Comentario de 1 Pedro 4:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si primero comienza por nosotros, ¿cómo será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

4:17 — «Porque». Pedro introduce la razón de lo que dijo en los dos versículos anteriores. Debemos hacer así y así (vers. 15, 16) porque ha llegado el tiempo de gran persecución y prueba sobre la iglesia. Véase 4:12.

— «es tiempo… casa de Dios». Pedro se refirió a algo que estuvo a punto de acontecer. (Por eso sabemos que no habla del Juicio Final). La Ver. P.B. dice, «es el momento de empezar». La Ver. B.A. dice, «es tiempo de que comience». La Ver. Mod. dice, «Ha llegado el tiempo que comience el juicio».

La palabra «juicio» (Gr., krima) se usa en sentidos diferentes. Puede significar «condenación» o «sentencia», como en 2Pe 2:3; Jud 1:4. En este sentido la iglesia no ha de ser «juzgada»; no va a ser condenada, o sentenciada a la muerte eterna. ¡Todo lo contrario! Puede significar «prueba», como en 1Co 11:32 («juzgados»), con referencia a alguna prueba de disciplina («castigados», dice esta versión, pero otras dicen «disciplinar» o «corregir»). En este pasaje, 4:17, Pedro usa la palabra krima en este sentido de «prueba».

De nuevo Pedro se refiere a la persecución que se levantó en ese tiempo de ellos, y que terminó en la destrucción de Jerusalén. Véase 4:7,12 comentarios.

La Ver. B.A. dice, «el juicio comience por la casa de Dios», pero al margen dice, «Lit., desde». Desde la casa de Dios esa prueba iba a comenzar, para entonces llegar a los desobedientes. Dios iba a poner a prueba a su pueblo; esa persecución y tribulación sería principalmente para él, pero después juzgará a los demás (ver. 17,18).

La casa de Dios es la iglesia de Dios (1Ti 3:15; Heb 3:6).

— «y si primero… de Dios?» Si Dios corrige, prueba, «castiga», a los suyos, ¿no es de esperarse que (con mayor pena) castigará a los malos? Sí, los castigará, aunque el castigo se posponga por un tiempo (2Pe 3:9). Compárese Rom 11:21; la certeza de la primera cosa requiere que la segunda también sea cierta.

«El fin» de los que no están obedeciendo al evangelio de Dios (así dice el texto griego) es su último destino, la eterna perdición (2Ts 1:7-10). Aquí en este versículo se hace referencia a los mismos de 2:8 («desobedientes»).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que el juicio comience. Isa 10:12; Jer 25:29; Jer 49:12; Eze 9:6; Mal 3:5; Mat 3:9, Mat 3:10; Luc 12:47, Luc 12:48.

y si primero comienza. Luc 23:31.

cuál será el fin de aquellos. Mat 11:20-24; Luc 10:12-14; Heb 2:2, Heb 2:4; Heb 12:24, Heb 12:25.

que no obedecen. 1Pe 2:8; Gál 3:1; Gál 5:7; 2Ts 1:8; Heb 5:9; Heb 11:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es tiempo de que el juicio comience: El juicio no siempre implica condenación en las escrituras. Cuando la palabra se usa en relación con los cristianos, regularmente se refiere a la evaluación de las obras de un cristiano para los efectos de la recompensa (1Co 3:10-15).

la casa de Dios: Aquí el enfoque no es en el Templo, sino en los creyentes.

aquellos que no obedecen: A través de toda esta carta, Pedro se refiere a aquellos que no son parte de la familia eterna de Dios como desobedientes (1Pe 2:7, 1Pe 2:8; 1Pe 3:1, 1Pe 3:20).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

QUE EL JUICIO COMIENCE POR LA CASA DE DIOS. Véase el ARTÍCULO EL JUICIO DE LOS CREYENTES, P. 1650. [2Co 5:10].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

juicio … casa de Dios. No se alude a condenación, sino al escarmiento y la purificación de la Iglesia con la mano amorosa de Dios. Es mucho mejor y más importante sufrir como resultado de la purificación y el fortalecimiento de Dios para la obra del reino, que sufrir por la eternidad como los incrédulos en el lago de fuego. Además, si Dios juzga de forma tan enérgica y dolorosa a su Iglesia que tanto ama, ¿cómo será su furia sobre los impíos?

