Comentario de 1 Reyes 16:29 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
En el año 38 de Asa, rey de Judá, Acab hijo de Omri comenzó a reinar sobre Israel.
Año 918897 a.C.
Samaria. 1Re 16:24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
1Re 17:1-24; 1Re 18:1-46; 1Re 19:1-21; 1Re 20:1-43; 1Re 21:1-29; 1Re 22:1-40
El reinado de Acab. Mientras que a Omri, quien fue un rey excepcionalmente dotado en términos de sus logros comerciales, estratégicos y militares (v. 1Re 16:23), sólo se le dedicaron seis versículos a su reinado, Acab recibió más de cinco capítulos. Esto se debe a dos razones: Primero, Acab no sólo siguió los pasos de su padre, sino que además, sobrepasó la maldad de los reyes que estuvieron antes que él, puesto que llegó hasta el grado casi increíble de convertir el culto a Baal en la religión oficial del reino del norte. Y segundo, Dios no permitió que Acab promoviera su maldad sin ninguna resistencia. Esta se hizo presente en la persona del profeta Elías, una de las figuras más valientes, poderosas y enigmáticas de las Escrituras.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El nombre Acab es una combinación de las palabras hebreas «hermano» y «padre». El término «padre» probablemente se refiere a Dios, mientras que el de «hermano» puede hablar sobre la relación con el Señor. Por lo tanto, el significado sería [mi] padre [es mi] hermano. Pero en su vida, Acab no le hizo honor a su nombre.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
– 1Re 22:40 Acab … veintidós años. Ca. 874-853 a.C.; vea las notas sobre 2Cr 18:1-34.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Introducción al reinado de Acab. Estos versículos se leen como el resumen establecido, en este caso del reinado de Acab, pero sin la fórmula con la que generalmente concluye. De hecho, el autor se guarda la fórmula de cierre hasta 22:39, 40. En medio tenemos una cantidad insólita de largas historias todas con el reinado de Acab como fondo. Algunas de estas tienen que ver con Elías (caps. 17-19; 21), mientras que otras tratan las guerras de Acab con Ben-hadad o las palabras de otros profetas (caps. 20, 22).
El resumen que vemos aquí funciona de introducción al relato más extenso. Nos cuenta que Acab era peor que Omri porque causó en Israel un rápido y horrendo descenso a la idolatría que en comparación hizo que el pecado de Jeroboam pareciera de poca importancia. Se conecta su adoración del dios Baal a su casamiento con Jezabel la hija de Etbaal, el sucesor de Hiram, rey de Tiro. Esto sugiere que la deidad en cuestión era el dios patrón de Tiro, Baal-melcart. El hecho de que Acab edificó un templo a Baal en la nueva capital da por concedido que quiso hacer del culto a Baal la religión oficial de Israel, y esto se confirma por sus intentos de destruir a los profetas de Jehovah (ver lo que sigue). La imagen de Asera que él estableció fue acompañada por nuevos profetas de Asera junto a profetas de Baal (18:19).
El anuncio acerca de la reconstrucción de Jericó parece hacer más que contarnos que las palabras de Josué se cumplieron después de muchos siglos (Jos. 6:26). A lo mejor quiere decir que los dos hijos de Jiel murieron como sacrificios humanos al comienzo y al final de la obra. Si ese es el caso, esto destaca aun más hasta qué punto se enredó Israel en prácticas idólatras durante el reinado de Acab.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
ñ 1316 1Re 16:24; 1Re 20:10; Isa 7:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Acab es recordado por dos cosas: su iniquidad y su matrimonio con jezabel quien promovió el culto a Baal en Israel.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Cronología → §167.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
[.] Ajab se portó muy mal con Yavé, y fue peor que todos los reyes anteriores. A partir de este texto, y durante los seis capítulos que siguen, no se tratará más que del reino de Ajab en Israel. Pues ése fue el momento en que la fe de Israel fue salvada por el más grande de los profetas, Elías, y su continuador Eliseo. Tomó por esposa a Jezabel, hija del rey de los sidonios. Los tirios y sidonios eran un pueblo antiguo y próspero que vivía en los puertos del norte de Palestina y se llamaban también fenicios. Su rey Hiram había sido el aliado de David, pero de sus ciudades llegaban a Israel las influencias paganas. El reinado de Ajab trajo a Israel años de prosperidad y gloria militar, pero llevó a su máximo la crisis de la fe. Con sus victorias, David había integrado a su reino numerosos grupos cananeos. Ellos guardaron sus prácticas paganas, que contaminaron la fe de Israel. El fervor bajó sensiblemente. Cuando se hizo sentir la influencia de los tirios, de la misma religión que los cananeos, se pudo comprobar súbitamente que ésta había vencido la fe en Yavé los israelitas se habían dejado arrastrar por los cultos de Baal y Astarté. Los baales eran dioses dueños de la vida y del sexo, de las lluvias y del temporal (ver Introducción a Jueces). Ya que presidían la fecundidad, se les hacía votos al tener relaciones con las prostitutas que les estaban consagradas. De ahí viene que la palabra prostitución designe en la Biblia tanto el libertinaje como el abandono de Yavé para prostituirse con otros dioses. Sin embargo, no todo era tan perverso en esa religión tan poco exigente; no se equivocaba al celebrar la vida, pero dejaba a los hombres a merced de sus instintos. Nótese que Omrí, padre de Ajab, fundador de Samaria, fue un gran rey y su alianza con los tirios aseguró la prosperidad de Israel. Pero este libro va a lo esencial lo más urgente para Israel y para todos es vivir en la verdad. Jezabel usa su poder para una persecución sangrienta. Primero, son asesinados los profetas de Yavé. Ellos eran de los que ya presentamos en 1 Sam 19,18 y 2 R 2,19. Frente a ellos existían comunidades rivales de profetas de Baal. Jiel sacrificó a Segub, su hijo menor. Con la influencia de los cultos paganos, vuelve la costumbre de sacrificar a los niños.