Comentario de 2 Crónicas 34:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Josías tenía 8 años cuando comenzó a reinar, y reinó 31 años en Jerusalén.
Años 641610 a.C.
De ocho años era Josías. 2Cr 24:1; 2Cr 26:1; 2Cr 33:1; 1Sa 2:18, 1Sa 2:26; 1Re 3:7-9; Ecl 4:13.
cuando comenzó a reinar. 2Cr 33:25; 1Re 13:2; 2Re 22:1-20; 1Cr 3:14, 1Cr 3:15; Jer 1:2; Sof 1:1; Mat 1:10, Mat 1:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El buen reinado de Josías, 2Cr 34:1-2.
Destruye la idolatría, 2Cr 34:3-7.
Ordena la reparación del templo, 2Cr 34:8-13.
Hilcías, encuentra el libro de la ley, y Josías manda que Hulda consulte a Jehová, 2Cr 34:14-22.
Hulda profetiza la destrucción de Jerusalén, pero libra de esto en los días de Josías, 2Cr 34:23-28.
Josías, hace que sea leído en solemne asamblea, renueva el pacto con Dios, 2Cr 34:29-33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Las imágenes de Asera eran postes de madera dedicados a Asera, la diosa cananea de la fertilidad (2Cr 33:3). Las esculturas eran como las imágenes fundidas, excepto que se fabricaban con un metal moldeado (Éxo 32:4, Éxo 32:8; Isa 42:17; Ose 13:2).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
JOSÍAS. Véase 2Re 22:1, nota.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Josías, rey de Judá (34:1-13).
l Ocho años tenía Josías cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. 2 Hizo lo recto a los ojos de Yahvé y anduvo por los caminos de David, su padre, sin apartarse de ellos ni a la derecha ni a la izquierda. 3 A los ocho años de su reinado, siendo aún mozo, comenzó a buscar al Dios de David, su padre, y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y Jerusalén de altos, “aseras” esculturas e imágenes de fundición. 4 Derribaron en su presencia los altares de los baales e hizo pedazos los ídolos que estaban en ellos, abatió las “aseras” y desmenuzó las esculturas y fundiciones, esparciendo el polvo sobre las sepulturas de los que les habían sacrificado. 5 Quemó los huesos de los sacerdotes de los ídolos sobre sus altares y limpió a Judá y Jerusalén. 6 Igual hizo en las ciudades de Manases, Efraím y Simeón, hasta Neftalí, 7 y después de haber derribado los altares y las “aseras” y de haber roto y desmenuzado las esculturas y destruido todos los ídolos por la tierra de Israel, se volvió a Jerusalén. 8 A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y el templo, mandó a Safan, hijo de Asalías, y a Maasías, gobernador de la ciudad, y a Juaj, hijo de Joajaz, cronista, que reparasen la casa de Yahvé, su Dios. 9 Vinieron éstos a Helcías, sumo sacerdote, y recibido de él el dinero que había sido puesto en la casa de Yahvé y el que los levitas y porteros habían recaudado de Manases y Efraím y de todo el resto de Israel, así como de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén, 10 lo entregaron a los encargados de las obras de reparación del templo, para restaurarlo y reparar las ruinas. Estos dieron el dinero a los maestros encargados de las obras de la casa de Yahvé, 11 los cuales lo entregaban a los obreros que trabajaban para restaurar y reparar la casa, a los carpinteros y canteros, para que comprasen piedra en las canteras y maderas para las techumbres de los edificios que habían destruido los reyes de Judá. 12 Estos hombres se portaron con probidad en sus trabajos. Estaban bajo la vigilancia de Jajat y Abdías, levitas, de entre los hijos de Merarí, y de Zacarías y Mesulam, de entre los caatitas, todos ellos háhiles músicos, 13 que vigilaban las obras y dirigían a los obreros ocupados en los diversos trabajos; había además otros levitas que hacían de secretarios, comisarios y porteros.
Nuestro libro hace preceder una reforma religiosa al hallazgo del libro de la Ley. Josías emprendió el trabajo de destrucción de la idolatría y reparación de la casa de Yahvé.
Hallazgo del libro de la Ley (34:14-28a = 2Re 22:8-13).
14 Cuando se sacaba el dinero llevado a la casa de Yahvé, Helcías, sacerdote, encontró el libro de la Ley de Yahvé, dado por mano de Moisés. 15 Entonces Helcías, tomando la palabra, dijo a Safan, secretario: “He encontrado el libro de la Ley en la casa de Yahvé”; y se lo entregó a Safan. 16 Safan llevó el libro al rey y le dio cuenta del hallazgo, diciendo: “Tus siervos han hecho cuanto les has mandado, 17 reuniendo el dinero que había en la casa de Yahvé y entregándoselo a los inspectores y a los obreros.” 18 Y Safan, secretario, añadió: “El sacerdote Helcías me ha dado este libro”; y Safan lo leyó ante el rey. 19 Cuando el rey oyó las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestiduras 20 y dio esta orden a Helcías, a Ajicam, hijo de Safan; a Abdón, hijo de Miqueas; a Safan, secretario, y a Asaya, servidor del rey: 21 “Id y consultad a Yahvé, por mí y por el resto que queda en Israel y en Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado; porque grande es la cólera de Yahvé, que se ha derramado sobre nosotros por no haber guardado nuestros padres la palabra de Yahvé y no haber puesto por obra todo lo que en este libro está escrito.” 22 Helcías y los que con él había designado el rey fueron a la profetisa Julda, mujer de Salum, hijo de Tecua, hijo de Jasra, guarda del vestuario, que habitaba en Jerusalén, en el otro barrio de la ciudad. Después que ellos le manifestaron lo que tenían que decirle, 23 ella les respondió: “Así habla Yahvé, Dios de Israel: Decid al que a mí os envía: Así habla Yahvé: 24 Yo voy a traer sobre este lugar y sobre sus habitantes todas las maldiciones escritas en el libro que ha sido leído ante el rey de Judá, 25 porque me han abandonado y han ofrecido perfumes a otros dioses, irritándome con todas las obras de sus manos; mi cólera se derramará sobre este lugar y no se extinguirá. 26 Pero decid al rey de Judá, que os ha mandado a consultar a Yahvé: Así habla Yahvé, Dios de Israel, acerca de las palabras que has oído: 27 Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado ante Dios al oír sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes; porque has rasgado tus vestiduras y has llorado ante Yahvé, también yo he oído, dice Yahvé, 28a y tú te recogerás a tus padres y bajarás en paz al sepulcro y no verán tus ojos todas las desventuras que yo he de hacer venir sobre este lugar y sobre sus habitantes.”
Se refiere el hecho siguiendo casi literalmente el texto paralelo de Reyes, excepto el v.14, que es propio de nuestro autor.
Reforma religiosa (34:28-33 = 2Re 23:1-3).
28b Ellos llevaron al rey esta respuesta. 29 El rey hizo reunir a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén; 30 y subió luego a la casa de Yahvé con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y los levitas y todo el pueblo, desde el más grande al más chico, y leyó delante de todos las palabras del libro de la alianza que había sido encontrado en la casa de Yahvé. 31 Estaba el rey sobre su estrado y renovó la alianza ante Yahvé, obligándose a seguir a Yahvé y a guardar sus mandamientos, sus preceptos y sus leyes con todo el corazón y toda el alma, poniendo por obra las palabras de la alianza escritas en el libro. 32 Hizo entrar en el pacto a todos los que se hallaban en Judá y Benjamín, y los moradores de Jerusalén hicieron según la alianza de Yahvé, Dios de sus padres. 33 Josías hizo desaparecer todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel y obligó a todos cuantos se hallaban en Israel a servir a Yahvé, su Dios. Durante toda su vida no se apartó de Yahvé, Dios de sus padres.
