Biblia

Comentario de 2 Corintios 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Corintios 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

3:6 — «el cual… nuevo pacto». Lo que hizo Dios con los apóstoles fue hacerles competentes o suficientes para anunciar al mundo el evangelio del nuevo pacto, o acuerdo, que Dios ha hecho con los hombres por medio de Cristo Jesús. El antiguo pacto (Antiguo Testamento) fue hecho con Moisés y era para los judíos; fue hecho en Sinaí. Pero 430 años antes de darse la ley en Sinaí Dios ya había hecho una promesa a Abraham de que en la simiente de él serían benditas todas las naciones de la tierra (Gén 12:3; Gén 22:18; Hch 3:25-26; Gál 3:8; Gál 3:16-22; Heb 8:6-13).

En cambio, los judaizantes abogaban por la ley de Moisés, tratando de obligar a los gentiles a ser circuncidados, es decir, identificados como judíos en la carne, para ser salvos (Hch 15:1). Estos en Corinto trataron duramente de desacreditar a Pablo para robarle su influencia en la iglesia en Corinto. Mucho de lo que trae esta segunda carta a los corintios trata este problema.

— «no de la letra… vivifica». Los dos términos, «letra» y «espíritu», son empleados por Pablo en este pasaje para referirse a los dos pactos, al antiguo (ver. 14) y al nuevo (ver. 6). La palabra «letra» apunta a los diez mandamientos, escritos en tablas de piedra y que representaban a la ley de Moisés completa. La palabra «espíritu» apunta a la fuente de la revelación del evangelio salvador de Cristo, pues el Espíritu Santo reveló el mensaje a testigos escogidos de antemano (Hch 1:1-8).

Se dice que la «letra» mata, porque la ley de Moisés no traía en sí perdón de pecados en realidad. (Sí había perdón típico en el derramamiento de la sangre de animales en los sacrificios, pero en realidad esa sangre no podía perdonar, Heb 10:4). Se dice que el «espíritu» vivifica, porque la ley de Cristo sí trae perdón para el hombre muerto en el pecado. El que obedece al evangelio, siendo renacido (Jua 3:3; Jua 3:5; Hch 22:16; Tit 3:5; 1Pe 1:18-25), ya tiene vida de nuevo con Dios (Efe 2:1; Efe 2:5).

Bajo la ley de Moisés el israelita, al pecar, se hallaba bajo la condenación de la ley. La ley le condenaba. La paga del pecado es la muerte (Rom 6:23). No había perdón en la sangre de los animales. Para él la ley le resultó para muerte (Rom 7:10-13). Era imposible que la ley de Moisés salvara al pecador (Rom 8:3); era débil, pues. Tenía este defecto (Heb 8:7). Tenía la ley de Moisés, el Antiguo Testamento, buen propósito, pero fue temporario y no permanente (Gál 3:19-29). Ya que vino Cristo y estableció el nuevo pacto, el cristiano, al tratar de volver a la ley de Moisés para justificarse, se desliga de Cristo y cae de la gracia de Dios (Gál 5:4).

Este versículo es uno de los favoritos de los modernistas, los que niegan la inspiración de las Escrituras, los milagros de la Biblia, la deidad de Jesús de Nazaret, el juicio final, etc. A ellos les gusta aplicar este versículo como si dijera que la letra significa cualquier interpretación literal de las Escrituras, y que eso mata, mientras que el espíritu significa cualquier determinación de ellos respecto a las Escrituras, hecha por el subjetivismo, y que eso vivifica; es decir, que sí vale. Desde luego ellos ignoran por completo el contexto y juegan con palabras. Obviamente Pablo aquí no contrasta un supuesto sentido literal con uno puramente alegórico o simbólico, llamado «espiritual».

Considérense Rom 2:29; Rom 7:6.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

nos hizo ministros competentes. 2Co 5:18-20; Mat 13:52; Rom 1:5; 1Co 3:5, 1Co 3:10; 1Co 12:28; Efe 3:7; Efe 4:11, Efe 4:12; Col 1:25-29; 1Ti 1:11, 1Ti 1:12; 1Ti 4:6; 2Ti 1:11.

de un nuevo pacto. 2Co 3:14; Jer 31:31; Mat 26:28; Mar 14:24; Luc 22:20; 1Co 11:25; Heb 7:22; Heb 8:6-10; Heb 9:15-20; Heb 12:24; Heb 13:20.

no de la letra. Rom 2:27-29; Rom 7:6.

porque la letra mata. 2Co 3:7, 2Co 3:9; Deu 27:26; Rom 3:20; Rom 4:15; Rom 7:9-11; Gál 3:10-12, Gál 3:21.

mas el espíritu. Jua 6:63; Rom 8:2; 1Jn 1:1.

vivifica. Jua 5:21; Rom 4:17; 1Co 15:45; Efe 2:1, Efe 2:5; 1Pe 3:18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

LA LETRA MATA. No son la ley ni la Palabra escrita de Dios de por sí las que destruyen. Son más bien las exigencias de la ley sin la vida y sin el poder del Espíritu las que causan la condenación (vv. 2Co 3:7; 2Co 3:9; cf. Jer 31:33; Rom 3:31; véase el ARTÍCULO LA FE Y LA GRACIA, P. 1582. [Rom 5:21]). Mediante la salvación en Cristo, el Espíritu da al creyente vida y poder espirituales para que haga la voluntad de Dios. La letra ya no mata cuando se tiene el Espíritu Santo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

nuevo pacto. El nuevo pacto que suministra perdón de pecados por la muerte de Cristo (vea las notas sobre Jer 31:31-34; Mat 26:28; Heb 8:7-12). la letra. Una conformidad externa a la ley que no cumplía su requisito más básico de amor perfecto y santo a Dios y a los semejantes (Mat 22:34-40) y distorsionaba su propósito verdadero que era ayudar a una persona a reconocer su propia pecaminosidad (cp. Rom 2:27-29). del espíritu. El Espíritu Santo. la letra mata, mas el espíritu vivifica. La letra mata de dos maneras: 1) resulta en una muerte en vida. Antes de que Pablo se convirtiera, él creía que era salvo por guardar la ley, pero todo lo que esta hizo fue matar su paz, su gozo y su esperanza, y 2) resulta en muerte espiritual. Su incapacidad para guardar la ley a perfección le sentenciaba a una muerte eterna (vea las notas sobre Rom 7:9-11; cp. Rom 5:12; Gál 3:10). Solo Jesucristo a través de la agencia del Espíritu Santo puede producir vida eterna en todo aquel que cree.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:6 — «el cual… nuevo pacto». Lo que hizo Dios con los apóstoles fue hacerles competentes o suficientes para anunciar al mundo el evangelio del nuevo pacto, o acuerdo, que Dios ha hecho con los hombres por medio de Cristo Jesús. El antiguo pacto (Antiguo Testamento) fue hecho con Moisés y era para los judíos; fue hecho en Sinaí. Pero 430 años antes de darse la ley en Sinaí Dios ya había hecho una promesa a Abraham de que en la simiente de él serían benditas todas las naciones de la tierra (Gén 12:3; Gén 22:18; Hch 3:25-26; Gál 3:8; Gál 3:16-22; Heb 8:6-13).
En cambio, los judaizantes abogaban por la ley de Moisés, tratando de obligar a los gentiles a ser circuncidados, es decir, identificados como judíos en la carne, para ser salvos (Hch 15:1). Estos en Corinto trataron duramente de desacreditar a Pablo para robarle su influencia en la iglesia en Corinto. Mucho de lo que trae esta segunda carta a los corintios trata este problema.
–«no de la letra… vivifica». Los dos términos, «letra» y «espíritu», son empleados por Pablo en este pasaje para referirse a los dos pactos, al antiguo (ver. 14) y al nuevo (ver. 6). La palabra «letra» apunta a los diez mandamientos, escritos en tablas de piedra y que representaban a la ley de Moisés completa. La palabra «espíritu» apunta a la fuente de la revelación del evangelio salvador de Cristo, pues el Espíritu Santo reveló el mensaje a testigos escogidos de antemano (Hch 1:1-8).
Se dice que la «letra» mata, porque la ley de Moisés no traía en sí perdón de pecados en realidad. (Sí había perdón típico en el derramamiento de la sangre de animales en los sacrificios, pero en realidad esa sangre no podía perdonar, Heb 10:4). Se dice que el «espíritu» vivifica, porque la ley de Cristo sí trae perdón para el hombre muerto en el pecado. El que obedece al evangelio, siendo renacido (Jua 3:3; Jua 3:5; Hch 22:16; Tit 3:5; 1Pe 1:18-25), ya tiene vida de nuevo con Dios (Efe 2:1; Efe 2:5).
Bajo la ley de Moisés el israelita, al pecar, se hallaba bajo la condenación de la ley. La ley le condenaba. La paga del pecado es la muerte (Rom 6:23). No había perdón en la sangre de los animales. Para él la ley le resultó para muerte (Rom 7:10-13). Era imposible que la ley de Moisés salvara al pecador (Rom 8:3); era débil, pues. Tenía este defecto (Heb 8:7). Tenía la ley de Moisés, el Antiguo Testamento, buen propósito, pero fue temporario y no permanente (Gál 3:19-29). Ya que vino Cristo y estableció el nuevo pacto, el cristiano, al tratar de volver a la ley de Moisés para justificarse, se desliga de Cristo y cae de la gracia de Dios (Gál 5:4).
Este versículo es uno de los favoritos de los modernistas, los que niegan la inspiración de las Escrituras, los milagros de la Biblia, la deidad de Jesús de Nazaret, el juicio final, etc. A ellos les gusta aplicar este versículo como si dijera que la letra significa cualquier interpretación literal de las Escrituras, y que eso mata, mientras que el espíritu significa cualquier determinación de ellos respecto a las Escrituras, hecha por el subjetivismo, y que eso vivifica; es decir, que sí vale. Desde luego ellos ignoran por completo el contexto y juegan con palabras. Obviamente Pablo aquí no contrasta un supuesto sentido literal con uno puramente alegórico o simbólico, llamado «espiritual».
Considérense Rom 2:29; Rom 7:6.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Jer 31:31; Luc 22:20; 1Co 11:25; Heb 9:15; Heb 12:24.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— la letra de la ley: En el sentido de interpretación formalista de la ley de Moisés, tal como la hacían con frecuencia los rabinos judíos y los cristianos judaizantes. Ver nota a Rom 2:29.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “siervos”. Gr.: di·a·kó·nous; lat.: mi·ní·stros (de mí·nus, “menos”); J22(heb.): mescha·rethím.

(2) Lit.: “de carácter escrito”. Gr.: grám·ma·tos; lat.: lít·te·rae.

REFERENCIAS CRUZADAS

l 95 Heb 8:6; 1Jn 2:20

m 96 Rom 13:9

n 97 Rom 7:6

ñ 98 Gál 3:10

o 99 Jua 6:63

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

la letra mata…el Espíritu da vida. Es imposible que alguien sea justificado ante Dios tratando de cumplir el antiguo pacto (la letra), porque al fallar en un sólo mandamiento se hace culpable de todos (Stg 2:10); pero el nuevo pacto se caracteriza por la seguridad de la renovación por el Espíritu para los que han puesto su fe en Cristo (cp. Ro 7:6; 8:2; Tit 3:5).

Fuente: La Biblia de las Américas

6 (1) El código escrito de la ley.

6 (2) El Espíritu del Dios vivo, con quien los apóstoles ministraban a Cristo en los creyentes para hacer de ellos cartas vivas de Cristo (v.3). A diferencia del ministerio mosaico, para el Antiguo Testamento, el ministerio apostólico, para el Nuevo Testamento, no es de la letra muerta sino del Espíritu viviente, quien da vida.

6 (3) Esta es la letra de la ley, la cual sólo hace exigencias al hombre y no puede suministrar vida al hombre ( Gál_3:21). La ley mata al hombre ( Rom_7:9-11) debido a la incapacidad de éste para cumplir sus requisitos.

6 (4) El Espíritu, la máxima expresión del Dios Triuno procesado quien se hizo el Espíritu vivificante ( 1Co_15:45), imparte la vida divina, aun Dios mismo, en los creyentes y en los apóstoles, haciendo de ellos ministros de un nuevo pacto, el pacto de vida. Así que, el ministerio de ellos es un ministerio constituido del Dios Triuno de vida por Su Espíritu vivificante.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

un nuevo pacto. El mensaje de la gracia de Cristo (Mat 26:28).

la letra mata, mas el espíritu vivifica. La letra se refiere a la ley mosaica. Mata, porque, de suyo, no puede dar vida (Hch 13:39). La obra de la ley era hacer a los hombres conscientes de pecado (Gál 3:21-25; 1Ti 1:9). El Espíritu, por constraste, da vida a los creyentes.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

servidores… Gr. diákonos → §314; un nuevo pacto… No se refiere a Rom 11:27, ni a Jer 31:31-34, sino a 1Co 11:25.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, servidores

Fuente: La Biblia de las Américas

g Jer 31:31-34.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

* O “pacto”.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento