Comentario de 2 Corintios 9:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y digo esto: El que siembra escasamente cosechará escasamente, y el que siembra con generosidad también con generosidad cosechará.

9:6 — Pablo apela a un principio de Dios que tiene aplicación, no solamente en el campo físico, sino también en el espiritual. Si se siembra poca semilla, no se puede esperar cosecha abundante. Esto lo sabemos muy bien. Pero también es cierto en lo espiritual.

El texto griego dice literalmente: «…el que siembra sobre (o, en) bendiciones, también sobre (o, en) bendiciones segará». Otra vez damos con la palabra «bendición», como en el versículo anterior. Si sembramos, dice Pablo, con alegría de corazón, y con el motivo de bendecir a otros más necesitados que nosotros, sembrando así sobre bendiciones podemos esperar como cosecha para nosotros grandes bendiciones. Pero si sembramos con mezquindad, o escasamente, no actuando con corazón alegre y de amor para con los necesitados, aunque donamos algo, no nos beneficia delante de Dios, y así nos robamos de grandes bendiciones. En esto seríamos como el que poco siembra, pero siempre espera cosechar mucho. ¡No es así!

La razón para todo esto se basa en el sencillo hecho de que Dios nos mira en esta vida de prueba. Juzga nuestros motivos. Col 3:23-24 bien lo explica, como también Mat 25:40 y Luc 16:9-14. Al avaro (recuérdense las palabras codicia, tacañería, mezquindad, usadas arriba) le espera un fin terrible (Stg 5:1-5).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pero esto digo. 1Co 1:12; 1Co 7:29; 1Co 15:20; Gál 3:17; Gál 5:16; Efe 4:17; Col 2:4.

El que siembra escasamente. 2Co 9:10; Sal 41:1-3; Pro 11:18, Pro 11:24; Pro 19:17; Pro 22:9; Ecl 11:1, Ecl 11:6; Luc 6:38; Luc 19:16-26; Gál 6:7-9; Heb 6:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

siembra escasamente: En las Escrituras se hace referencia muchas veces a la ley de la cosecha (Pro 11:24, Pro 11:25; Pro 19:17; Luc 6:38; Gál 6:7). Pablo la aplicó para dar. Dar es como sembrar una semilla. La magnitud de la cosecha se determina por la cantidad de semillas que se siembran.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SEGARÁ ESCASAMENTE. Los creyentes pueden dar generosa o escasamente; Dios los recompensará de acuerdo con lo que den (Mat 7:1-2). Pablo no considera el dar como pérdida sino como una forma de ahorrar que produce grandes beneficios a los que dan (véanse 2Co 8:2, nota; 2Co 9:11, nota). No se refiere principalmente a la cantidad que se da sino a la calidad de los deseos y motivos del corazón. La viuda pobre dio poco, pero Dios lo consideró mucho debido a la proporción que dio y su completa dedicación (véanse Luc 21:1-4, nota; cf. Pro 11:24-25; Pro 19:17; Mat 10:41-42; Luc 6:38).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

El principio obvio y evidente en la agricultura que Pablo aplicó a la vida cristiana, que la cosecha va en proporción directa a la cantidad de semilla sembrada (cp. Pro 11:24-25; Pro 19:17; Luc 6:38; Gál 6:7). generosamente. Esto se derivaba de la palabra griega eulogia que significa «hablar bien» y se refiere a pronunciar bendiciones. Si un creyente generoso da por fe y confiando en Dios, con el deseo sincero de producir la bendición más grande que sea posible, ese individuo recibirá el mismo tipo de cosecha en términos de bendición personal (cp. Pro 3:9-10; Pro 28:27; Mal 3:10). Dios da el crecimiento conforme a la cantidad invertida en su reino. Si se invierte poco se recibe poco, y viceversa (cp. Luc 6:38).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

