Comentario de 2 Corintios 1:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Con esta confianza, quise ir antes a vosotros para que tuvieseis una segunda gracia,
1:15,16 — «Con esta confianza… vosotros». Se refiere a la confianza que tenía de que entre ellos y él había un respeto mutuo en que el uno se gloriaba en el otro (ver. 14). Véase también 1Co 4:14-15. — «para que… gracia». Su plan original había sido ir directamente de Efeso a Corinto, luego ir a Macedonia, y entonces volver a Corinto, y por fin de Corinto llegar a Judea, siendo encaminado por los hermanos corintios a quienes amaba tanto. De esta manera estaría dos veces en Corinto, y no una sola, para darles así doble ocasión para recibir enseñanza y el provecho de la presencia de su persona. Este plan exhibía su buena voluntad hacia ellos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y con esta confianza. 1Co 4:19; 1Co 11:34.
para que tuvieséis. Rom 1:11; Rom 15:29; Flp 1:25, Flp 1:26.
una segunda gracia. 2Co 6:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo intentó visitar a los corintios (1Co 16:5-7), pero no pudo ir. Esto incitó a algunos de los miembros de la iglesia de Corinto a acusarlo de vivir conforme a la «sabiduría humana» (vv. 2Co 1:12, 2Co 1:17). La segunda gracia era el beneficio de las dos visitas, una en su camino a Macedonia y la otra después de partir (v. 2Co 1:16).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
una segunda gracia. O «recibir dos veces una bendición». El plan original de Pablo era visitar en dos ocasiones a los corintios para que pudieran recibir una bendición doble. Sus planes de viaje no eran producto del egoísmo, sino de la relación auténtica que disfrutaba con los corintios y la mutualidad de su lealtad y orgullo piadoso del uno por el otro.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:15,16 — «Con esta confianza… vosotros». Se refiere a la confianza que tenía de que entre ellos y él había un respeto mutuo en que el uno se gloriaba en el otro (ver. 14). Véase también 1Co 4:14-15.
–«para que… gracia». Su plan original había sido ir directamente de Efeso a Corinto, luego ir a Macedonia, y entonces volver a Corinto, y por fin de Corinto llegar a Judea, siendo encaminado por los hermanos corintios a quienes amaba tanto. De esta manera estaría dos veces en Corinto, y no una sola, para darles así doble ocasión para recibir enseñanza y el provecho de la presencia de su persona. Este plan exhibía su buena voluntad hacia ellos.
Pero el plan tuvo que ser cambiado, y les escribió lo de 1Co 16:5. Tal vez en una carta anterior (1Co 5:9), Pablo les hubiera informado del plan original que él tenía. Parece que los enemigos de Pablo en la iglesia en Corinto se valieron de este cambio para criticarle injustamente.
Sobre «ser encaminado», compárense Hch 15:3; Rom 15:24; 1Co 16:6; 1Co 16:11.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL SÍ DE DIOS EN JESUCRISTO
2 Corintios 1:15-22
Fue con esta confianza como hice planes anteriormente para visitaros, para llevaros algo agradable por segunda vez, y luego seguir para Macedonia desde vosotros para que me ayudarais a ganar tiempo para ir a Judasa. Así que, cuando hice ese plan, ¡no diréis que lo hice veleidosamente! ¿O podéis creer de veras que cuando hago los planes los hago como los haría un mundano diciendo que sí y que no a la vez? Podéis fiaros de Dios. Podéis estar completamente seguros de que el Mensaje que os llevamos no vacilaba entre el sí y el no; porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a Quien proclamamos entre vosotros Silvano, Timoteo y yo mismo, no era algo que vacilaba entre el sí y el no. ¡Era un rotundo sí! El es el sí a todas las promesas de Dios. Por eso podemos decir ¡Amén! por medio de Él cuando hablamos de ello para la gloria de Dios. Pero es Dios el Que os garantiza a vosotros con nosotros en Cristo, el Dios que nos ha ungido y sellado y nos ha puesto el Espíritu Santo en el corazón como adelanto y prenda de la vida por venir.
A primera vista, este parece un pasaje difícil. Detrás de él se esconde otra acusación o calumnia contra Pablo. Pablo había dicho que les haría una visita a los corintios; pero la situación se había enrarecido tanto que él pospuso la visita para no causarles disgusto (versículo 23). Sus enemigos aprovecharon rápidamente la ocasión para acusarle de ser la clase de hombre que hacía promesas frívolas que luego no cumplía, y que nunca decía claro sí o no. Eso ya era bastante malo; pero de ahí pasaban a decir que, «Si no podemos confiar en las promesas de Pablo en cosas cotidianas, ¿cómo vamos a creer lo que nos ha dicho acerca de Dios?» La respuesta de Pablo es que podemos fiarnos de Dios, y que Jesucristo no está cambiando de posición constantemente entre el sí y el no.
Y entonces comprime todo este asunto en una frase epigramática: » Jesucristo es el Sí a todas las promesas de Dios.» Lo que quiere decir esto es que, si Jesús no hubiera venido, podríamos haber dudado de las maravillosas promesas de Dios. Pero un Dios que nos ama tanto Que nos ha dado a Su Hijo es seguro que cumplirá todas las promesas que nos ha hecho. Jesús es la garantía personal que Dios nos da de que todas Sus promesas, desde las más grandes hasta las más pequeñas, son verdad.
Aunque los corintios estaban calumniando a Pablo, queda esta verdad saludable: la fidelidad del mensajero confirma la fiabilidad del mensaje. Predicar, se dice, es » verdad a través de personalidad;» y, si no se puede confiar en el mensajero, tampoco se puede confiar en su mensaje. Entre las normas judías en relación con la conducta y el carácter de un maestro, se establecía que no debía nunca prometerle nada a sus alumnos que no tuviera intención de cumplir. Porque eso sería acostumbrarlos a la falsedad. Aquí tenemos la advertencia de que no se deben hacer promesas a la ligera, porque se dejarían de cumplir con la misma ligereza. Antes de hacer una promesa se debe calcular lo que costará cumplirla, y estar seguro de que se puede y se quiere pagar ese precio.
Pablo pasa a decir dos cosas importantes.
(i) Es a través de Jesucristo como decimos «Amén» a las promesas de Dios. Solemos terminar nuestras oraciones diciendo: «Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.» Cuando concluimos una lectura bíblica también decimos a veces: «Amén.» Amén quiere decir Así sea, y la gran verdad es que no se trata de una fórmula ni de algo ritual; es la palabra que expresa nuestra convicción de que podemos ofrecer nuestras oraciones con confianza a Dios, y podemos apropiarnos con confianza todas Sus grandes promesas porque Jesús es la garantía de que nuestras oraciones serán oídas, y de que las grandes promesas de Dios son verdad.
(ii) Por último, Pablo habla de lo que la versión ReinaValera llama las arras del Espíritu. La palabra griega es arrabón, que en griego moderno quiere decir anillo de boda. Arrabón era la cantidad inicial de un pago, que se abonaba como garantía de que se pagaría el resto. Es una palabra muy corriente en documentos legales griegos. Leemos en uno de ellos que una mujer que vendía una vaca recibió 1,000 dracmas como arrabón de que la operación era en firme y se le pagaría el resto. En otro, unas bailarinas que se habían contratado para la fiesta de una aldea, recibieron un tanto como arrabón, que sería deducido del total, pero que era una garantía de momento de que el contrato se mantendría y se les pagaría lo estipulado. En otro, un cierto siervo le escribe a su amo que le ha pagado a Lampón el ratonero un arrabón de 8 dracmas en señal de que empezará a cazar los ratones mientras tienen las crías. Era un adelanto y una señal de que se le pagaría el resto. Todo el mundo conocía esta palabra. Cuando Pablo habla del Espíritu Santo como el arrabón que Dios nos ha dado quiere decir que la clase de vida que vivimos con la ayuda del Espíritu Santo es el primer plazo de la vida del Cielo, y la garantía de que algún día recibiremos la totalidad de esa vida. El don del Espíritu Santo es la señal y la garantía de algo todavía más maravilloso que está por venir.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— obsequio: Lit. gracia. Otros mss., entre ellos algunos importantes, dicen: daros la alegría.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
d 30 1Co 4:19
e 31 Hch 20:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
me propuse ir. La integridad de Pablo había sido puesta en duda porque había cambiado sus planes de viaje (vers. 17; cp. 1 Co 16:5– 7).
dos veces recibierais bendición. Pablo pensaba visitar a los corintios en su viaje de ida y también a su regreso de Macedonia; así ellos se beneficiarían de las dos visitas (vers. 16).
Fuente: La Biblia de las Américas
15 super (1) Lit., segunda; se refiere a la doble gracia proporcionada por las dos visitas del apóstol a Corinto, la visita mencionada en este versículo y la otra que se menciona en el siguiente. Por la venida del apóstol, fue otorgada a los creyentes la gracia de Dios, es decir, la impartición de Dios como el suministro de vida y el disfrute espiritual. Sus dos venidas les traerían una doble porción de esta gracia.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
M68 En el griego del N.T. hay una tendencia de usar πρός con un objeto personal y εἰς con uno impersonal (como aquí y en el v. 16, aunque esto no es una regla).
M119 En los vv. 15-24 parece que hay una distinción muy cuidadosa entre el singular y el plural (es decir, en referencias personales).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., tengáis una segunda gracia; algunos mss. antiguos dicen: gozo