Comentario de 1 Tesalonicenses 5:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Hermanos, también os exhortamos a que amonestéis a los desordenados, a que alentéis a los de poco ánimo, a que deis apoyo a los débiles, y a que tengáis paciencia hacia todos.

5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos (Hch 17:5) (indisciplinados, LBLA ), — Literalmente, los que andan desordenadamente, como soldados que se salen de las filas, pero esta palabra se usaba para señalar a los ociosos. Véase 4:11, notas. Había ociosos entre los tesalonicenses (2Ts 3:6-15). Pablo les dice, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2Ts 3:10). Este asunto es muy serio, pues dice, “que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente” (2Ts 3:6); es decir, Pablo escribe acerca de este mal de la misma manera que escribe acerca de la fornicación (1Co 5:1-13), diciendo que los fieles deben apartarse de los culpables. Acerca de las viudas jóvenes Pablo dice, “aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (1Ti 5:13).

Es importante observar que la palabra traducida ocioso (ATAKTOS) “significa no mantenedor de un orden; era especialmente un término militar, que denotaba no mantenedor de su puesto, insubordinados” (WEV). Por lo tanto, LBLA dice “los indisciplinados”. El hermano o hermana que no mantiene su puesto debido en la iglesia se puede describir como “insubordinado(a)” y debe ser amonestado(a). Por no ofender a estos hermanos se descuida este mandamiento y de esa manera se deja que el pecado crezca y lleve su fruto amargo. Una práctica común entre miembros de la iglesia es la de hablar a espaldas de tales miembros las palabras que no se atreven a decirles cara a cara. Es más difícil amonestarles directamente, pero es lo que Cristo requiere de nosotros (JWM).

Tal vez otro problema sea que algunos no se animan a amonestar a los desordenados por temor de que les acusen de algo, pero los humildes están dispuestos a escuchar cualquier crítica y buscan la oportunidad de aclarar el malentendido.

Pro 18:9, “También el que es negligente en su trabajo es hermano del hombre disipador”. Jer 48:10, “Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová”. “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Rom 12:11); ¿no perezosos, sino fervientes en espíritu en qué? en la asistencia a los servicios (y esto incluye la puntualidad); en la participación en todos los actos del culto; en la preparación de las clases bíblicas que enseñamos y los sermones que predicamos; en el cuidado del sitio de reunión; en los deberes del hogar (y esto incluye el estudiar y enseñar la Biblia); en el trabajo o el negocio; y en todo aspecto de la vida.

Heb 5:11, “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír”; la palabra tardos viene de la voz griega, NOTHROS, lento, torpe, indolente, perezoso. Heb 6:11, “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”. Heb 2:3, “¿cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande?”

El propósito de la parábola de los talentos es condenar la negligencia (Mat 25:14-30). El señor dice, “Siervo malo y negligente” (OKNEO, ser lento, holgazán, perezoso, ATR), y agrega, “quitadle, pues, el talento” y “al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera”.

Uno de los peligros más grandes de la vida moderna es que los padres permitan que sus hijos sean perezosos. En los años pasados no había tanto problema porque la mayoría de la gente vivía en el campo y era necesario que toda la familia trabajara, no sólo en la agricultura, sino también en el cuidado de los animales. Ahora muchísimos niños y jóvenes pasan muchas horas jugando y viendo la televisión. Ya como adultos no quieren trabajar porque sus padres nunca les enseñaron a trabajar.

El libro de Proverbios trata ampliamente este tema: Pro 24:30, “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; 31 Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida. 32 Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. 33 Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; 34 Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre armado”. Al observar la vida del perezoso todos deben “tomar consejo”.

El perezoso no puede empezar. Pro 6:6, “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? 10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; 11 Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado”. ¿Hasta cuándo? El no sabe. Pro 26:14, “Como la puerta gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama”; es decir, no sólo está anclado, sino abisagrado en su cama. No está programado para comenzar. Este es el problema de su vida. No quiere comprometerse. No hace promesas. No quiere aceptar ninguna responsabilidad. Está habituado a hacer sólo las decisiones suaves y fáciles, evitando los desafíos difíciles de la vida. Más bien “tiene el hábito de seguir la línea de menor esfuerzo” (DK).

Esta persona se ve todos los días: (1) Es la persona que no quiere trabajar, 4:11; 2Ts 3:10; 1Ti 5:13; (2) es la persona que no obedece el mandamiento de Efe 4:28, ni mucho menos el de 1Ti 5:8; (3) es la mujer que no sabe nada de Pro 31:13; Pro 31:15; Pro 31:17; Pro 31:21-22; Pro 31:31; (4) espiritualmente es la persona que no quiere compromiso con Dios y, por eso, no obedece al evangelio. Simplemente no quiere comenzar la vida cristiana; más bien sigue en sus pecados; (5) es el hermano que no quiere empezar a predicar, a dirigir cantos, a enseñar clases, a dar estudios en los hogares, a trabajar en el mantenimiento de la propiedad de la iglesia.

Si comienza algo, no lo quiere terminar. Pro 12:27, “El indolente ni aun asará lo que ha cazado”. Pro 26:15, “Mete el perezoso su mano en el plato; se cansa de llevarla a su boca”. Esto da risa, pero ¿cuántos jóvenes comienzan la escuela superior pero no la terminan? ¿cuántos de los que obedecen al evangelio vuelven “a su cama” (el mundo)? Rom 13:11-14 se dirige a los santos (a los que habían obedecido al evangelio). Recuérdese que Heb 5:11; Heb 6:12 fue escrito para los santos. ¿Qué piensa el Señor de los que El ha enviado a trabajar en su viña cuando se da cuenta de su pereza? Pro 10:26, “Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, Así es el perezoso a los que lo envían”.

El perezoso es experto en fabricar excusas. Pro 20:4, “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará”. Para poder sembrar trigo y otra semilla, es necesario arar durante el invierno; de otro modo no habrá cosecha. Ecl 11:4, “El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará”. Pro 22:13, “Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle”. ¿Cuál es la lección de este proverbio? Lo absurdo de las excusas. Compárense las excusas de Luc 14:15-21. ¿Qué decimos nosotros? Hace frío. Hace calor. Estoy cansado. Hubo visita. Tengo mucho trabajo. ¿Son mejores las excusas nuestras que las del perezoso de Proverbios o las de la parábola de Jesús? Creemos que sí, pero ¿qué piensa Dios?

Nosotros mismos nos asustamos hablando de dificultades, problemas y obstáculos. ¿Puede el perezoso convencerse a sí mismo que en realidad hay un león en la calle? Claro que sí, y de la misma manera podemos convencernos que hay problemas que ni siquiera existen.

El perezoso es más sabio que los sabios. Pro 26:16, “En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar”. Es un especialista. Tiene plena capacidad para justificarse a sí mismo.

El perezoso tiene que sufrir las consecuencias de su pereza. Pro 13:4, “El alma del perezoso desea, y nada alcanza, mas el alma de los diligentes será prosperada”. Tiene deseos pero no quiere esforzarse por obtenerlos. No quiere pagar el precio necesario. Tiene deseos pero espera que otros (la familia, la iglesia, el gobierno) hagan por él. Por lo tanto, aunque parezca calmado, vive inquieto, pues tiene deseos que nunca se satisfacen. Tiene ambiciones que nunca se realizan. Por eso, “El camino del perezoso es como seto de espinos” (Pro 15:19); su camino está cercado por muros de espinos. Cada excusa que hace es otro espino en la cerca que le rodea.

¿Cómo se puede enseñar al perezoso? Pro 6:6, “Vé a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; 7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, 8 Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. La hormiga no necesita de supervisión. No tiene que ser empujada o aguijoneada. No es necesario que otro le diga cuándo comenzar y cuándo terminar. Aunque es una criatura muy pequeña, enfrenta su tarea diaria sin hacer excusas.

La ociosidad es un campo fértil para la cizaña de Satanás. Los Estados Unidos ha cometido un gran error con respecto a este mal (y hasta este año 1996 lo ha reconocido), sosteniendo a miles de personas que deben trabajar. Muchísimas personas no se animan a trabajar, porque nunca podrían ganar la cantidad de dinero y los beneficios adicionales suplidos por el gobierno. La palabra inglesa welfare (asistencia pública) significa bienestar, pero esta es la palabra que se usa para designar los millones de dólares que el gobierno regala al pueblo necesitado, pero en cuanto a un gran porcentaje de los recipientes este dinero no es para su bienestar sino para esclavizar y arruinar sus vidas. Estando ociosos se entregan al alcohol y otras drogas, la fornicación y muchos otros vicios y crímenes. Sin lugar a dudas la ociosidad es uno de los males más destructivos de la sociedad humana.

— que alentéis a los de poco ánimo, — Habrá en casi cualquier congregación hermanos que se desaniman por varias causas. Por ejemplo:

(1) por ser de doble ánimo, Núm 21:4; Núm 11:4-6; mujer de Lot (Luc 17:32). Remedio: Stg 1:8; Stg 4:8; 2Co 11:2-3.

(2) por no tener los ojos puestos en Jesús (Heb 12:2), sino en los hombres; distraídos; quieren agradar a los hombres (Jua 5:44).

