Biblia

Comentario de 2 Corintios 3:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Corintios 3:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Esta confianza tenemos delante de Dios, por medio de Cristo:

3:4 — «Y tal confianza… Dios». Pablo aquí declara su confianza de que su comisión y obra, de predicar el evangelio, vino mediante Cristo y de Dios (ver. 5). Cristo le apareció en el camino a Damasco (Hch 9:1-43; Hch 22:1-30; Hch 26:1-32), y le comisionó. Su obra en Corinto fue una carta de Cristo que él había escrito. Con razón sentía esta confianza, la cual no se apoyaba en cartas de recomendación de hombres, sino en su comisión divina y en la aceptación de su obra de parte de Dios. Todas sus labores las hacía en relación con Dios y para su aprobación.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y tal confianza tenemos. 2Co 2:14; Flp 1:6.

para con Dios. Éxo 18:19; 1Ts 1:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

confianza: La palabra griega significa «creencia en una persona» (2Co 2:14-17; 2Co 3:1-3; Flp 4:19). Pablo estaba convencido de que Cristo haría efectivo su ministerio.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

tal confianza. La palabra griega que se traduce «confianza» puede significar «ganar». Pablo estaba confiado en su ministerio y esa confianza resultó en su capacidad para mantenerse firme en dirección a la meta (cp. Hch 4:13; Hch 4:29).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:4 — «Y tal confianza… Dios». Pablo aquí declara su confianza de que su comisión y obra, de predicar el evangelio, vino mediante Cristo y de Dios (ver. 5). Cristo le apareció en el camino a Damasco (Hch 9:1-43; Hch 22:1-30; Hch 26:1-32), y le comisionó. Su obra en Corinto fue una carta de Cristo que él había escrito. Con razón sentía esta confianza, la cual no se apoyaba en cartas de recomendación de hombres, sino en su comisión divina y en la aceptación de su obra de parte de Dios. Todas sus labores las hacía en relación con Dios y para su aprobación.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA GLORIA SUPERABLE Y LA INSUPERABLE

2 Corintios 3:4-11

Podemos creer esto con toda confianza porque lo creemos mediante Jesucristo y ala vista de Dios. No es que seamos idóneos por nuestros propios recursos para atribuirnos como mérito propio el impacto que hayamos hecho, sino que nuestra idoneidad procede de Dios, Que nos ha hecho idóneos para ser ministros de la nueva relación que ha entrado en vigor entre Dios y la humanidad. Esta nueva relación no depende de un documento escrito, sino del Espíritu. Un documento escrito puede ser letra muerta, pero el Espíritu es un poder que genera vida.
Si el ministerio que no podía producir más que muerte, que dependía de documentos escritos grabados en la piedra, se inició con tal gloria que los israelitas no podían soportar ni el mirar por un tiempo el rostro de Moisés a causa de la gloria que reverberaba, aunque era una gloria que se desvanecía al poco tiempo, es indudable que el ministerio del Espíritu estará aún más revestido de gloria. Porque, si el ministerio que no podía producir más que la condenación fue algo glorioso, el ministerio que produce la debida relación entre Dios y la humanidad lo superará en gloria. Porque, está claro que lo que estuvo cubierto de gloria ya no la tiene debido a que ha surgido algo que lo sobrepasa en gloria. Si lo que estaba abocado a desaparecer surgió con gloria, mucho más lo que está destinado a permanecer existe con gloria.

Este pasaje se divide naturalmente en dos partes. Al principio, Pablo piensa que tal vez su afirmación de que los corintios son cartas vivas de Cristo expedidas durante su ministerio podría sonar a autoelogio. Así es que se apresura a insistir en que, lo que él haya podido hacer, no es en realidad su propia obra, sino la de Dios. Ha sido Dios Quien le ha capacitado para la tarea a la que le ha llamado. Puede que estuviera pensando en el sentido fantástico que le daban los judíos a veces a uno de los títulos de Dios, El Shaddai, que quiere decir Todopoderoso, pero que los judíos interpretaban a veces como El Todosuficiente. Es Él, Quien es todosuficiente, Quien ha hecho a Pablo suficiente para su labor. (La antigua Reina-Valera usaba la palabra suficiente en este pasaje).

Cuando Harriet Beecher Stowe publicó La cabaña del tío Tom, se vendieron 300,000 ejemplares en América en un año. Se tradujo a una veintena de lenguas. Lord Palmerson, que se había pasado treinta años sin leer una novela, la alabó «no sólo por el tema, sino como la obra de una gran estadista.» Lord Cockburn, miembro del Consejo Privado, declaró que había hecho más por la humanidad que ninguna otra novela. Tolstoi la colocaba entre los grandes logros de la mente humana. No cabe duda que su mayor contribución fue a la causa de la liberación de los esclavos. Herriet Beecher Stowe se negaba a adscribirse el mérito de haberlo escrito. Decía: «¿Yo la autora de La cabaña del tío Tom? De ninguna manera. No podía ni controlar la historia. Se escribió sola. El Señor la escribió, y yo no fui más que Su humilde amanuense. Todo me vino en visiones, una tras otra, y eso fue lo que yo puse en palabras. ¡A Él sea toda la gloria!»

Su capacidad le había venido de Dios. Eso pasó con Pablo. Él nunca decía: «¡Fijaos en lo que he hecho!» Sino: «¡A Dios sea la gloria!» Nunca se consideró idóneo para nada; siempre pensaba que era Dios Quien le capacitaba. Y fue precisamente por eso, consciente como era de su incapacidad, por lo que no le daba miedo encargarse de ninguna labor. Nunca tenía que hacer las. cosas solo: Dios estaba con Él.
La segunda parte de este pasaje nos presenta el contraste entre el Antiguo y el Nuevo Pacto o Testamento. Un pacto quiere decir un acuerdo que hacen dos personas, mediante el cual entran en una cierta relación una con otra. No es, en el sentido bíblico, un acuerdo ordinario; porque las partes contratantes se encuentran en igualdad de términos en un pacto ordinario. Pero, en el sentido bíblico, es Dios el primer motor, y Se acerca a la humanidad para ofrecerle una relación bajo ciertas condiciones que la humanidad no puede ni iniciar ni alterar, sino solamente aceptar o rechazar.
La palabra que Pablo usa para nuevo cuando habla del Nuevo Pacto es la misma que usó Jesús, y es muy significativa. En griego hay dos palabras para nuevo. La primera, que es néos, quiere decir nuevo en el tiempo exclusivamente. Un bebé es nuevo en el mundo porque acaba de nacer. La segunda, que es kainós, quiere decir no solamente nuevo en relación con el tiempo sino nuevo en cualidad. Si algo es kainós es que ha introducido un nuevo elemento en la situación. La palabra kainós es la que usan Jesús y Pablo al hablar del Nuevo Pacto, porque no es nuevo solamente en relación al tiempo, sino porque es completamente diferente en especie del Antiguo Pacto. Produce una relación entre Dios y la humanidad que es totalmente diferente de la anterior.

¿Dónde está la diferencia?

(i) El Antiguo Pacto estaba basado en un documento escrito. Encontramos la historia de su inauguración en Ex 24:1-8 .

Moisés tomó el libro del pacto y se lo leyó al pueblo, que dio su conformidad. Por otra parte, el Nuevo Pacto tiene como base el Espíritu vivificador. Un documento escrito siempre es algo externo, mientras que la obra del Espíritu produce un cambio en el corazón mismo. Una persona puede obedecer un código escrito aunque siempre desee desobedecerlo; pero cuando el Espíritu entra en el corazón y lo controla, la persona no sólo no quebranta el código sino que no quiere quebrantarlo, porque es una persona cambiada. Un código escrito puede cambiar la ley, pero sólo el Espíritu puede cambiar la naturaleza humana.

(ii) El Antiguo Pacto era una cosa muerta, porque no producía nada más que una relación legal entre Dios y las personas. De hecho decía: «Si quieres mantenerte en relación con Dios, tienes que guardar estos mandamientos.» Creaba una situación en, la que Dios aparecía como el Juez, y la persona humana como el criminal, siempre culpable en el juicio.
El Antiguo Pacto era una cosa muerta porque mataba ciertas cosas.

(a) Mataba la esperanza. Nunca había esperanza de cumplirlo, porque la naturaleza humana es como es. Por tanto, no podía producir más que frustración.

(b) Mataba la vida. Bajo él, una persona no podía ganar más que la condenación, y la condenación quería decir la muerte, o algo todavía peor.

(c) Mataba el vigor. Era suficiente para decirle a una persona lo que tenía que hacer, pero no la ayudaba a hacerlo.

El Nuevo Pacto es totalmente diferente.

(a) Es una relación de amor. Surgió porque de tal manera amó Dios al mundo.

(b) Es una relación entre Padre e hijos. Las personas ya no son criminales culpables, sino hijos de Dios, aunque sean hijos desobedientes.

(c) Cambia la vida del ser humano, pero no imponiéndole un nuevo código de leyes, sino cambiándole el corazón.

(d) Por tanto, no sólo le dice a uno lo que tiene que hacer, ‘sino le da la fuerza para hacerlo. Con el mandamiento trae el poder.

Pablo pasa a contrastar los dos .Pactos. El Antiguo Pacto nació con gloria. Cuando Moisés bajó del monte con los Diez Mandamientos, que son el código del Antiguo Pacto, le lucía el rostro con tal resplandor que nadie podía mirarle Ex 34:30 ). Estaba claro que aquello sería una gloria pasajera. Ni se mantuvo ni se podía mantener. El Nuevo Pacto, la nueva relación que Jesucristo ha hecho posible entre Dios y nosotros, tiene un esplendor mayor que no se desvanecerá jamás, porque produce perdón en lugar de condenación, vida en lugar de muerte.

Aquí hay una advertencia. Los judíos preferían el Antiguo Testamento, la ley; rechazaron el Nuevo, la nueva relación con Dios en Cristo. Ahora bien, el Antiguo Testamento no era nada malo, sino menos bueno, una etapa del camino. Como ha dicho un gran comentarista: » Cuando ya ha salido el Sol, no se necesitan las lámparas.» Y como se ha dicho con verdad: «Lo bueno es enemigo de lo mejor.» Los pueblos siempre tienden a mantener lo antiguo aun cuando se les ofrezca algo mejor. Durante mucho tiempo la gente, por lo que se suelen llamar «razones religiosas,» rechazó el cloroformo. Cuando surgieron Wordsworth y los poetas románticos, la crítica decía: «Esto no durará.» Cuando Wagner empezó a componer, la gente no quería su música. Las iglesias de todo el mundo se aferran a lo viejo y rechazan lo nuevo. Porque una cosa se ha hecho siempre, es buena; y porque otra cosa no se ha hecho nunca, es mala. Debemos tener cuidado con adorar las etapas en vez de la meta, y con aferrarnos a lo bueno cuando está esperándonos lo mejor. No caigamos en lo que hicieron los judíos: insistir en que lo antiguo está bien, rechazando las glorias nuevas que Dios nos abre en Jesucristo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Ministros del nuevo pacto

4, 5 Aquí Pablo contesta la pregunta que formulara en 2:16, demostrando que su competencia viene de Dios. No refleja una humildad exagerada, sino más bien un sobrio reconocimiento del hecho de que la obra espiritual puede realizarse únicamente por el poder que Dios provee a través de su Espíritu. 6 El ministerio de Pablo bajo el nuevo pacto no era de la letra, sino del Espíritu. El contraste aquí es entre la ley de Moisés y el Espíritu Santo, respectivas características principales del antiguo y del nuevo pactos. La letra mata en la medida en que pronuncia juicio sobre aquellos que quebrantan la ley. El Espíritu vivifica, porque bajo el nuevo pacto los pecados son perdonados y no se los recuerda más, y el Espíritu capacita a las personas para vivir para Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

i 92 Efe 3:12

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Lit., tal

Fuente: La Biblia de las Américas