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Comentario de 1 Reyes 17:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Reyes 17:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces Elías el tisbita, que era uno de los moradores de Galaad, dijo a Acab: —¡Vive Jehovah Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!

Año 910 a.C.

Elías. Mat 11:14; Mat 16:14; Mat 27:47, Mat 27:49; Luc 1:17; Luc 4:25, Luc 4:26; Luc 9:30, Luc 9:33, Luc 9:54; Jua 1:21, Jua 1:25; Rom 11:2.

Vive Jehová Dios. 1Re 22:14; 2Re 3:14; 2Re 5:16; Isa 49:18; Mat 7:29; Luc 1:17.

delante del cual. Deu 10:8; Jer 15:19; Luc 1:19; Luc 21:36; Hch 27:23.

lluvia ni rocío. Luc 4:25; Stg 5:17; Apo 11:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Elías, habiendo profetizado contra Achab, es enviado a Querit donde los cuervos lo alimentan, 1Re 17:1-7.

Es enviado a la viuda de Sarepta, 1Re 17:8-16.

El levanta de los muertos al hijo de la viuda, 1Re 17:17-23.

La mujer le cree, 1Re 17:24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

No hubo ningún otro profeta desde los tiempos de Moisés (Deu 18:15-19) como Elías. Su nombre quiere decir: «El Señor es mi Señor». Elías hablaría la Palabra de Dios sin temor, en medio del vacío espiritual en que se encontraba sumido el reino del norte durante los días de Acab, Ocozías y Joram. Este profeta equivale a la excelencia. Su servicio y su lucha fueron en contra de la adoración sin medida a Baal que alcanzó los círculos más altos del gobierno israelí. Malaquías predijo el retorno de Elías antes del «día de Jehová, grande y terrible» (Mal 4:5). Tradicionalmente, se entiende que tisbita se refiere al pueblo llamado Tisbe o como una designación para los colonos de Galaad. El juramento solemne y formal (vea las palabras de David en 1Re 1:19vive Jehová Dios de Israel también representa una brillante declaración. Elías, quien se paró sin temor frente al rey de Israel sin ser anunciado ni invitado, pudo hacer esto gracias a que estaba frente al Único cuya gloria, majestad y poder son infinitamente superiores que los de Acab.

no habrá lluvia ni rocío: Puesto que la creencia cananea consistía en que solamente Baal controlaba la lluvia y el rocío, el anuncio de Elías era todo un reto: ¿Quién es en realidad Dios, Jehová o Baal? (Vea 1Re 18:2Deu 28:12Deu 33:28).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ELÍAS. Elias fue profeta en el reino del norte durante los reinados de Acab y su hijo Ocozías. El nombre Elias, que significa «El Señor es mi Dios», representa la firme convicción de la vida de Elias (1Re 18:21; 1Re 18:39). Los relatos principales sobre su vida se encuentran en 1Re 17:1-24; 1Re 18:1-46; 1Re 19:1-21; 1Re 21:17-29; 2Re 1:1-18; 2Re 2:1-25.

(1) La vida de Elias se concentró alrededor del conflicto entre la adoración del Señor y la adoración de Baal. Su misión era hacer que los israelitas se dieran cuenta de su apostasía y llamarlos a que volvieran a la fidelidad al Dios de Israel (1Re 18:21; 1Re 18:36-37). Por eso Elias fue un restaurador y reformador que procuró restablecer el pacto.

(2) El AT termina con la profecía de que Elias aparecería otra vez «antes que venga el día de Jehová, grande y terrible» (Mal 4:5). Esta profecía se cumplió parcialmente en la aparición de Juan el Bautista (Mat 11:7-14; Luc 1:17) y pudiera tener un futuro cumplimiento antes de la venida de Cristo (cf. Mat 17:11; Apo 11:3-6; véase Apo 11:3, nota).

(3) La constante devoción de Elias a Dios y su pacto lo convierte por siempre tanto en un ejemplo de fe, valor y lealtad a Dios a pesar de la intensiva oposición y persecución, como en un ejemplo de la fiel persistencia en oponerse a la falsa religión y a los falsos profetas.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

NO HABRÁ LLUVIA NI ROCÍO. Como mensajero de Dios, Elias dio un mensaje de juicio de parte del Señor contra la desobediente Israel. Dios detendría la lluvia durante tres años y medio (cf. Deu 11:13-17). Este mensaje de juicio también se burlaba de Baal, porque los adoradores de Baal creían que él controlaba la lluvia y era responsable de las cosechas abundantes. El NT afirma que esa sequía en Israel se produjo como resultado de las oraciones fervientes de Elias (Stg 5:17).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

El ciclo de Elías (17:1-2 Re).
E n la introducción vimos que el autor sagrado utilizó diversas fuentes preexistentes para la composición de su obra. En la historia de Elías, que tuvo ante sus ojos, pueden vislumbrarse dos corrientes: una, en la que Elías desempeña el papel principal y en la que existe una hostilidad violenta contra Ajab y su familia, comprende los relatos referentes a la gran sequía (c.17-18), al viaje del profeta a Horeb (c.19), a la viña de Nabot (c.21) y a la enfermedad de Ocozías (2 Re c.1). La segunda corriente trata a Ajab con más indulgencia; en ella aparecen varios profetas (c.20 y 22). Cabe suponer que hacia finales del siglo IX se escribió una historia de Elías, a la que siguió más tarde una de Elíseo. Las dos biografías fueron refundidas, de tal suerte que el final de la vida de Elías y los comienzos de la historia de Elíseo se han perdido. El autor del libro de los Reyes ha quizá utilizado un corpus de relatos profetices compuestos en el reino del Norte 1.

Elías en la palestra (17:1-7).
1 Elías, tisbita, habitante en Galaad, dijo a Ajab: “Vive Yahvé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá en estos años ni rocío ni lluvia sino por mi palabra.” 2 Y dirigió Yahvé a Elías su palabra, diciendo: 3 “Pártete de aquí, vete hacia el oriente y escóndete junto al torrente de Querit, al este del Jordán. 4 Beberás el agua del torrente y yo mandaré a los cuervos que te den de comer allí.” 5 Hizo según la palabra de Yahvé, y fue a asentarse junto al torrente de Querit, que está al este del Jordán. 6 Los cuervos le llevaban por la mañana pan, y carne por la tarde, y bebía del agua del torrente; 7 pero al cabo de cierto tiempo se secó el torrente, pues no había caído lluvia alguna sobre la tierra.

Elías aparece de improviso en la historia del reino de Israel. Originario de Tisbe, en TransJordania, del lugar conocido hoy por Il-Istib, Lisdib, al norte del Yaboc 2, pertenecía a una familia profundamente yahvista. Su mismo nombre: Eliyahu = Yahvé es Dios, indica su fe y su misión. Aunque fuera profeta, como le llama repetidamente el texto griego, es más conocido por “el hombre de Dios” (17:18-24; 2Re 1:9-16). Presentóse ante Ajab, anunciándole en nombre de Yahvé que no habrá ni rocío ni lluvia sino por la palabra de Dios. La sequía será total (2Sa 1:21), porque Dios, amo y señor supremo de los elementos, quiere castigar a Israel por la introducción oficial del culto de los baales en la nación (2Sa 18:18) y asegurar el triunfo del yahvismo (2Sa 18:41). De esta sequía en tiempos de Ajab (Luc 4:25-26; Stg 5:17-18) habla también Menandro de Efeso, citado por Flavio Josefo 3. Una vez anunciado su mensaje al rey, Elías se escondió en una caverna del torrente Querit, al este del Jordán. Por voluntad divina, los cuervos le proveían “de pan y carne por la mañana y de pan y carne por la tarde” (texto hebreo), o, como dicen los LXX, “de pan por la mañana y carne por la tarde.”

