¿Cometí pecado humillándome a mí mismo para que vosotros seáis enaltecidos, porque os he predicado gratuitamente el evangelio?
11:7 — «¿Pequé yo… de Dios de balde?» Usa Pablo de la ironía al hacerles esta pregunta. (Compárese 12:13). ¡Claro que no pecó! El pecado consiste en hacer lo contrario: enaltecerse a sí mismo, mientras humilla a otros. Ellos sabían que él rehusaba aceptar salario de los corintios para evitar la crítica destructiva. Véase 1Co 9:12-18. Los enemigos de Pablo interpretaban mal las acciones de Pablo en el particular, para dañarle. Cuando Pablo llegó a Corinto, trabajó con sus manos en hacer tiendas (Hch 18:1-4). Todavía no le llegaba el sostenimiento de otras iglesias. Pablo usa la frase «humillarse» en conexión con trabajar con las manos porque no era costumbre que los maestros se sostuvieran de su propio trabajo secular. Por un tiempo se sostuvo solo («humillándose») para que los corintios fueran «enaltecidos» por medio de su conversión a Cristo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
pequé yo humillándome. 2Co 10:1; 2Co 12:13; Hch 18:1-3; Hch 20:34; 1Co 4:10-12; 1Co 9:6, 1Co 9:12, 1Co 9:14-18; 1Ts 2:9; 2Ts 3:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
de balde: En los días de Pablo, los filósofos y maestros profesionales en la sociedad griega cobraban por enseñar. Pablo no. Trabajó (1Ts 2:9) y recibió ayuda de otras iglesias. Los que predican el evangelio debieran vivir del evangelio (1Co 9:14). Aunque Pablo tenía el derecho de recibir dinero de los corintios, prefirió no hacerlo con el fin de demostrar su integridad (1Co 9:12).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
de balde. También significa «sin cobrar». En la cultura griega se medía la importancia de un maestro conforme a la tarifa que cobraba. Los apóstoles falsos acusaron a Pablo de ser fraudulento porque no cobraba sus servicios (cp. 1Co 9:1-15). Convencieron a los corintios de que se ofendieran porque Pablo se negó a aceptar el apoyo económico de ellos, y ofrecieron esto como evidencia de que el apóstol no los amaba (cp. el v. 2Co 11:11). La dedicación de Pablo al trabajo manual para sostenerse a sí mismo (Hch 18:1-3) también avergonzaba a los corintios, quienes consideraban que esa clase de labor estaba por debajo de la dignidad de un apóstol. Con ironía exquisita Pablo preguntó a sus acusadores cómo era posible que presentaran su renuncia al derecho de ser sostenido como un pecado. De hecho, al renunciar a ese apoyo se había humillado a sí mismo para que ellos pudieran ser exaltados, es decir, sacados de su propio pecado e idolatría.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
11:7 — «¿Pequé yo… de Dios de balde?» Usa Pablo de la ironía al hacerles esta pregunta. (Compárese 12:13). ¡Claro que no pecó! El pecado consiste en hacer lo contrario: enaltecerse a sí mismo, mientras humilla a otros. Ellos sabían que él rehusaba aceptar salario de los corintios para evitar la crítica destructiva. Véase 1Co 9:12-18. Los enemigos de Pablo interpretaban mal las acciones de Pablo en el particular, para dañarle.
Cuando Pablo llegó a Corinto, trabajó con sus manos en hacer tiendas (Hch 18:1-4). Todavía no le llegaba el sostenimiento de otras iglesias. Pablo usa la frase «humillarse» en conexión con trabajar con las manos porque no era costumbre que los maestros se sostuvieran de su propio trabajo secular. Por un tiempo se sostuvo solo («humillándose») para que los corintios fueran «enaltecidos» por medio de su conversión a Cristo.
Pablo tenía el derecho de «cobrarles» por sus servicios en el evangelio, pero no usó de ese derecho en el caso de ellos. ¡Tenía sus razones!
Fuente: Notas Reeves-Partain
DISFRAZADOS DE CRISTIANOS
2 Corintios 11:7-15
¿Es que he cometido yo algún pecado por humillarme para que vosotros fuerais encumbrados, o por el hecho de haberos predicado el Evangelio de Dios de balde? He esquilmado otras iglesias y aceptado que me pagaran para serviros a vosotros. Y cuando me encontraba entre vosotros y había llegado a la más total indigencia, no os estrujé a ninguno para que me dierais ayuda. Los hermanos que volvieron de Macedonia suplieron mi necesidad. Siempre tuve cuidado de no seros nunca carga, y pienso seguir igual. Por la verdad de Cristo que hay en mí, por lo que a mí respecta, no se me podrá despojar de esta satisfacción en las regiones de Acaya.
¿Que por qué? ¿Porque no os amo? Dios sabe lo que os amo. Pero sigo y seguiré esta norma para no ofrecerles la oportunidad a los que están deseando demostrar que son lo mismo que nosotros, para presumir. Los tales no son más que falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. ¡Y no es extraño, porque también Satanás se disfraza de ángel de luz! No debe extrañarnos el que sus servidores también se disfracen de siervos de la justicia. Pero acabarán recibiendo lo que se merecen sus obras.
Aquí sale Pablo al paso de otra acusación que se le ha hecho. Esta vez está muy clara. No se les iba de la cabeza el hecho sorprendente de que Pablo se hubiera negado a aceptar la menor ayuda de ellos. Cuando se encontraba sin recursos, fue la iglesia de Filipos la que le proveyó de lo necesario (cp. Fil 4:10-18 ).
Antes de adentrarnos en este pasaje, debemos preguntarnos cómo podía Pablo mantener su actitud de absoluta independencia en cuanto a la iglesia corintia, y sin embargo aceptar donativos de la iglesia filipense. No estaba siendo inconsecuente, y la razón era muy práctica y noble. Por lo que sabemos, Pablo no aceptó nunca nada de los Filipenses cuando estaba en Filipos. Sí cuando ya había pasado a otros lugares. La razón es obvia. Mientras estaba en un lugar, tenía que ser absolutamente independiente, sin depender de nadie. Es discutible que se pueda aceptar ayuda de nadie, y predicar la verdad con independencia, aunque sea en contra del supuesto bienhechor. Cuando estaba en medio de la comunidad filipense, Pablo no podía estarle obligado a nadie. Era otra cosa cuando ya estaba en otro lugar. Entonces ya era libre para aceptar lo que el amor de los Filipenses le hiciera llegar, porque aquello ya no le podría comprometer con ninguna persona o grupo. Le habría sido imposible a Pablo, cuando estaba en Corinto, recibir sostenimiento y al mismo tiempo mantener la independencia que requería la situación. Eso no era ser inconsecuente, sino ser prudente.
¿Por qué les sentó tan mal a los corintios la actitud de Pablo? Por una parte, según la manera de pensar de los griegos, era una deshonra para un hombre libre el trabajar con las manos. No se había descubierto, o se había olvidado, la dignidad del trabajo honrado fuera cual fuera, y los corintios no comprendían la actitud de Pablo. Por otra parte, en el mundo griego se suponía que los maestros recibían dinero por su trabajo. Jamás ha habido una época en la que pudiera hacer más dinero uno que supiera hablar. Augusto, el emperador romano, pagaba al retórico Verrio Flaco un sueldo anual de 100,000 sestercios, que serían el equivalente de 50,000,000 de pesetas. Todas las ciudades concedían total exención de todas las cargas civiles e impuestos a cierto número de maestros de retórica y literatura. La independencia de Pablo era algo incomprensible para los corintios.
En cuanto a los falsos apóstoles, ellos también acusaban a Pablo de su independencia como si fuera algo malo. Ellos sí que aceptaban ayuda sin problemas, y mantenían que el hecho de aceptarla era una señal de que eran realmente apóstoles. Sin duda mantenían que Pablo se negaba a aceptar nada porque su enseñanza no valía nada. Pero en lo más íntimo de su corazón tenían miedo de que se les vieran las intenciones, y querían arrastrar a Pablo a su nivel para que no se viera el contraste que había entre la independencia de él y la codicia de ellos.
Pablo los acusa de disfrazarse de apóstoles de Cristo. La leyenda judía era que Satanás se había disfrazado una vez como uno de los ángeles que cantaban alabanzas a Dios, y que fue entonces cuando le vio Eva y fue seducida.
Todavía sigue siendo verdad que muchos se disfrazan de cristianos, algunos conscientemente, pero todavía más inconscientemente. Su cristianismo es algo exterior que no tiene la menor realidad. El sínodo de la Iglesia de Uganda trazó las siguientes cuatro pruebas por las que uno se puede examinar a sí mismo para comprobar la autenticidad de su cristianismo.
(i) ¿Conoces la salvación por la Cruz de Cristo?
(ii) ¿Estás creciendo en el poder del Espíritu Santo, la oración, la meditación y el conocimiento de Dios?
(iii) ¿Tienes un gran deseo de extender el Reino de Dios por el ejemplo, la predicación y la enseñanza?
(iv) ¿Traes a otros a Cristo buscándolos individualmente, visitándolos y testificando en público?
En la conciencia de otros no nos podemos meter; pero podemos poner a prueba nuestro propio cristianismo, no sea que nuestra fe sea un disfraz más que una realidad.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Hch 20:33-35; 1Co 9:12-18; Flp 4:15-18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Por qué Pablo se niega a recibir sostén
7-12 Pablo responde a las críticas sobre su política de trabajar para mantenerse a sí mismo, y que lo que recibía como sostén de otras iglesias complementara estos ingresos. Todo esto le permitía servir a los corintios y poder decir: a ninguno fui carga. Pero también hizo que fuera criticado por dos razo nes. Primera, los corintios pensaban que el trabajo manual estaba por debajo de la dignidad de un apóstol; y segunda, posiblemente ellos sintieran como una afrenta que él rechazara el sostén de ellos, especialmente luego de haberlo aceptado de las iglesias de Macedonia mientras trabajaba en Corinto. Los opositores de Pablo bien podrían haber usado esto como prueba de que Pablo no los amaba. Pablo invoca a Dios como testigo de que sí ama a los corintios. No obstante, continuará evitando ser una carga porque desea quitarles la ocasión a aquellos que la desean, con el fin de que en lo que se jactan se encuentren en las mismas condiciones que nosotros. Los opositores de Pablo querían consolidar su posición en Corinto, diciendo que ellos llevaban a cabo su misión en iguales condiciones que Pablo. Pero había un área crucial en que estas condiciones eran diferentes: ellos querían una retribución económica. Si hubieran sido apóstoles de buena fe, no tendrían que haberse preocupado por esta distinción, ya que la mayoría de los demás apóstoles aceptaban una remuneración (cf. 1 Cor. 9:7-14). Parece posible que los oponentes de Pablo no sólo aceptaran una remuneración, sino que también la extrajeran codiciosamente (cf. 11:20), y esto podría haberlos hecho particularmente sensibles a las odiosas comparaciones que podrían hacerse entre el comportamiento de ellos y el de Pablo. Si nuestros ministerios como cristianos en la actualidad han de gozar de credibilidad, también debemos actuar en forma íntegra en los asuntos de dinero. El evangelio cae en vergüenza cuando sus mensajeros son codiciosos de ganancias materiales.
13-15 Pablo expone ahora el verdadero carácter de sus opositores, señalándolos como falsos apóstoles, obreros fraudulentos disfrazados como apóstoles de Cristo. Y agrega que ese engaño no debe causar sorpresa, ya que si Satanás mismo se disfraza como ángel de luz, entonces no debemos asombrarnos de que sus ministros se disfracen como ministros de justificación. Los ataques de Satanás sobre la iglesia raramente son directos. Las más de las veces son subversivos y los llevan a cabo aquellos que dentro de la iglesia, equivocadamente, sirven a los fines de él. Esto es lo que Pablo teme que pueda pasar en Corinto (cf. 11:3, 4). De quienes son responsables de esto, dice Pablo: cuyo fin será conforme a sus obras (es decir, en el juicio de Cristo, ellos recibirán lo que sus obras merecen; cf. 5:10).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
r 396 1Co 2:3; 2Co 10:1
s 397 Hch 18:3; 1Co 9:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
O, anuncié