Comentario de 1 Reyes 14:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. Roboam tenía 41 años cuando comenzó a reinar, y reinó 17 años en Jerusalén, la ciudad que Jehovah había elegido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. El nombre de su madre era Naama la amonita.
Roboam. 1Re 11:43; 2Cr 12:13; 2Cr 13:7.
ciudad. 1Re 8:16, 1Re 8:44; 1Re 11:36; Sal 78:68, Sal 78:69; Sal 87:1, Sal 87:2; Sal 132:13, Sal 132:14; Isa 12:6.
para poner allí su nombre. Éxo 20:24; Deu 12:5, Deu 12:21.
Naama. 1Re 14:31; Deu 23:3; 2Cr 12:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Toda la atención de esta sección es para Jeroboam I en el reino del norte (cf. 1Re 13:28-34; 1Re 14:1-20). A pesar de su perversidad y su necedad, Roboam (el hijo de Salomón) heredó la promesa de David divinamente (2Sa 7:1-29). Él y cada uno de sus sucesores serían calificados en su fidelidad a Jehová según el patrón que estableció David. En contraste, los reyes del reino del norte serían considerados en términos de su infidelidad a Dios, según lo establecido por Jeroboam I. Algunos de los reyes del reino del sur demostraron una cierta fidelidad a Jehová, tales como Asa (1Re 15:11). Otros, en cambió, siguieron el patrón necio y perverso que estableció Roboam. Ninguno siguió al Señor en la manera en que lo hizo David. Ezequías (2Re 18:1-37; 2Re 19:1-37; 2Re 20:1-21) y Josías (2Re 22:1-20; 2Re 23:1-30) fueron los mejores de este grupo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ciudad que Jehová eligió: Estas palabras no sólo celebran a Jerusalén (Deu 12:1-19), sino a todo el reinado de David.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
diecisiete años. 931-913 a.C.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Resumen del reinado de Roboam. Aunque ya hemos escuchado acerca de Roboam en el cap. 12, el verdadero foco de esa narración fue la transferencia de Israel a Jeroboam. El autor ahora vuelve a Roboam para contar de su reinado en forma separada y lo presenta con la fórmula más o menos característica de ahora en adelante (21).
Gracias a esta introducción sabemos que Roboam tenía 41 años cuando respondió tan neciamente a las demandas de los norteños de Siquem. Sus consejeros irreflexivos, de los cuales se dice “que se habían criado con él” (12:8), eran supuestamente de la misma edad. Esto confirma que la descripción que se da de ellos de “jóvenes” (o “niños”) es un comentario sobre la calidad de su consejo y no de su edad verdadera (ver 12:8).
También aprendemos que la madre de Roboam era una amonita, una de las esposas extranjeras de Salomón. Es sorprendente que el sucesor de Salomón no haya sido hijo de la hija del faraón, la cual parece haber sido la esposa principal (ver comentario de 7:8). Quizá no tuvo ningún hijo (o ninguno sobrevivió). O puede ser que como en el caso de Adonías y Salomón, las reglas de sucesión comunes no predominaron en este caso. Puede ser que se encuentre la razón para esto en que la relación con Egipto pudo haber cambiado, cuando Sisac empezó su reinado y le dio asilo a Jeroboam (11:40).
Los vv. 22 al 24 revelan que la situación religiosa en Judá era tan mala como en Israel. Bajo Roboam se multiplicaron los lugares altos, las piedras rituales y los árboles de Asera. Esta última expresión se refiere a algún tipo de imagen, probablemente de madera, de la diosa cananea Asera. No eran nada nuevo para los israelitas porque la tendencia a adorar deidades cananeas había sido una característica del período de los jueces (Jue. 3:7).
La única diferencia entre la situación en Israel y Judá fue que Roboam, a diferencia de Jeroboam, no fue culpado por participar personalmente en las prácticas idólatras. Sin embargo el relato de la invasión de Sisac (25-28) que viene inmediatamente después de esa serie de maldades tiene gran importancia. La implicación clara es que la campaña egipcia fue el castigo de Dios para Judá, y en especial para Roboam porque afectó el centro del reino, o sea el templo y el palacio real. El rey mismo no tenía que ser un idólatra para que se declarara responsable por la idolatría del pueblo. Era suficiente que no hubiera hecho nada para parar el declive espiritual del reino (ver sobre 15:3).
Sosenac I (Sisac) tenía una escena tallada en relieve en la muralla del templo de Amón en Tebas en la cual grabó la campaña a Palestina. Lo que esto ha hecho evidente es que no invadió sólo a Judá sino también a Israel. Sin embargo, el autor de Rey. ignora el efecto que esta campaña debe haber tenido en el reino de Jeroboam y se concentra en las pérdidas que Judá sufrió. Las reservas de tesoros del templo y del palacio fueron saqueadas. El relato menciona en particular la pérdida de los escudos de oro que Salomón había hecho (200 grandes y 300 más pequeños de acuerdo con 10:16, 17) y cómo Roboam los reemplazó con copias de bronce. Esto representa muy bien el paradigma del declive de la casa de David. Roboam estaba a cargo de un reino reducido -fácil presa para Egipto- y en donde Salomón había utilizado oro, a Roboam le alcanzaba sólo para bronce. El tamaño, la seguridad y las riquezas todas disminuyeron.
Se termina el relato del reinado de Roboam con la fórmula común (29-31).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
p 1177 1Re 11:43; 2Cr 12:1
q 1178 1Re 8:16; 1Re 11:36; 2Cr 12:13
r 1179 Sal 78:68; Sal 132:13
s 1180 Éxo 20:24; Deu 12:5
t 1181 1Re 11:1; 2Cr 12:13