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Comentario de 1 Tesalonicenses 4:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Tesalonicenses 4:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Tened por aspiración vivir en tranquilidad, ocuparos en vuestros propios asuntos y trabajar con vuestras propias manos, como os hemos mandado;

4:11 y que procuréis tener tranquilidad, — Para entender mejor lo que Pablo dice aquí en los ver. 11, 12, leamos 2Ts 3:10-12, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. Otros textos (p. ej., Mat 6:25; Jua 14:1-3; Flp 4:6-7) enseñan la importancia de vivir sin afán, pero en las cartas a los tesalonicenses Pablo enseña que si el cristiano se ocupa en sus propios negocios y trabaja con sus manos para ganarse la vida, tendrá tranquilidad. Desde luego, el trabajar con las manos es necesario para evitar el afán mencionado en otros textos, pero en estas cartas se ve la dignidad del trabajo manual.

Los que conocen el evangelio deben procurar llevar vidas ordenadas y tranquilas. Los que no trabajan andan desordenadamente.

— y ocuparos en vuestros negocios — “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (1Pe 4:15). En una clase se hizo la pregunta “¿cómo es que uno podría sufrir por entremeterse en lo ajeno?” La respuesta: “Le pueden dar un golpe”. Es cierto, porque esta práctica carnal es muy ofensiva. Causa grandes disgustos y fuertes reacciones, pero es muy difícil vencer este vicio. Pablo repite aquí “lo que os hemos mandado”. Parece que la enseñanza cayó sobre oídos sordos, porque Pablo se ve en la necesidad de repetirla en esta carta, y luego en la segunda carta tiene que volver al tema con mucho más énfasis, aun hablando de apartarse de los que andan desordenadamente.

Los que se ocupan de sus propios negocios no tienen tiempo para ocuparse en los negocios del prójimo. Lo que pasa es que los entremetidos descuidan sus propios negocios.

Acerca de las viudas jóvenes Pablo dice, “Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (1Ti 5:13). Yendo de casa en casa se enteran de todas las “noticias” de los vecinos y corren a otras casas para compartir su nueva información “deliciosa”. Hablan “lo que no debieran” (p. ej., asuntos de otros, problemas familiares, secretos, chismes); véase también Hch 17:21; “Es asombrosa la sabiduría que la gente tiene acerca de los asuntos de los demás, y el poco interés que tienen en los suyos” (ATR). Los que están entremetidos no tienen tranquilidad en su propia alma y también provocan toda clase de inquietud entre otros.

— y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, — “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efe 4:28). “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Gén 2:15). Esto fue antes del primer pecado; por lo tanto, el trabajar no es una maldición, sino una bendición para el hombre. “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra” (Deu 5:13). Los que pueden trabajar y no trabajan andan desordenadamente y si no se arrepienten, la iglesia debe apartarse de ellos (2Ts 3:6-14).

Pablo nos ha dejado un buen ejemplo de trabajar con sus manos (2:9; Hch 18:1-4; Hch 20:33-35; 2Ts 3:7-9). El enseña que los que predican el evangelio deben vivir del evangelio (1Co 9:4-14; Mat 10:9-11; Luc 8:3; Luc 10:7-8; Jua 12:6; Jua 13:29). La Biblia no enseña que los que trabajan predicando y enseñando el evangelio deben recibir donativos o propina, sino salario : “el obrero es digno de su salario ”. Si el predicador no trabaja, debe sentir vergüenza al recibir su salario, pero los que en verdad trabajan pueden y deben recibirlo con dignidad y respeto.

A veces Pablo mismo recibía salario (2Co 11:8; Flp 4:15-16), pero en varios pueblos él trabajó con sus manos para dejar un buen ejemplo para otros y para no poner ningún tropiezo al evangelio (1Co 9:15).

La Biblia condena la pereza. Pro 6:6-11; Pro 12:27; Pro 13:4; Pro 21:25; Pro 22:13; Pro 26:14-16; Heb 6:12. Pablo dice, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2Ts 3:10). La ociosidad es un campo fértil para la cizaña de Satanás.

