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Comentario de 1 Tesalonicenses 2:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Tesalonicenses 2:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por esta razón, nosotros también damos gracias a Dios sin cesar; porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de parte nuestra, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien obra en vosotros los que creéis.

2:13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, — 1:3, “acordándonos… de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”; así pues, el fruto que llevaban mostraba que habían recibido la palabra como la palabra de Dios. Parece que algunos en Tesalónica ponían en tela de juicio la predicación de Pablo, pero cuando los tesalonicenses recibieron el evangelio como la palabra de Dios daban evidencia de que Pablo predicaba la verdad. No la recibieron como si fuera una hueca filosofía (Col 2:8; compárese 1Co 2:1-5). No se fijaron sólo en el ministerio humano, sino en la verdadera naturaleza del mensaje. Los enemigos querían destruir la fe de los tesalonicenses, pero éstos estaban dispuestos a sufrir persecución por Cristo y de esta manera mostraban que su fe era genuina (GH). Los que reciben la palabra como si fuera la palabra del hombre no perseveran. Los únicos que pueden llevar la armadura del soldado cristiano (Efe 6:10-19) son los que reciben la palabra como es en verdad, la palabra de Dios.

Muchos maestros religiosos enseñan los mandamientos de los hombres diciendo, “Así dice la palabra de Dios”, pero qué triste es cuando el evangelio puro, la sana doctrina entregada por los inspirados apóstoles, se considera como si fuera un mensaje humano y no divino.

Parece que algunos no reciben la palabra como la palabra de Dios, sino como la palabra de sus padres, porque su religión parece ser más tradicional que de convicción personal. Otros la reciben como la palabra de hombres porque piensan que la pueden pasar por alto, ignorar y desobedecer (“Pensabas que de cierto sería yo como tú”, Sal 50:21). Aun otros la reciben como la palabra de hombres porque la acomodan a sus propias creencias; es decir, sólo buscan textos de prueba para confirmar el credo de su propia religión (una religión no revelada por las Escrituras).

Los tesalonicenses la recibieron según es en verdad, la palabra de Dios, la obedecieron y como Pablo dice (1:3), mostraban su obediencia en la obra de su fe, en el trabajo de su amor y en la constancia de su esperanza. También la mostraron al divulgar la palabra extensamente.

— la cual actúa (obra, LBLA) en vosotros los creyentes. — El verbo obrar (ENERGEO) es una de las palabras favoritas de Pablo. “Así la palabra lleva consigo su propio testimonio, como la luz, como el calor, como la vida, como toda otra fuerza” (B-S). En Tesalónica Dios obró por medio de su palabra (1) para instruirles y que abandonaran sus pecados e ídolos, convirtiéndose al Dios Vivo (1:9, 10), (2) para que con conciencia purificada y despierta se transformaran a la imagen de Cristo (Rom 12:1-2; Rom 8:29; 2Co 3:18; Gál 5:22-23; Efe 4:22-24; 2Pe 1:4), (3) para que fueran motivados a soportar pruebas y (4) y para que tuvieran la fuerza espiritual para llevar a cabo la obra del Señor. ¿Puede hacer tales obras la palabra del hombre?

Dios obra en nosotros: “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Flp 2:13); “para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa (obra) poderosamente en mí” (Col 1:28-29); “Y el Dios de paz… os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo (obrando) él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Heb 13:20-21).

No sólo Dios, sino también Satanás obra. Cuando vivimos en el mundo “las pasiones pecaminosas… obraban en nuestros miembros” (Rom 7:5); “el espíritu que ahora opera (obra) en los hijos de desobediencia” (Efe 2:2).

En cuanto a los dones del Espíritu Santo, “hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace (obra) todas las cosas en todos, es el mismo” (1Co 12:6); después de enumerar los dones Pablo dice, “Pero todas estas cosas las hace (obra) uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1Co 12:11); “si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir (que obra al soportar, LBLA) las mismas aflicciones que nosotros también padecemos” (2Co 1:6); “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Gál 5:6); “obra todas las cosas según el designio (conforme al consejo, LBLA) de su voluntad” (Efe 1:11); “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa (obra) en nosotros” (Efe 3:20). Santiago nos recuerda que “La oración eficaz del justo puede mucho” (Stg 5:16) (Lit., Mucha fuerza tiene una petición de un justo obrando eficazmente; es decir, obrando con energía, con poder activo y eficaz).

