Comentario de 2 Crónicas 30:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Ezequías envió mensajeros por todo Israel y Judá, y también escribió cartas a los de Efraín y Manasés para que acudieran a Jerusalén, a la casa de Jehovah, para celebrar la Pascua de Jehovah Dios de Israel.
por todo Israel. 2Cr 11:13, 2Cr 11:16.
cartas a Efraín. 2Cr 30:10, 2Cr 30:11; 2Cr 25:7; 2Cr 35:6; Ose 5:4; Ose 7:8, Ose 7:9; Ose 11:8.
a la casa de Jehová. Deu 16:2-6.
para celebrar la pascua. Éxo 12:3-20; 1Co 5:7, 1Co 5:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Ezequías proclama una solemne pascua en el segundo mes para Judá e Israel, 2Cr 30:1-12.
La asamblea, después de destruir los altares de idolatría, celebraron la fiesta por catorce días, 2Cr 30:13-26.
los sacerdotes y levitas bendicen al pueblo, 2Cr 30:27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Si bien el reino de Israel se dividió más de dos siglos atrás, Ezequías nunca perdió de vista el hecho de que el pacto de Dios se hizo con las doce tribus y que sus promesas las incluían a todas (Eze 37:15-28).
la Pascua generalmente se celebraba en el mes primero del año religioso (Éxo 12:6, Éxo 12:18). Pero este año, la reparación y consagración del Templo aún estaba en proceso (2Cr 29:1-17). La Ley estipulaba que la Pascua debía posponerse si una persona estaba ausente con motivo de un viaje importante o si era deshonrada ritualmente (Núm 9:9-12). Ezequías interpretó esta Ley para incluir a los sacerdotes que aún no se habían consagrado al ministerio (2Cr 29:34). Todo el pueblo de Israel no tuvo tiempo para reunirse en Jerusalén en caso alguno, así es que retrasaron la celebración hasta el mes segundo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Solemne celebración de la pascua (30:1-14).
1 Mandó el rey Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraírn y Manases para que viniesen a la casa de Yahvé a celebrar la pascua de Yahvé, Dios de Israel. 2 Habíase aconsejado el rey de los príncipes y de toda la asamblea en Je-rusalén para celebrar solemnemente la pascua en el mes segundo, 3 pues no había podido celebrarla antes la otra vez por no haberse santificado muchos sacerdotes y no haberse reunido el pueblo en Jerusalén. 4 Agradó esto al rey y a toda la asamblea, 5 y determinaron hacer publicar por todo Israel, desde Berseba hasta Dan, que viniesen a Jerusalén a celebrar la pascua de Yahvé, porque en mucho tiempo no lo habían celebrado al modo prescrito. 6 Fueron, pues, emisarios con letras de mano del rey y de los príncipes por todo Israel y Judá, corno el rey lo había mandado, en que se decía: “¡Hijos de Israel.” volveos a Yahvé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y El se volverá a las reliquias que os han quedado de la mano de los reyes de Asiría. 7 No seáis como vuestros padres y corno vuestros hermanos, que se rebelaron contra Yahvé, Dios de sus padres, por lo que los entregó El a la desolación, como estái viendo. 8 No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz, como vuestros padres. Dad vuestras manos a Yahvé y venid a su santuario, que El ha santificado para siempre, y servid a Yahvé, vuestro Dios, y la ira de su furor se apartará de vosotros. 9 Porque, si os volvéis a Yahvé, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante los que los tienen cautivos y volverán a esta tierra; pues Yahvé, vuestro Dios, es clemente y misericordioso y no apartará de vosotros su rostro si vosotros os volvéis a El.” 10Fueron, pues, los emisarios de ciudad en ciudad por tierra de Efraím y de Manases, hasta Zabulón; pero las gentes se reían y se burlaban de ellos. 11Con todo, muchos de Aser, de Manases y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén. 12También en Judá la mano de Dios se dejó sentir sobre ellos, dándoles corazón pronto y dispuesto a cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Yahvé. 13Juntóse mucha gente en Jerusalén para celebrar la solemnidad de los ácimos en el segundo mes: una gran muchedumbre. 14Levantáronse y quitaron los altares que había en Jerusalén, también los altares de perfumes, y los echaron al torrente de Cedrón.
