Asimismo, los diáconos deben ser dignos de respeto, sin doblez de lengua, no dados a mucho vino ni amantes de ganancias deshonestas;
3:8 — Los diáconos — Sobre éstos consideremos los puntos siguientes:Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
los diáconos. Hch 6:3-6; Flp 1:1.
deben ser honestos. 1Ti 3:4.
sin doblez, o de una sola palabra. Sal 5:9; Sal 12:2; Sal 50:19; Sal 52:2; Rom 3:13; Stg 3:10.
no dados a mucho vino. 1Ti 3:3; Lev 10:9; Eze 44:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
asimismo características similares se aplican a los diáconos, los que también eran ministros en la iglesia. Ellos tenían la responsabilidad especial de visitar y ministrar a los que estaban en necesidad. Los siete escogidos en Hch 6:3-6 para asistir a los apóstoles en la distribución del alimento a los pobres pudieron ser los primeros diáconos (Hch 6:2-4).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Los diáconos: Completan una segunda posición de liderazgo en la asamblea local. La palabra griega traducida diácono quiere decir «sirviente». Aunque la palabra misma no se usa en Hch 6:1-15, los siete hombres piadosos seleccionados para distribuir el alimento a las viudas parecen ser los precursores de este oficio y ministerio. Este versículo y Flp 1:1 indican que el oficio de diácono era un oficio establecido en la primera iglesia.
sin doblez: Esta frase habla del peligro de los chismes, específicamente decirle una cosa a una persona y a otra persona otra cosa.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
DIÁCONOS. Diácono (gr. diakonos) significa: «siervo». Una de sus funciones en la iglesia del NT se indica en Hch 6:1-6. Debían ayudar a los pastores en la administración de los asuntos temporales y materiales de la iglesia para que éstos tuvieran tiempo para dedicarse a la oración y al ministerio de la Palabra (Hch 6:2). Los requisitos espirituales de los diáconos son esencialmente los mismos que los de los pastores (compárense vv. 1Ti 3:1-7 con vv. 1Ti 3:8-13; véase Hch 6:3).
NO DADOS A MUCHO VINO. Con respecto a ese requisito, debe notarse lo siguiente (véase también v. 1Ti 3:3, nota):
(1) Es moralmente inconcebible que el apóstol aprobara el uso moderado de toda clase de vino de esa época. Muchos vinos se mezclaban y hacían daño (cf. Pro 23:29-35).
(2) Algunos interpretan que aquí Pablo dice que los diáconos no deben ser bebedores habituales, dando así su aprobación tácita a la bebida moderada de alcohol. Sin embargo, Pablo declara que la embriaguez habitual es un pecado tan terrible que excluye a «los borrachos» del reino de Dios (1Co 6:10). Por lo tanto, es absurdo que Pablo exigiera, como una de sus más altas normas para diáconos (cf. v. 1Ti 3:2), que no fueran bebedores habituales (i.e., personas que no son salvas, según 1Co 6:10). Así que Pablo seguramente está aludiendo a un vino distinto del embriagante.
(3) En vez de estar aprobando la bebida moderada del alcohol, Pablo seguramente estaba advirtiendo contra el excesivo deseo y uso, en la sociedad pagana, de vinos sin fermentar (véase el ARTÍCULO EL VINO EN LA ÉPOCA DEL NUEVO TESTAMENTO [1], P. 1400. [Luc 7:33-34]). Aun la adicción al vino que no embriagaba era común en las sociedades paganas, y correspondía a la glotonería (véase Plinio, Historia natural, 14.28.139). Pablo hacía hincapié en el dominio propio en todos los aspectos de la vida, incluso en algo bueno; nótese Pro 25:27, que dice que «comer mucha miel no es bueno».
