Las mujeres, asimismo, deben ser dignas de respeto, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.
3:11 — “Las mujeres asimismo». La palabra griega para decir «asimismo» aparece en ver. 8, y en 2:9. Véanse los comentarios allí. Como hay requisitos para los diáconos, también los hay para sus mujeres (esposas). Las mujeres aquí referidas, ¿quiénes son? Estoy plenamente persuadido de que son las esposas de los diáconos. Los comentaristas que representan iglesias que tienen «diaconisas» en sentido oficial, afirman que estas mujeres son diaconisas. Pero no puede ser, por varias razones: 1) Pablo bien pudo haber dicho «diaconisa» (transliteración del vocablo griego, diakonos, pero en género femenino), o «servidora», como lo hizo en Rom 16:1, pero dijo, «mujeres». 2) El versículo anterior (el 10), y el siguiente (el 12), tratan de «diáconos», y tratando el caso de ellos, no es de esperarse que Pablo en medio de los dos versículos cambiara de tema, para tratar el caso de «diaconisas». 3) El sentido más común del vocablo «mujeres» es el de esposas. 4) Las Escrituras no permiten a la mujer ejercer autoridad sobre el hombre (2:12; 1 Corinthians 1:34,35). Esto prohíbe el haber oficio de diaconisa (en sentido oficial). 5) Flp 1:1 menciona dos grupos (obispos y diáconos), y no tres (también diaconisas).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
las mujeres. Lev 21:7, Lev 21:13-15; Eze 44:22; Luc 1:5-6; Tit 2:3.
sean honestas, o deben ser dignas. 1Ti 3:4.
no calumniadoras. Sal 15:3; Sal 50:20; Sal 101:5; Pro 10:18; Pro 25:13; Jer 9:4; Mat 4:1; Jua 6:70; 2Ti 3:3; Tit 2:3; Apo 12:9, Apo 12:10.
sino sobrias. 1Ti 3:2; 1Ts 5:6-8; 2Ti 4:5; Tit 3:2; 1Pe 5:8.
fieles en todo. 1Ti 1:12; 1Ti 6:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Las mujeres asimismo: Una frase similar a la del v. 1Ti 3:8 parece indicar que Pablo hablaba de otro oficio en el cuerpo local, las diaconisas. Las mujeres que servían como diáconos (vv. 1Ti 3:8-10, 1Ti 3:12, 1Ti 3:13), servían bajo la supervisión de los ancianos. Sin embargo, algunos interpretan este versículo como si se refiriera a las esposas de los diáconos y no a un oficio.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Las mujeres. La misma palabra griega también se puede traducir «sus esposas». Es probable que Pablo se refiera aquí no a las esposas de los diáconos, sino a las mujeres que sirven como diaconisas. El uso de la palabra «asimismo» (cp. el v. 1Ti 3:8) indica la existencia de un tercer grupo además de los ancianos y diáconos. Además, como Pablo no incluyó requisitos para la esposa de cada uno de los ancianos, no existe razón para suponer que serían calificaciones especiales para las esposas de los diáconos. honestas. Vea la nota sobre el v.1Ti 3:8. no calumniadoras. «Calumniadoras» es la forma plural de diabolos, un título que se asigna con frecuencia a Satanás (Mat 4:5; Mat 4:8; Mat 4:11; Mat 13:39; Luc 4:3; Luc 4:5-6; Luc 4:13; Luc 8:12; 1Pe 5:8; 1Jn 3:8; Apo 2:10; Apo 12:9; Apo 12:12; Apo 20:2; Apo 20:10). Las mujeres que sirven no deben ser chismosas. sobrias. Vea la nota sobre el v. 1Ti 3:2. fieles en todo. Las mujeres servidoras en la iglesia, al igual que los hombres que sirven en el diaconado (vea la nota sobre el v.1Ti 3:2), deben ser dignas de confianza en todos los aspectos de su vida y ministerio.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:11 — “Las mujeres asimismo». La palabra griega para decir «asimismo» aparece en ver. 8, y en 2:9. Véanse los comentarios allí. Como hay requisitos para los diáconos, también los hay para sus mujeres (esposas).