Fuente: Biblia Comentada
Vea las notas sobre 2Re 22:1-2. A la edad de dieciséis años, Josías comenzó a cultivar un amor a Dios en su corazón, y hacia los veinte años su carácter era lo suficientemente fuerte en su devoción a Él que emprendió la acción para purificar su nación.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección registra los veinte gobernantes de Judea en el reino dividido a partir de Roboam, el hijo de Salomón (ca. 931 a.C.), hasta Sedequías (ca. 586 a.C.), cuando el pueblo fue llevado a la cautividad en Babilonia. Se presentan los reyes justos y los avivamientos bajo ellos, así como los reyes malvados y su desastrosa influencia. El reino del norte no está presente, porque Crónicas se centra en la línea davídica.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El reinado de Josías (ca. 640-609 a.C.). Cp. 2Re 22:1-20; 2Re 23:1-30. Jeremías profetizó durante este reinado (2Cr 35:24; Jer 1:2), lo mismo que Habacuc, Sofonías (Sof 1:1) y Nahum.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Josías el reformador. El cronista ha rellenado 2 Rey. 22:1-7 de dos modos: Uno es el carácter piadoso de Josías antes de que comenzara la reparación del templo y sus métodos exhaustivos una vez que comenzó. Ni al mismo Ezequías se le da mérito por esta piedad sin desvío (2). La frase siendo aún muchacho sin duda indica una búsqueda personal de Dios antes de cumplir los 20 años de edad (y a los doce años, v. 3). Sus primeras reformas fueron muy extensas (4-7); los señores asirios de Israel al norte estaban siendo atacados por otros frentes y no podían cuestionar el movimiento hacia el norte de la soberanía de Josías (6). De manera característica el cronista considera que los que hacían la obra y los músicos compartían igualmente del servicio de los levitas en la casa de Dios (9-13).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
34.1 El perfil de Josías se encuentra en 2 Reyes 24.34.3 En los días de Josías, se consideraba que los muchachos llegaban a ser hombres a la edad de doce años. A los dieciséis, Josías comprendió la responsabilidad de su oficio. Aun a esta corta edad, mostró más sabiduría que muchos de los reyes más adultos anteriores a él, debido a que decidió buscar a Dios y a su sabiduría. No permita que su edad lo descalifique para servir a Dios.34.15, 16 El libro de la Ley de Dios que Hilcías encontró era probablemente el libro de Deuteronomio, que se había perdido durante el gobierno de los reyes malvados. Ahora que se había encontrado, Josías se dio cuenta de que debían llevarse a cabo cambios drásticos para poder llevar a la nación de regreso a la línea de mandamientos de Dios. Este relato se halla registrado también en 2Ki 22:8-13.34.19 Es inherente a la naturaleza humana el tomar el pecado a la ligera: dar excusas, culpar a alguien más, o minimizar el daño hecho. No fue así con Josías. Estaba tan consternado por el rechazo del pueblo hacia la Ley que desgarró su ropa para expresar su dolor. La verdadera comprensión de nuestro pecado nos debe llevar a un arrepentimiento sincero, y ayudarnos a producir «arrepentimiento para salvación» (2Co 7:10). ¿Está disculpando siempre su pecado, culpando a otros o dando a entender que no es tan malo? Dios no toma el pecado a la ligera, y quiere que respondamos como lo hizo Josías.34.31 Cuando Josías leyó el libro que encontró Hilcías (34.14), respondió con arrepentimiento y humildad y prometió seguir los mandamientos de Dios como estaban escritos en el libro. La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros, «es viva y eficaz» (Heb 4:12), pero no podemos saber lo que Dios quiere que hagamos si no la leemos. Incluso, no basta con leer la Palabra de Dios, debemos estar dispuestos a hacer lo que ella dice. No hay gran diferencia entre el escrito escondido en el templo y la Biblia escondida en un librero. Una Biblia que no es leída es tan inútil como una que se ha perdido.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 2178 2Cr 24:1
b 2179 1Re 13:2; Sof 1:1; Mat 1:10
c 2180 2Re 22:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Josías. El relato del reinado de Josías en 2 R 22:1– 23:15 empieza con el descubrimiento de la ley, que para el autor de Reyes era el suceso clave en la vida y reformas de este rey. Crónicas presenta los sucesos de su reinado en orden más cronológico, y demuestra que el rey Josías empezó a buscar a Dios mucho antes del descubrimiento del libro de la ley, en el año dieciocho de su reinado. Josías reinó del 640– 609 a.C.
ocho años. Aunque no se menciona en ningún relato de su reinado, es posible que Josías reinara bajo el consejo de un mentor, tal vez semejante a la relación de Joás con Joiada (v. cap. 23, 24) al comienzo de su reinado.
Fuente: La Biblia de las Américas
[19] Deut 28.