(4) Al apóstol Pablo lo apoyan otros en esa clase de exhortaciones. La literatura rabínica advertía contra el uso exagerado del jugo dulce de uva, sin fermentar. Del tirosh, bebida de uva que incluía «toda clase de jugos dulces y mosto, y que no incluye vino fermentado» (Tosef; Ned. IV. 3), advierte que «si se bebe con moderación da capacidad de liderazgo… si se bebe en exceso lleva a la pobreza» (Yoma 76b). «El que la bebe habitualmente de seguro se empobrecerá» (La enciclopedia judía, 12.533; véase el ARTÍCULO EL VINO EN LA ÉPOCA DEL NUEVO TESTAMENTO [1], P. 1400. [Luc 7:33-34]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
diáconos. Se deriva de un grupo de palabras que significan «servir». El uso original tenía que ver con labores serviles como atender mesas (vea las notas sobre Hch 6:1-4), y «diácono» llegó a denotar cualquier servicio en la iglesia. Los diáconos sirven bajo el liderazgo de los ancianos y los ayudan en la supervisión de asuntos prácticos en la vida de la iglesia. La Biblia no define responsabilidades oficiales o específicas para los diáconos, pero ellos deben hacer todo lo que los ancianos les asignen o cualquier ministerio espiritual que sea necesario. honestos. Serios en mente y carácter, no superfluos y volubles sobre asuntos importantes. sin doblez. Los diáconos no deben decir una cosa a ciertas personas y otra distinta a los demás. Su habla no debe hacerse con hipocresía, sino con honestidad, claridad y coherencia. no dados a mucho vino. Que no se obsesionen con la bebida y el entretenimiento (vea la nota sobre el v.1Ti 3:3). no codiciosos. Como los ancianos (vea la nota sobre el v.1Ti 3:3), los diáconos no deben abusar de su oficio para hacer dinero. Esta calificación tuvo importancia especial en la iglesia primitiva, porque los diáconos estaban encargados de manejar el dinero y distribuirlo a los que pasaban necesidades.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:8 — Los diáconos — Sobre éstos consideremos los puntos siguientes:
1. La palabra griega para decir «diácono» es diakonos. Traducida, es «servidor». (diakonia = servicio, ministerio; diakoneo = servir). El Nuevo Testamento emplea estas palabras frecuentemente en el sentido genérico. Por ejemplo, Cristo es llamado diakonos (diácono) en Rom 15:8, y el gobierno civil también es diakonos (diácono) 13:4, porque en los dos casos la idea es de ser servidores en algo. En Hch 6:4 la obra de los apóstoles es llamada diakonia (ministerio). En Mat 20:28 la palabra griega diakoneo (servir) es aplicada a Cristo, porque vino a este mundo a servir, y no a ser servido, y en Jua 12:26 se aplica a todo seguidor de Cristo. Así vemos el uso bíblico de estas palabras en su sentido genérico.
2. El uso específico (u «oficial») de la palabra griega, diakonos (diácono) aparece aquí en este pasaje, como también en Flp 1:1. En Flp 1:1 Pablo menciona a tres grupos distintos; a saber, a los obispos, a los diáconos, y a los santos de la iglesia local.
Hay quienes afirman que todo cristiano es «diácono» porque es servidor. Eso es verdad en cuanto al uso genérico de la palabra, pero no lo es en el sentido específico. ¡No todos los santos en Filipos eran diáconos!
Hay quienes afirman que todo cristiano de edad es «anciano», y que por eso no existe un grupo específico de «ancianos». Pero no es cierto. Los «ancianos» (u obispos) de 1Ti 3:1-16 y Tit 1:1-16 eran hombres casados, etcétera. Hay cristianos de edad que son solteros, y por lo tanto no son «ancianos» (en el sentido específico). Los ancianos que fueron constituidos, según Hch 14:23, ya eran de edad antes de ser constituidos «ancianos». Flp 1:1 designa tres grupos, y no dos, ni uno.
3. Sobre Hch 6:1-6. Aunque en este pasaje nadie es llamado «diácono», sí se emplean dos de las palabras griegas mencionadas arriba en punto #1. La obra referida en este pasaje, en cuanto a servir, apunta a la obra de los diáconos en la iglesia local.
Había en la iglesia local en Jerusalén una «distribución» (diakonia), o suministración (H.A.) diaria, ver. 1. Se hacía cierto servicio a favor de las viudas que la iglesia local cuidaba. Según el ver. 2, los apóstoles no debían dedicar tiempo a «servir (diakoneo) a las mesas». El ver. 3 nos informa que de entre los miembros, la iglesia escogió a ciertos hermanos a quienes los apóstoles encargaron de esa obra de servir a las mesas. El ver. 4 dice que los apóstoles iban a persistir en el ministerio (diakonia), o servicio, de la palabra (la predicación).
Este pasaje describe la obra de los diáconos, sin referirse específicamente al término «diácono». 1Ti 3:8 se refiere a los diáconos específicamente, sin tratar de su trabajo en particular.
4. Sobre Rom 16:1. Véanse mis comentarios en Notas Sobre Romanos, p. 68. Algunos citan este pasaje para afirmar que en la iglesia local debe haber un oficio de «diaconisa». Pero no aparece en ninguna parte del Nuevo Testamento mención de cualidades específicas para «diaconisa», como las hay para el «diácono». De esto deducimos que tal oficio no existe.
La palabra «diaconisa» es transliteración de la palabra griega, que significa servidora. Febe hizo cierto servicio para la iglesia en Cencrea. Por no traducir la palabra griega en este caso, sino transliterarla, los traductores dejan la impresión incorrecta de que la «diaconisa» representa un oficio en la iglesia local. Ella no era «diaconisa» (en sentido oficial), como tampoco es el gobierno civil «diácono» (en sentido oficial). No todo cristiano es «diácono» (en sentido oficial), aunque Jua 12:26 enseña que todo seguidor de Cristo es servidor (diakonos), porque sirve (diakoneo).
5. Cito de la obra, Notas Sobre Filipenses, p. 3, por Wayne Partain:
«Los ‘diáconos’ no tienen autoridad como los ancianos para ‘ver sobre’ la iglesia. Si alguna iglesia no tiene ancianos, no debe escoger diáconos, porque en tal caso los diáconos harían el papel de ancianos. Hasta que la congregación tenga ancianos, todos los varones fieles deben aceptar sus responsabilidades para que la iglesia funcione con buen orden. Pero téngase presente que una iglesia sin ancianos es ‘deficiente’ (Tit 1:5). Tampoco es bíblico escoger ‘líderes’ o ‘administradores’. La Biblia habla solamente de ‘santos… con los obispos y diáconos’. No dice, ‘santos… con los líderes’ o ‘santos… con los administradores’, ni nada por el estilo».
Los diáconos no son dirigentes, o gobernantes, en la iglesia, sino solamente servidores especiales. No tienen voz ni voto más que cualquier otro miembro de la iglesia local.
Es algo común en las iglesias locales el tener «reuniones de ancianos y diáconos». No es incorrecto en sí que tales reuniones se realicen, con tal que los diáconos no tomen parte en las decisiones de los ancianos. Los dos grupos no son «oficiales», o «mesa directiva», para la dirección de la iglesia. Por ejemplo, tres ancianos y cinco diáconos no representan ocho votos para alguna decisión. ¿Acaso podrían los cinco diáconos meter el piano en el culto, ya que solamente tres votos, los de los tres ancianos, se opondrían a ello?
— asimismo — Véase 2:9, comentarios. La palabra griega aquí, para decir «asimismo», es empleada por Pablo en Rom 8:26 (de igual manera), y en 1Co 11:25 (asimismo). Aparece varias veces en las cartas a Timoteo y a Tito.
La idea no es que las cualidades para los diáconos son las mismas que tienen que tener los obispos, sino que como hay cualidades específicas para los obispos, también las hay para los diáconos.
— deben ser honestos — Otras versiones dicen, «respetables» (P.B; B.A.; 1977), «serios» (Mod.; N.M.), «graves» (H.A.; ASV.), «honorables» (L.A.; N.C.), «dignos de respeto» (NVI.). La palabra griega aquí, en forma adjetival, aparece también en el ver. 11 (honestas), Tit 2:2 (serios), y Flp 4:8 (honesto). La misma palabra, en forma de sustantivo, aparece en el ver. 4, 2:2 y Tit 2:7. Véanse los comentarios sobre esta palabra en el ver. 4, y en 2:2.
