivificado en el espíritu. Rom 1:4; Rom 8:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

una sola vez por los pecados: La muerte de Cristo en la cruz fue un evento único y definitivo. Él murió una sola vez por nuestros pecados; no tiene que ser «crucificado» nuevamente cada vez que nosotros pecamos.

para llevarnos a Dios: Cristo murió para que nosotros podamos ser reconciliados con Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Porque también Cristo padeció. Pedro quería alentar a sus lectores en medio de su sufrimiento al recordarles que aun Cristo sufrió de manera injusta porque había sido la voluntad de Dios (v. 1Pe 3:11). No obstante, Él tuvo un triunfo maravilloso y fue exaltado a lo sumo para sentarse a la diestra de Dios, mientras que todos los demonios causantes de su sufrimiento quedaron sujetos para siempre a Él (v. 1Pe 3:22). Dios también aseguraría que los lectores sufridos de Pedro triunfaran. una sola vez por los pecados. Bajo el antiguo pacto, el pueblo judío ofreció un sacrificio después de otro y repetía la misma secuencia al año siguiente, en especial durante la Pascua. En lugar de esto, el sacrificio único de Cristo por los pecados tuvo validez perpetua y fue suficiente para todos, por lo cual nunca será necesario repetirlo (vea las notas sobre Heb 7:27; Heb 9:26-28). el justo por los injustos. Esta es otra declaración de la perfección sin pecado de Jesús (cp. Heb 7:26) y de su expiación sustitutiva y vicaria. Él nunca pecó ni tuvo naturaleza pecaminosa, pero de todos modos ocupó el lugar de los pecadores (cp. 1Pe 2:24; 2Co 5:21). Al hacer esto, Cristo satisfizo el castigo justo de Dios contra el pecado que era requerido por la ley, y abrió el camino a Dios para todos los que creen y se arrepienten (cp. Jua 14:6; Hch 4:12). llevarnos a Dios. En esta vida en sentido espiritual, y en la vida venidera de forma completa y definitiva (cp. Mar 15:38). muerto en la carne. Una ejecución física violenta que puso fin a su vida terrenal (cp. Heb 5:7). vivificado en espíritu. Esta no es una referencia al Espíritu Santo, sino a la vida interior y esencial de Jesús, su propio espíritu. A diferencia de su carne o condición humana que estuvo muerta durante tres días, su espíritu (deidad) siguió con vida (cp. Luc 23:46).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:18 — «Porque». De nuevo Pedro explica con el presente versículo lo que acabó de decir anteriormente. La razón del ver. 17 se halla en el 18; el 18 respalda lo que dice el 17.
Pedro, para dar esperanza y consolación a los cristianos perseguidos injustamente, cita el ejemplo por excelencia: el del sufrimiento del Justo por los injustos y de la victoria y las glorias subsecuentes (ver. 18-22). La resurrección y la glorificación de Jesús, después de sufrir la crucifixión (Philippians 2:5:11), es prueba del hecho de que el cristiano, después de sufrir a causa de la justicia, recibirá bendiciones y premio.
–«también Cristo… a Dios». Sobre «una sola vez», véase Heb 9:26; Heb 9:28.
En el texto griego no hay artículos definidos ante las palabras «justo» e «injusto». Es como dice la Ver. P.B., «Porque también Cristo una vez por los pecados padeció justo por injustos». Así se enfatiza la naturaleza de su sufrimiento. Cristo era justo (inocente), pero siempre tuvo que sufrir. ¡A veces los cristianos también tienen que sufrir injustamente!
Cristo era justo en su sufrimiento. Considérense Hch 3:14; Hch 7:52. Murió por pecadores (injustos) (Rom 5:6; 2Co 5:21; Heb 9:28). Sufrió por otros; eso es amor. Por medio de su muerte en la cruz (Jua 3:14; Jua 12:32), Dios pudo mostrarnos misericordia, aunque merecíamos la muerte (Rom 6:23).
Su muerte nos introdujo (Ver. P.B), trajo (Ver. B.A., margen), o condujo a Dios. Véanse Rom 5:2; Efe 2:13; Heb 10:19.
–«siendo a la verdad… espíritu». El texto griego aquí presenta dos participios, y dos frases preposicionales, que se constituyen contrastes: literalmente, «habiendo sido muerto», «habiendo sido vivificado», y «en carne», «en espíritu».
Este inocente que sufrió sin merecerlo, fue muerto, pero después fue vivificado (y glorificado en victoria). Esa es la historia de Jesucristo, y consuela al cristiano que sufre inocentemente.
Ahora explica Pedro las dos esferas en que estas dos verdades acontecieron: «en carne», y «en espíritu». Dios se hizo carne (Jua 1:14; 1Ti 3:16; 1Jn 4:2; 2Jn 1:7). Heridas fueron infligidas en su carne, y murió (en la cruz); murió como hombre. La carne es de esta tierra, mortal.
Pero el espíritu es de Dios. Aunque Cristo sufrió la muerte física (de carne), esta experiencia le permitió ser vivificado en la esfera del espíritu; es decir, (por la resurrección, en que su espíritu entró de nuevo en el cuerpo crucificado) pasó a una nueva existencia espiritual y poderosa. No se implica que su espíritu murió, para después ser vivificado. Es «en carne» que uno es hecho muerto. El espíritu de Cristo, entre la crucifixión y la resurrección, estuvo en el Hades (Hch 2:31). Pero en la resurrección Cristo entró en una nueva existencia; fue hecho vivo en la esfera del espíritu (y no en consideración de carne). Ya tenía un cuerpo glorificado, o espiritual.
El punto de Pedro, para animar y consolar a los cristianos en tiempo de persecución, fue mencionar el ejemplo de Cristo quien sufrió (aunque no lo merecía; era inocente), y a consecuencia de ese sufrimiento, en cuanto a carne experimentó la muerte, lo cual tuvo por fin una existencia nueva y viva en cuanto a espíritu.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Rom 6:10; Heb 9:26; Heb 9:28; Heb 10:10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— por los pecados: La tradición manuscrita ofrece en este punto numerosas variantes; unos dicen: por los pecados en favor de ustedes; otros: por los pecados en nuestro favor.

— conducirlos a ustedes: bastantes mss., entre ellos alguno de valor, dicen: conducirnos.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

q 179 Isa 53:6; Heb 9:28

r 180 Rom 5:6

s 181 2Co 5:18

t 182 1Co 15:50; Col 1:22

u 183 1Ti 3:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

18 (1) Pecados aquí y en 2:24,; 1Co_15:3 y Heb_9:28 se refiere a los pecados que cometemos en nuestra conducta externa, mientras que pecado en 2Co_5:21 y Heb_9:26 se refiere al pecado inherente a la naturaleza con que nacimos. Cristo murió por nuestros pecados y los llevó sobre la cruz, para que fueran perdonados por Dios, pero fue hecho pecado y quitó el pecado del mundo para que el problema representado por nuestro pecado fuera solucionado. Pedro no enfocó primero el pecado inherente a nuestra naturaleza, sino los pecados de nuestra conducta, de nuestra manera de vivir (v.16). En este libro se recalca que la muerte de Cristo nos redimió de la vana manera de vivir que heredamos (1:18-19).

18 (2) Esto indica que Cristo murió para efectuar la redención, no para ser un mártir. En la cruz El fue nuestro substituto y llevó nuestros pecados; el Dios justo, conforme a Su justicia, lo juzgó a El, el Justo, por nosotros, los injustos, para que El quitara la barrera representada por nuestros pecados y nos llevara a Dios. El hizo esto para redimirnos de nuestros pecados y hacernos volver a Dios, para redimirnos de nuestra conducta injusta y llevarnos al Dios justo.

18 (3) No se refiere al Espíritu Santo, sino al Espíritu como esencia divina de Cristo ( Mar_2:8 ; Luc_23:46). La crucifixión puso fin solamente a la carne de Cristo -la cual El había recibido mediante la encarnación ( Jua_1:14) – no a Su Espíritu, Su divinidad. No murió Su Espíritu en la cruz cuando Su carne murió, sino que fue avivado, vivificado, con un nuevo poder de vida, de tal modo que en este Espíritu fortalecido, en Su divinidad, Cristo hizo una proclamación ante los ángeles caídos después de Su muerte en la carne y antes de Su resurrección.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

padeció. Algunos textos leen: «murió».

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

llevaros… TR: llevarnos.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Poesía para ser recitada o cantada → Hch 16:25; Efe 5:19; Col 3:16.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Algunos mss. antiguos dicen: sufrió

O, Espíritu

Fuente: La Biblia de las Américas

TR registra nosotros.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

‡ Literalmente, “el justo por los injustos”.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento