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Comentario de 1 Reyes 14:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Reyes 14:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo,

aquel tiempo. 1Re 13:33, 1Re 13:34.

hijo. 1Re 14:12, 1Re 14:13; Éxo 20:5; 1Sa 4:19, 1Sa 4:20; 1Sa 31:2; 2Sa 12:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Abías enferma, y Jeroboam envía a su esposa, disfrazada, con regalos al profeta Ahías en Silo, 1Re 14:1-4.

Ahías, prevenido por Dios, declara el juicio de Dios, 1Re 14:5-16.

Abías muere y es sepultado, 1Re 14:17-18.

Nadab sucede a Jeroboam, 1Re 14:19-20.

El reinado malo de Roboam, 1Re 14:21-24.

Sisac saquea Jerusalén, 1Re 14:25-28.

Abiam sucede a Roboam, 1Re 14:29-31.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Abías: Su nombre significa: «Mi padre es el Señor».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La mujer de Jeroboam en Silo (14:1-9).
l Enfermó por entonces Abiya, hijo de Jeroboam; 2 Jeroboam dijo a su mujer: “Anda, levántate y disfrázate de modo que nadie sepa que eres la mujer de Jeroboam, y vete a Silo. Allí está Ajías, profeta, el que me anunció que sería rey de este pueblo. 3 Coge contigo diez panes, tortas y una vasija de miel, y entra en su casa, y él te dirá lo que va a ser del niño.” 4 Hízolo así la mujer de Jeroboam. Se levantó, fue a Silo y entró en la casa de Ajías. Ajías no veía ya, pues por la vejez se le habían quedado fijos los ojos; 5 pero Yahvé había dicho a Ajías: “La mujer de Jeroboam va a venir a consultarte acerca de su hijo, que está enfermo; y esto le dirás.” Cuando llegó, quiso hacerse pasar por otra. 6 Así que oyó Ajías el ruido de sus pasos en el momento en que trasponía la puerta, dijo: “Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? Estoy encargado de anunciarte cosas muy duras. 7 Ve y dile a Jeroboam: Así habla Yahvé, Dios de Israel: “Yo te alcé de en medio del pueblo y te hice jefe de mi pueblo, Israel, 8rompiendo el reino de la casa de David y dándotelo a ti. Pero tú no has sido como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y me siguió de todo su corazón, no haciendo más que lo recto a mis ojos; 9 antes hiciste el mal, más que cuantos han sido antes de ti, haciéndote otros dioses y fundiendo imágenes para irritarme, echándome tras de tus espaldas.

El profeta Ajías anunció a Jeroboam su elevación al trono de Israel (11:29-39). No sabemos en qué año del reinado de Jeroboam aconteció el hecho que aquí se narra. Por una parte, di cese que Ajías era ya anciano (v.4), señalando los LXX una edad rayana a los sesenta años; por otra, el hijo era pequeño, no habiendo ejercido todavía cargo alguno político (ν .13). Ajías habíase alejado de Jeroboam a causa de su conducta religiosa. Desde Silo había seguido los acontecimientos del nuevo reino, demostrando con su aislamiento voluntario el juicio desfavorable que le merecía la política religiosa de Jeroboam. Le recrimina “haberse hecho otros dioses,” frase con la cual quiere expresar que el becerro fundido para representar a Yahvé es el primer paso que conducirá al pueblo de Israel a la idolatría. Yahvé no puede ser representado por imagen alguna (12:26-32; 13:33); Por lo mismo, el becerro es como una sustitución de Yahvé, que queda en segundo plano, preterido 1.

Anuncio del castigo (14:10-20).
“10 Por eso voy a hacer venir el mal sobre la casa de Jeroboam, y exterminaré a todos cuantos a Jeroboam pertenecen, al esclavo y al libre en Israel, y barreré a la casa de Jeroboam, como se barren las basuras, hasta que del todo desaparezca. 11 El que de la casa de Jeroboam muera en la ciudad será devorado de los perros, y el que muera en el campo será comido por las aves del cielo. Porque ha hablado Yahvé.” 12 Y tú álzate y vete a tu casa. En cuanto tus pies entren en la ciudad, morirá el niño; 13 todo Israel le llorará y será sepultado, pues será el único de la casa de Jeroboam que será sepultado, por ser el único de la casa de Jeroboam en quien se ha hallado algo de bueno a los ojos de Yahvé, Dios de Israel. 14 Yahvé alzará sobre Israel un rey, que exterminará en su día la casa de Jeroboam. 15 Yahvé sacudirá a Israel como en el agua se agita una caña, y arrancará a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres y le dispersará al otro lado del río por haberse hecho ídolos, irritando a Yahvé. 16 Entregará a Israel por los pecados que ha cometido Jeroboam y los que ha hecho cometer a Israel.” 17 Levantóse la mujer de Jeroboam y se fue. Llegó a Tirsa, y cuando tocaba con sus pies el umbral de la puerta, murió el niño. 18 Se le enterró, y todo Israel le lloró, según la palabra que Yahvé había dicho por su siervo Ajías, profeta. 19 Lo demás de los hechos de Jeroboam, de las guerras que hizo y de cómo reinó, todo ello está escrito en las crónicas de los reyes de Israel. 20 Reino veintidós años y se durmió con sus padres. Le sucedió Nadab, su hijo.

Ajías predice la desaparición de todos los varones de la casa de Jeroboam (literalmente: Los que mean en la pared; 1Sa 25:22-34), tanto esclavos como libres, es decir, todos sin excepción (Deu 32:36). En cuanto al hijo, morirá, sin que la madre pueda verlo todavía vivo; pero, por ser inocente, se le concederá el honor de la sepultura. Su muerte prematura es una gracia que Dios le concede (Sab 4:10), ahorrándole con ello la suerte que correrán sus familiares. Basa fue el instrumento de que se valió Dios para llevar a término este castigo (15.27-30). La mujer se levantó y se fue. El texto de los LXX afirma que marchó a Sereda (Sab 11:26), ciudad natal de Jeroboam, adonde había sido trasladado el niño con urgencia. Sin embargo, no hay razón suficiente para renunciar a la lección del texto masorético. Tirsa (Jos 15:24), quizá la actual Talluzah (Fernández), Tell el-Farah (Albright, De Vaux) o Teli Abu Zarad, a quince kilómetros al sur de Naplusa, fue la capital del reino del Norte hasta el advenimiento de Omri (Jos 16:24), Que 1a trasladó a Samaría. Desde el año 1946, la Escuela Bíblica de Jerusalén ha practicado sendas excavaciones en Teli el-Farah, a unos doce kilómetros al nordeste de Naplusa 2.
Con una frase estereotipada se remite al libro de las Crónicas de los reyes de Israel para una mayor información sobre el reinado de Jeroboam. Reinó aproximadamente del año 931 hasta 910. No se han conservado detalles de su muerte (2Cr 13:20); mereció ser sepultado en el panteón familiar. La profecía de Ajías se refería a su descendencia. Anuncia la deportación del pueblo más allá del Eufrates, a tierras de Mesopotamia (Jos 24:2-3; 2Sa 10:16). El autor sagrado enjuicia el reinado de Jeroboam exclusivamente desde el punto de vista religioso. Parece que no tuvo éxito en sus guerras contra Roboam (2Sa 14:30).

Roboam, rey de Judo (2Sa 14:21-31).
21 Roboam, hijo de Salomón, reinó sobre Judá. Tenía cuarenta y un años cuando empezó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que Yahvé se había elegido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. Su madre se llamaba Noama, amonita. 22 Roboam hizo el mal a los ojos de Yahvé, irritando su celo con los pecados que cometía, más que cuanto lo habían hecho antes sus padres. 23 Edificáronse altos, con cipos y aseras sobre todas las alturas y bajo todo árbol frondoso. 24 Hasta consagrados a la prostitución idolátrica hubo en la tierra. Imitaron todas las abominaciones de las gentes que Yahvé había echado de delante de los hijos de Israel. 25 El año quinto del reinado de Roboam, Sesac, rey de Egipto, subió contra Jerusalén. 26 Saqueó los tesoros de la casa de Yahvé y los tesoros de la casa del rey; todo lo saqueó, con todos los escudos de oro que había hecho Salomón. 27 El rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce y se los entregó a los jefes de la guardia de la entrada de la casa del rey. 28 Cuantas veces iba el rey a la casa de Yahvé, los llevaban los de la guardia y luego los volvían al cuartel de la guardia” 29 El resto de los hechos de Roboam, cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 30 Siempre hubo guerra entre Roboam y Jeroboam. 31 Durmióse Roboam con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Le sucedió Abiam, hijo suyo.

Los primeros pasos de Roboam en la escena de la historia hacen de él un tipo repugnante. Hombre duro, imprudente, amante del lujo, despótico, fue el causante inmediato del cisma de Israel. Un profeta logró disuadirlo de que atacara a las tribus del norte, a las cuales había exasperado con el anuncio de su programa de gobierno (2Sa 12:22-24), logrando evitar una guerra civil; a pesar de ello, hubo guerra constante entre Roboam y Jeroboam. Lo peor de su actuación fue la práctica de la idolatría, a la que se entregó él y su pueblo. Hijo de una mujer amonita (2Sa 11:18), heredó de su madre el gusto por los ídolos. Su conducta religiosa fue peor que la de cualquiera de los reyes antes existentes. Edificáronse altos (bamoth), lugares de culto a estilo de los cananeos. Antes de la construcción del templo de Jerusalén sacrificaban los israelitas legítimamente en lugares altos (1Sa 9:12-24; 1Re 3:4), pero en estos lugares no existían representaciones idolátricas de Yahvé. Fue distinto a partir de Roboam, en que tales bamoth apenas se diferenciaban de los altos cananeos.
En las instalaciones de los bamoth se tendía a un culto naturistico. Había allí altares para los sacrificios y libaciones; piedras (mas-seboth) que representaban la divinidad masculina (1Sa 7:4), árboles o palos (asherim), clavados en el suelo simbolizando la divinidad femenina. Para que tales palos se conservaran verdes cambiábanse con frecuencia. Estos santuarios fueron prodigándose por todas partes, erigiéndose preferentemente en los alrededores de un manantial, en bosques frondosos, por ser dioses de la fertilidad y fecundidad 3. La corrupción fue tanta, que se llegó a practicar con descaro la prostitución sagrada de ambos sexos (Deu 23:18-19; 1Re 15:12; 1Re 22:47; 2Re 23:7).
Durante su reinado atacó a Palestina (2Cr 12:2-11) el rey Sesac (Shoshenq) de Egipto. Esta invasión está confirmada por una inscripción del templo de Amón en Karnac, en la que se enumeran las ciudades conquistadas. Se sabe que la acción del faraón fundador de la XXII dinastía alcanzó al reino del Norte. Por la lista cabe deducir que las tropas egipcias llegaron a Megiddo, pasaron por Sunem (2Cr 1:3), Betsán, llegando incluso a Majanaím, en Transjorda-nia. Del reino de Judá se mencionan las ciudades de Betorón, Gui-betón. No puede darse mucho crédito a esta lista de ciudades conquistadas ni concluir de ella que Sheshonq hizo dos incursiones en Palestina, una contra el reino del Norte y otra contra los territorios del Negueb y de Edom, al sur, perdonando el reino de Judá por haberle Roboam mandado un tributo 4. Según Noth, el rey egipcio no se apoderó de Jerusalén, que no figura en la lista de ciudades conquistadas, por haberle entregado Roboam los escudos de oro, que reemplazó por otros de bronce 5. Otros datos sobre su familia y reinado se encuentran en 2 Grón 11:5; 12:16. Su reinado abarca aproximadamente los años 931-913.

Fuente: Biblia Comentada

En aquel tiempo. Probablemente indicando un tiempo poco después del incidente que se narra en el cap. 1Re 13:1-34. Abías. Significa «mi padre es Jehová», el nombre del hijo de Jeroboam implica que su padre deseaba ser considerado adorador del Señor en el tiempo en que su hijo nació. Abías era considerado como «niño» (vv. 1Re 14:3; 1Re 14:12; 1Re 14:17), término que podía usarse desde la niñez hasta la etapa adulta temprana. De todos los miembros de la familia de Jeroboam, Abías era el más sensible al Señor (v. 1Re 14:13). Abías, hijo de Jeroboam, no debería ser confundido con el hijo de Roboam, del mismo nombre (vea la nota sobre 1Re 15:1).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1Re 14:1-31; 1Re 15:1-34; 1Re 16:1-34 : Consumada la división, la nueva sección refiere la historia sincrónica de los dos reinos hasta la inserción del ciclo de Elías durante el reinado de Ajab de Israel (1Re 17:1). Salvo aisladas excepciones, predominan los informes breves y la utilización del recurso “profecía-cumplimiento”.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Jeroboam y el profeta Ajías. Aquí notamos por primera vez que Jeroboam tenía esposa e hijos, y que su palacio estaba en Tirsa (17), como a 10 km. al nordeste de Siquem.

Para descubrir cómo terminaría la enfermedad de uno de sus hijos, Jeroboam envió a su esposa con un obsequio a ver al profeta Ajías. Parece que era normal consultar a un profeta cuando la gente deseaba información y también pagar por los servicios ofrecidos (ver 1 Sam. 9:3-9). De modo que la esposa de Jeroboam no hizo nada fuera de lo normal aunque no es claro por qué necesitaba ponerse un disfraz para ir a Silo. Si pensaban que iban a engañar a Ajías la estrategia era una pérdida de tiempo, en parte porque el anciano ya no podía ver, pero principalmente porque Dios le había dicho de antemano quién venía y para qué. En el contexto de la historia el motivo para el disfraz no es tan importante como el hecho de que un profeta ciego era capaz de ver a pesar del disfraz. Tal como en capítulos anteriores, aquí descubrimos que a los profetas de Dios no se les puede tratar sin respeto.

Ajías tenía palabra de Dios para Jeroboam, y la transmitió antes de que su visitante tuviera la oportunidad de hablar. Tal como David, Jeroboam había sido levantado por Dios de en medio del pueblo para ser su soberano (7) y, como David, recibió un reino que antes le pertenecía a otro (8); pero allí termina la semejanza. A diferencia de David, no había caminado en pos de Jehovah con todo su corazón. La verdad es que había cometido gran maldad, había ignorado a Jehovah (a mí me diste la espalda) y había hecho pecar al pueblo guiándoles a la idolatría (9).

Ese fue el veredicto. La sentencia que sigue tiene cuatro partes. Primera, todos los varones en la familia de Jeroboam habrían de ser eliminados. La promesa de una dinastía para siempre era condicional (11:38) y ahora fue revocada con detalles terribles. Segunda, el hijo que estaba enfermo habría de morir. De todos los hijos de Jeroboam él sería el único que habría de recibir una sepultura adecuada y por el cual harían duelo porque Dios había hallado algo bueno en él. Hay una profunda ironía en que el único rayito de optimismo en esta profecía tan lúgubre se encuentra en la predicción de la muerte del hijo. Tercera, Dios habría de levantar a un nuevo rey para Israel el cual habría de juzgar la casa de Jeroboam. Y finalmente, todo Israel estaba condenado a sufrir por las semillas de idolatría que Jeroboam había sembrado. El país habría de ser esparcido en otras patrias hacia el otro lado del Río (o sea el Eufrates) y de esa manera dejaría de existir. (Para la referencia en el v. 15 a árboles rituales de Asera, ver sobre los vv. 22-24).

La profecía de Ajías provee una imagen triste de un potencial ya arruinado. Como primer rey de un Israel independiente, Jeroboam tuvo la oportunidad por la mano de Dios de ser un soberano de gran jerarquía; en cambio fue responsable por poner el reino rumbo al desastre. La discrepancia entre el potencial y la realización es un tema que se ve muy seguido en los libros de Rey.

La esposa de Jeroboam volvió a Tirsa con la respuesta a la pregunta que nunca hizo, y con mucho más. En cuanto llegó a casa la profecía acerca de su hijo enfermo se cumplió. El capítulo anterior no ha dejado lugar a dudas de que el cumplimiento del resto también seguirá. El destino de la nación ya había sido pronunciado y ahora es seguro. Pero sabemos que no ocurriría inmediatamente porque Ajías había mencionado a un rey quien se levantaría para eliminar a la casa de Jeroboam (14a; el resto de este versículo desafortunadamente es muy oscuro). En pocas palabras, el fin de la dinastía de Jeroboam y el fin de Israel son dos cosas distintas.

El anuncio de la muerte de Jeroboam (19, 20, mencionando dónde encontrar más información, cuánto duró su reinado y el nombre del sucesor) sigue una fórmula de cierre típica de 1 y 2 Rey., excepto que la duración del reinado generalmente se da al principio del reinado y no al final. La misma variante ocurre en el caso de Salomón (11:42) y probablemente por la misma razón: En ambos casos la sucesión no fue directa y el relato no dejó lugar al principio del reinado para la fórmula establecida.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