El diácono es persona de dignidad, y por eso merece el respeto de todos. Muestra en su vida diaria esta cualidad.
— sin doblez — La palabra griega para decir «sin doblez» es dilogos, la cual es compuesta de dos palabras: dos, y palabra. Otras versiones dicen, «no de dos lenguas» (Mod.), «no de lengua doble» (N.M., ASV.), «no dobles en la palabra» (H.A.), «no con duplicidad de lengua» (L.A.), «exentos de doblez» (N.C.).
La persona de doble habla dice una cosa a una persona, y luego dice otra cosa diferente a otra persona, o dice alguna cosa pero da a entender otra cosa. Es hipócrita, engañador, y por eso, mentiroso. No habla la misma verdad exacta. Promete y no cumple. No es confiable.
— no dados a mucho vino — Compárese 3:3, comentarios. Allí el texto griego dice literalmente, «no al lado del vino», y significa, borracho; aquí dice, «no a mucho vino dado», y significa lo mismo. En Tit 2:7, la frase griega dice, «no a mucho vino esclavizadas».
Consideremos el verbo que el texto aquí emplea. Esta palabra griega, prosecho, quiere decir, volver la mente a (cierta cosa), o entregarse la persona a (cierta cosa). En 1:4 se traduce «presten atención»; 4:1, «escuchando a»; 4:13, «ocúpate en»; Tit 1:4, «atendiendo a»; Heb 2:1, «atendamos a»; Hch 8:6, «escuchaba atentamente»; 8″10, «oían atentamente»; 8:11, «estaban atentos». Lo que Pablo dice aquí con respecto al diácono es que no sea persona que tenga su mente dirigida hacia mucho vino; que no esté entregado a mucho vino. Por eso que no sea borracho, que es lo contrario de «honesto» (serio, grave, respetable, honorable).
Algunos hacen hincapié en la palabra «mucho», concluyendo que la persona puede ser bebedor de «poco» vino, pero no de «mucho». Pero Pablo no dice eso; el texto griego no implica tal conclusión. El contexto no trata de una comparación entre la persona entregada a mucho vino, y la que está entregada a poco. Los borrachos vuelven la mente a mucho vino; dice Pablo que el diácono no sea tal persona.
La frase siguiente habla de «codiciosos de ganancias deshonestas». El que argumenta, diciendo que está bien estar entregada la persona a poco vino (solamente que no sea a mucho vino), debe a la vez argumentar que está bien ser codicioso de ganancias honestas (solamente que las ganancias no sean deshonestas). ¿Acaso está bien buscar las ganancias deshonestas, con tal que la persona no las codicie ? ¿Acaso se le permite a la anciana cristiana estar esclavizada a poco vino (solamente que no sea a mucho vino)? Véase Notas Sobre Tito, 2:3, página 14. El diácono, y todo cristiano, debe ser persona no entregada a nada, no codiciosa de nada, y no esclavizada a nada.
Lo que Pablo dice en 3:3,8 y en Tit 1:7; Tit 2:3 refleja la condición general del mundo en que vivía. Como hoy en día el hombre de aquellos tiempos en todas partes se entregaba a la borrachera.
— no codiciosos de ganancias deshonestas — Véase ver. 3, comentarios.
El texto griego emplea dos palabras: «no» y «ganancia baja» (una sola palabra en el griego, compuesta de «ganancia» y «bajo»). Aquí es adjetivo. En Tit 1:11 el griego emplea las dos palabras separadamente (ganancia deshonesta). En 1Pe 5:2 aparece la misma palabra griega en forma de adverbio (no por ganancia deshonesta).