El milagro de la harina y del aceite (Stg 17:8-16).
8 Entonces le dirigió Yahvé su palabra, diciendo: 9 “Levántate y vete a Sarepta, de Sidón, y mora allí. Yo he dado orden a una mujer viuda para que te mantenga.” 10 Levantóse y fuese a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una mujer viuda que recogía serojos; la llamó y le dijo: “Vete a buscarme, por favor, un poco de agua en un vaso para que beba”; 11 y ella fue a buscarla. Llamóla de nuevo cuando iba a traérselo, y le dijo: “Tráeme también, por favor, un bocado de pan”; 12 pero ella le contestó: “Vive Yahvé, tu Dios, que no tengo nada de pan cocido y que no me queda más que un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija; precisamente estaba ahora tomando unos serojos para ir a preparar esto para mí y para mi hijo; lo comeremos y nos dejaremos morir.” 13 y me dijo: “No temas; ve y haz lo que has dicho; pero prepárame para mí antes una tortita cocida en el rescoldo y tráemela, y luego ya harás para ti y para tu hijo; 14 pues he aquí lo que dice Yahvé: “No faltará la harina que tienes en la tinaja ni disminuirá el aceite en la vasija hasta el día en que Yahvé haga caer la lluvia sobre la haz de la tierra.” 15 Fue ella e hizo lo que le había dicho Elías, y durante mucho tiempo tuvieron que comer ella y su familia y Elías, 16 sin que faltase la harina de la tinaja ni disminuyese el aceite de la vasija, según lo que había dicho Yahvé por Elías.

El torrente Querit se secó al cabo de un tiempo; entonces indicó Dios a Elías que se trasladara a Sarepta, al mediodía de Sidón, en el lugar llamado hoy Sarfend, Sarafand, entre Tiro y Sidón. Un wely guarda todavía el recuerdo de la permanencia allí del gran profeta Elías. Al pedirle pan, le responde la mujer fenicia, poniendo a Yahvé por testigo, que no dispone de pan cocido, o sea, de pan plano, redondo y cocido bajo la ceniza. Parece que la viuda solamente tenía un hijo de corta edad.

Resurrección del hijo de la viuda (Stg 17:17-24).
17 Después de esto enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad era tan violenta, que no podía resollar. 18 La mujer dijo entonces a Elías: “¿Qué hay entre ti y mí, hombre de Dios? ¿Has venido por ventura a mi casa para traer a la memoria mis pecados y hacer morir a mi hijo?” 19 El le respondió: “Dame acá tu hijo.” El le tomó del regazo de su madre, le subió a la habitación donde él dormía y le puso en su cama, 20e invocó a Yahvé, diciendo: “jOh Yahvé, mi Dios! ¿Vas a afligir a la viuda que en su casa me ha hospedado, matando a su hijo?” 21 Tendióse tres veces sobre el niño, invocando a Yahvé y diciendo: “Yahvé, Dios mío! Que vuelva, te ruego, el alma de este niño a entrar en él.” 22 Yahvé oyó la voz de Elías, y volvió dentro del niño su alma y revivió. 23 Tomó entonces al niño Elías, bajó y entrególo a su madre, diciendo: “Mira, tu hijo vive.” 24 La mujer dijo a Elías: “Ahora conozco que eres hombre de Dios y que es verdad en tu boca la palabra de Yahvé.”

Al cabo de un tiempo enfermó el hijo de la viuda, quedando sin respiración (neshama). Por razones literarias, por la forma con que se introduce el relato, por no tener éste relación con lo que precede, ya que la mujer parece ignorar el milagro de la harina y del aceite, y, finalmente, por su analogía con lo de la mujer sunamita (2Re 4:8ss), se sospecha que el presente episodio fue añadido al texto de Elías por los discípulos de Elíseo 4. La mujer le echa en cara el haberse entrometido en su vida, atrayendo sobre ella la atención divina, que le castiga por los pecados pasados. Tres veces se tendió el profeta sobre el niño muerto, como hizo más tarde Elíseo (2Re 4:34) y San Pablo (Hec 20:10). Parece como un rito esencial, por el cual se establecía una corriente de vida entre ambos cuerpos (Landersdorfer). Pero Dios obra el milagro a ruegos de Elías.

Fuente: Biblia Comentada

Elías. Su nombre significa «Jehová es Dios». El ministerio del profeta Elías se correspondió con su nombre: fue enviado por Dios para enfrentarse al baalismo y para declarar a Israel que Jehová era Dios y que no había otro. tisbita. Elías vivía en una localidad llamada Tisbe, al este del río Jordán, cerca del río Jaboc. no habrá lluvia ni rocío. Las lluvias del otoño y de la primavera y el rocío del verano eran cosas necesarias para las cosechas de Israel. El Señor había amenazado con retirarlas de la tierra si su pueblo se apartaba de él para servir a otros dioses (Lev 26:18-19; Deu 11:16-17; Deu 28:23-24). Elías oró pidiendo sequía (cp. Stg 5:17) y Dios respondió. Duró tres años y seis meses, según Santiago (1Re 5:17). La sequía demostró que Baal, el dios de las lluvias y de la fertilidad, era impotente ante el Señor.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1Re 17:1 al 2Re 1:18 : Enmarcada en los reinados de Ajab y Ocozías, la sección reúne una serie de episodios que tienen como protagonista al profeta Elías. El material seleccionado procede seguramente de una antigua historia de Elías que se remonta a tiempos del profeta o a los círculos proféticos del norte cercanos a Elías.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sir 48:1; Sir 48:3; Stg 5:17; (ver Apo 11:6).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Elías, natural de Tisbé de Galaad: Elías significa “mi Dios es el Señor” y es un nombre que suena a declaración programática (ver 1Re 18:37; 1Re 18:39). Aparece de improviso en escena sin que hasta el momento se supiera nada de él. En cuanto a Tisbé, es la lectura de la versión griega; el hebreo dice: de los habitantes.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Elías en el exilio. Las prácticas horrorosas del reinado de Acab recibieron su desafío profético. Elías, quien se destaca en el resto del relato del reinado de Acab, entra de repente en la historia. Sin que nos diga que es un profeta ni que la palabra del Señor había venido a él lo encontramos confrontando a Acab con un mensaje de mal agüero. Es por el estilo del mensaje que nos damos cuenta de que Elías es un hombre que actúa y habla con la autoridad divina. Las palabras de Elías son introducidas y reforzadas con un juramento que sirve para identificarlo: este es un siervo de Jehovah, el Dios de Israel. Las palabras también indican qué es lo que estaba en cuestión. En contra de lo que Acab aparentemente creía, Jehovah era el Dios de Israel, y no Baal. El retener la lluvia no fue solo el castigo divino sino también la primera movida en una contienda que terminaría mostrando la fuerza de Jehovah y la impotencia de Baal.

La huida de Elías a un barranco aislado sugiere que su vida estaba en peligro, pero es hasta 18:4 que descubrimos qué clase de peligro es: Jezabel se había propuesto exterminar sistemáticamente a todos los profetas de Jehovah. El lugar donde Elías se escondió quedaba en el territorio de Israel al este del Jordán (una región que se supone que Elías conocía bien, dado que él era de Galaad; 1). La segunda parte del v. 4 se podría leer de esta manera: “ … yo he mandado a los árabes que te sustenten allí”. Eso sería consecuente con la mujer fenicia que cuidó de Elías más adelante en el capítulo. Sin embargo, puede ser que cuervos sea la expresión adecuada porque un tema a través de la narrativa (caps. 17-18) es que Dios controla todos los aspectos de la naturaleza.

Cuando el arroyo de Elías se secó Dios le dio más instrucciones y lo envió completamente afuera del territorio de Israel, a Sarepta, una aldea fenicia. ¡Qué ironía que cuando Elías huye del promotor de un dios fenicio, halla refugio en Fenicia! La viuda que conoció estaba dispuesta a alcanzarle un vaso de agua, pero cuando por encima de eso le pidió pan, ella tuvo que admitir la pobreza en la que vivía y cuánta hambre pasaba. Parece que ella se dio cuenta de que él era un profeta del Dios de Israel. (¿Habría algo diferente en la apariencia de los profetas de Jehovah en el tiempo de Elías? Ver sobre 20:41 y 2 Rey. 2:23-25.) Elías le aseguró que ella estaba en condiciones de ofrecerle hospitalidad porque Dios había prometido que los escasos víveres que le quedaban -harina y aceite- le durarían hasta que se acabara la sequía. (Así nos enteramos de que la sequía anunciada por Elías abarcaba no sólo a Israel sino hasta Fenicia.) La mujer le confió y obedeció (quizá porque reconoció que el extranjero era un profeta), y la verdad de las palabras de Elías se realizó.

Un poco después, el hijo de la viuda enfermó gravemente y parecía que iba a morir; si en realidad murió o no, no está muy claro. La primera reacción de la viuda fue pensar que Elías, el hombre de Dios, había causado esta tragedia como castigo por sus pecados (18). Era una suposición corriente relacionar de esta manera el sufrimiento con el pecado. Los amigos de Job dedujeron que tendría que haber pecado para estar sufriendo así (Job 8:4; 11:6, etc.) y los discípulos de Jesús saltaron a la conclusión de que la ceguera de un hombre era el resultado de su pecado (Juan 9:1-3). El que sufre hoy en día se pregunta: “¿Qué habré hecho para merecer esto?”, lo cual expresa la misma idea que las palabras de la viuda en v. 18. Debemos recordar que el libro de Job rechaza la manera de pensar de los amigos de Job, que Jesús rechazó la lógica de sus discípulos y que la viuda en la historia actual estaba equivocada. La Biblia no presume que haya una conexión inevitable de causa y efecto entre el pecado y el sufrimiento (o entre rectitud y bendición), sino que deja lugar para el sufrimiento que no se merece y que, desde el punto de vista humano, no se puede explicar. El mismo Elías no tenía idea por qué había venido esta tragedia. Su oración en el v. 20 muestra cuán desconcertado y enojado estaba. Luego oró para que el joven fuese restaurado. No es clara la razón por la cual se tendió sobre él; quizás estaba tratando simplemente de compartir el calor de su cuerpo con el del niño para animarlo a que volviera a la vida. Pero la restauración del joven fue la acción de Dios, en respuesta a la oración de Elías (22).

La exclamación de la viuda en el v. 24 contiene una exquisita ironía: Una mujer fenicia se dio cuenta de que Elías hablaba la palabra de Jehovah mientras que el rey israelita, adorando a sus dioses fenicios, se negaba a reconocerlo. Jesús mencionó la historia de Elías en Sarepta para respaldar su comentario de que al profeta no lo aceptan en su propia tierra, para mucho disgusto de los que lo escuchaban (Luc. 4:24-30).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

17.1 Elías fue uno de los primeros de una larga línea de profetas importantes que Dios envió tanto a Israel como a Judá. Israel, el reino del norte, no tuvo reyes fieles a lo largo de su historia. Cada uno de los reyes fue malvado, y llevaron al pueblo a la adoración de dioses paganos. Quedaban ya muy pocos sacerdotes de la tribu de Leví, la mayoría se habían ido a Judá, y los sacerdotes designados por los reyes de Israel eran corruptos e ineficaces. Debido a que no había algún rey o sacerdote que llevara la Palabra de Dios al pueblo, Dios llamó profetas para que trataran de rescatar a Israel de su decadencia moral y espiritual. Durante los siguientes trescientos años, estos hombres y mujeres jugarían un papel vital en ambas naciones, al alentar al pueblo y a los líderes a que regresaran a Dios.17.1 Aquellos que adoraban a Baal creían que era el dios que traía las lluvias y las cosechas abundantes. Así que, cuando Elías entró a la presencia de este rey que adoraba a Baal, y le dijo que no habría lluvia durante varios años, Acab se quedó consternado. Acab había construido una fuerte defensa militar, pero esta no ayudaría en nada durante la sequía. Tenía muchos sacerdotes de Baal, pero no podían hacer llover. Elías confrontó con valor al hombre que había llevado el pueblo al mal, y le habló de un poder mayor que cualquier dios pagano: el Señor, Dios de Israel. Cuando la rebelión y la herejía estaban en pleno apogeo en Israel, Dios respondió no solo con palabras sino con acciones.17.10ss En una nación en la que la ley requería que se cuidara a sus profetas, es irónico que Dios se valió de cuervos (pájaros inmundos) y de una viuda (una extranjera del territorio natal de Jezabel) para cuidar de Elías. Dios tiene ayuda donde menos la esperamos. Nos bendice de formas que van más allá de nuestras pobres definiciones o expectativas. No importa cuán amargas puedan ser nuestras pruebas o cuán desesperanzada parezca nuestra situación, debemos buscar la mano generosa de Dios. ¡Podremos encontrar su providencia en algunos lugares extraños!17.13-16 Cuando la viuda de Sarepta se encontró con Elías, ella pensó que estaba preparando su última comida. Pero un simple acto de fe produjo un milagro. Ella confió en Elías y le dio todo lo que le quedaba para comer. La fe es el paso entre la promesa y la seguridad. Los milagros parecen tan fuera de nuestro alcance debido a nuestra fe débil. Pero todo milagro, pequeño o grande, comienza con un acto de obediencia. Quizá no veamos la solución hasta que demos el primer paso de fe.17.17 Aun cuando Dios ha obrado un milagro en nuestras vidas, nuestros problemas pueden no haberse acabado. El hambre es una experiencia terrible, pero lo peor estaba por venir. La provisión de Dios nunca se nos da para que podamos descansar en ella. Debemos depender de El tan pronto como surja una nueva prueba.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Que significa: “Mi Dios Es Jehová”. Heb.: ’E·li·yá·hu; LXX: “Eliú”; Vg: “Elias”.