En este mismo año (1996) el gobierno de los Estados Unidos ha cambiado la legislación con respecto a varios programas de asistencia pública y muchísimas personas que han sido dependientes del gobierno por tantos años tendrán que trabajar, quizás por primera vez en su vida. Muchísimas personas no se animan a trabajar, porque nunca podrían ganar la cantidad de dinero y los beneficios adicionales suplidos por el gobierno. La palabra inglesa welfare (término que se aplica a la asistencia pública) significa bienestar. Esta es la palabra bien conocida en este país que se usa para designar los millones de dólares que el gobierno regala al pueblo “necesitado”, pero en cuanto a un gran porcentaje de los recipientes este dinero no es para su bienestar sino para esclavizar y arruinarles sus vidas. Estando ociosos se entregan al alcohol y otras drogas, la fornicación y muchos otros vicios y crímenes.

Este cambio de legislación se ha efectuado porque muchas personas responsables se han dado cuenta del daño hecho por un sistema que promueve la dependencia, la indolencia y aun la inmoralidad. La ociosidad promueve toda forma de conducta criminal, pero también por muchos años el gobierno ha dado cheques mensuales a las madres no casadas (para ellas y sus hijos) y, desde luego, éstas siguen teniendo más hijos para recibir más dinero. Ha habido casos de dos y aun de tres generaciones de tales madres. Tal asistencia pública es otra forma de esclavitud.

El programa irresponsable de asistencia pública perjudica al recipiente, porque los ociosos de cualquier sociedad son como un cáncer que destruye la industria y promueve todos los vicios. También perjudica a los que proveen el dinero, porque aunque piensan hacer bien, en realidad hacen mal. Además, perjudica a los que verdaderamente son necesitados, porque el dinero que deberían recibir se reparte entre los que no lo merecen.

Recuérdese que en este texto Pablo habla de la tranquilidad. Es necesario trabajar para nuestra propia tranquilidad y la de la familia.

Muchos de los que sufren las aflicciones más severas (los ciegos, sordos, mancos, paralíticos, etc.) son activos y útiles, trabajando en algo, empleando los miembros del cuerpo no incapacitados y, de esa manera, gozan de la tranquilidad.

Uno de los peligros más grandes para el hombre es la jubilación. Mucha gente anhela el día cuando pueda dejar de trabajar, pero entonces al llegar ese tiempo ¿qué hacen con sus vidas? Por algún tiempo, el descanso es dulce, pero luego llega el aburrimiento y fastidio. Algunos quieren viajar, pero pronto se cansan. Otros creen que estarán en la gloria jugando todos los días, pero es muy raro que algún deporte u otra actividad dé satisfacción perpetua.

Si alguno está jubilado o por otro motivo tiene recursos y no tiene que trabajar para ganarse la vida, debe pensar seriamente en las grandes oportunidades de servir a Dios. En lugar de pasar el tiempo divirtiéndose, debe predicar y enseñar (o ayudar a los que lo hacen), visitar a los enfermos, ayudar a los pobres y en general ser útil en el servicio del Señor. Da lástima observar a muchas personas que no saben qué hacer con sus vidas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que procuréis. Pro 17:1; Ecl 4:6; Lam 3:26; 2Ts 3:12; 1Ti 2:2; 1Pe 3:4.

tener tranquilidad. Rom 15:20; 2Co 5:9; Mar 13:34; Luc 12:42, Luc 12:43; Rom 12:4-8; Col 3:22-24; 2Ts 3:11; 1Ti 5:13; Tit 2:4-10; 1Pe 4:10, 1Pe 4:11, 1Pe 4:15.

y trabajar con vuestras manos. Hch 20:35; Rom 12:11; 1Co 4:12; Efe 4:28; 2Ts 3:7-12; Tit 3:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Resumiendo sus instrucciones anteriores, Pablo exhorta a los tesalonicenses a tener tranquilidad en sus vidas, sin referirse a una falta de actividad, sino más bien a una quietud y paz internas correspondientes a la fe cristiana (2Ts 3:12; 1Ti 2:11). No tenían que ser entrometidos, sino ocuparse en sus propios negocios. Generalmente, las personas que se ocupan de los asuntos de otros no administran bien los suyos. El hogar de un cristiano debería estar en orden, como testimonio para los demás. Pablo también exhorta a los tesalonicenses a trabajar con sus propias manos así como él lo hizo entre ellos (1Ts 2:9). Posiblemente algunos tesalonicenses se habían vuelto holgazanes debido a su entusiasmo por la venida del Señor. También pudo influir el aborrecimiento griego por el trabajo físico en general. Pero Pablo les aconseja que sean trabajadores dedicados y productivos, que den honor al nombre de Cristo. Los cristianos tienen que ser trabajadores dedicados y productivos. No trabajar arduamente es un testimonio negativo ante el mundo. También produce una malsana dependencia a otros creyentes. Pablo dio un buen ejemplo como trabajador al hacer tiendas de campaña.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

