Comentario de 2 Corintios 2:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Así que, más bien, debierais perdonarle y animarle, para que no sea consumido por demasiada tristeza.
2:7 — «así que… consolarle». La disciplina logró su propósito: el hermano se arrepintió. Por eso ahora debían hacer algo «al contrario» de la disciplina; ya bastaba de disciplina. Era tiempo ahora de perdonar y de consolar. A veces se oye decir, en el caso en que la persona no quiere perdonar al que cometió algún mal pero que se ha arrepentido, «no puedo perdonarle». Sí puede, y se le manda hacerlo. Es que no quiere. A tal persona se le recuerdan las palabras de Cristo en Mat 6:14-15, y en 18:32-35. El hijo de Dios (el cristiano) es como su Padre (Heb 8:12); por eso cumple con Efe 4:32.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
vosotros más bien debéis perdonarle. Gál 6:1, Gál 6:2; Efe 4:32; Col 3:13; 2Ts 3:6, 2Ts 3:14, 2Ts 3:15; Heb 12:12-15.
para que no ser consumido. 2Co 5:4; 2Sa 20:19, 2Sa 20:20; Sal 21:9; Sal 56:1, Sal 56:2; Sal 57:3; Sal 124:3; Pro 1:12; Isa 28:7; 1Co 15:54.
de demasiada tristeza. 2Co 7:10; Pro 17:22; Flp 2:27; 1Ts 4:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
perdonarle y consolarle: El propósito de la disciplina en la iglesia es de arrepentimiento y restauración. El perdón debiera siempre seguir a la corrección, como Cristo ordenó (Mat 18:15-35). No hay lugar para el carácter vengativo; al contrario, el amor de Cristo debe expresarse por medio nuestro. Graves consecuencias se prometen a los que dejan de perdonar. Dejar de perdonar traerá pérdidas ante el tribunal de Cristo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
perdonarle. Era tiempo de otorgar perdón para que el gozo del hombre fuera restaurado (cp. Sal 51:12; Sal 51:14; Isa 42:2-3). Pablo sabía que en la iglesia no existen límites humanos a la gracia, la misericordia y el perdón de Dios hacia los pecadores arrepentidos. Esas restricciones solo le roban el gozo de la unidad a la comunidad de creyentes (cp. Mat 18:34-35; Mar 11:25-26).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:7 — «así que… consolarle». La disciplina logró su propósito: el hermano se arrepintió. Por eso ahora debían hacer algo «al contrario» de la disciplina; ya bastaba de disciplina. Era tiempo ahora de perdonar y de consolar.
A veces se oye decir, en el caso en que la persona no quiere perdonar al que cometió algún mal pero que se ha arrepentido, «no puedo perdonarle». Sí puede, y se le manda hacerlo. Es que no quiere. A tal persona se le recuerdan las palabras de Cristo en Mat 6:14-15, y en 18:32-35. El hijo de Dios (el cristiano) es como su Padre (Heb 8:12); por eso cumple con Efe 4:32.
–«para que no… tristeza». El propósito de la disciplina es la salvación del que pecó. Véase 1Co 5:5. No perdonado, ni consolado, el pecador posiblemente podría ser consumido del pesar que sentía a causa de la disciplina. En tal caso sería anulado el propósito mismo de la disciplina.
Pablo manifiesta (o más bien, Dios por medio de Pablo) su gran interés en el hermano pecador. Nuestro Dios amoroso busca la salvación de los pecadores. Este es todo el punto de Cristo en Luc 15:1-32. Nos toca a nosotros que profesamos ser seguidores de Cristo manifestar la misma actitud hacia ellos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
j 63 Luc 15:24
k 64 Heb 12:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
perdonarlo y consolarlo. El interés de Pablo es que la persona arrepentida debe ser perdonada y restaurada al compañerismo de la iglesia (cp. vers. 8, 10).
Fuente: La Biblia de las Américas
7 super (1) O, tratarle de manera benévola.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
M144 Ocasionalmente, en el uso de ὥστε aparece una elipsis (como en este caso, inserte δεῖν antes del infinitivo; tiene el sentido de tendencia o resultado previsto; comp. 1Co 13:2): a fin de que.
T242 El dativo λύπῃ se usa para expresar un sentido de causa (comp. R532).
MT193 La distinción entre la prohibición latente (con μή) y la cláusula de propósito puede ilustrarse con este versículo, donde el original bien pudiera significar igualmente: tal vez él sea abrumado, o para que no sea abrumado.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., el tal
Lit., excesiva