El diácono no puede ser persona caracterizada por el interés en la ganancia deshonesta. Estando encargado a veces de manejar fondos de la iglesia, le sería tentación usar su oficio, o responsabilidad, para alcanzar dinero deshonestamente. (El autor ha conocido algunos casos de esta índole).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS HOMBRES DEL SERVICIO CRISTIANO
1 Timoteo 3:8-10,12-13
Paralelamente, los diáconos deben ser hombres respetables, rectos, que no se permiten excesos en el vino, que no estén dispuestos a rebajarse a métodos indignos de hacer dinero; deben mantener el secreto de la fe que les ha sido revelado con limpia conciencia. A los diáconos también hay que ponerlos a prueba primeramente; y, si salen intachables de la prueba, que sean diáconos… Los diáconos deben estar casados sólo una vez; deben dirigir a sus propios hijos y sus hogares como es debido. Porque los que realizan un buen trabajo en el puesto de diáconos son dignos de un alto grado de honor, y obtienen mucha libertad en la fe de Jesucristo.
En la Iglesia Primitiva la función de los diáconos se circunscribía principalmente en la espera del servicio práctico. La Iglesia Cristiana heredó una magnífica organización de la beneficencia de los judíos. No ha habido ninguna otra nación que tuviera un sentimiento de responsabilidad comparable para con los hermanos y hermanas pobres. La sinagoga tenía una organización estable para ayudar a tales personas. Los judíos más bien desanimaban a que se diera ayuda individual a personas individuales. Preferían que la ayuda se diera por medio de la comunidad y especialmente por medio de la sinagoga.
Todos los viernes en todas las comunidades dos encargados de la colecta se daban una vuelta por los mercados y llamaban en todas las casas recogiendo donativos para los pobres en dinero y en especie. Los productos así recogidos se distribuían entre los que estaban en necesidad mediante un comité de dos o más si era necesario. A los pobres de la comunidad se les daban suficientes alimentos para catorce comidas, es decir, para dos comidas diarias durante una semana; pero nadie podía recibir de este fondo si ya tenían en su casa el alimento de la semana. Este fondo para los pobres se llamaba la kuppá, o la cesta. Además de esto se hacía una colecta diaria de alimentos de casa en casa para los que se encontraran de momento en una necesidad extrema. Este fondo se llamaba el tamjui, o la bandeja. La Iglesia Cristiana heredó esta organización de la beneficencia, y sin duda sería la tarea de los diáconos el hacerla funcionar.
Muchas de las cualidades del diácono coinciden con las del epískopos. Habían de ser hombres de carácter intachable; tenían que ser abstemios, o por lo menos moderados en su beber; no tenían que mancharse las manos con maneras poco recomendables de hacer dinero; tenían que someterse a prueba un cierto tiempo; debían practicar lo que predicaban, para mantener la fe cristiana con limpia conciencia.
Se añade una nueva cualidad: habían de ser rectos. El original dice que no debían ser dílogos, y dílogos quiere decir hablar con dos voces, diciéndole una cosa a uno y otra a otro. En El Peregrino, Juan Bunyan pone en boca de Interés-privado la descripción de las personas que viven en el pueblo Buenaspalabras. El señor Voluble, el señor Contemporizador, el señor Buenas-palabras, de quien tomó su nombre el pueblo; también los Sres. Halago, Dos-caras, Cualquier-cosa, el vicario de nuestra parroquia señor Dos-lenguas (Juan Bunyan, El Peregrino, capítulo 14). Un diácono que fuera corrientemente de casa en casa, y en su trato con los que necesitaran ayuda, tenía que ser recto. Una y otra vez tendría la tentación de evitar problemas con un poco de hipocresía a tiempo y de palabras suaves. Pero el que hubiera de hacer el trabajo de la Iglesia Cristiana tenía que ser recto.
Está claro que el que realiza su trabajo de diácono como es debido puede esperar que se le eleve al puesto de anciano, y ganará tal posición en la fe que le permita mirar a todos a cara descubierta.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— los diáconos: Ver nota a 1Ti 3:1-2; de acuerdo con lo señalado en dicha nota, el término diákonos, que en un principio incluía simplemente la idea de servicio (tanto para el bien como para el mal: ver Mat 4:11; Mat 8:15; Luc 10:40; Hch 6:1-4; Hch 19:22; Hch 21:19; Gál 2:17; 1Co 7:11; 1Co 7:15; etc.) fue poco a poco adquiriendo la categoría de término técnico para designar a los auxiliares de los obispos y presbíteros, tanto en la enseñanza como en el culto. En la presente carta parece que está muy cerca de tener este sentido, si es que no lo tiene ya.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Tit 1:7.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Requisitos de los diáconos
Pablo menciona a los diáconos junto con los obispos en Fil. 1:1, y es claro que los dos oficios estaban íntimamente conectados. De veras, la lista de las cualidades deseables declaradas aquí son parecidas a aquellas para los obispos. Nuevamente, ser dignos del respeto de otros es de suma importancia, como lo son la sinceridad y las normas morales generales. Dado que los candidatos para ambos oficios deben ser no dados a mucho vino, esto sugiere que el beber demasiado vino era un problema entre la gente de Efeso. De mayor importancia es que los diáconos deben ser de una fe sana (v. 9 ), un pun to a menudo olvidado en el nombramiento de los oficiales cristianos menores. Para Pablo la posición teológica era crucial. La prueba referida en el v. 10 se realizaba presumiblemente por la asamblea cristiana para asegurarse de que las cuali dades necesarias eran evidentes.
El v. 11 parece ser un interludio, y algunos han sugerido que apunta a una orden de diaconisas. Aunque una orden así no es imposible, la referencia primaria es a las esposas de los diáconos. Estas deben ser juiciosas y cuidadosas en el hablar para que no agravien el trabajo de sus esposos. Los restantes requisitos para los diáconos tienen un paralelo estrecho con la sección que trata de los obispos. ¿Significa la buena reputación (v. 13) su testimonio a la vista de la comunidad cristiana, a la de los de afuera o a la de Dios? De entre estos, el segundo parece el más indicado, no en el sentido de proveer para la futura promoción, sino de ejer cer influencia. Esto concuerda mejor con referencia a su seguridad de la fe.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “diáconos”. Gr.: di·a·kó·nous; lat.: di·á·co·nos.
(2) Lit.: “habla doble”.
REFERENCIAS CRUZADAS
t 118 Flp 1:1
u 119 Hch 6:3; Tit 1:7; 1Pe 5:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
diáconos. El nombre diáconos enfatiza servicio al Señor, ministrando a las necesidades de otros. Los siete hombres escogidos para servir las mesas en Hch 6:1– 6 fueron posiblemente los precursores de los diáconos que encontramos en el resto del N.T.
Fuente: La Biblia de las Américas
8 super (1) Es decir, los que sirven. Los que vigilan son los que cuidan de la iglesia; los diáconos sirven a la iglesia bajo la dirección de los ancianos. Estos dos son los únicos cargos que hay en una iglesia local.
8 super (2) Una serpiente tiene lengua doble. Un diácono de una iglesia local, al dar servicio a todos los santos, puede fácilmente tener lengua doble al relacionarse con los santos. De ser así, él expresa, en su vivir, la naturaleza del diablo y trae muerte a la vida de la iglesia.
8 super (3) Ser dado a mucho vino es una señal de ser incapaz de controlarse a sí mismo. El diácono que sirve en una iglesia local debe ejercer un completo dominio propio.
8 super (4) Un diácono no debe buscar ganancia del servicio que presta a los santos. Buscar tal ganancia es codiciar viles ganancias (cfr. 6:5b).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
diáconos. La palabra significa «ministro» o «sirviente». Los diáconos eran originalmente los ayudantes de los ancianos. Por eso, sus requisitos eran prácticamente los mismos que los de los ancianos. El oficio tuvo su comienzo en Jerusalén (Hch 6:1-6). Sin embargo, la palabra «diácono» se usa a lo largo del NT en un sentido no oficial, para referirse a uno que sirve (cp. Efe 6:21), así como en sentido oficial, para designar a los que ejercen el oficio de diáconos (cp. Flp 1:1).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
servidores… Gr. diákonos → §314; sin doblez… Esto es, diciendo una cosa a unos, y otra a otros.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., no de doble hablar
Fuente: La Biblia de las Américas
Esto es, diciendo una cosa a unos, y otra a otros.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
† “Diáconos,” palabra tomada directamente de la palabra griega “diakonos,” que significa siervo.