Las mujeres aquí referidas, ¿quiénes son? Estoy plenamente persuadido de que son las esposas de los diáconos. Los comentaristas que representan iglesias que tienen «diaconisas» en sentido oficial, afirman que estas mujeres son diaconisas. Pero no puede ser, por varias razones: 1) Pablo bien pudo haber dicho «diaconisa» (transliteración del vocablo griego, diakonos, pero en género femenino), o «servidora», como lo hizo en Rom 16:1, pero dijo, «mujeres». 2) El versículo anterior (el 10), y el siguiente (el 12), tratan de «diáconos», y tratando el caso de ellos, no es de esperarse que Pablo en medio de los dos versículos cambiara de tema, para tratar el caso de «diaconisas». 3) El sentido más común del vocablo «mujeres» es el de esposas. 4) Las Escrituras no permiten a la mujer ejercer autoridad sobre el hombre (2:12; 1 Corinthians 1:34,35). Esto prohíbe el haber oficio de diaconisa (en sentido oficial). 5) Flp 1:1 menciona dos grupos (obispos y diáconos), y no tres (también diaconisas).
Tampoco se hace referencia a las mujeres en general. Algunos comentaristas hacen tal interpretación, pero no concuerda con el contexto que antes y después de este ver. 11 trata de los diáconos.
— sean honestas — Véase ver. 8, comentario sobre la misma palabra. Ella debe ser mujer seria, cuya conducta debe inspirar respeto.
— no calumniadoras — Literalmente, «no diablas». Véanse ver. 6, comentarios; 2Ti 3:3; Notas Sobre Tito, 2:3, comentarios; Notas Sobre 1 Pedro, 5:8, comentarios. El vocablo griego significa «acusador». La esposa del diácono no puede ser persona chismosa maliciosa.
— sino sobrias — Véase ver. 2, comentarios sobre la misma palabra. Ella debe ser mujer calmada de espíritu, con control de sí en todo, y no persona apasionada.
— fieles en todo — Este requisito es sumario. Ella ha de ser persona cumplida en todo deber, llevando una vida dedicada al Señor. En todo es fidedigna, o confiable.
Una mujer frívola, chismosa, e intemperante, no tiene las cualidades de esposa de diácono, y por eso su marido no puede ser diácono. Ningún hombre, cuya esposa no tenga estos requisitos, debe ser escogido para ser diácono. De otra manera, su obra será estorbada.
Fuente: Notas Reeves-Partain
MUJERES QUE SIRVEN EN LA IGLESIA
1 Timoteo 3:11
De la misma manera las mujeres deben ser dignas; no deben entregarse al chismorreo; deben ser sobrias; en todas las cosas, dignas de confianza.
Por lo que se refiere al texto original, esto podría referirse a las mujeres de los diáconos, o a mujeres que realizaran un servicio semejante. Parece mucho más probable que se refiera a mujeres que están comprometidas también en el trabajo de beneficencia. Tiene que haber habido obras de amabilidad y de ayuda que solo una mujer podría ofrecer adecuadamente a otra mujer. No cabe duda de que en la Iglesia Primitiva había diaconisas. Tenían el deber, probablemente entre muchos otros, de instruir a las mujeres que se convertían, y en particular presidir y ayudarlas en su bautismo, que era por inmersión.
Era necesario advertir a tales mujeres obreras del peligro del chismorreo y exhortarlas a que fueran del todo de confianza. Cuando un médico joven se gradúa y antes de empezar su práctica, se le toma el juicio hipocrático, una parte del cual es el compromiso de no repetir nunca lo que ha oído en la casa de un paciente, o acerca de un paciente, aunque lo haya oído . en la calle. En la labor de ayudar a los pobres se podrían oír fácilmente ciertas cosas que, repetidas, causarían un perjuicio tremendo. No es ningún insulto a las mujeres el que en las pastorales se les prohíba sucumbir al chismorreo. Según está montada la vida una mujer corre más peligro de chismorrear que un hombre, porque a éste el trabajo le saca al mundo, mientras que una mujer vive tradicionalmente en una esfera más estrecha y por esa misma razón tiene menos cosas de las que hablar. Esto aumenta el peligro de hablar acerca de relaciones personales de las que pueden surgir chismorreos dañinos. Ya se trate de un hombre o de una mujer, el divulgar secretos o el repetir cosas que se han dicho en confianza es algo monstruoso para una persona cristiana.
En la civilización griega era esencial el que las obreras de la Iglesia conservaran su dignidad. Una mujer griega respetable vivía en la más estricta reclusión; nunca salía sola; nunca ni siquiera participaba en las comidas con su familia. Pericles decía que el deber de una madre ateniense era vivir una vida tan retirada que no se mencionara nunca su nombre ni para alabarla ni para criticarla. Jenofonte cuenta lo que decía un caballero del país que era amigo suyo acerca de la joven esposa con la que acababa de casarse y a la que amaba entrañablemente. » ¿Qué era probable que supiera cuando yo me casé con ella? Todavía no tenía quince años cuando la introduje en mi casa, y había sido criada bajo la más estricta supervisión; en la medida de lo posible no se le había permitido ver nada, oír nada, ni hacer ningunas preguntas.» Esa era la manera en que se criaban las chicas griegas respetables. Jenofonte nos pinta el retrato de una de estas jóvenes esposas que gradualmente «iban creciendo acostumbradas a su marido y estando suficientemente domesticadas para mantener una conversación con él.»
El Cristianismo trajo la emancipación de las mujeres; las liberó de una especie de esclavitud. Pero tenía sus peligros. La mujer liberada podía usar mal su libertad recién encontrada. El mundo respetable se podría escandalizar ante tal emancipación; así es que la Iglesia tenía que establecer ciertas reglas. Era usando su libertad sabiamente como las mujeres llegarían a tener la posición respetable en la Iglesia que tienen, y van adquiriendo en mayor medida, en nuestro tiempo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— las mujeres: No está totalmente claro si el texto se refiere a las esposas de los diáconos o a las mujeres en general; de aquí que otra posible traducción sea: sus mujeres.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Tit 2:3; (ver Rom 16:1).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
z 124 Pro 11:13; 1Ti 5:13
a 125 Pro 23:20
b 126 Tit 2:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
11 (1) Se refiere a las diaconisas ( Rom_16:1).
11 (2) Esto corresponde a la expresión sin doblez del v.8. El diablo es un calumniador ( Rev_12:10). Calumniar es expresar la naturaleza del calumniador malvado. Una hermana que es diaconisa, que sirve en la iglesia local entre muchas otras hermanas, debe huir de la calumnia, la cual es un acto malvado del diablo.
11 (3) Véase la nota 2 (4) .
11 (4) Corresponde a la frase no codicioso de viles ganancias del v. 8. Una hermana diaconisa debe ser fiel, confiable, en todas las cosas, especialmente en lo relacionado con ganancias,
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
mujeres. Es lo más probable que se refiera a las esposas de los diáconos, más bien que a un oficio aparte de diaconisas, puesto que en el v. 1Ti 3:12 se continúan las cualificaciones requeridas en los diáconos. Si se tratase de un grupo diferente, lo más natural sería que Pablo hubiese terminado de enumerar los requisitos de los diáconos, antes de introducir el oficio de diaconisa.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
las mujeres… Puede referirse indistintamente a las esposas de los diáconos (de los que sirven) o a las diaconisas.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
I.e., las diaconisas, o, quizás, las esposas de los diáconos
Fuente: La Biblia de las Américas
Prob. las esposas de los diáconos.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
‡ “Sus esposas”: o sencillamente “mujeres”.