tener tranquilidad. Esto se refiere a las relaciones personales que no generen problemas sociales (vea la nota sobre 1Ti 2:2) ni conflicto en la iglesia, gracias a que el alma se mantiene en reposo aun en medio de la dificultad (cp. 1Pe 3:4). Pablo trata más adelante con los que «no se ocupaban en sus propios negocios» en Tesalónica (cp. 2Ts 3:6-15). trabajar con vuestras manos. En la cultura griega se veía con menosprecio el trabajo manual pero Pablo lo exalta (vea la nota sobre Efe 4:28).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:11 y que procuréis tener tranquilidad, — Para entender mejor lo que Pablo dice aquí en los ver. 11, 12, leamos 2Ts 3:10-12, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. Otros textos (p. ej., Mat 6:25; Jua 14:1-3; Flp 4:6-7) enseñan la importancia de vivir sin afán, pero en las cartas a los tesalonicenses Pablo enseña que si el cristiano se ocupa en sus propios negocios y trabaja con sus manos para ganarse la vida, tendrá tranquilidad. Desde luego, el trabajar con las manos es necesario para evitar el afán mencionado en otros textos, pero en estas cartas se ve la dignidad del trabajo manual.
Los que conocen el evangelio deben procurar llevar vidas ordenadas y tranquilas. Los que no trabajan andan desordenadamente.
— y ocuparos en vuestros negocios — “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (1Pe 4:15). En una clase se hizo la pregunta “¿cómo es que uno podría sufrir por entremeterse en lo ajeno?” La respuesta: “Le pueden dar un golpe”. Es cierto, porque esta práctica carnal es muy ofensiva. Causa grandes disgustos y fuertes reacciones, pero es muy difícil vencer este vicio. Pablo repite aquí “lo que os hemos mandado”. Parece que la enseñanza cayó sobre oídos sordos, porque Pablo se ve en la necesidad de repetirla en esta carta, y luego en la segunda carta tiene que volver al tema con mucho más énfasis, aun hablando de apartarse de los que andan desordenadamente.
Los que se ocupan de sus propios negocios no tienen tiempo para ocuparse en los negocios del prójimo. Lo que pasa es que los entremetidos descuidan sus propios negocios.
Acerca de las viudas jóvenes Pablo dice, “Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (1Ti 5:13). Yendo de casa en casa se enteran de todas las “noticias” de los vecinos y corren a otras casas para compartir su nueva información “deliciosa”. Hablan “lo que no debieran” (p. ej., asuntos de otros, problemas familiares, secretos, chismes); véase también Hch 17:21; “Es asombrosa la sabiduría que la gente tiene acerca de los asuntos de los demás, y el poco interés que tienen en los suyos” (ATR). Los que están entremetidos no tienen tranquilidad en su propia alma y también provocan toda clase de inquietud entre otros.
— y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, — “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efe 4:28). “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Gén 2:15). Esto fue antes del primer pecado; por lo tanto, el trabajar no es una maldición, sino una bendición para el hombre. “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra” (Deu 5:13). Los que pueden trabajar y no trabajan andan desordenadamente y si no se arrepienten, la iglesia debe apartarse de ellos (2Ts 3:6-14).
Pablo nos ha dejado un buen ejemplo de trabajar con sus manos (2:9; Hch 18:1-4; Hch 20:33-35; 2Ts 3:7-9). El enseña que los que predican el evangelio deben vivir del evangelio (1Co 9:4-14; Mat 10:9-11; Luc 8:3; Luc 10:7-8; Jua 12:6; Jua 13:29). La Biblia no enseña que los que trabajan predicando y enseñando el evangelio deben recibir donativos o propina, sino salario : “el obrero es digno de su salario ”. Si el predicador no trabaja, debe sentir vergüenza al recibir su salario, pero los que en verdad trabajan pueden y deben recibirlo con dignidad y respeto.
A veces Pablo mismo recibía salario (2Co 11:8; Flp 4:15-16), pero en varios pueblos él trabajó con sus manos para dejar un buen ejemplo para otros y para no poner ningún tropiezo al evangelio (1Co 9:15).