9:6 — Pablo apela a un principio de Dios que tiene aplicación, no solamente en el campo físico, sino también en el espiritual. Si se siembra poca semilla, no se puede esperar cosecha abundante. Esto lo sabemos muy bien. Pero también es cierto en lo espiritual.
El texto griego dice literalmente: «…el que siembra sobre (o, en) bendiciones, también sobre (o, en) bendiciones segará». Otra vez damos con la palabra «bendición», como en el versículo anterior. Si sembramos, dice Pablo, con alegría de corazón, y con el motivo de bendecir a otros más necesitados que nosotros, sembrando así sobre bendiciones podemos esperar como cosecha para nosotros grandes bendiciones. Pero si sembramos con mezquindad, o escasamente, no actuando con corazón alegre y de amor para con los necesitados, aunque donamos algo, no nos beneficia delante de Dios, y así nos robamos de grandes bendiciones. En esto seríamos como el que poco siembra, pero siempre espera cosechar mucho. ¡No es así!
La razón para todo esto se basa en el sencillo hecho de que Dios nos mira en esta vida de prueba. Juzga nuestros motivos. Col 3:23-24 bien lo explica, como también Mat 25:40 y Luc 16:9-14. Al avaro (recuérdense las palabras codicia, tacañería, mezquindad, usadas arriba) le espera un fin terrible (Stg 5:1-5).

Fuente: Notas Reeves-Partain

LOS PRINCIPIOS DE LA GENEROSIDAD

2 Corintios 9:6-15

Además, pasa lo siguiente: Con el que es tacaño a la hora de sembrar también la tierra es tacaña a la hora de producir; y la cosecha es generosa con el que es generoso en la siembra. Que cada cual aporte lo que haya decidido de corazón; no como si le doliera el dar o como si se le obligara a hacerlo, porque es el dador alegre el que Le encanta al Señor. Dios puede supliros con medida rebosante todas las gracias, para que de todo y en todo tiempo tengáis suficiente deforma que podáis prosperar en todo lo que está bien. Como está escrito: «Lanzó su semilla; dio de comer a los pobres; su integridad es inalterable.» Así seréis enriquecidos en todos los sentidos para que podáis seguir siendo generosos en todo con esa generosidad que, por medio de vosotros, produce una cosecha abundante de acciones de gracias a Dios.
Porque la administración de este acto de servicio voluntario, no sólo suple lo que le falta al pueblo consagrado a Dios, sino que también contribuye a la gloria de Dios con las acciones de gracias que produce. Y además, mediante vuestra generosidad dais prueba de la autenticidad de vuestro servicio a Dios de una manera tan señalada que otros glorificarán a Dios por vuestra manera de obedecer al Evangelio por la manera en que habéis compartido con ellos y con todo el mundo. Además, entonces ellos orarán por vosotros y os tendrán buena voluntad a causa de la gracia desbordante de Dios que hay en vosotros.
¡Gracias a Dios por el Don gratuito que nos ha dado, que es algo que no se puede decir con palabras!

Este pasaje nos presenta un resumen de los principios generales de la generosidad en el dar.
(i) Pablo insiste en que nadie sale perdiendo por ser generoso. Dar es como sembrar. El que es mezquino a la hora de sembrar no puede esperar más que una cosecha mezquina, mientras que el que es generoso en la siembra, a su debido tiempo recogerá una cosecha generosa. El Nuevo Testamento es un libro tremendamente práctico, y una de sus características es que no le tiene ningún miedo al tema de las recompensas. Nunca dice que la bondad no sirve para nada. Nunca se olvida de que hay algo nuevo y maravilloso que llega a la vida del que acepta la voluntad de Dios como su ley.
Pero las recompensas que prevé el Nuevo Testamento no son nunca materiales. No nos promete la riqueza del dinero, sino la del corazón y el espíritu. Entonces, ¿qué es lo que puede esperar la persona generosa?

(a) Será rica en amor. Más adelante volveremos a este punto. Siempre será verdad que a nadie le gustan. los tacaños, y que la generosidad puede tapar muchos defectos. La gente prefiere un corazón cálido, aunque su misma temperatura le pueda llevar a excesos, a un corazón frío y calculador.

(b) Será rica en amigos. «El que quiera tener amigos tendrá que empezar por ser un buen amigo» (Pr 18:24 ). Una persona inamable no puede esperar nunca que la amen. El hombre cuyo corazón sale al encuentro de los demás siempre encontrará otros corazones que le salgan al encuentro.

(c) Será rico en ayuda. Siempre llega el día en que se necesita la ayuda que otros le puedan prestar a uno. Por cierto: eso de prestar, aunque no se tome literalmente, conlleva la idea de «Hoy por ti, mañana por mí.» Si hemos sido insensibles cuando otros necesitaban nuestra ayuda, es probable que, cuando nos haga falta la suya, nos paguen con la misma moneda. La medida que usemos al ayudar a otros determinará la que se nos aplique, como dijo Jesús (Lc 6:38 ).

(d) Será rico para con Dios. Jesús nos ha enseñado que lo que hagamos por los demás es como si Se lo hiciéramos a Él; y llegará el Día en que todas las veces que abrimos nuestro corazón y nuestra mano darán testimonio a nuestro favor, y todas las veces que los cerramos, darán testimonio en contra nuestra (Mt 25:31 ss y Lc 12:21 ).

(ii) Pablo insiste en que es el dador feliz el que Le agrada al Señor. Dt 15:7-11 establece el deber de la generosidad para con el hermano pobre, y el versículo 10 dice: «Y no serás de mezquino corazón cuando le des.» Había un dicho rabínico que decía que recibir a un amigo poniéndole buena cara pero no darle nada era mejor que darle todo lo que fuera con cara de pocos amigos. Séneca decía que dar con duda y retraso es casi peor que no dar en absoluto.

Aquí Pablo cita el Sal 112:3; Sal 112:9 , versículos que toma como una descripción de la persona buena y generosa. Lanza su semilla, es decir, no es tacaño sino generoso en la siembra; da a los pobres, y sus acciones son su crédito y su alegría para siempre. Carlyle cuenta que una vez, cuando era niño, vino a su puerta un mendigo. Los padres de Carlyle no estaban en casa, y él estaba solo. Movido por un impulso digno de su edad, rompió su hucha y le dio al mendigo todo lo que tenía; y nos dice que nunca antes ni después de aquello experimentó una felicidad comparable a la que le visitó entonces. No cabe duda de que hay un gozo especial en el dar.

(iii) Pablo insiste en que Dios le puede dar a una persona tanto lo que tiene que dar como el espíritu en que debe darlo. En el versículo 8 habla de la suficiencia que Dios nos otorga. La palabra que usa es autárkia. Era uno de los términos característicos de los estoicos. No describe la suficiencia del que tiene toda clase de cosas en abundancia, sino el estado del que dirige su vida, no a amasar riquezas, sino a eliminar necesidades. Describe a la persona que ha aprendido a contentarse con el mínimo. Está claro que esa persona podrá dar mucho más a otros porque necesita muy poco para sí. A menudo la cosa es que queremos tanto para nosotros que no nos queda nada para los demás.

Y no sólo eso. Dios nos puede dar también el espíritu en que debemos dar. Los servidores nativos de Samoa de Robert Louis Stevenson le querían mucho. Uno de los muchachos solía despertarle por las mañanas con una taza de té. En cierta ocasión vino otro chico, que le despertó, no sólo con la taza de té, sino, además, con una tortilla apetitosa. Stevenson le dio las gracias y le dijo: «¡Grande es tu previsión!» «No, mi amo -le contestó el muchacho-: Grande es mi amor.» Dios es el único que puede ponernos en el corazón el amor que es la esencia del espíritu generoso.
Pero Pablo dice más en este pasaje. Si nos introducimos en su pensamiento, descubrimos que mantiene que el dar hace cosas maravillosas para tres personas diferentes.
(i) Hace algo por los demás. (a) Alivia su necesidad. Muchas veces, cuando una persona está en las últimas, el regalo de otro parece nada menos que un regalo del Cielo. (b) Restablece su confianza en sus semejantes. A menudo sucede que, cuando uno está en necesidad, le parece que todo el mundo es insensible, y se siente abandonado. Entonces, esa ayuda le dice que el amor y la amabilidad no han desaparecido del mundo. (c) Les hace dar gracias a Dios. Una ayuda en tiempo de necesidad es algo que lleva, no sólo nuestro amor, sino también el de Dios a las vidas de otros.

(ii) Hace algo por nosotros. (a) Autentica nuestra profesión cristiana. En el caso de los corintios, eso era especialmente importante. No cabe duda de que la iglesia de Jerusalén, que sería casi totalmente judía, miraría todavía con recelo a los gentiles, y se preguntaría para sus adentros si el Evangelio podía ser para ellos de veras. El hecho de la colecta de las iglesias gentiles debe haberles asegurado la autenticidad del cristianismo gentil. Si una persona es generosa, eso les hace ver a los demás que pone su cristianismo no sólo en palabras sino también en Hechos. (b) Nos hace acreedores al amor y a las oraciones de otros. Lo que más se necesita en el mundo es algo que enlace a cada uno con sus semejantes. No hay nada tan precioso como la solidaridad, y la generosidad es un paso esencial en el camino de la unión real entre las personas.

(iii) Hace algo por Dios. Hace que se Le dirijan oraciones de acción de gracias. Los que ven nuestras buenas obras no nos glorifican a nosotros sino a Dios. Es algo imponente el que podamos hacer algo para que los corazones se vuelvan hacia Dios, porque eso Le produce alegría.
Por último, Pablo dirige el pensamiento de los corintios y de todos los lectores de su carta al Don de Dios en Jesucristo, un Don tan maravilloso que no se agota jamás y cuya magnitud no se puede expresar con palabras ni cifras; y, al hacerlo, les dice y nos dice Pablo: «¿Cómo vais a poder vosotros, a quienes Dios ha tratado de una manera tan generosa, dejar de ser generosos con vuestros semejantes?»

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— a manos llenas cosechará: Cita libre de Pro 22:8 según la versión griega de los LXX.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Exhortación a la generosidad

6 Pablo anima a sus lectores a realizar la generosa contribución de la que habla en el v. 5, recordándoles una verdad que se comprueba en la agricultura: El que siembra con generosidad también con generosidad cosechará. El “sembrar” y “cosechar”, en este contexto, se refieren respectivamente a la contribución que los corintios harían y a los resultados de la misma. (Los resultados esperados se describen en los vv. 12-14.)7-11 No deben dar por obligación, recordando que Dios ama al dador alegre, y que como el que da semilla al que siembra, él puede multiplicar su semilla para que puedan sembrar generosamente, es decir, para que puedan ser enriquecidos en todo para toda liberalidad. Esto iba dirigido a los corintios que gozaban de una situación económica relativamente buena; no hubiera sido apropiado decir las mismas cosas a los que estaban sufriendo la pobreza en Judea y para quienes se estaba organizando la ofrenda. 12-14 Pablo describe los resultados de la esperada contribución de los corintios, diciendo que suple lo que falta a los santos y redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. Además, quienes se beneficien con ella glorificarán a Dios … por vuestra libe ralidad en la contribución para con ellos y, además, por su oración a vuestro favor, demuestran que os quieren … Todo esto refleja los propósitos de la ofrenda: Primero, que abunden las alabanzas y la acción de gracias a Dios por la obra de su gracia entre los gentiles; y segundo, que crezca el amor entre las partes gentil y judía de la iglesia. 15 Pablo concluye sus palabras sobre la ofrenda con agradecimiento a Dios por su don inefable, que resuena como las palabras de 8:9.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

f 332 Pro 11:24; Gál 6:7

g 333 Pro 19:17; Pro 22:9; Ecl 11:1; Luc 6:38

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

6 super (1) Los donativos abundantes son bendiciones para los que los reciben.

6 super (2) Las cosechas abundantes son bendiciones de Dios para los que dan.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Cp. Pro 11:24; Pro 19:17; Luc 6:38.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Se inserta digo para suplir elipsis del original; en bendiciones… Gr. epí (dativo) junto a eulogía forma un adverbio: generosa o abundantemente.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

BD481 Debe entenderse que el verbo φήμι está implícito en τοῦτο δέ, y sigue la misma construcción de 1Co 7:29 y 1Co 15:50 : Pero esto digo.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., con bendiciones

Fuente: La Biblia de las Américas

rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; . digo.

9.6 Lit. en bendiciones.

9.6 Lit. en bendiciones.

Fuente: La Biblia Textual III Edición