(3) por ser intimidados, Deu 1:21; Deu 1:28; 1Sa 17:32. Temen a los hombres; temen lo que se les pueda pasar.

(4) por ser rechazados por la familia (Mat 10:34-37); esto duele y desanima, pero se gana otra familia, la familia en el Señor, una familia permanente.

(5) por la crítica, la burla, la persecución; pero recuérdense Hch 5:40-41; Hch 21:13; Heb 12:5.

(6) por la enfermedad física y mental, y aun por causa de los medicamentos (que a veces deprimen).

(7) por los problemas no resueltos (p. ej., en el hogar o en la iglesia).

(8) por no querer someterse a la doctrina de Cristo, Jua 6:60; Mat 19:10; Mat 7:13-14 (Mat 7:13-14 se refiere a la enseñanza de ese contexto, es decir, el sermón del monte).

(7) por no crecer.

(8) por la falta de unidad entre hermanos. La división, y aun las contiendas y disensiones en la congregación, dejan a los miembros sin ganas de asistir. El remedio para este problema se encuentra en las Escrituras. 2Ti 3:16-17; 2Pe 1:3; Jos 7:9, pero es necesario aplicar la enseñanza; 2Ts 3:13.

(9) por las tentaciones fuertes causadas por los vicios de la vida pasada. Algunos se desaniman porque reconocen que no han luchado para vencer las tentaciones. Conviene leer los textos sobre el vencer; p. ej., 1Jn 2:20; Apo 2:1-29; Apo 3:1-22.

(10) por el afán (Luc 8:13-14; Luc 21:34). La causa más común del afán son los problemas económicos, pues de ellos puede resultar el sentimiento de inseguridad. Para vencer el afán es necesario trabajar (4:11; Efe 4:28), evitar la deuda excesiva, administrar el dinero con cuidado, vivir de acuerdo al salario que se reciba y estar contentos y agradecidos, 1Ti 6:6-10; Heb 13:5.

¿Qué podemos hacer para vencer el desaliento?

(1) NO dejar de asistir a las reuniones, Heb 10:25; Hch 20:7; 1Co 16:2; Efe 5:19. Algunos dicen, “Pero yo puedo orar en casa”. Sí, pero ¿lo harán el domingo? ¿Sin participar de la cena y de la ofrenda?

(2) NO culpar a otros. Casi siempre esta es la primera cosa que se hace. Muchos que están mal en su conducta, no quieren reconocerlo; más bien, quieren culpar a otro(s), para justificarse a sí mismo.

(3) NO volver al mundo (como los israelitas que querían volver a Egipto, Núm 11:4-6).

(4) Formar lazos fuertes con hermanos fieles. ¿Se han fijado que la mayoría de los hermanos que vuelven atrás para ya no andar con el Señor no tienen lazos fuertes con nadie en la iglesia?

(5) Purificar el corazón, Stg 1:8; Stg 4:8.

(6) Apartar más tiempo para oír y leer la palabra de Dios. Los que tienen poco ánimo tienen anemia. ¿Qué es lo que se requiere para los anémicos? (Rom 10:17; Sal 27:13; Sal 119:72; Sal 119:103; Sal 119:148; Heb 4:2; 1Pe 2:2; Hch 20:32). Aparte de leer la Biblia muchos la escuchan grabada en casetes. También himnos y sermones se pueden escuchar de esa manera. Alentaos con la palabra (4:18; 5:11; Hch 20:32).

(7) Apartar más tiempo para orar a Dios, Sal 139:1-12; Sal 61:2; Luc 22:44.

(8) Estar conscientes de nuestras bendiciones. La ingratitud produce el desaliento. Sal 103:2; Sal 116:12 :

(9) Ser más activos en la obra del Señor. ¿La obra no prospera, no hay fruto, no hay conversiones? 1Co 15:58; Isa 55:11; 1Co 3:6; Gál 6:9. ¿Qué dijo Dios a Elías cuando estuvo en la cueva de desaliento? 1Re 19:9; compárense Neh 4:6; Éxo 14:15.

¡No desmayemos! 2Co 4:1; 2Co 4:9; 2Co 4:16; Gál 6:9; Rom 2:6-7.

— que sostengáis a los débiles, — Pablo se refiere a otro grupo aparte de los ociosos y los de poco ánimo. Hay hermanos que no tienen la fuerza espiritual para resistir a los compañeros de trabajo, a los familiares, u otros, o tienen una lucha continua con los vicios que han querido abandonar. Los que habían consumido bebidas alcohólicas por muchos años, los que fumaban, etc. tienen que luchar sin cesar para no volver al vicio. También hay muchísimas personas que se han bautizado pero les cuesta mucho trabajo vencer su mal genio. Desde la niñez acostumbraban resolver sus problemas con corajes, gritos, amenazas y pleitos, y ahora se requiere un esfuerzo enorme para dejar todas aquellas armas carnales y para enseñarse a usar solamente las armas espirituales para resolver problemas, cumplir con sus deberes y llevar una vida ordenada.

La actitud de Pablo hacia los débiles se ve en 1Co 9:22, “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”. En lugar de despreciar o menospreciar a los débiles, Pablo dice, sostener, ANTECHO; en Mat 6:24 se traduce estimar, en contraste con menospreciar o, según LBLA, apegarse en contraste con despreciar. En Tit 1:9 se traduce reteniendo (la palabra fiel, LBLA). El uso de la palabra en otros textos nos ayuda a entender mejor su significado. Es obvio que en lugar de alejarnos del hermano débil nos conviene acercarnos a él con estima hermanable para apoyarle. ¿Quiénes pueden sostener a los débiles? Véase Gál 6:1.

Desde luego, el propósito de sostener a los débiles es llevarlos hacia la madurez espiritual. Para esto es indispensable que los débiles sepan que hay hermanos que verdaderamente se preocupan por ellos.

Con respecto a la fuerza y la debilidad, existe un fenómeno interesante pero triste entre algunos hermanos. Hay quienes se creen muy fuertes en la iglesia, cuando en realidad lo que es fuerte es su carácter. Son muy estrictos, muy exigentes, hablan mucho de la disciplina, son duros en su juicio de otros miembros, y no reconocen que en algunas cosas ellos mismos son los débiles y que tienen problemas serios. Los tales deben tomar nota de Flp 2:3, “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”, y de Rom 12:3, “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

— que seáis pacientes (longánimos) para con todos (los ociosos, los de poco ánimo, los débiles) . — La palabra longanimidad quiere decir “largo temperamento” (WEV). Véanse Rom 2:4; Rom 9:22; 2Co 6:6; Gál 5:22; Efe 4:2; Col 1:11; Col 3:12; 2Ti 3:10; 2Ti 4:2; Heb 6:12; Stg 5:10; 1Pe 3:20; 2Pe 3:15. La longanimidad es, pues, una de las características de Dios que debemos imitar. Está asociada con la paciencia, la benignidad, la bondad, el amor sincero, y todos los frutos del Espíritu. Es lo opuesto de la impaciencia, la exasperación y la iracundia. Dice Éxo 34:6, “¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”. Pablo dice (Efe 4:2), “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”.

¿Se ha fijado que algunos hermanos son más pacientes y sufridos con otros que con su propia familia o con los hermanos? ¿Por qué serán así?

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

también os rogamos. 1Ts 5:12; Rom 12:1.

que amonestéis. Jer 6:12; Eze 3:17-21; Eze 33:3-9; Hch 20:27, Hch 20:31; 1Co 4:14; Col 1:28.

a los ociosos, o indisciplinados. 2Ts 3:11-13; Tit 1:6, Tit 1:10.

que alentéis a los de poco ánimo. 1Ts 2:7-12; Isa 35:3, Isa 35:4; Isa 40:1, Isa 40:2, Isa 40:11; Eze 34:16; Mat 12:20; Luc 22:32; Jua 21:15-17; Rom 14:1; Rom 15:1-3; Gál 6:1, Gál 6:2; Heb 12:12.

que sostengáis a los débiles. Hch 20:35.

seáis pacientes para con todos. Isa 63:9; 1Co 13:4, 1Co 13:5; Gál 5:22; Efe 4:2, Efe 4:32; Efe 5:1, Efe 5:2; Col 3:12, Col 3:13; 1Ti 3:3; 1Ti 6:11; 2Ti 2:24, 2Ti 2:25; 2Ti 4:2; Heb 5:2, Heb 5:3; Heb 13:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los tesalonicenses tuvieron que enfrentar el hecho de que algunos de ellos no vivían como debería hacerlo un cristiano: eran ociosos. Había que advertirles sobre su conducta. Algunos eran de poco ánimo y necesitaban aliento. La congregación también debería sostener a los débiles y ser pacientes para con todos, reconociendo que todos los cristianos tienen faltas. Para ser más eficaces al promover cambios positivos en las vidas de las personas, los creyentes deben responder a los individuos de acuerdo a las necesidades particulares de cada uno.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

os rogamos. Pablo ha discutido cómo los pastores deben servir a las personas y cómo las congregaciones deben responder a sus pastores (vv. 1Ts 5:12-13). En estos versículos él presenta cómo las personas deben tratarse entre sí en la confraternidad de la iglesia. Los «ociosos» que están fuera de la línea deben ser advertidos y enseñados para vivir conforme a la voluntad de Dios. «Los de poco ánimo» viven con temor y dudas, por eso deben ser alentados y se les debe infundir denuedo. Los «débiles» carecen de fortaleza moral y espiritual, por eso necesitan que se les sostenga con firmeza. La paciencia, el perdón y los actos de bondad deben prevalecer entre todos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos (Hch 17:5) (indisciplinados, LBLA ), — Literalmente, los que andan desordenadamente, como soldados que se salen de las filas, pero esta palabra se usaba para señalar a los ociosos. Véase 4:11, notas. Había ociosos entre los tesalonicenses (2Ts 3:6-15). Pablo les dice, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2Ts 3:10). Este asunto es muy serio, pues dice, “que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente” (2Ts 3:6); es decir, Pablo escribe acerca de este mal de la misma manera que escribe acerca de la fornicación (1Co 5:1-13), diciendo que los fieles deben apartarse de los culpables. Acerca de las viudas jóvenes Pablo dice, “aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (1Ti 5:13).
Es importante observar que la palabra traducida ocioso (ATAKTOS) “significa no mantenedor de un orden; era especialmente un término militar, que denotaba no mantenedor de su puesto, insubordinados” (WEV). Por lo tanto, LBLA dice “los indisciplinados”. El hermano o hermana que no mantiene su puesto debido en la iglesia se puede describir como “insubordinado(a)” y debe ser amonestado(a). Por no ofender a estos hermanos se descuida este mandamiento y de esa manera se deja que el pecado crezca y lleve su fruto amargo. Una práctica común entre miembros de la iglesia es la de hablar a espaldas de tales miembros las palabras que no se atreven a decirles cara a cara. Es más difícil amonestarles directamente, pero es lo que Cristo requiere de nosotros (JWM).
Tal vez otro problema sea que algunos no se animan a amonestar a los desordenados por temor de que les acusen de algo, pero los humildes están dispuestos a escuchar cualquier crítica y buscan la oportunidad de aclarar el malentendido.
Pro 18:9, “También el que es negligente en su trabajo es hermano del hombre disipador”. Jer 48:10, “Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová”. “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Rom 12:11); ¿no perezosos, sino fervientes en espíritu en qué? en la asistencia a los servicios (y esto incluye la puntualidad); en la participación en todos los actos del culto; en la preparación de las clases bíblicas que enseñamos y los sermones que predicamos; en el cuidado del sitio de reunión; en los deberes del hogar (y esto incluye el estudiar y enseñar la Biblia); en el trabajo o el negocio; y en todo aspecto de la vida.
Heb 5:11, “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír”; la palabra tardos viene de la voz griega, NOTHROS, lento, torpe, indolente, perezoso. Heb 6:11, “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”. Heb 2:3, “¿cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande?”
El propósito de la parábola de los talentos es condenar la negligencia (Mat 25:14-30). El señor dice, “Siervo malo y negligente” (OKNEO, ser lento, holgazán, perezoso, ATR), y agrega, “quitadle, pues, el talento” y “al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera”.
Uno de los peligros más grandes de la vida moderna es que los padres permitan que sus hijos sean perezosos. En los años pasados no había tanto problema porque la mayoría de la gente vivía en el campo y era necesario que toda la familia trabajara, no sólo en la agricultura, sino también en el cuidado de los animales. Ahora muchísimos niños y jóvenes pasan muchas horas jugando y viendo la televisión. Ya como adultos no quieren trabajar porque sus padres nunca les enseñaron a trabajar.
El libro de Proverbios trata ampliamente este tema: Pro 24:30, “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; 31 Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida. 32 Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. 33 Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; 34 Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre armado”. Al observar la vida del perezoso todos deben “tomar consejo”.
El perezoso no puede empezar. Pro 6:6, “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? 10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; 11 Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado”. ¿Hasta cuándo? El no sabe. Pro 26:14, “Como la puerta gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama”; es decir, no sólo está anclado, sino abisagrado en su cama. No está programado para comenzar. Este es el problema de su vida. No quiere comprometerse. No hace promesas. No quiere aceptar ninguna responsabilidad. Está habituado a hacer sólo las decisiones suaves y fáciles, evitando los desafíos difíciles de la vida. Más bien “tiene el hábito de seguir la línea de menor esfuerzo” (DK).
Esta persona se ve todos los días: (1) Es la persona que no quiere trabajar, 4:11; 2Ts 3:10; 1Ti 5:13; (2) es la persona que no obedece el mandamiento de Efe 4:28, ni mucho menos el de 1Ti 5:8; (3) es la mujer que no sabe nada de Pro 31:13; Pro 31:15; Pro 31:17; Pro 31:21-22; Pro 31:31; (4) espiritualmente es la persona que no quiere compromiso con Dios y, por eso, no obedece al evangelio. Simplemente no quiere comenzar la vida cristiana; más bien sigue en sus pecados; (5) es el hermano que no quiere empezar a predicar, a dirigir cantos, a enseñar clases, a dar estudios en los hogares, a trabajar en el mantenimiento de la propiedad de la iglesia.
Si comienza algo, no lo quiere terminar. Pro 12:27, “El indolente ni aun asará lo que ha cazado”. Pro 26:15, “Mete el perezoso su mano en el plato; se cansa de llevarla a su boca”. Esto da risa, pero ¿cuántos jóvenes comienzan la escuela superior pero no la terminan? ¿cuántos de los que obedecen al evangelio vuelven “a su cama” (el mundo)? Rom 13:11-14 se dirige a los santos (a los que habían obedecido al evangelio). Recuérdese que Heb 5:11; Heb 6:12 fue escrito para los santos. ¿Qué piensa el Señor de los que El ha enviado a trabajar en su viña cuando se da cuenta de su pereza? Pro 10:26, “Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, Así es el perezoso a los que lo envían”.
El perezoso es experto en fabricar excusas. Pro 20:4, “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará”. Para poder sembrar trigo y otra semilla, es necesario arar durante el invierno; de otro modo no habrá cosecha. Ecl 11:4, “El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará”. Pro 22:13, “Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle”. ¿Cuál es la lección de este proverbio? Lo absurdo de las excusas. Compárense las excusas de Luc 14:15-21. ¿Qué decimos nosotros? Hace frío. Hace calor. Estoy cansado. Hubo visita. Tengo mucho trabajo. ¿Son mejores las excusas nuestras que las del perezoso de Proverbios o las de la parábola de Jesús? Creemos que sí, pero ¿qué piensa Dios?
Nosotros mismos nos asustamos hablando de dificultades, problemas y obstáculos. ¿Puede el perezoso convencerse a sí mismo que en realidad hay un león en la calle? Claro que sí, y de la misma manera podemos convencernos que hay problemas que ni siquiera existen.
El perezoso es más sabio que los sabios. Pro 26:16, “En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar”. Es un especialista. Tiene plena capacidad para justificarse a sí mismo.
El perezoso tiene que sufrir las consecuencias de su pereza. Pro 13:4, “El alma del perezoso desea, y nada alcanza, mas el alma de los diligentes será prosperada”. Tiene deseos pero no quiere esforzarse por obtenerlos. No quiere pagar el precio necesario. Tiene deseos pero espera que otros (la familia, la iglesia, el gobierno) hagan por él. Por lo tanto, aunque parezca calmado, vive inquieto, pues tiene deseos que nunca se satisfacen. Tiene ambiciones que nunca se realizan. Por eso, “El camino del perezoso es como seto de espinos” (Pro 15:19); su camino está cercado por muros de espinos. Cada excusa que hace es otro espino en la cerca que le rodea.
¿Cómo se puede enseñar al perezoso? Pro 6:6, “Vé a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; 7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, 8 Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. La hormiga no necesita de supervisión. No tiene que ser empujada o aguijoneada. No es necesario que otro le diga cuándo comenzar y cuándo terminar. Aunque es una criatura muy pequeña, enfrenta su tarea diaria sin hacer excusas.
La ociosidad es un campo fértil para la cizaña de Satanás. Los Estados Unidos ha cometido un gran error con respecto a este mal (y hasta este año 1996 lo ha reconocido), sosteniendo a miles de personas que deben trabajar. Muchísimas personas no se animan a trabajar, porque nunca podrían ganar la cantidad de dinero y los beneficios adicionales suplidos por el gobierno. La palabra inglesa welfare (asistencia pública) significa bienestar, pero esta es la palabra que se usa para designar los millones de dólares que el gobierno regala al pueblo necesitado, pero en cuanto a un gran porcentaje de los recipientes este dinero no es para su bienestar sino para esclavizar y arruinar sus vidas. Estando ociosos se entregan al alcohol y otras drogas, la fornicación y muchos otros vicios y crímenes. Sin lugar a dudas la ociosidad es uno de los males más destructivos de la sociedad humana.
— que alentéis a los de poco ánimo, — Habrá en casi cualquier congregación hermanos que se desaniman por varias causas. Por ejemplo:
(1) por ser de doble ánimo, Núm 21:4; Núm 11:4-6; mujer de Lot (Luc 17:32). Remedio: Stg 1:8; Stg 4:8; 2Co 11:2-3.
(2) por no tener los ojos puestos en Jesús (Heb 12:2), sino en los hombres; distraídos; quieren agradar a los hombres (Jua 5:44).
(3) por ser intimidados, Deu 1:21; Deu 1:28; 1Sa 17:32. Temen a los hombres; temen lo que se les pueda pasar.
(4) por ser rechazados por la familia (Mat 10:34-37); esto duele y desanima, pero se gana otra familia, la familia en el Señor, una familia permanente.
(5) por la crítica, la burla, la persecución; pero recuérdense Hch 5:40-41; Hch 21:13; Heb 12:5.
(6) por la enfermedad física y mental, y aun por causa de los medicamentos (que a veces deprimen).
(7) por los problemas no resueltos (p. ej., en el hogar o en la iglesia).
(8) por no querer someterse a la doctrina de Cristo, Jua 6:60; Mat 19:10; Mat 7:13-14 (Mat 7:13-14 se refiere a la enseñanza de ese contexto, es decir, el sermón del monte).
(7) por no crecer.
(8) por la falta de unidad entre hermanos. La división, y aun las contiendas y disensiones en la congregación, dejan a los miembros sin ganas de asistir. El remedio para este problema se encuentra en las Escrituras. 2Ti 3:16-17; 2Pe 1:3; Jos 7:9, pero es necesario aplicar la enseñanza; 2Ts 3:13.
(9) por las tentaciones fuertes causadas por los vicios de la vida pasada. Algunos se desaniman porque reconocen que no han luchado para vencer las tentaciones. Conviene leer los textos sobre el vencer; p. ej., 1Jn 2:20; Apo 2:1-29; Apo 3:1-22.
(10) por el afán (Luc 8:13-14; Luc 21:34). La causa más común del afán son los problemas económicos, pues de ellos puede resultar el sentimiento de inseguridad. Para vencer el afán es necesario trabajar (4:11; Efe 4:28), evitar la deuda excesiva, administrar el dinero con cuidado, vivir de acuerdo al salario que se reciba y estar contentos y agradecidos, 1Ti 6:6-10; Heb 13:5.
¿Qué podemos hacer para vencer el desaliento?
(1) NO dejar de asistir a las reuniones, Heb 10:25; Hch 20:7; 1Co 16:2; Efe 5:19. Algunos dicen, “Pero yo puedo orar en casa”. Sí, pero ¿lo harán el domingo? ¿Sin participar de la cena y de la ofrenda?
(2) NO culpar a otros. Casi siempre esta es la primera cosa que se hace. Muchos que están mal en su conducta, no quieren reconocerlo; más bien, quieren culpar a otro(s), para justificarse a sí mismo.
(3) NO volver al mundo (como los israelitas que querían volver a Egipto, Núm 11:4-6).
(4) Formar lazos fuertes con hermanos fieles. ¿Se han fijado que la mayoría de los hermanos que vuelven atrás para ya no andar con el Señor no tienen lazos fuertes con nadie en la iglesia?
(5) Purificar el corazón, Stg 1:8; Stg 4:8.
(6) Apartar más tiempo para oír y leer la palabra de Dios. Los que tienen poco ánimo tienen anemia. ¿Qué es lo que se requiere para los anémicos? (Rom 10:17; Sal 27:13; Sal 119:72; Sal 119:103; Sal 119:148; Heb 4:2; 1Pe 2:2; Hch 20:32). Aparte de leer la Biblia muchos la escuchan grabada en casetes. También himnos y sermones se pueden escuchar de esa manera. Alentaos con la palabra (4:18; 5:11; Hch 20:32).
(7) Apartar más tiempo para orar a Dios, Sal 139:1-12; Sal 61:2; Luc 22:44.
(8) Estar conscientes de nuestras bendiciones. La ingratitud produce el desaliento. Sal 103:2; Sal 116:12 :
(9) Ser más activos en la obra del Señor. ¿La obra no prospera, no hay fruto, no hay conversiones? 1Co 15:58; Isa 55:11; 1Co 3:6; Gál 6:9. ¿Qué dijo Dios a Elías cuando estuvo en la cueva de desaliento? 1Re 19:9; compárense Neh 4:6; Éxo 14:15.
¡No desmayemos! 2Co 4:1; 2Co 4:9; 2Co 4:16; Gál 6:9; Rom 2:6-7.
— que sostengáis a los débiles, — Pablo se refiere a otro grupo aparte de los ociosos y los de poco ánimo. Hay hermanos que no tienen la fuerza espiritual para resistir a los compañeros de trabajo, a los familiares, u otros, o tienen una lucha continua con los vicios que han querido abandonar. Los que habían consumido bebidas alcohólicas por muchos años, los que fumaban, etc. tienen que luchar sin cesar para no volver al vicio. También hay muchísimas personas que se han bautizado pero les cuesta mucho trabajo vencer su mal genio. Desde la niñez acostumbraban resolver sus problemas con corajes, gritos, amenazas y pleitos, y ahora se requiere un esfuerzo enorme para dejar todas aquellas armas carnales y para enseñarse a usar solamente las armas espirituales para resolver problemas, cumplir con sus deberes y llevar una vida ordenada.
La actitud de Pablo hacia los débiles se ve en 1Co 9:22, “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”. En lugar de despreciar o menospreciar a los débiles, Pablo dice, sostener, ANTECHO; en Mat 6:24 se traduce estimar, en contraste con menospreciar o, según LBLA, apegarse en contraste con despreciar. En Tit 1:9 se traduce reteniendo (la palabra fiel, LBLA). El uso de la palabra en otros textos nos ayuda a entender mejor su significado. Es obvio que en lugar de alejarnos del hermano débil nos conviene acercarnos a él con estima hermanable para apoyarle. ¿Quiénes pueden sostener a los débiles? Véase Gál 6:1.
Desde luego, el propósito de sostener a los débiles es llevarlos hacia la madurez espiritual. Para esto es indispensable que los débiles sepan que hay hermanos que verdaderamente se preocupan por ellos.
Con respecto a la fuerza y la debilidad, existe un fenómeno interesante pero triste entre algunos hermanos. Hay quienes se creen muy fuertes en la iglesia, cuando en realidad lo que es fuerte es su carácter. Son muy estrictos, muy exigentes, hablan mucho de la disciplina, son duros en su juicio de otros miembros, y no reconocen que en algunas cosas ellos mismos son los débiles y que tienen problemas serios. Los tales deben tomar nota de Flp 2:3, “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”, y de Rom 12:3, “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.
— que seáis pacientes (longánimos) para con todos (los ociosos, los de poco ánimo, los débiles) . — La palabra longanimidad quiere decir “largo temperamento” (WEV). Véanse Rom 2:4; Rom 9:22; 2Co 6:6; Gál 5:22; Efe 4:2; Col 1:11; Col 3:12; 2Ti 3:10; 2Ti 4:2; Heb 6:12; Stg 5:10; 1Pe 3:20; 2Pe 3:15. La longanimidad es, pues, una de las características de Dios que debemos imitar. Está asociada con la paciencia, la benignidad, la bondad, el amor sincero, y todos los frutos del Espíritu. Es lo opuesto de la impaciencia, la exasperación y la iracundia. Dice Éxo 34:6, “¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”. Pablo dice (Efe 4:2), “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”.
¿Se ha fijado que algunos hermanos son más pacientes y sufridos con otros que con su propia familia o con los hermanos? ¿Por qué serán así?

Fuente: Notas Reeves-Partain

— indisciplinados: Algunos piensan que se alude a los mismos individuos que se mencionan en 2Ts 3:6 (el vocablo griego es prácticamente el mismo) y consideran que debe traducirse: ociosos o perezosos.

— los débiles: Se trata del mismo vocablo griego que Pablo utiliza en Rom 14:1-2 y otros lugares y que allí se ha traducido por poco formados en la fe. Ver nota a Rom 14:1 y 1Co 8:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Mat 18:15; Rom 14:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 167 Lev 19:17; 2Ti 4:2

h 168 Isa 61:2; Heb 12:12

i 169 1Co 13:4; Gál 5:22; Efe 4:2; Col 3:13

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los indisciplinados. Esta palabra también puede traducirse los ociosos, refiriéndose a algunos que pensaban que la venida de Cristo era tan inmediata que habían dejado sus trabajos (4:11; cp. 2 Ts 3:10).

Fuente: La Biblia de las Américas

14 (1) Se refiere, quizá, principalmente a aquellos que son ociosos y que no quieren trabajar, siendo entrometidos ( 2Ts_3:11), indisciplinados, sin dominio propio, rebeldes.

14 (2) Lit., de poco ánimo; es decir, estrecho y débil en la capacidad de la mente, de la voluntad y de la parte emotiva.

14 (3) Probablemente se refiere por lo general a los débiles, a aquellos que son débiles ya sea en su espíritu, en su alma, o en su cuerpo, o que son débiles en la fe ( Rom_14:1 ; Rom_15:1).

14 (4) Esto implica que en una iglesia local, además de aquellos que andan desordenadamente y necesitan amonestación, se encuentran algunos que son de poco ánimo y necesitan consolación, y algunos que son débiles y necesitan ser sostenidos; todos los miembros, de alguna manera, pueden causar problemas y necesitan que nosotros seamos longánimes para con ellos.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R625 A menudo πρός expresa disposición hacia uno, sea amistosa, como en este versículo, u hostil, como en Luc 23:12 .

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, desordenados

Fuente: La Biblia de las Américas