Comentario de 1 Reyes 13:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
He aquí que un hombre de Dios llegó de Judá a Betel, por mandato de Jehovah, cuando Jeroboam estaba de pie junto al altar para quemar incienso.
vino. 1Re 12:22; 2Re 23:17; 2Cr 9:29.
por palabra. 1Re 13:5, 1Re 13:9, 1Re 13:26, 1Re 13:32; 1Re 20:35; Jer 25:3; 1Ts 4:15.
Jeroboam. 1Re 12:32, 1Re 12:33; 2Cr 26:18.
para quemar incienso. Núm 16:40; Jer 11:12; Jer 32:29; Mal 1:11; Apo 8:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La mano de Jeroboam se seca, 1Re 13:1-5.
y con la oración del profeta es restaurada, 1Re 13:6.
El profeta se vá de Bet-el, 1Re 13:7-10.
Un viejo profeta lo trae de regreso, 1Re 13:11-19.
El es reprobado por Dios, 1Re 13:20-22,
muerto por un león, 1Re 13:23-25,
sepultado por el profeta, 1Re 13:26-30,
quien confirma su profecía, 1Re 13:31-32.
La obstinación de Jeroboam, 1Re 13:33-34.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
un varón de Dios: Este profeta es desconocido. La frase por palabra de Jehová aparece siete veces en este capítulo (vv. 1Re 13:1, 1Re 13:2, 1Re 13:5, 1Re 13:9, 1Re 13:17, 1Re 13:18, 1Re 13:32) y recalca que este varón de Dios actuaba por orden de Dios y con su poder.
Jeroboam … altar para quemar incienso: Después de establecer su propia religión desvirtuada y su sacerdocio apóstata, Jeroboam difícilmente sentía escrúpulos al hacer las funciones sacerdotales.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Un profeta de Judá increpa a Jeroboam (13:1-10).
1 Llegó de Judá a Betel un hombre de Dios, por mandato de Yahvé, mientras estaba Jeroboam en el altar para sacrificar; 2 y alzando su voz contra el altar, según la palabra de Yahvé’, gritó: “¡Altar,altar! Así habla Yahvé: Nacerá de la casa de David un hijo que se llamará Josías, que inmolará sobre ti a los sacerdotes de los altos que en ti sacrifican, y sobre ti quemarán huesos humanos.” 3 Y dio entonces mismo una señal, diciendo: “Esta es la señal que da Yahvé: el altar se quebrará y se derramará la ceniza que hay en él.” 4 Al oír el rey Jeroboam las palabras del varón de Dios, lo que había gritado contra el altar de Betel, extendió su brazo desde el altar, diciendo: “Prendedle”; pero la mano que contra él extendió se quedó rígida y no pudo volverla a sí. 5 El altar se quebró y las cenizas que sobre él había se derramaron, según la señal que el hombre de Dios había dado, conforme a la palabra de Yahvé. 6 Entonces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios, dijo: “Implora a Yahvé, tu Dios, y ruégale por mí para que pueda volver a mí la mano.” El hombre de Dios imploró a Yahvé, y el rey pudo volver a sí la mano, que quedó como estaba antes. 7 Entonces dijo el rey al hombre de Dios: “Vente conmigo a mi casa para tomar algo y te haré un presente.” 8 Pero el hombre de Dios dijo al rey: “No iré contigo a tu casa aunque me dieras la mitad de ella, y no comeré pan ni beberé agua en este lugar, 9 porque esa orden me ha sido dada por la palabra de Yahvé: No comas pan, ni bebas agua, ni tomes para tu vuelta el camino por donde vayas.” 10 Fuese, pues, por otro camino, no tomando para volver el camino por donde había venido a Betel.
Todos los profetas condenan la política religiosa de Jeroboam. Aparece en escena, en primer lugar, un profeta anónimo, oriundo de Judá (“hombre de Dios”), que Flavio Josefo llama Jadón (Ant. lud. 8:8-5), acaso el mismo que en 2Cr 9:29 es denominado Jeddo. El profeta increpa al rey en el momento en que éste se disponía a sacrificar en el altar de Betel. Alzando su voz, anuncia la suerte que correrá el altar en un futuro lejano. Un rey de Judá lo contaminará con la más grande de las impurezas legales (Num 19:18) al degollar sobre el mismo a los sacerdotes que le sirven. El profeta anuncia un hecho con trescientos años de anticipación (2Re 23:15-20) y pronuncia el nombre del monarca que llevará a cabo esta acción. Garantiza con un hecho actual lo que sucederá trescientos años más tarde; con ello conocerá el pueblo que su mensaje es verdadero. Las palabras del profeta enfurecieron al rey. El hombre de Dios consideraba aquel altar como un bamah, un lugar alto, a estilo de los cananeos, llamando a los sacerdotes que lo servían “sacerdotes de los altos.” Rechazó el profeta el ofrecimiento que le hizo el rey de entrar en su casa y sentarse a su mesa, con lo cual expresa el horror que todos los hombres de Dios sienten por el santuario ilegítimo de Betel. Dios le había manifestado que ni siquiera debía regresar por el camino por el que había venido, a fin de que no trabara amistad con nadie de Israel.
Desobediencia del profeta (2Re 13:11-22).
11 Habitaba en Betel a la sazón un viejo profeta, cuyos hijos vinieron a contarle lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel y lo que había dicho al rey; 12 y su padre les dijo: “¿Por qué camino ha ido?” Indicáronle sus hijos el camino por donde se volvió el hombre de Dios venido de Judá; 13 y él les dijo: “Aparejadme el asno.” Ellos se lo aparejaron, y él, subiendo en el asno, 14 se fue tras el hombre de Dios; y una vez que lo alcanzó, mientras estaba sentado debajo de una encina, le preguntó: “¿Eres tú el hombre de Dios que ha venido de Judá?” El le respondió: “Yo soy.” 15 Díjole entonces el otro: “Ven conmigo a casa para tomar algún alimento.” 16 Pero él respondió: “No puedo ir contigo ni entrar en tu casa, 17 porque la palabra de Yahvé me ha dicho: No comas pan, ni bebas agua, ni tomes para la vuelta el camino de la ida.” 18 Pero él le dijo: “Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado de parte de Yahvé, diciéndome: Tráele contigo a tu casa para que coma pan y beba agua.” Mentía, 19 Volvióse entonces con él el hombre de Dios, y en su casa comió pan y bebió agua. 20 Pero, mientras estaban sentados a la mesa, fue palabra de Yahvé al profeta que le había hecho volver, 21 que gritó al venido de Judá: “Así habla Yahvé: Por haber sido rebelde al mandato de Yahvé y no haber guardado la orden que Yahvé, tu Dios, te había dado, 22 y porque volviéndote has comido pan y bebido agua en el lugar de que te había dicho: “No comas pan allí ni bebas allí agua,” no entrará tu cadáver en la sepultura de tus padres.”
Había en Betel un viejo profeta que rechazaba el culto de este santuario, como indica el hecho de no asistir a la solemne fiesta de la dedicación del nuevo templo. Enterado de todo por sus hijos, marchó al encuentro del profeta de Judá, rogándole que se dignara aceptar la hospitalidad que le ofrecía. Durante la refección manifestó Dios su indignación por la desobediencia del profeta de Judá, anunciándole que, por castigo de su desobediencia, no sería enterrado en el sepulcro de sus padres (2Sa 17:23; Neh 2:3-5). El viejo profeta de Betel mintió formalmente; el don de profecía es un carisma social que no supone necesariamente la santidad del sujeto.
Castigo por desobediencia (Neh 13:23-34).
23 Cuando el profeta que le había hecho volver acabó de comer pan y de beber agua, hizo que aparejaran para el otro su asno, y el hombre de Dios se fue. 24 Encontró en el camino un león, que le mató, quedando su cadáver tendido en el camino; el asno siguió junto a él, y el león junto al cadáver. 25 Los que pasaban vieron el cadáver tendido en el camino y junto a él el león, y hablaron de ello en la ciudad donde moraba el viejo profeta. 2ó Cuando el profeta que lo había hecho volver lo supo dijo: “Es el hombre de Dios, que ha sido rebelde a la orden de Yahvé, y por eso le ha entregado Yahvé al león, que le ha destrozado y muerto, conforme a la palabra que Yahvé le había dicho.” 27 Después, dirigiéndose a sus hijos, dijo: “Aparejadme un asno.” Aparejáronlo ellos 28 y se fue. Halló el cadáver tendido en el camino, y el asno y el león, que estaban junto al cadáver. El león ni había devorado el cadáver ni había dañado al asno. 29 El profeta levantó el cadáver del hombre de Dios y, poniéndolo sobre el asno, se lo llevó, y vino con él a la ciudad, donde le lloró y le sepultó. 30 Puso su cadáver en la sepultura y le lloraba, diciendo: “¡Ay hermano mío!” 31 Después que le sepultó, dijo a sus hijos: “Cuando yo muera, me sepultaréis en la sepultura donde está enterrado el hombre de Dios, poniendo mis huesos junto a los suyos para que mis huesos se conserven intactos junto a los suyos, 32 porque se ha de cumplir la palabra que de parte de Yahvé gritó él contra el altar de Betel y contra todos los altares de las ciudades de Samaría.” 33 A pesar de esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino; creó nuevos sacerdotes de entre todo el pueblo para los altos. A cualquiera que quisiera serlo le consagraba él sacerdote de los altos. 34 Esto fue causa de pecado para la casa de Jeroboam, y por eso fue exterminada y borrada de sobre la haz de la tierra.
La amenaza pendía sobre la cabeza del hombre de Dios desobediente al mandato divino. En ruta le asaltó un león, que, abalanzándose sobre él, le mató, quedando su cadáver tendido sobre el camino. Había leones en el desierto de Judá (1Sa 17:34), en cuyas cercanías caminaba el hombre de Dios. Quiso Dios que el león respetara al asno y a cuantos transitaban por el camino. A su sepulcro se alude en 2Re 23:16-18. A pesar de los avisos del profeta y de conocer el castigo que le esperaba, continuó Roboam el camino que había emprendido. A cualquiera que quisiera ser sacerdote “le llenaba la mano,” frase con la que se alude al rito de Moisés (Exo 28:41; Exo 29:9), que en la consagración sacerdotal de Aarón tomó los ácimos y algunas visceras de la víctima, colocándolo todo en manos de Aarón y de sus hijos (Exo 29:22). ¿Se practicaba esta ceremonia en caso de conferirse la dignidad sacerdotal a personas ajenas a la familia de Aarón? Que 17:5-11; 2Cr 13:9). Nada sabemos en concreto sobre este particular.
Fuente: Biblia Comentada
varón de Dios. vea la nota sobre 1Re 12:22.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— un hombre de Dios: Ver 1Sa 2:27. Expresión equivalente a profeta, término con el que prácticamente es intercambiable (ver 1Re 13:11; 1Re 13:18; 1Re 13:23).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
13.2 Trescientos años más tarde, esta profecía se cumplió en todo detalle cuando Josías mató a los sacerdotes paganos en sus propios altares. La historia se encuentra en 2Ki 23:1-20.13.7-32 A este profeta Dios le había dado órdenes estrictas de no comer o beber nada mientras estuviera en su misión (13.9). Murió porque escuchó a un hombre que decía tener un mensaje de Dios, en vez de escuchar a Dios mismo. Este profeta debió haber seguido la Palabra de Dios en vez de los rumores. Confíe en lo que dicen las Escrituras y no en lo que alguien dice que es verdad. Rechace lo que otros digan que son mensajes de Dios si sus palabras contradicen la Biblia. JEROBOAMHasta las advertencias más claras son difíciles de obedecer. La Biblia está llena de personas que tuvieron la instrucción de Dios y aun así decidieron hacer las cosas a su modo. Su desobediencia muy rara vez se debía a la ignorancia de lo que Dios quería. Por el contrario, era por un egoísmo necio. Jeroboam fue un ejemplo de estas peculiaridades tan humanas.Durante la construcción, Salomón notó en el joven Jeroboam habilidades naturales de liderazgo y lo hizo capataz especial del proyecto. Muy pronto después de esto, Dios hizo contacto con Jeroboam por medio del profeta Ahías. Le dijo que castigaría la dinastía de David quitándole el reino al hijo de Salomón y que Jeroboam gobernaría las diez tribus del norte. Y Dios dejó muy claro que el mismo destino destruiría la familia de Jeroboam si se negaban a obedecerlo. Aparentemente, Salomón supo de estos hechos y trató de matar a Jeroboam. El futuro rey escapó a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Salomón.Cuando Roboam, heredero de Salomón, tomó el trono, Jeroboam regresó. Representaba al pueblo al demandar que el siguiente rey fuera más misericordioso que su padre. La decisión necia de Roboam de rechazar la petición de su pueblo hizo que este lo rechazara como rey. Solo Judá y la tribu anexa de Benjamín permanecieron leales a la dinastía de David. Las otras diez tribus hicieron a Jeroboam su rey.En vez de ver el cumplimiento de la promesa de Dios como una motivación para obedecerlo, Jeroboam decidió hacer lo que pudo para asegurar su posición. Llevó a su pueblo a apartarse de Dios que había sido quien le permitía reinar. Dios ya le había advertido cuáles serían las consecuencias de esta acción. Su familia fue eliminada a la larga. Jeroboam desencadenó hechos que llevarían a la destrucción del reino del norte.Las consecuencias del pecado están garantizadas en la Palabra de Dios, es difícil predecir el tiempo en que se darán esas consecuencias. Cuando hacemos algo que se opone directamente a sus mandatos, y no hay un desastre inmediato, a menudo nos engañamos al creer que nos salimos con la nuestra al desobedecerlo. Pero ese pensamiento es peligroso. La vida de Jeroboam nos debe hacer reconocer nuestra necesidad frecuente de admitir nuestra desobediencia y pedir a Dios que nos perdone.Puntos fuertes y logros :– Un líder eficaz y organizador– Primer rey de las diez tribus de Israel en el reino dividido– Un líder carismático con mucho apoyo popularDebilidades y errores :– Erigió ídolos en Israel para mantener a su pueblo lejos del templo en Jerusalén– Designó sacerdotes que no pertenecían a la tribu de Leví– Dependió más de su propia astucia que de las promesas de DiosLecciones de su vida :– Las grandes oportunidades son a menudo destruidas por pequeñas decisiones– Los esfuerzos negligentes que se hacen para corregir los errores de otros, a menudo conducen a los mismos errores– Siempre se comenten errores cuando intentamos tomar el papel de Dios en una situaciónDatos generales :– Dónde: El reino del norte de Israel– Ocupaciones: Capataz especial de proyectos, rey de Israel– Familiares: Padre: Nabat. Madre: Zerúa. Hijos: Abías y Nadab– Contemporáneos: Salomón, Natán, Ahías, RoboamVersículos clave :»Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos. Y esto fue causa de pecado a la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra» (1Ki 13:33-34).La historia de Jeroboam se relata en 1 Reyes 11.26-14.20. Además se menciona en2 Crónicas 10-13. 13.24, 25 Los leones eran mencionados con frecuencia en los tiempos del Antiguo Testamento. Eran lo bastante comunes como para ser una amenaza tanto para la gente como para los rebaños. Sansón (Jdg 14:5-6), David (1Sa 17:34-37), y Benaía (2Sa 23:20) todos se enfrentaron a leones salvajes. El hecho de que el león y el asno estaban parados al lado del cuerpo del profeta, mostraba que esto era un juicio divino. Normalmente, el león hubiese atacado al asno y/o devorado al hombre.13.33, 34 Bajo pena de muerte, Dios había prohibido que alguien fuera sacerdote si no era de la tribu de Leví (Num 3:10). Los levitas tenían asegurado el sustento de por vida por medio de los diezmos, por lo tanto no tenían que pasar tiempo en la agricultura ni preocuparse de los intereses de las tribus ni temer por su futuro financiero. Los nuevos sacerdotes de Jeroboam fueron remunerados por el rey con un salario. Tuvieron que mezclar los deberes seculares y religiosos, y rápidamente cayeron en la política partidista. Debido a que no tenían seguridad en el trabajo, fueron fácilmente corrompidos por los sobornos. La desobediencia de Jeroboam fue la caída de la religión verdadera en el reino del norte.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Un hombre de Dios.” Heb.: ’isch ’Elo·hím, sin el artículo definido ha. Compárese con 1Re 13:4, n.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1086 2Re 23:17
b 1087 1Re 20:35; Isa 1:2; Jer 25:3
c 1088 1Re 12:32; Amó 3:14
d 1089 Núm 16:40; 2Cr 26:18; Jer 11:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
hombre de Dios. Es decir, un profeta.
Fuente: La Biblia de las Américas
[.] Pareciera que el presente texto quiere enfatizar el deber de obediencia a Dios, contrastando con lo que fue la actuación de Jeroboam. El profeta viene de Judá, la provincia fiel, en nombre de la unidad religiosa, y condena a Jeroboam en Betel, donde ha construido un santuario ilícito. La mano que extendió contra el profeta se secó (5). El rey no puede nada contra el que trae una orden de Yavé. Tú me has desobedecido (21). El mismo profeta muere por haber desobedecido la primera orden de Yavé cuando su compañero trató de engañarlo, debía quedarse firme, sabiendo que Dios no cambia sus órdenes.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[1] 2 Cro 9, 29.