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:17 — «Porque». Pedro introduce la razón de lo que dijo en los dos versículos anteriores. Debemos hacer así y así (vers. 15, 16) porque ha llegado el tiempo de gran persecución y prueba sobre la iglesia. Véase 4:12.
–«es tiempo… casa de Dios». Pedro se refirió a algo que estuvo a punto de acontecer. (Por eso sabemos que no habla del Juicio Final). La Ver. P.B. dice, «es el momento de empezar». La Ver. B.A. dice, «es tiempo de que comience». La Ver. Mod. dice, «Ha llegado el tiempo que comience el juicio».
La palabra «juicio» (Gr., krima) se usa en sentidos diferentes. Puede significar «condenación» o «sentencia», como en 2Pe 2:3; Jud 1:4. En este sentido la iglesia no ha de ser «juzgada»; no va a ser condenada, o sentenciada a la muerte eterna. ¡Todo lo contrario! Puede significar «prueba», como en 1Co 11:32 («juzgados»), con referencia a alguna prueba de disciplina («castigados», dice esta versión, pero otras dicen «disciplinar» o «corregir»). En este pasaje, 4:17, Pedro usa la palabra krima en este sentido de «prueba».
De nuevo Pedro se refiere a la persecución que se levantó en ese tiempo de ellos, y que terminó en la destrucción de Jerusalén. Véase 4:7,12 comentarios.
La Ver. B.A. dice, «el juicio comience por la casa de Dios», pero al margen dice, «Lit., desde». Desde la casa de Dios esa prueba iba a comenzar, para entonces llegar a los desobedientes. Dios iba a poner a prueba a su pueblo; esa persecución y tribulación sería principalmente para él, pero después juzgará a los demás (ver. 17,18).
La casa de Dios es la iglesia de Dios (1Ti 3:15; Heb 3:6).
–«y si primero… de Dios?» Si Dios corrige, prueba, «castiga», a los suyos, ¿no es de esperarse que (con mayor pena) castigará a los malos? Sí, los castigará, aunque el castigo se posponga por un tiempo (2Pe 3:9). Compárese Rom 11:21; la certeza de la primera cosa requiere que la segunda también sea cierta.
«El fin» de los que no están obedeciendo al evangelio de Dios (así dice el texto griego) es su último destino, la eterna perdición (2Ts 1:7-10). Aquí en este versículo se hace referencia a los mismos de 2:8 («desobedientes»).

Fuente: Notas Reeves-Partain

DEJAR TODA LA VIDA

EN LAS MANOS DE DIOS

1 Pedro 4:17-19

Porque ya es hora de que empiece el juicio por la casa de Dios. Y, si empieza por nosotros, ¿en qué acabarán los que no hacen caso de la Buena Noticia que nos ha venido de Dios? Y, si el justo se salva por los

pelos, ¿dónde irán a parar el impío y el pecador? Así que, los que sufran por vivir conforme a la voluntad de Dios, que Le encomienden sus almas al Que es nuestro Creador y de Quien podemos depender, y que sigan haciendo el bien.

Tal como Pedro lo veía, era tanto más necesario el que el cristiano hiciera lo que es debido por cuanto el juicio estaba a punto de empezar.

Y empezaría por la casa de Dios. Ezequiel oyó la voz de Dios proclamando el juicio de Su pueblo: «Y comenzaréis por Mi santuario» (Ez 9:6 ). Donde se ha tenido el mayor privilegio, el juicio será el más severo.

Si el juicio ha de recaer sobre la casa de Dios, ¿cuál será la suerte de los que han sido totalmente desobedientes a la invitación y al mandamiento de Dios? Pedro confirma esta llamada con una cita de Pr 11:31 : «Si el justo recibe su merecido en la tierra, ¡cuánto más el malvado y el pecador!»

Por último, Pedro exhorta a los suyos a confiarle sus vidas a Dios, el Creador en Quién pueden confiar de veras. La palabra que usa para confiar es paratíthesthai, que es el término técnico para depositar dinero con un amigo de confianza. En la antigüedad no había bancos, y pocos lugares realmente seguros donde uno pudiera depositar dinero. Así que, antes de emprender un largo viaje, muchos solían dejar su dinero al cuidado de un amigo de confianza. Tal depósito se consideraba una de las cosas más sagradas de la vida. El amigo estaba totalmente comprometido por su honor y su religión a devolver el depósito intacto.

Heródoto (6:86) cuenta la historia de uno de esos depósitos. Cierto milesio fue a Esparta, porque había oído que los espartanos cumplían estrictamente con su honor, y le confió su dinero a un cierto Glauco. Le dijo que a su debido tiempo sus hijos lo reclamarían, presentando pruebas que identificaran su identidad sin dejar lugar a dudas. Pasó el tiempo, y los hijos se presentaron. Traicioneramente, Glauco dijo que no se acordaba de que se le confiara ningún dinero, y dijo que necesitaba cuatro meses para pensárselo. Los milesios partieron, tristes y apesadumbrados. Glauco consultó a los dioses lo que debía hacer, y le advirtieron que tenía que devolver el dinero. Así lo hizo; pero al cabo de no mucho tiempo murió, y toda su familia le siguió, y en los días de Heródoto no quedaba vivo ni un solo miembro de su familia, porque los dioses se habían ofendido de que hubiera contemplado quebrantar la confianza que se había depositado en él. Aun pensar en incumplir tal confianza era un pecado mortal.

Si una persona se encomienda a Dios; Dios no le fallará. Si un depósito así era sagrado para los hombres, ¡cuánto más para Dios! Esta es la misma palabra que usó Jesús cuando dijo en la. Cruz: «Padre, en Tus manos encomiendo Mi espíritu» (Lucas 2146). Jésús .no vaciló en confiarle Su vida a Dios, seguro de que no Le fallaría… y nosotros podemos hacer lo mismo. El añejo consejo sigue siendo un buen consejo: «confía en Dios, y obra como es debido.»

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Jer 25:29; Eze 9:6; 2Ts 1:8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

n 235 Eze 9:6; Mal 3:1

ñ 236 1Co 11:32; Heb 3:6

o 237 2Ts 1:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

juicio…por la casa de Dios…¿cuál será el fin. Es justo que el juicio comience con el pueblo de Dios (pruebas, sufrimientos, cp. vers. 19) para purificación, pero el juicio de los impíos será para condenación.

Fuente: La Biblia de las Américas

17 (1) Este libro muestra el gobierno de Dios especialmente en cuanto a Su manera de disciplinar a Su pueblo escogido. Dios usa los padecimientos que ellos sufren en el fuego de la persecución como medio para juzgarlos a fin de disciplinarlos, purificarlos y separarlos de los incrédulos y a fin de que no tengan el mismo destino que éstos. Por eso, el juicio disciplinario comienza por Su propia casa, y no sólo es ejercido una o dos veces, sino que se lleva a cabo continuamente hasta que el Señor venga. Véase la nota 17 (2) , párr. 2, del cap.1.

17 (2) O, familiares decir, la iglesia compuesta de los creyentes (2:5; Heb_3:6 ; 1Ti_3:15 ; Efe_2:19). Por esta casa, -Su propia casa, Dios comienza Su administración gubernamental mediante Su juicio disciplinario ejercido sobre Sus propios hijos, a fin de tener una base firme para juzgar, en Su reino universal, a los que desobedecen Su evangelio y se rebelan contra Su gobierno. Esto tiene el fin de establecer Su reino, del cual se habla en la segunda epístola de Pedro ( 2Pe_1:11).

17 (3) Indica que los incrédulos, quienes no obedecen al evangelio de Dios, sufrirán un juicio más severo que el de los creyentes.

17 (4) Se refiere principalmente a la desobediencia de judíos incrédulos, quienes se rebelaron contra el cambio de dispensación y se opusieron al mismo, es decir, al cambio de la ley antiguotestamentaria de Moisés al evangelio neotestamentario de Jesucristo. Esta epístola fue dirigida a los creyentes judíos (a los peregrinos escogidos de la dispersión, 1:1), quienes sufrían persecución. La persecución que ellos sufrían no provenía principalmente de los gentiles, sino de los judíos que se oponían, los judíos incrédulos, quienes desobedecían al evangelio.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

La idea es ésta: Si aun los cristianos tienen que ser juzgados (siendo purificados). ¿cual será el destino que les espera a los incrédulos, quienes serán castigados por sus pecados?

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., desde

Fuente: La Biblia de las Américas