La palabra de Dios tiene gran energía. Tiene poder activo. Hace grandes cosas en nuestras vidas. Por esta razón asistimos a los servicios en los cuales se predica la sana doctrina, y escuchamos atentamente para que la palabra penetre en el corazón (“deja penetrar la luz”) y obre en nuestra vida los efectos que Dios quiere. También asistimos a las clases bíblicas, y estudiamos la Biblia todos los días, porque si no recibimos la palabra en nuestra mente, no puede obrar. La Biblia cerrada sobre la mesa no obra nada.

David Lipscomb hizo la siguiente lista de cómo la palabra obra:

1. Por medio de la palabra el nuevo nacimiento es llevado a cabo (1Pe 1:23).

2. Por medio de ella el alma se salva (Stg 1:21).

3. Por medio de ella somos santificados (Jua 17:17).

4. La palabra prevalece poderosamente (Hch 19:20); (p. ej., en el primer siglo prevalecía contra el judaísmo, la idolatría, la filosofía humana, la superstición, etc.)

5. Obra como una semilla (Mar 4:26-27); tiene poder en sí para producir.

6. Es viva y eficaz (Heb 4:12).

7. Es como un fuego contra lo que es falso (Jer 23:29); (p. ej., para exponer la falsa doctrina, para exponer la hipocresía, para llevar a cabo la disciplina, etc.)

8. Es como un martillo contra lo que es fuerte (Jer 23:29).

9. Es la luz en medio de las tinieblas (Sal 119:105).

10. Es la única arma en la lucha cristiana (Efe 6:17).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

damos gracias. 1Ts 1:2, 1Ts 1:3; Rom 1:8, Rom 1:9.

de que cuando recibisteis. Jer 44:16; Mat 10:13, Mat 10:14, Mat 10:40; Hch 2:41; Hch 10:33; Hch 13:45, Hch 13:48; Hch 16:14, Hch 16:30-34; Hch 17:11, Hch 17:18-20, Hch 17:32; Gál 4:14; 2Pe 3:2.

la palabra de Dios. Jer 23:28, Jer 23:29; Luc 5:1; Luc 8:11, Luc 8:21; Luc 11:28; Hch 8:14; Hch 13:44, Hch 13:46; Rom 10:17; Heb 4:12; 1Pe 1:25; 2Pe 1:16-21.

la cual obra, o actúa en vosotros. 1Ts 1:5-10; Jua 15:3; Jua 17:17, Jua 17:19; Rom 6:17, Rom 6:18; 2Co 3:18; Col 1:6; Heb 4:12; Stg 1:18; 1Pe 1:23; 1Pe 2:2; 1Jn 3:3; 1Jn 5:4, 1Jn 5:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo y sus compañeros estaban agradecidos de la forma en que los tesalonicenses recibieron la Palabra de Dios.

la palabra … actúa en vosotros: Los cristianos gentiles en Tesalónica podían contrastar la pureza de la Palabra de Dios y su efecto transformador con las inmorales religiones paganas que sólo pervertían más a las personas. Así mismo, los creyentes judíos podían comparar el amor y la gracia de Dios en el evangelio con el legalismo y arrogancia que solía producir la religión judía. Lo que era cierto de la Palabra hablada de Dios, también es cierto de la Palabra escrita de Dios, que es «viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos» (Heb 4:12).

creyentes: Aquí se expresa una acción continua, ellos continúan creyendo. Los que permanecen creyendo, siguen recibiendo, un firme recordatorio de las palabras de Jesús a Pedro en (Jua 14:1).

 EN CONTEXTO

Expectativas dolorosas

Tesalónica resultó ser un ambiente hostil para el evangelio. No sólo Pablo y Silas tuvieron que dejar la ciudad prematuramente, sus opositores los siguieron hasta Berea y les crearon problemas allí también (Hch 16:35-40; Hch 17:1-15).

Pablo recuerda a sus amigos tesalonicenses que se habían hecho creyentes «bajo el fuego del padecimiento» (1Ts 2:14). También trató de fortalecer su fe reciente con advertencias sobre los sufrimientos que experimentarían (1Ts 3:4). Pero estaba preocupado por la supervivencia de la iglesia ya que tuvo tan poco tiempo para establecerla sobre un fundamento sólido.

Pablo decidió entrar en acción. Viajó solo a Atenas mientras Timoteo fue a Tesalónica para «confirmar» y «exhortar» (1Ts 3:2) a los cristianos que estaban allí, y, sin duda, traer a Pablo noticias frescas de la iglesia. Pablo basa su primera carta a los tesalonicenses en el animador informe que recibió de Timoteo.