(2) “De los habitantes”, MSyVg; LXX y por una leve corrección de M: “de Tisbé”.

(3) O: “a quien en efecto atiendo”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1328 1Re 17:16; 1Re 17:22; 1Re 18:36; 1Re 18:46; 2Re 2:8; 2Re 2:11; 2Cr 21:12; Luc 1:17; Jua 1:21

b 1329 Jos 22:9; 2Re 10:33

c 1330 Deu 6:13; 1Sa 19:6; 1Re 22:14; 2Re 3:14; Jer 12:16

d 1331 Deu 10:8; Luc 1:19

e 1332 Lev 26:21; Deu 28:23

f 1333 Jer 14:22; Luc 4:25; Stg 5:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Elías. Estuvo activo como profeta de Dios no sólo durante el reinado de Acab sino también durante los reinados de sus hijos, Ocozías y Joram.

tisbita. El texto hebreo indica que Elías era uno de los moradores de Galaad que posiblemente había venido de Tisbe en Neftalí para morar en Galaad.

no…rocío ni lluvia. Según la religión cananea, el dar o retener el rocío o la lluvia estaba bajo el poder de Baal, el dios cananeo de la tormenta. El que el rocío y la lluvia fueran retenidos por petición de Elías a Dios, dañaría la fama de Baal y prepararía la escena final de su impotencia en el monte Carmelo (cap. 18).

Fuente: La Biblia de las Américas

Elías significa «Jehová es Dios», un nombre muy significativo en un tiempo cuando el culto a Baal amenazaba con eclipsar la adoración a Jehová en Israel.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, de Tisbé de Galaad

Fuente: La Biblia de las Américas

[=] *Sant 5:17 *Ap 11:6

[.] Aquí aparece Elías, cuyo nombre permanecerá como el más grande entre los profetas. Cuando Jesús se transfigure (Mc 9,2), Elías estará a su lado. El nombre de Elías es un programa Eli-ya quiere decir Yavé-mi-Dios>. Viene de Tisbé, al otro lado del Jordán. Esa región pobre y más alejada de las nuevas influencias se había mantenido fiel a su fe. Frente a la apostasía, es decir, a la infidelidad de todo su pueblo, se levanta solo. Se siente responsable de la causa de su Dios y actúa sin esperar que otros hayan empezado. No habrá lluvia. Elías, el hombre de fe, sabe que sus palabras le vienen de Dios y que se cumplirán. Ver al respecto Stgo 5,17, donde Elías es presentado como un modelo de la fe. No habrá estos años lluvia ni rocío. Por supuesto, la sequía es un acontecimiento natural. Pero Dios, sin intervenir a cada momento en forma directa, dispone los acontecimientos de manera que hablen. La fe del que pide es una fuerza, igual que las leyes físicas del universo, y, cuando pedimos a Dios lo imposible, confiados en que él mismo quiere darlo, él dispone de muchos medios para que eso suceda. El pueblo tenía a los baales por dioses de la lluvia y de la naturaleza; la sequía que viene les mostrará que Yavé, Dios de las victorias, es también Dios de la creación. Elías empieza su misión de profeta atacando el desorden más grande, que es no poner a Dios por encima de todo.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[1] Num 3, 6; Deut 17, 12; Jer 15, 19.[21] Cubriendo su pequeño cuerpo.[22] Muestra de la fe en Dios como autor y dueño de la vida.

Fuente: Notas Torres Amat