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Comentario de 1 Samuel 7:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Samuel 7:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Aconteció que desde el día en que el arca llegó a Quiriat-jearim, pasó mucho tiempo, unos veinte años; y toda la casa de Israel gemía por Jehovah.

la casa de Israel lamentaba. Jue 2:4; Jer 3:13, Jer 3:22-25; Jer 31:9; Zac 12:10, Zac 12:11; Mat 5:4; 2Co 7:10, 2Co 7:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

esta estuvo allá veinte años: Lo más probable es que fueran los veinte años antes que Samuel llamara a la asamblea en Mizpa (v. 1Sa 7:5). El arca permaneció en Quiriat-jearim por casi cien años. Esta fue llevada justo después de la batalla de Afec alrededor del 1104 a.C. y permaneció allá hasta que David la trajo a Jerusalén en su primer año como rey sobre toda Israel, alrededor del 1003 a.C. (2Sa 5:5; 2Sa 6:1-18).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

veinte años. En yuxtaposición con el v. 1Sa 7:3, los veinte años designan el período en que Israel descuidó a Dios y fue en pos de dioses extraños. Después de estos veinte años, Israel volvió al Señor.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1Sa 7:2-17 : Tras el largo paréntesis de la historia del Arca, reaparece Samuel como el principal protagonista de la historia. Su reaparición tiene lugar en Mispá como juez de Israel, en su doble acepción de salvador (como los jueces mayores) y administrador de la justicia (como los jueces menores).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Logros de Samuel. El relato del itinerario del arca termina en el v. 2. Fue llevada a la casa de Abinadab y, muchos años después durante el reinado de David, a Jerusalén (ver 2 Sam. 6). Los veinte años parece referirse no a la estadía del arca en Quiriat-jearim, sino al estado deprimido del pueblo de Israel. La presencia del arca en su tierra les había causado muchos problemas a los filisteos, pero no olvidemos que en las batallas del cap. 4 éstos habían asestado un duro golpe derrotando a Israel. Los filisteos eran todavía los conquistadores triunfantes, y podían imponer su voluntad sobre los israelitas en territorio de Benjamín, situado al sur de Efraín, y en otros sectores. El v. 7 es una ilustración de esta situación, tanto de la agresión filistea como del temor israelita.

Por primera vez, se nos da en el v. 3 la razón de la debilidad de los israelitas: se había generalizado entre ellos la idolatría. Los dioses extraños incluían al dios cananeo Baal y a la diosa cananea Astarte (4). Como sucediera con frecuencia en el libro de Jue., la infidelidad israelita a Jehovah había causado el castigo divino. Y como en Jue., el genuino arre pentimiento israelita revertiría la situación. Los métodos de Dios siempre habían sido de castigar al Israel pecador por medio de invasiones y ataques foráneos, y de rescatar al Israel arrepentido a través del liderazgo de sus “jueces”. El cap. 7 presenta exactamente la misma secuencia de pecado, arrepentimiento y salvación. El hombre escogido por Dios para traer liberación era, por supuesto, Samuel quien en este contexto es llamado apropia damente juez (6).

En los caps. 1-3 Samuel primero fue aprendiz de sacerdote, luego profeta. Ahora en el 7:6 lo encontramos en un nuevo papel como líder que juzgaba a los israelitas. La palabra se usa deliberadamente para mostrar que era el hombre escogido por Dios para librar a Israel. En la práctica no es claro cuál era exactamente su función política, ya que los filisteos tenían tanto poder. De cualquier modo, todo Israel le prestaba atención (4:1), así que únicamente él podía convocar una asamblea nacional en Mizpa, en territorio de la tribu de Benjamín. (Silo había quedado en ruinas a manos de los filisteos y probablemente había sido abandonada.) El propósito era religioso, pero una reunión tan grande parecía un ejército; y, efectivamente, se convirtió en un ejército (10, 11). Así que no sorprende el hecho de que los filisteos los consideraran una po sible amenaza y los atacaran. Pero, por supuesto, la asamblea israelita no era un ejército preparado, y si no hubiera sido por la ayuda de Dios hubieran sido masacrados por los filisteos. Los pueblos antiguos creían que los truenos y relámpagos eran señales de la ira divina, por lo que es fácil entender la confusión y el pánico de los filisteos.

La piedra memorial (12) colocada para celebrar la victoria israelita fue llamada Eben-ezer, lit. “piedra de ayuda”. Los israelitas habían sufrido una derrota en otro lugar llamado Eben-ezer (ver 4:1), unos km. más al norte, y parece que Samuel deliberadamente volvió a poner el nombre para recalcar la primera victoria israelita sobre los filisteos. En realidad se trataba probablemente de sólo una victoria menor, pero bastó para mantener a los filisteos fuera del territorio israelita durante bastante tiempo, y marcó el comienzo de un período en que el poder filisteo decayó, gracias a la mano de Jehovah (13). Los triunfos israelitas de este período, que es llamado el tiempo de Samuel, fueron logrados bajo el liderazgo militar del rey Saúl (14:47), ya que Samuel nunca fue militar. No obstante, Saúl, por diversas razones no es mencionado en el cap. 7. La primera es que 7:13-17 es sencillamente un resumen de las actividades de Samuel. Segunda, Saúl todavía no ha sido presentado en el relato, y hubiera arruinado el impacto de los capítulos siguientes incluir su nombre en este lugar. Tercera, hay un mensaje escondido en el cap. 7, en anticipación de los acontecimientos del cap. 8. En el cap. 8 los ancianos de Israel demandaban que se les diera un rey, degradando así a Samuel y quitándole el liderazgo político. El cap. 7, por lo tanto, toma la postura de que aun sin la pericia militar de Saúl, Samuel era perfectamente capaz de llevar a Israel a la victoria. Dios era el verdadero autor de la victoria, y hacía mucho tiempo lo había llamado para que fuera su portavoz y diera a Israel cualquier tipo de dirección que necesitara. Desde la perspectiva humana, Samuel se convirtió en el subordinado de Saúl cuando éste subió al trono. Pero desde la perspectiva de Dios, era el rey quien estaba subordinado al hombre de Dios.

El párrafo final muestra a Samuel en otra función -como juez-, en el sentido en que usamos la palabra en la actualidad, un papel que conservó después que Saúl subiera al trono. Su centro estaba en RamaŒ, la ciudad de sus antepasados (ver 1:19), y las otras ciudades listadas estaban en la misma región. De esta manera estos versículos describen lo extenso de los servicios de Samuel a Israel. También establecen un fundamento geográfico para los acontecimientos narrados en los capítulos que siguen, que tuvieron lugar en RamaŒ (8:4), Mizpa (10:17) y Gilgal (11:14); también Betel recibe una breve mención (10:3).

Nota. 14 Los amorreos, llamados también cananeos, vivían en pueblos y ciudades dentro de Israel. En ocasiones parece que luchaban al lado de los fi listeos en contra de los israelitas. De una manera u otra, Samuel pudo llevarse bien con ellos.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) O: “Israel siguió apegándose a”.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 274 Jue 2:4; Neh 9:28; 2Co 7:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Lit., los días fueron largos

Lit., se lamentaba tras el

Fuente: La Biblia de las Américas

[=] *Jue 6:6 *Jue 10:10

[.] Se repite la misma experiencia de los Jueces. Samuel convence a Israel que vuelva a Yavé, y éste, fiel a su Alianza, concede la victoria.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana