Comentario de 2 Corintios 12:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Me he hecho necio! ¡Vosotros me obligasteis! Pues más bien, yo debería ser recomendado por vosotros; porque en nada he sido menos que los apóstoles eminentes, aunque nada soy.
12:11 — «Me he hecho… por vosotros». Es necedad gloriarse en la carne; a Pablo le dio pena tener que hacer lo que sería visto como gloriarse (11:l,16,17; 12:1). Pero fueron los corintios los que le obligaron a hacerlo, porque en lugar de recomendarle delante de los falsos en Corinto, hicieron mucho caso de ellos, siendo grandemente impresionados por sus reclamaciones presuntuosas (11:20). Pablo era el padre de ellos en el evangelio, no aquéllos (1Co 4:15). Su autenticidad como iglesia de Cristo dependía del apostolado de Pablo y de la verdad que predicó allí. El les había repartido muchos dones milagrosos (1Co 12:8-10) de tal modo que a ellos no les faltaba nada (1:4-7). ¿Por qué, pues, permitían que los falsos en Corinto le desacreditaran, así obligando a Pablo a tener que en un sentido compararse con aquéllos? La culpa en todo esto, que para Pablo era tan desagradable, la tenían los corintios. — «porque en nada… nada soy». Aunque Pablo admitía libremente que no tenía nada en sí mismo en que gloriarse, sino que el poder y la gloria eran de Dios y por la gracia de Dios (1Co 4:9-13; 1Co 15:8-10), al mismo tiempo no era inferior en nada a aquellos maestros vanagloriosos en Corinto que reclamaban falsamente ser apóstoles (o iguales a los apóstoles)(2Co 11:13). Aquellos habían atacado a Pablo para congraciarse con la iglesia en Corinto, la cual era fruto de las labores de Pablo. Ahora Pablo recuerda a la iglesia que aquéllos no le llevaban ninguna ventaja en nada.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Me he hecho un necio al gloriarme. 2Co 1:6; 2Co 11:1, 2Co 11:16, 2Co 11:17.
porque en nada he sido menos. 2Co 12:12; 2Co 11:5; 1Co 3:4-7, 1Co 3:22; Gál 2:6-14.
aunque nada soy. Luc 17:10; 1Co 3:7; 1Co 15:8-10; Efe 3:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los corintios obligaron a Pablo gloriarse porque ellos escucharon a los falsos apóstoles (2Co 11:4) y fueron engañados (2Co 11:12).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Me he hecho un necio. Vea las notas sobre 2Co 11:1 ; 2Co 11:16; cp. 2Co 11:17; 2Co 11:21; 2Co 11:23. vosotros me obligasteis a ello. Vea la nota sobre 2Co 11:1. aquellos grandes apóstoles. Vea la nota sobre 2Co 11:5.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
12:11 — «Me he hecho… por vosotros». Es necedad gloriarse en la carne; a Pablo le dio pena tener que hacer lo que sería visto como gloriarse (11:l,16,17; 12:1). Pero fueron los corintios los que le obligaron a hacerlo, porque en lugar de recomendarle delante de los falsos en Corinto, hicieron mucho caso de ellos, siendo grandemente impresionados por sus reclamaciones presuntuosas (11:20). Pablo era el padre de ellos en el evangelio, no aquéllos (1Co 4:15). Su autenticidad como iglesia de Cristo dependía del apostolado de Pablo y de la verdad que predicó allí. El les había repartido muchos dones milagrosos (1Co 12:8-10) de tal modo que a ellos no les faltaba nada (1:4-7). ¿Por qué, pues, permitían que los falsos en Corinto le desacreditaran, así obligando a Pablo a tener que en un sentido compararse con aquéllos? La culpa en todo esto, que para Pablo era tan desagradable, la tenían los corintios.
–«porque en nada… nada soy». Aunque Pablo admitía libremente que no tenía nada en sí mismo en que gloriarse, sino que el poder y la gloria eran de Dios y por la gracia de Dios (1Co 4:9-13; 1Co 15:8-10), al mismo tiempo no era inferior en nada a aquellos maestros vanagloriosos en Corinto que reclamaban falsamente ser apóstoles (o iguales a los apóstoles)(2Co 11:13). Aquellos habían atacado a Pablo para congraciarse con la iglesia en Corinto, la cual era fruto de las labores de Pablo. Ahora Pablo recuerda a la iglesia que aquéllos no le llevaban ninguna ventaja en nada.
Fuente: Notas Reeves-Partain
FINAL DE LA DEFENSA DE PABLO
2 Corintios 12:11-18
He hecho el tonto -vosotros me obligasteis. Tendríais que haber sido vosotros los que me alabarais, y no yo; porque no soy menos en nada que esos superapóstoles, aunque no sea nada. He dado señales pacientemente entre vosotros de ser apóstol con milagros y maravillas y obras de poder. ¿En qué os he hecho de menos con las demás iglesias, como no sea en que no os he estrujado para que hicierais caridad conmigo? ¡Perdonadme esta ofensa!
Fijaos: Estoy dispuesto a ir a visitaros por tercera vez, y no aceptaré caridad de vosotros. No es vuestro dinero lo que yo quiero, sino a vosotros. No son los hijos los que tienen que ahorrar para los padres, sino al revés. Con mil amores gastaré yo y me gastaré hasta el colmo por vuestras almas, aunque cuanto más os quiera menos me queráis vosotros.
Pero supongamos que digáis que no es que os haya sido una carga, sino que, como soy un tipo astuto, os metí en el bote. De los que os he enviado, ¿me aproveché de vosotros por medio de ninguno de ellos? Animé a Tito a que os fuera a ver, y mandé también con él al hermano. ¿Se aprovechó Tito de vosotros? ¿No nos portamos exactamente igual y dando los mismos pasos?
Este pasaje, en el que Pablo está llegando al final de su defensa, suena como si fueran las palabras de alguien que hubiera hecho un gran esfuerzo y estuviera cansado. Parece casi como si Pablo se hubiera quedado hecho polvo del esfuerzo tremendo realizado.
Una vez más, habla de mala gana de todo este asunto de la autojustificación; pero tenía que hacerlo, aunque fuera un mal trago. Podía no darle demasiada importancia a que le desacreditaran; pero el que el Evangelio perdiera su eficacia era algo que Pablo no podía soportar.
(i) En primer lugar, Pablo dice que es en todos los sentidos tan buen apóstol como sus oponentes, que pretenden ser supersapóstoles. Y su afirmación se basa en una cosa: la eficacia de su ministerio. Cuando Juan el Bautista envió mensajeros que Le preguntaran a Jesús si era de veras el Prometido o si tenían que seguir esperando a otro, la de Jesús fue: » Volved, y decidle a Juan lo que está sucediendo» (Lc 7:18-22 ). Cuando Pablo quiere demostrar la autenticidad del Evangelio que predicó en Corinto, hace una lista de los pecados y de los pecadores, y le añade una frase impactante: «¡Y eso es lo que erais algunos de vosotros!» (1Co 6:9-11 ). Una vez felicitaron al doctor Chalmers por un gran sermón que predicó a una iglesia abarrotada, y contestó: «Sí; pero, ¿sirvió para algo? La eficacia es la prueba de la autenticidad. La realidad de una iglesia no se ve en el esplendor de su edificio o. en lo elaborado de su liturgia o en la riqueza de sus ofrendas o en el tamaño de su congregación, sino en las vidas cambiadas. Y, si no hay vidas cambiadas, falta el elemento esencial de la autenticidad. La única piedra de toque que Pablo reconocería para juzgar su apostolado era su capacidad para traer a las personas la gracia de Jesucristo que transforma las vidas.
(ii) Debe de haberles sentado muy mal a los corintios el que Pablo no quisiera aceptarles ninguna ayuda económica, porque vuelve al tema una y otra vez. Aquí establece una vez más uno de los grandes principios de la generosidad cristiana. «No es vuestro dinero lo que quiero -les dice-, sino a vosotros mismos.» El dar que no es darse no es nada. Hay deudas que se pueden saldar con dinero, pero hay otras para las que el dinero no sirve.
H. L. Gee cuenta en algún sitio la historia de un vagabundo que llegó una vez pidiendo limosna a la puerta de una buena mujer. Ella entró dentro de la casa para buscar algo que darle, y descubrió que no tenía cambio. Salió, y le dijo: «No tengo nada de cambio en casa. Necesito una barra de pan. Aquí tienes una libra. Ve a comprarme una barra de pan y, cuando vuelvas con el cambio, te daré algo.» El hombre cumplió el encargo y volvió con el cambio, y la mujer le dio una moneda.
Él la cogió con lágrimas en los ojos, y dijo: » No es por el dinero, sino por fiarse de mí. Nadie se ha fiado de mí así nunca, y no se lo puedo agradecer suficientemente.» Es fácil decir que la mujer asumió el riesgo que sólo podía correr una tonta sentimental; pero aquella mujer le dio al hombre más que dinero: le dio algo de sí misma al darle su confianza.
Turguéniev cuenta que una vez le paró un mendigo en la calle. El se hurgó en los bolsillos, y no llevaba absolutamente ningún dinero. Impulsivamente, le tendió la mano y le dijo al mendigo: «Hermano, esto es todo lo que puedo darte.» A lo que el mendigo contestó: «Me has llamado hermano. Me has dado la mano. Eso también es dar.» La manera más cómoda de cumplir con nuestra obligación con la iglesia o con la caridad de ayudar a nuestros semejantes pobres y necesitados es dar una suma de dinero y santas pascuas. No es que no sea nada, pero dista mucho de serlo todo; porque, en todo verdadero dar, el dador debe dar, no sólo lo que tiene, sino lo que es.
(iii) Parece que los corintios tenían una última acusación contra Pablo. No podían decir que se hubiera aprovechado nunca de ellos; con toda su malicia, no tenían ningún motivo para acusarle de eso. Pero parece que apuntaban a que, posiblemente, parte del dinero recogido para los pobres hermanos de Jerusalén había ido a los bolsillos de Tito o del otro emisario de Pablo, y que Pablo habría recibido así su parte. Una mente tan maliciosa se agarrará a cualquier detalle insignificante para encontrar motivos de crítica. La lealtad de Pablo a sus amigos salta en su defensa. No es lo más cómodo el ser amigo de un gran hombre. Se está expuesto a toda clase de envidias. ¡Feliz el que tiene ayudantes en los que puede confiar como confiaría en su propia alma! Pablo los necesitaba, y los tenía. Cristo también los necesita.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— superapóstoles: Ver nota a 2Co 11:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
n 452 2Co 12:1
ñ 453 2Co 11:5; Rev 2:2
o 454 2Co 11:23
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
los más eminentes apóstoles. Véase coment. en 11:5.
Fuente: La Biblia de las Américas
11 super (1) Véase la nota 5 super (1) del cap.11.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
insensato… M↓ añaden al gloriarme; ”súper apóstoles”… Gr. uperlían apóstoloi. Ironía → §054. Estos son los falsos apóstoles → 2Co 11:13-15, los mismos de 2Co 11:5.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
B284 Εἰ καί introduce una cláusula concesiva (comp. 2Co 7:8): aunque.
T90 No se sugiere mediante ὤφειλον que no se vivió en conformidad con la obligación pasada; esta es sencillamente una obligación presente que por alguna razón, se expresa en el imperfecto (se usa el imperfecto para expresar una obligación que no ocurre o no ocurrió -BD358[1]). [Editor. Se refiere a una obligación que de hecho no estaba siendo cumplida. Esta fue la precisa razón por la cual Pablo se vio obligado a presentar sus credenciales.]
BD495(3) Pablo cambia su tono de una manera sorprendente (comp. 2Co 7:3).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, superapóstoles
Fuente: La Biblia de las Américas
M i añaden al gloriarme.
12.11 g 11.5.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
† Ver 2Co 11:5.