en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados
3:19 — «en el cual también». Aquí la frase se usa en el mismo sentido como en el ver. 18; es decir, «en la esfera de espíritu» (y no en la esfera de carne). Dios en cuanto a naturaleza es espíritu (Jua 4:24). En esta naturaleza Cristo fue y predicó. Dice Gén 6:3 que el espíritu de Dios contendía con el hombre, pero que no iba a hacerlo indefinidamente. — «fue y predicó a los espíritus encarcelados». ¿Cuando hizo esto? El próximo versículo nos dice cuándo lo hizo; es decir, en los días de Noé. Cristo fue y predicó a quienes en el tiempo de escribir Pedro eran espíritus encarcelados, porque después de morir en la época de Noé (tal vez por el diluvio), ahora sus espíritus estaban guardados o custodiados en el Hades, su «cárcel». (La palabra «cárcel» implica lugar de detención y restringimiento — Hch 5:19; 2Co 6:5). Ahora eran espíritus sin cuerpo (como en Heb 12:23, espíritus desencarnados).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
predicó a los espíritus. 1Pe 1:11, 1Pe 1:12; 1Pe 4:6; Neh 9:30; Apo 19:10.
encarcelados. Isa 42:7; Isa 49:9; Isa 61:1; Apo 20:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Hay diversas interpretaciones del significado de estos versículos, principalmente por la ambigüedad de la frase espíritus encarcelados. El término griego que se traduce como espíritus puede referirse a espíritus humanos, ángeles o demonios. Las tres principales interpretaciones de esta frase son:
(1) Que describe a Jesús yendo al lugar donde están encarcelados los ángeles caídos, y declarando su victoria final sobre el mal con su muerte en la cruz. Los comentaristas que se inclinan por esta interpretación sugieren que Pedro se refiere a los días de Noé porque estos ángeles caídos estaban tipificados por la grotesca inmoralidad de aquellos «espíritus» que se casaron con mujeres humanas en ese tiempo (Gén 6:1-4; 2Pe 2:4; Jud 1:6). Dependiendo del comentarista, esta aseveración se atribuye al tiempo entre la crucifixión y la resurrección de Cristo, o a algún momento después de la ascensión de Cristo al cielo.
(2) Otros sostienen que espíritus se refiere a espíritus humanos. Así Cristo predicaría a seres humanos que murieron en los días de Noé y que estaban en el reino de la muerte (infierno o Hades). A pesar de que algunos insisten en que la predicación de Cristo incluyó un ofrecimiento de salvación a aquellas personas, esto es improbable, y además engañoso, porque la Escritura nunca concede una «segunda oportunidad» a los pecadores después de la muerte. El contenido de la predicación de Cristo parecería más bien una proclamación de victoria sobre el pecado.
(3) Finalmente, otra de las principales interpretaciones toma este pasaje como una descripción de Cristo predicando a través de Noé a los incrédulos de su época. Dado que ellos rechazaron el mensaje de salvación de Noé, ahora estaban en prisión; es decir, en el infierno.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PREDICÓ A LOS ESPÍRITUS. Los vv. 1Pe 3:18-20 han sido difíciles para los intérpretes del texto bíblico.
(1) Uno de los puntos de vista es que después de su muerte y resurrección (v. 1Pe 3:18), Cristo fue a los ángeles encarcelados que habían pecado en los días de Noé (v. 1Pe 3:20; cf. 2Pe 2:4-5) y les proclamó la victoria que acababa de obtener sobre la muerte y Satanás (v. 1Pe 3:22). Otra interpretación es que, por medio del Espíritu Santo, Cristo proclamó por boca de Noé (cf. 2Pe 2:5) un mensaje de advertencia a los que pertenecían a la generación desobediente de Noé, que ahora están en el infierno aguardando el juicio final. Esta interpretación encaja mejor con el contexto, que menciona a las personas desobedientes y que no eran salvas de los días de Noé. Estaría en armonía con la afirmación de Pedro de que el Espíritu Santo habló en los tiempos pasados por medio de los profetas (2Pe 1:20-21).
(2) Ni este pasaje ni 1Pe 4:6 enseñan que los pecadores que no hayan sido regenerados tendrán una segunda oportunidad de aceptar la salvación después de morir. Después de la muerte viene el juicio (véase Heb 9:27), seguido por el destino permanente en la eternidad (Luc 16:26).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
predicó. Entre la muerte y la resurrección de Cristo, su espíritu viviente fue a los espíritus diabólicos que estaban encadenados en el abismo y proclamó que aun en su muerte, Él había triunfado sobre ellos (vea las notas sobre Col 2:14-15). espíritus encarcelados. Esto se refiere a ángeles caídos o demonios que han permanecido atados debido a su maldad y perversión. Los demonios que no están atados de esa manera se resisten al cumplimiento de esa sentencia (cp. Luc 8:31). Al final de todo, todos ellos serán enviados al lago eterno de fuego (Mat 25:41; Apo 20:10).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:19 — «en el cual también». Aquí la frase se usa en el mismo sentido como en el ver. 18; es decir, «en la esfera de espíritu» (y no en la esfera de carne). Dios en cuanto a naturaleza es espíritu (Jua 4:24). En esta naturaleza Cristo fue y predicó. Dice Gén 6:3 que el espíritu de Dios contendía con el hombre, pero que no iba a hacerlo indefinidamente.
–«fue y predicó a los espíritus encarcelados». ¿Cuando hizo esto? El próximo versículo nos dice cuándo lo hizo; es decir, en los días de Noé. Cristo fue y predicó a quienes en el tiempo de escribir Pedro eran espíritus encarcelados, porque después de morir en la época de Noé (tal vez por el diluvio), ahora sus espíritus estaban guardados o custodiados en el Hades, su «cárcel». (La palabra «cárcel» implica lugar de detención y restringimiento — Hch 5:19; 2Co 6:5). Ahora eran espíritus sin cuerpo (como en Heb 12:23, espíritus desencarnados).
Cristo, como espíritu, fue y predicó a gente rebelde, haciéndolo por medio del predicador de justicia, Noé (2Pe 2:5). El espíritu de Cristo estuvo en todos los profetas de Dios del Antiguo Testamento (1:11). En el mismo sentido dice Efe 2:17 que Cristo predicó a los gentiles (los que estaban lejos), aunque literalmente no lo hizo en persona, sino que lo hizo por sus apóstoles escogidos, inspirándoles y acompañándoles (1:11; Mar 16:20; Heb 2:4).
Pedro sigue con el punto del contexto. Dice que Cristo es nuestro gran ejemplo. Fue en (la esfera de) espíritu en los días de Noé, y predicó por medio de su escogido heraldo, Noé, a aquellos desobedientes (que ahora que Pedro escribía se encontraban guardados en el Hades). Como Cristo hizo esta obra entre los malos con toda paciencia, así nosotros hoy en día debemos hacer la nuestra entre ellos, aun siendo a veces rechazados y hasta perseguidos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
1Pe 4:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— en prisión: Es este un pasaje de muy difícil interpretación. Algunos piensan que el autor alude al descenso de Cristo al lugar donde se encontraban los espíritus de los muertos, hecho que habría acaecido entre su muerte y su resurrección (ver Rom 10:7; Efe 4:9). Resulta también muy difícil determinar quiénes sean los espíritus aludidos en este pasaje: unos hablan de los ángeles caídos; otros, de los difuntos en general que estarían representados por los del tiempo del diluvio.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “anunció; pregonó”. Gr.: e·ké·ry·xen; lat.: prae·di·cá·vit. Compárese con Dan 5:29, n: “Anunciaron”.
REFERENCIAS CRUZADAS
v 184 Luc 8:31; 2Pe 2:4; Jud 1:6
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
predicó a los espíritus encarcelados. Algunos entienden que Pedro se refiere a una proclamación de la victoria de la resurrección de Cristo a estos espíritus (tal vez ángeles caídos) durante el tiempo comprendido entre su muerte y resurrección.
Fuente: La Biblia de las Américas
19 (1) Se refiere al Espíritu mencionado en el v.18, lo cual indica y comprueba que después de morir en la carne, Cristo seguía activo en este Espíritu.
19 (2) No predicó las buenas nuevas, sino que proclamó la victoria que Dios obtuvo, es decir, proclamó que por la muerte de Cristo en la cruz Dios destruyó a Satanás y su poder de tinieblas ( Heb_2:14 ; Col_2:15).
19 (3) A través de los siglos, notables maestros de diferentes escuelas han sostenido varias interpretaciones tocante a la frase los espíritus que estaban en prisión. La más aceptable según las Escrituras es la siguiente: aquí los espíritus no se refiere a los espíritus incorpóreos de los seres humanos muertos, retenidos en el Hades, sino a los ángeles (los ángeles son espíritus, Heb_1:14) que cayeron por desobedecer en los tiempos de Noé (v.20 y Estudio-vida de Génesis, mensaje 27, págs. 373-374) y que están encarcelados en fosas de oscuridad en espera del juicio del gran día ( 2Pe_2:4-5 ; Jud_1:6). Cristo, después de morir en la carne, fue en Su Espíritu vivo (probablemente fue a los abismos, Rom_10:7) a estos ángeles rebeldes para proclamar, quizás, la victoria que Dios obtuvo mediante Su encarnación en Cristo y la muerte de Cristo en la carne, una victoria sobre las estratagemas de Satanás cuyo fin era trastornar el plan divino.
19 (4) Se refiere a un lugar llamado Tártaro, las fosas profundas y oscuras ( 2Pe_2:4 y Jud_1:6), donde están encarcelados los ángeles caídos.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
predicó a los espíritus encarcelados. Algunos piensan que esto significa que Cristo, entre el tiempo de Su muerte y el de Su resurrección, descendió y ofreció a quienes habían vivido antes de Noé (v. 1Pe 3:20) una segunda oportunidad de salvación, cosa que no tiene en las Escrituras base alguna. Otros opinan que fue simplemente el anuncio de Su victoria sobre el pecado a los que estaban en el Hades, sin ofrecerles una segunda oportunidad. Lo más probable es que se refiera al Cristo pre-encarnado predicando por medio de Noé a los que, por haber rechazado aquel mensaje, son ahora espíritus encarcelados.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit. habiendo ido, proclamó.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
§ O “almas prisioneras”. Ha existido mucho debate sobre esta frase. Debemos notar que la misma palabra que se usa para “almas” aquí, se usa también en el versículo 1Pe 3:10. Algunos entienden que “prisioneras” se refiere a las personas que vivían en la época del diluvio y que estaban “cautivas” por su pecaminosidad (ver Gén 6:5).