La Biblia condena la pereza. Pro 6:6-11; Pro 12:27; Pro 13:4; Pro 21:25; Pro 22:13; Pro 26:14-16; Heb 6:12. Pablo dice, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2Ts 3:10). La ociosidad es un campo fértil para la cizaña de Satanás.
En este mismo año (1996) el gobierno de los Estados Unidos ha cambiado la legislación con respecto a varios programas de asistencia pública y muchísimas personas que han sido dependientes del gobierno por tantos años tendrán que trabajar, quizás por primera vez en su vida. Muchísimas personas no se animan a trabajar, porque nunca podrían ganar la cantidad de dinero y los beneficios adicionales suplidos por el gobierno. La palabra inglesa welfare (término que se aplica a la asistencia pública) significa bienestar. Esta es la palabra bien conocida en este país que se usa para designar los millones de dólares que el gobierno regala al pueblo “necesitado”, pero en cuanto a un gran porcentaje de los recipientes este dinero no es para su bienestar sino para esclavizar y arruinarles sus vidas. Estando ociosos se entregan al alcohol y otras drogas, la fornicación y muchos otros vicios y crímenes.
Este cambio de legislación se ha efectuado porque muchas personas responsables se han dado cuenta del daño hecho por un sistema que promueve la dependencia, la indolencia y aun la inmoralidad. La ociosidad promueve toda forma de conducta criminal, pero también por muchos años el gobierno ha dado cheques mensuales a las madres no casadas (para ellas y sus hijos) y, desde luego, éstas siguen teniendo más hijos para recibir más dinero. Ha habido casos de dos y aun de tres generaciones de tales madres. Tal asistencia pública es otra forma de esclavitud.
El programa irresponsable de asistencia pública perjudica al recipiente, porque los ociosos de cualquier sociedad son como un cáncer que destruye la industria y promueve todos los vicios. También perjudica a los que proveen el dinero, porque aunque piensan hacer bien, en realidad hacen mal. Además, perjudica a los que verdaderamente son necesitados, porque el dinero que deberían recibir se reparte entre los que no lo merecen.
Recuérdese que en este texto Pablo habla de la tranquilidad. Es necesario trabajar para nuestra propia tranquilidad y la de la familia.
Muchos de los que sufren las aflicciones más severas (los ciegos, sordos, mancos, paralíticos, etc.) son activos y útiles, trabajando en algo, empleando los miembros del cuerpo no incapacitados y, de esa manera, gozan de la tranquilidad.
Uno de los peligros más grandes para el hombre es la jubilación. Mucha gente anhela el día cuando pueda dejar de trabajar, pero entonces al llegar ese tiempo ¿qué hacen con sus vidas? Por algún tiempo, el descanso es dulce, pero luego llega el aburrimiento y fastidio. Algunos quieren viajar, pero pronto se cansan. Otros creen que estarán en la gloria jugando todos los días, pero es muy raro que algún deporte u otra actividad dé satisfacción perpetua.
Si alguno está jubilado o por otro motivo tiene recursos y no tiene que trabajar para ganarse la vida, debe pensar seriamente en las grandes oportunidades de servir a Dios. En lugar de pasar el tiempo divirtiéndose, debe predicar y enseñar (o ayudar a los que lo hacen), visitar a los enfermos, ayudar a los pobres y en general ser útil en el servicio del Señor. Da lástima observar a muchas personas que no saben qué hacer con sus vidas.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Efe 4:28.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

t 113 2Ts 3:12

u 114 Rom 12:11; 1Pe 4:15

v 115 1Co 4:12; Efe 4:28; 2Ts 3:10; 1Ti 5:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

procuréis. Lit., que aspiréis a, o, pongáis vuestra ambición en…La palabra griega es usada aquí solamente, en Rom 15:20 y en 2Co 5:9. Los problemas mencionados en 2Ts 3:11-12 dieron motivo a estas exhortaciones.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

os esforcéis… Lit. esforzarse; tranquilamente… Es decir, sin turbulencia; ocuparos… Lit. ocuparse.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, negocios

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, sin turbulencias.

Fuente: La Biblia Textual III Edición