14.10, 11 Estos desastres fueron aplicaciones prácticas para Israel de las enseñanzas específicas de Deuteronomio (véase Deu 28:15-19, Deu 28:36-68; Deu 30:15-20). Ahías está profetizando la caída de Israel por su flagrante violación de los mandamientos de Dios.14.14 ¿Quién era este rey que destruiría la casa de Jeroboam? Su nombre era Baasa y mataría a todos los descendientes de Jeroboam (15.27-30).14.15 «Imágenes de Asera» se refiere a adoración de ídolos. Se hacían imágenes de madera para la adoración de Asera, una diosa de los cananeos.14.19 En 1 y 2 Reyes se mencionan tres libros: el libro de las historias de los reyes de Israel (14.19), las crónicas de los reyes de Judá (14.29), y el libro de los hechos de Salomón (11.41). Estos libros eran registros históricos de Israel y Judá y eran las principales fuentes de material con el que Dios dirigió al autor para escribir 1 y 2 Reyes. No se han encontrado copias de estos libros.14.23 «Estatuas» eran pilares de piedra colocados al lado de un altar pagano. Se suponía que estos pilares representaban una deidad.14.25 Cuando Roboam subió al poder, heredó un reino poderoso. Todo lo que había querido alguna vez lo tenía a la mano. Pero aparentemente no reconoció el porqué tenía tanto o cómo había sido obtenido. Para enseñarle una lección a Roboam, Dios permitió que el rey Sisac de Egipto invadiera Judá e Israel. Egipto ya no era la potencia mundial que fuera alguna vez, y Sisac, posiblemente resentido con el enorme éxito de Salomón, estaba determinado a cambiar eso. El ejército de Sisac no era lo suficientemente fuerte para destruir Judá e Israel, pero los debilitó tanto que nunca volvieron a ser los mismos.14.25, 26 Sólo cinco años después de la muerte de Salomón, el templo y el palacio fueron saqueados por invasores extranjeros. ¡Cuán rápido desaparecieron la gloria, el poder y el dinero! Cuando el pueblo llegó a ser espiritualmente corrupto e inmoral (14.24), sólo pasó muy poco tiempo hasta que lo perdieron todo. Sus riquezas, idolatría e inmoralidad habían llegado a ser más importantes para ellos que Dios. Cuando retiramos a Dios de nuestras vidas, todo lo demás se vuelve inútil, sin importar cuán valioso parezca.EL ATRACTIVO DE LOS IDOLOSLas vidas de los reyes no tienen un sentido verdadero. ¿Cómo pudieron correr hacia la idolatría si tenían la Palabra de Dios (al menos parte de ella), profetas y el ejemplo de David? Aquí mostramos algunas de las razones de la tentación de los ídolos:PODEREl atractivo de los ídolos : El pueblo quería libertad de la autoridad tanto de Dios como de los sacerdotes. Quería que la religión encajara en su estilo de vida, no que su estilo de vida encajara en la religión.Paralelo moderno: Las personas no quieren responder a una autoridad superior. En vez de tener poder sobre otros, Dios quiere que tengamos el poder del Espíritu Santo, para ayudar a los demás.PLACEREl atractivo de los ídolos : La idolatría exaltaba la sensualidad sin alguna responsabilidad o culpabilidad. La gente imitaba las personalidades viciosas y sensuales de los dioses que adoraban, así obtenían aprobación por su vida degradada.Paralelo moderno: La gente deifica el placer, y lo busca a cualquier precio. En vez de buscar placer, que lleva a la larga a un gran desastre, Dios nos llama a buscar la clase de placer que nos lleva a la larga a grandes recompensas.PASIONEl atractivo de los ídolos : La humanidad se vio reducida a algo poco más que animales. La gente no tenía que ser vista como individuos únicos, sino que podían ser explotados sexual, política y económicamente.Paralelo moderno: Así como animales, las personas permiten que sus impulsos físicos y pasiones los gobiernen. En vez de buscar la pasión que explota a otros, Dios nos llama para que volvamos a dirigir nuestras pasiones hacia áreas que edifiquen a los demás.ALABANZA Y POPULARIDADEl atractivo de los ídolos : La grandeza y santidad de Dios fue reemplazada por dioses que eran un reflejo más de la naturaleza humana, por lo tanto mucho más adecuados culturalmente para la gente. Estos dioses ya no requerían sacrificios, sólo una muestra de apaciguamiento.Paralelo moderno: El sacrificio es visto como un castigo infligido, que no tiene sentido. Se debe buscar el éxito a toda costa. En vez de buscar la alabanza por nosotros mismos, Dios nos llama a que lo alabemos a El y que consideremos a aquellos que lo honran.Cuando las sociedades cambian, desechan normas y valores que ya no consideran necesarios ni aceptables. Los creyentes deben tener cuidado al seguir el ejemplo de la sociedad si esta descarta la Palabra de Dios. Cuando la sociedad hace eso, sólo permanecen el ateísmo y el mal.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1134 2Sa 12:15; 1Re 14:12

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

[.] Las palabras de Ajías anuncian el primer golpe de estado de la historia de Israel. Habrá muchos otros, y, cada vez, serán exterminados los familiares e hijos varones del que es derribado. Después de este episodio, sigue la historia de los dos reinos durante los cincuenta primeros años.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[10] Deut 32, 36.[14] En breve odentro de poco tiempo.

Fuente: Notas Torres Amat