La restauración del culto por Ezequías comportaba la celebración de la pascua, ejemplo que siguieron los repatriados de Babilonia al volver a Jerusalén (Esdr 6:19-22). A la misma son invitados las gentes de Efraím y Manases. Por el poco celo demostrado por los sacerdotes en santificarse (2Re 16:16), se celebró la fiesta el mes segundo (Num 9:9-12). Se mandaron emisarios a todo el territorio de Israel, aun el ocupado por Asiría, invitando a todos a celebrar la pascua en Jerusalén.
La pascua y los ácimos (Num 30:15-27).
15 Sacrificaron la pascua el día catorce del mes segundo; y los sacerdotes y levitas, que, llenos de confusión, se santificaron por fin, ofrecieron holocaustos en la casa de Yahvé 16 y se dispusieron por sus clases, según la ordenación y la Ley de Moisés, hombre de Dios. Los sacerdotes recibían de manos de los levitas la sangre que había de derramarse; 17 y como muchos del pueblo no se habían santificado todavía, los levitas inmolaron la pascua por los que no habían tenido el cuidado de santificarse para Yahvé. 18 Una gran parte del pueblo de Efraím, de Manases, de Isacar y de Zabulón, que no se había purificado, comió la pascua sin ajustarse a lo prescrito; pero Ezequías rogó por ellos, diciendo: “Quiera Yahvé, que es bueno, perdonar a todos aquellos que de todo corazón buscan 19a Yahvé, Dios de sus padres; no les impute el no estar suficientemente purificados.” 20Escuchó Yahvé a Ezequías y perdonó al pueblo. 21Así celebraron los hijos de Israel que se hallaron en Jerusalén la solemnidad de los ácimos durante siete días, con gran gozo, cantando todos los días las alabanzas de Yahvé y tocando los levitas y los sacerdotes los instrumentos con toda fuerza a Yahvé. 22 Ezequías habló con bondad a los levitas que conocían mejor el culto de Yahvé, y éstos comieron las víctimas durante los siete días que duró la solemnidad, inmolando hostias pacíficas y alabando a Yahvé, Dios de sus padres. También la muchedumbre decidió alegremente celebrar la fiesta otros siete días, haciéndolo con gran regocijo, 24 pues había re-galado Ezequías al pueblo mil toros y siete mil ovejas; y también los príncipes, por su parte, dieron al pueblo mil bueyes y diez mil ovejas. Hubo, pues, gran número de sacerdotes que se habían santificado. 25 Todo el pueblo de Judá estaba rebosando de alegría, lo mismo sacerdotes y levitas, que la muchedumbre venida de Israel, que los extranjeros que habían venido de la tierra de Israel o habitaban en Judá. 26 Fue grande la solemnidad celebrada en Jerusalén, tal cual nunca la hubo desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel. 27Levantáronse después los sacerdotes y levitas y bendijeron al pueblo, y fue oída su voz, y llegó su oración al santuario de los cielos.
Los sacerdotes y levitas hicieron penitencia y ofrecieron holocaustos en la casa de Yahvé. En vez de los padres de familia, fueron los sacerdotes los que inmolaron los corderos pascuales. La fiesta de los ácimos duró siete días (Lev 23:6; Deu 16:3). Perdonó Dios a los de Efraím, Manases, Isacar y Zabulón que comieron la pascua sin purificarse. Los cielos son la morada de la santidad de Yahvé (Deu 26:15; Jer 25:30).
Fuente: Biblia Comentada
Israel. Se trataría del remanente de las diez tribus del norte (vv. 2Cr 30:6; 2Cr 30:25) que quedó en la tierra o había escapado del enemigo después que el reino del norte fuera llevado a la cautividad después de la invasión por parte de Asiria en 722 a.C. (2Re 17:1-9). Efraín y Manasés eran las tribus principales.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección registra los veinte gobernantes de Judea en el reino dividido a partir de Roboam, el hijo de Salomón (ca. 931 a.C.), hasta Sedequías (ca. 586 a.C.), cuando el pueblo fue llevado a la cautividad en Babilonia. Se presentan los reyes justos y los avivamientos bajo ellos, así como los reyes malvados y su desastrosa influencia. El reino del norte no está presente, porque Crónicas se centra en la línea davídica.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El reinado de Ezequías (ca. 715-686 a.C.). Cp. 2Re 18:1-37; 2Re 19:1-37; 2Re 20:1-21; Isa 36:1-22; Isa 37:1-38; Isa 38:1-22; Isa 39:1-8. Segundo Reyes 2Re 18:5 señala que la confianza de Ezequías en el Señor no había tenido parangón en ninguno de los reyes que le había precedido ni en ninguno de los que lo siguieron (cp. 2Cr 31:21). Isaías (Isa 1:1), Oseas (Ose 1:1) y Miqueas (Miq 1:1) profetizaron durante su reinado.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Ezequías pasó luego a restaurar la fiesta de los panes sin levadura y la Pascua (Éxo 12:1-20; Lev 23:1-8), que al parecer no había sido observada de forma apropiada y regular por algún tiempo, quizá desde la división del reino hacía doscientos quince años (v. 2Cr 30:5). La Pascua sería posteriormente reavivada de nuevo por Josías (2Cr 35:1-9) y Zorobabel (Esd 6:19-22). Celebraba el perdón de Dios y la redención de su pueblo fiel.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2Cr 30:1-27 : Tras la purificación del Templo, la celebración de la Pascua adquiere un relieve singular, pues el acontecimiento había de congregar de nuevo a todo Israel en torno al Templo, como antes de la división. Efraín y Manasés (2Cr 30:1) representan a todo el Reino del Norte. El cambio de fecha (2Cr 30:2) — previsto en la legislación mosaica (ver Núm 9:11)— viene impuesto por la duración de la purificación previa (2Cr 30:3).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Éxo 12:1-14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La invitación a la Pascua. Después de la reapertura del templo el primer festival acostumbrado que se celebró en el templo fue la Pascua. Rey. no menciona esto, y algunos piensan que lo inventó el cronista para justificar las prácticas del templo de sus propios días y para engrandecer la imagen de Ezequías. Pero no se ha podido probar ese punto y este capítulo es conse cuente con el resto de esta historia de Rey. que lo muestra tratando de unir norte y sur alrededor del festival más apropiado para el nuevo comienzo del pueblo de Dios (5). La decisión de cele brarlo en el segundo mes no fue arbitraria, como la invención de Jeroboam de una religión alternativa para su reino del norte cuando se separó al principio (1 Rey. 12:32, 33). Todos estaban de acuerdo con Ezequías que dado que no estaban listos en la fecha apropiada (3; 29:17) lo mejor era usar la concesión que la ley permitía de celebrar la Pascua un mes más tarde (Núm. 9:9-11). Esto había sido diseñado para los que estaban ritualmente “impuros”; p. ej. por causa de contacto con los muertos, o porque estaban muy lejos de casa: Muy adecuado para un país que se había alejado de Dios y estaba contaminado por el choque mortal de religiones paganas.
La invitación (6-9), en términos muy parecidos al discurso del rey a los líderes religiosos (29:5-11), es para todo Israel (6), norte y sur (todo Israel y Judá). Un aspecto positivo del énfasis del cronista que uno recibe rápidamente lo que merece es que cada generación puede tener un nuevo comienzo (8). La reacción del norte es mixta, pero en todos los que se reúnen -como en 29:36- de nuevo es la gracia de Dios que los trae (12).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
30.1 La celebración de la Pascua conmemoraba el momento en el que Dios salvó la vida de los primogénitos de Israel en Egipto. Dios había prometido que mandaría una plaga para matar a todos los primogénitos a excepción de aquellos que tuvieran en sus casas la sangre de un cordero muerto pintada en el dintel y los dos postes de las puertas. Los israelitas obedecieron, y cuando el destructor vio la sangre, él «pasó sobre» la casa y no hirió a nadie que estuviera en ella (Exo 12:23). Después de esta plaga, Faraón liberó a los israelitas de la esclavitud. Esta celebración tenía que ser un recordatorio anual de cómo Dios había liberado a su pueblo. Los cuidadosos preparativos, tanto en el templo como para la fiesta, muestran que este no era un avivamiento temporal o impulsivo, sino un cambio, de origen interno, de corazón y de vida.30.2, 3 La Ley de Dios tenía una provisión que, bajo ciertas circunstancias, la Pascua podía celebrarse un mes después (Num 9:10-11).30.6-9 Ezequías fue un rey dedicado a Dios y a la vida espiritual de la nación. Envió cartas a lo largo de Judá e Israel exhortando a que todos regresaran a Dios. Les dijo que no fueran testarudos, sino que se rindieran a Dios. Rendirse significa obedecer a Dios en primer lugar, dándole cabida en nuestros cuerpos, mente, voluntad y emociones. El Espíritu Santo puede guiar y renovar cada parte de nosotros. Sólo entonces seremos capaces de templar nuestro egoísmo obstinado.30.10 El reino del norte, Israel, había sido recientemente conquistado por Asiria, y la mayor parte de la gente había sido llevada a tierras lejanas. Ezequías envió cartas a los pocos que quedaban, y los invitó a ir a la Pascua (30.1), pero respondieron con burla y desdén. Aquellos que sirven a Dios pueden enfrentar burlas cuando tratan de promover una renovación y un crecimiento espiritual. ¿Está preparado para ser ridiculizado debido a su fe? Cuando surja a su paso, no vacile. Manténgase firme en su fe, como lo hizo Ezequías, y Dios lo honrará.30.11 La mayoría de la gente que fue invitada a la Pascua por los mensajeros de Ezequías despreciaron la invitación, pero algunos la aceptaron. Nuestros esfuerzos para hablar de Dios a otras personas a menudo se enfrenta a reacciones similares. Muchas personas se reirán de la invitación para aceptar a Cristo. Pero esto no debe detenernos en nuestro intento por alcanzar a otros. Si usted sabe y comprende que el rechazo al evangelio es común, puede ayudar a evitar que tenga sentimientos de rechazo personal. Recuerde que el Espíritu Santo condena y convence. Nuestra tarea es invitar a otros a considerar las acciones de Dios, sus demandas y sus promesas.30.14 Del mismo modo que los sacerdotes consagraron y limpiaron el templo (29.4, 5), la gente limpió la ciudad de ídolos paganos y luego se limpiaron a sí mismos para prepararse para la adoración (30.17-19). Incluso fue muy difícil para el buen rey de Judá deshacerse de los ídolos paganos y de los altares en los lugares altos (2Ki 14:4; 2Ch 20:33). Finalmente, Ezequías, con la ayuda de su pueblo, terminó la tarea.30.15 El pueblo tenía tanto celo por celebrar la Pascua, y llevar ofrendas al templo que los sacerdotes y levitas estaban avergonzados de no poseer el mismo entusiasmo. El celo de la fe del hombre común motivó a los ministros a actuar. En la actualidad la fe devota de los laicos debe motivar al personal profesional de la iglesia a revivir su entusiasmo por la obra de Dios. Los laicos nunca deben ser impedidos de pertenecer a la administración de la iglesia o a la toma de decisiones. La iglesia necesita sus buenos ejemplos de fe.30.22 Un propósito importante en el sacrificio de paz era expresar gratitud a Dios por la salud y protección en tiempos de crisis.30.26 Había pasado más de doscientos años desde la última celebración similar en Jerusalén.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1794 2Cr 11:16
b 1795 Jos 16:4; 2Cr 17:2; 2Cr 34:6; Ose 11:8
c 1796 Jos 17:5; Jos 17:7; 2Cr 30:11
d 1797 Deu 16:2; Deu 16:6
e 1798 Éxo 12:43; Lev 23:5; 2Cr 35:1; 1Co 5:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Ezequías envió aviso por todo Israel…celebrar la Pascua. El rey consideraba al remanente del reino del norte después de la conquista por Asiria como parte legítima de su pueblo, y lo invitó a participar en la celebración.
Fuente: La Biblia de las Américas
Los que estaban en el Reino del Norte (Efraín y Manasés) que no habían sido llevados cautivos a Asiría (2Re 17:6) fueron invitados a ir a Judá para celebrar la Pascua. Los vv. 2Cr 30:10-11 describen su respuesta.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., hacer, y así en el resto del cap.
Fuente: La Biblia de las Américas
[1] Oseas reinaba en Israel.[2] Num 9, 10-11.[25] Ex 12, 48.