La experiencia de los tesalonicenses ilustra un aspecto clave de la propagación del evangelio. La verdad se arraiga en suelo firme. Cuando el «tentador» (1Ts 3:5) no puede evitar que las buenas nuevas brinden vida a alguien, su táctica cambia para hacer que la fe tierna se inutilice. La presión y la persecución son inevitables. Pueden venir camufladas como una vaga desaprobación cultural, o como franca hostilidad, pero de una forma u otra el crecimiento espiritual siempre encuentra oposición.

La persecución es desmoralizadora, pero también puede ser una causa para cobrar ánimo. ¿Cómo puede reconocerse el crecimiento si no hay resistencia? Las pruebas y tribulaciones prueban el carácter (Stg 1:2-4). La ausencia de presiones puede indicar falta de crecimiento. Las fortalecedoras palabras de Pablo valen hoy en día. El compañerismo que proviene de sufrir juntos promueve la madurez cristiana (1Ts 2:14-16; 1Ts 3:3, 1Ts 3:7).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

la palabra de Dios. El mensaje de Pablo de parte de Dios se equipara al AT (Mar 7:13). Era el mensaje enseñado por los apóstoles (Hch 4:31; Hch 6:2). Pedro lo predicó a los gentiles (Hch 11:1). Fue la palabra que Pablo predicó en el primer viaje misionero que emprendió (Hch 13:5; Hch 13:7; Hch 13:44; Hch 13:48-49), así como en el segundo (Hch 16:32; Hch 17:13; Hch 18:11) y en el tercero (Hch 19:10). Cp. Col 1:25. actúa. La obra eficaz de la Palabra de Dios incluye: salvación (Rom 10:17; 1Pe 1:23), enseñanza y adiestramiento (2Ti 3:16-17), guía (Sal 119:105), consejo (Sal 119:24), vitalidad (Sal 119:154), restauración (Sal 19:7), advertencia y recompensa (Sal 19:11), nutrición (1Pe 2:2), juicio (Heb 4:12), santificación (Jua 17:17), liberación (Jua 8:31-32), enriquecimiento (Col 3:16), protección (Sal 119:11), fortalecimiento (Sal 119:28), dar sabiduría (Sal 119:97-100), regocijo en el corazón (Sal 19:8) y prosperidad (Jos 1:8-9). Todo esto se resume bellamente en el Sal 19:7-9 (vea las notas correspondientes).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, — 1:3, “acordándonos… de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”; así pues, el fruto que llevaban mostraba que habían recibido la palabra como la palabra de Dios. Parece que algunos en Tesalónica ponían en tela de juicio la predicación de Pablo, pero cuando los tesalonicenses recibieron el evangelio como la palabra de Dios daban evidencia de que Pablo predicaba la verdad. No la recibieron como si fuera una hueca filosofía (Col 2:8; compárese 1Co 2:1-5). No se fijaron sólo en el ministerio humano, sino en la verdadera naturaleza del mensaje. Los enemigos querían destruir la fe de los tesalonicenses, pero éstos estaban dispuestos a sufrir persecución por Cristo y de esta manera mostraban que su fe era genuina (GH). Los que reciben la palabra como si fuera la palabra del hombre no perseveran. Los únicos que pueden llevar la armadura del soldado cristiano (Efe 6:10-19) son los que reciben la palabra como es en verdad, la palabra de Dios.
Muchos maestros religiosos enseñan los mandamientos de los hombres diciendo, “Así dice la palabra de Dios”, pero qué triste es cuando el evangelio puro, la sana doctrina entregada por los inspirados apóstoles, se considera como si fuera un mensaje humano y no divino.
Parece que algunos no reciben la palabra como la palabra de Dios, sino como la palabra de sus padres, porque su religión parece ser más tradicional que de convicción personal. Otros la reciben como la palabra de hombres porque piensan que la pueden pasar por alto, ignorar y desobedecer (“Pensabas que de cierto sería yo como tú”, Sal 50:21). Aun otros la reciben como la palabra de hombres porque la acomodan a sus propias creencias; es decir, sólo buscan textos de prueba para confirmar el credo de su propia religión (una religión no revelada por las Escrituras).
Los tesalonicenses la recibieron según es en verdad, la palabra de Dios, la obedecieron y como Pablo dice (1:3), mostraban su obediencia en la obra de su fe, en el trabajo de su amor y en la constancia de su esperanza. También la mostraron al divulgar la palabra extensamente.
— la cual actúa (obra, LBLA) en vosotros los creyentes. — El verbo obrar (ENERGEO) es una de las palabras favoritas de Pablo. “Así la palabra lleva consigo su propio testimonio, como la luz, como el calor, como la vida, como toda otra fuerza” (B-S). En Tesalónica Dios obró por medio de su palabra (1) para instruirles y que abandonaran sus pecados e ídolos, convirtiéndose al Dios Vivo (1:9, 10), (2) para que con conciencia purificada y despierta se transformaran a la imagen de Cristo (Rom 12:1-2; Rom 8:29; 2Co 3:18; Gál 5:22-23; Efe 4:22-24; 2Pe 1:4), (3) para que fueran motivados a soportar pruebas y (4) y para que tuvieran la fuerza espiritual para llevar a cabo la obra del Señor. ¿Puede hacer tales obras la palabra del hombre?
Dios obra en nosotros: “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Flp 2:13); “para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa (obra) poderosamente en mí” (Col 1:28-29); “Y el Dios de paz… os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo (obrando) él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Heb 13:20-21).
No sólo Dios, sino también Satanás obra. Cuando vivimos en el mundo “las pasiones pecaminosas… obraban en nuestros miembros” (Rom 7:5); “el espíritu que ahora opera (obra) en los hijos de desobediencia” (Efe 2:2).
En cuanto a los dones del Espíritu Santo, “hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace (obra) todas las cosas en todos, es el mismo” (1Co 12:6); después de enumerar los dones Pablo dice, “Pero todas estas cosas las hace (obra) uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1Co 12:11); “si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir (que obra al soportar, LBLA) las mismas aflicciones que nosotros también padecemos” (2Co 1:6); “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Gál 5:6); “obra todas las cosas según el designio (conforme al consejo, LBLA) de su voluntad” (Efe 1:11); “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa (obra) en nosotros” (Efe 3:20). Santiago nos recuerda que “La oración eficaz del justo puede mucho” (Stg 5:16) (Lit., Mucha fuerza tiene una petición de un justo obrando eficazmente; es decir, obrando con energía, con poder activo y eficaz).
La palabra de Dios tiene gran energía. Tiene poder activo. Hace grandes cosas en nuestras vidas. Por esta razón asistimos a los servicios en los cuales se predica la sana doctrina, y escuchamos atentamente para que la palabra penetre en el corazón (“deja penetrar la luz”) y obre en nuestra vida los efectos que Dios quiere. También asistimos a las clases bíblicas, y estudiamos la Biblia todos los días, porque si no recibimos la palabra en nuestra mente, no puede obrar. La Biblia cerrada sobre la mesa no obra nada.
David Lipscomb hizo la siguiente lista de cómo la palabra obra:
1. Por medio de la palabra el nuevo nacimiento es llevado a cabo (1Pe 1:23).
2. Por medio de ella el alma se salva (Stg 1:21).
3. Por medio de ella somos santificados (Jua 17:17).
4. La palabra prevalece poderosamente (Hch 19:20); (p. ej., en el primer siglo prevalecía contra el judaísmo, la idolatría, la filosofía humana, la superstición, etc.)
5. Obra como una semilla (Mar 4:26-27); tiene poder en sí para producir.
6. Es viva y eficaz (Heb 4:12).
7. Es como un fuego contra lo que es falso (Jer 23:29); (p. ej., para exponer la falsa doctrina, para exponer la hipocresía, para llevar a cabo la disciplina, etc.)
8. Es como un martillo contra lo que es fuerte (Jer 23:29).
9. Es la luz en medio de las tinieblas (Sal 119:105).
10. Es la única arma en la lucha cristiana (Efe 6:17).

Fuente: Notas Reeves-Partain

LOS PECADOS DE LOS JUDIOS

1 Tesalonicenses 2:13-16

Y esto es también algo por lo que damos gracias a Dios: que, cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino -como es en realidad- como la Palabra de Dios, que también obra en vosotros los que creéis. Porque vosotros, hermanos, llegasteis a ser imitadores de las iglesias cristianas de Dios que hay en Judasa; porque vosotros también sufristeis por parte de vuestros compatriotas las mismas cosas que ellas de los judíos; porque ellos mataron al Señor Jesús, y a los profetas, y nos persiguieron a nosotros, y no hacen la voluntad de Dios, y están en contra de todos los hombres, y tratan de hacer que dejemos de hablar a los gentiles para que se salven; y siguen haciendo todo esto para completar el catálogo de sus pecados. Pero ha venido sobre ellos la ira a ultranza.

La fe cristiana no había traído tranquilidad a los tesalonicenses, sino problemas. Su recién descubierta lealtad los había sumido en persecuciones. El método que usa Pablo para animarlos es muy interesante. En realidad equivale a decirles: «Hermanos, seguimos -el camino que transitaron los santos.» Su persecución era una garantía de honor que los incluía en los regimientos del ejército de Cristo.
Pero lo más interesante de este pasaje está en que en los versículos 15 y 16 Pablo traza una especie de catálogo de los errores y pecados de los judíos.
(i) Mataron al Señor Jesús y a los profetas. Cuando llegaban a ellos los mensajeros de Dios, los eliminaban. Uno de los Hechos lúgubres en el relato evangélico es la intensidad con que los responsables de los judíos trataron de deshacerse de Jesús antes de que pudiera traerles más perjuicios. Pero nunca se ha anulado un mensaje matando al mensajero que lo comunicaba. Se cuenta de un misionero que se dirigió a una tribu primitiva, que tenía que hacer uso de los métodos primitivos para comunicarles su Mensaje; así es que pintó un cartel en el que se representaba el progreso al Cielo de un hombre que había aceptado a Cristo, y el descenso al infierno de otro que Le había rechazado. El mensaje inquietó a la tribu. No querían que fuera verdad, así es que quemaron el cartel y, a partir de entonces, ¡creyeron que ya no tenían problemas! Uno puede negarse a escuchar el Mensaje de Jesucristo, pero no puede eliminarlo de la estructura del universo.

(ii) Persiguieron a los cristianos. Aunque ellos mismos se negaban a aceptar el Mensaje de Cristo, podrían haber dejado que otros lo escucharan y aceptaran si querían. Hay que recordar siempre que hay más de una manera de llegar al Cielo; y que hay que guardarse de la intolerancia.
(iii) No trataban de hacer la voluntad de Dios. El problema de la Iglesia ha sido muchas veces que se ha aferrado a una religión hecha por los hombres en lugar de aceptar la fe que Dios da. Lo que las personas se han preguntado muchas veces es: » ¿Qué es lo que creo yo?», en lugar de » ¿Qué es lo que Dios dice?» Lo que importa no es nuestra lógica de hormigas, sino la Revelación de Dios.
(iv) Estaban en contra de todos los hombres. En el mundo antiguo se acusaba de hecho a los judíos de ser «enemigos de la raza humana.» Su pecado capital era la arrogancia. Se consideraban el Pueblo Escogido, y sin duda lo eran; pero se consideraban elegidos para un privilegio, y no para un servicio. Su ilusión era que llegaría un día en que el mundo entero estaría a su servicio, no que eran ellos los que debían servir al mundo. Los que no piensan más que en sus derechos y privilegios siempre estarán en contra de todo el mundo y- lo que es todavía más serio- en contra de Dios.

(v) Querían reservarse la invitación del amor de Dios para ellos solos, y no querían que los gentiles tuvieran parte en Su gracia.
Hay algo fundamentalmente erróneo en una religión que le cierra la puerta a los demás. Si amamos de veras a Dios, ese amor debe desbordarse hacia nuestros semejantes. Lejos de querer monopolizar los privilegios, nos consumirá la pasión por compartirlos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Mat 23:29-37; Mar 10:33-34; Hch 2:23; Hch 7:52; Hch 17:5; Hch 17:13; Hch 18:12; Gál 1:11-12.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “La cual.” O: “quien”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 52 1Ts 1:2

b 53 Hch 11:1; Heb 4:12

c 54 Gál 1:11

d 55 Flp 2:13

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

13 (1) Lit., la palabra de oír que proviene de Dios, de parte de nosotros.

13 (2) La palabra que los creyentes recibieron provenía de los apóstoles, pero era de Dios. Su fuente, su origen, era Dios y no los apóstoles.

13 (3) Ya que la palabra de Dios es viva y eficaz ( Heb_4:12), actúa en los creyentes.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

energiza… Gr. energeítai = energizar → §317.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M167 Parece que Pablo tuviera la característica de desplazar de su lugar la conjunción καί, que lógicamente debiera ser coherente en su cercanía con el verbo, como en καὶ διὰ τοῦτο καὶ ἡμεῖς εὐχαριστοῦμεν. Aquí el contexto indica que εὐχαριστοῦμεν es la palabra que debe destacarse, y no ἡμεῖς. El significado es: Esa es, de hecho (καὶ), la razón por la cual damos gracias (διὰ τοῦτο καί es una frase tan fija que καί incluso pudiera separarse del verbo que destaca -BD442[12]).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego